Análisis de Skylanders Imaginators (PS4, Switch, Xbox One, PS3, Xbox 360, Wii U)
Activision da cada año un giro a Skylanders (o, más concretamente a los muñecos reales que cobran vida dentro del juego) para sorprender al jugador. Hemos visto cómo eran gigantes, utilizaban trampas para atrapar a los malos, podían intercambiar la parte superior e inferior de su cuerpo con otros skylanders y cómo viajaban casi siempre en vehículos. Todas estas innovaciones han contribuido a mantener la serie fresca y a vender millones de muñecos.
La característica más esperada de Skylanders Imaginators era la creación de tus propios personajes gracias a los cristales de creación. Es una apuesta arriesgada que funciona muy bien y entretiene durante mucho tiempo, pero no es el único aliciente para volver a Skylands: Toys for Bob -que vuelve a la serie- ha ampliado el mundo de juego, ha diseñado las misiones con más variedad, e incluso se ha permitido desmontar su propia mitología. Pero en estos componentes tan interesantes hay algunos factores negativos, El pack de inicio viene con un portal, dos senseis con la forma de los muñecos tradicionales de la serie y un cristal de creación de fuego en el que puedes crear tu skylander, en singular, porque en cada cristal sólo puede haber uno. Su elemento viene condicionado por el tipo de cristal, y eliges una clase que quedará fijada al cristal. Es decir, si eliges un caballero en el del starter pack, ese cristal es para siempre ya de un caballero de fuego, aunque podrás cambiar la apariencia y los poderes del skylander que haya en él. Mientras recorres el juego vas consiguiendo cofres que tienen imaginite, un mineral imaginario que va aumentando el catálogo de partes y componentes de skylander, de forma que, para diseñar el personaje que más te guste tienes decenas de caras, torsos, brazos, piernas y colas. Y la personalización no se limita a esto: puedes decidir su altura, el tono de voz, los efectos sonoros y visuales, las distintas partes de la armadura, y los poderes que quieres que tenga. Puedes decidir hasta la frase -en dos partes- que sea característica de tu personaje y, claro está, ponerle nombre. Es una personalización increíble y proporciona una sensación total de que has elegido lo que más se adecua a cómo quieres jugar. Hay imaginite de cuatro rarezas diferentes, de forma que el proceso total se asemeja ala personalización que podrías tener en un juego de rol. En la creación de skylanders no hay más inconveniente que el hecho de necesitar un cristal para cada clase, pero el creador es excelente, y pasas buena cantidad de tiempo eligiendo tu skylander y cambiándole la armadura o los poderes según va subiendo de nivel. A diferencia de las figuras normales, sólo puedes comprar una mejora por poder, pero sí puedes ir cambiando la armadura por otra más potente. Activision te da la posibilidad de quedarte con esta versión digital de tu skylander o llevarlo a sus últimas consecuencias. Hay una app en la que puedes probar diseños y a la que puedes traspasar al dispositivo móvil los skylander que diseñes en la consola -a través de un curioso sistema de sonidos- para enseñarlos a los amigos, o incluso puedes encargar que plasmen la imagen de tu skylander en una camiseta, una carta o incluso se convierta en una figura real con el chip para usarla de la manera tradicional (aunque no hemos podido comprar esta última opción). Skylanders es una máquina de hacer dinero. En esta ocasión quizás se les ha ido un poco la mano y los ingresos no sólo provienen de la venta del juego y las 30 figuritas nuevas que salen, de los casi 9 euros que cuesta cada cristal de creación o la posibilidad de convertir tu skylander en camiseta, carta o figura real. Los que no quieran tener que recorrer primero el juego con el fin de conseguir las partes del cuerpo y equipo que sirva para construir tu personaje pueden comprar con dinero real cofres con objetos aleatorios, aunque esta opción no estaba disponible cuando hemos probado el juego. La rejugabilidad es otra característica de la serie, si quieres subir de nivel varios skylanders. Como las misiones han consistido siempre en un poco de plataformas -muy básicas- y combate, podía llegar a ser algo aburrido, pero ahora las misiones son muy variadas. Una de las virtudes más importantes de la serie es que constituye un excelente aprendizaje para los más pequeños de cómo funcionan los videojuegos. Quizás en esta ocasión algunas misiones suben un poco la edad de los jugadores que en otras ocasiones, sobre todo las de puzles y alguna de plataformas, pero sigue siendo quizás la mejor opción del mercado para que los chavales entiendan los distintos géneros y estilos de videojuegos. Hay una lucha en 2D deliciosa, estimulantes misiones con vehículos en 2D y 3D, Incluso hay algún escenario con estructura que recuerda a un MOBA (Massive Online Battle Arena) en el que hay dos estructuras en cada extremo que fabrican robots; unos te ayudan en tus misiones y otros dificultan tu camino. Sigue habiendo las misiones habituales de avanzar eliminando enemigos, pero se intercalan con estas nuevas y, en un momento de la historia, puedes elegir entre varias opciones de misión para avanzar, lo que hace que sea más entretenido rejugar. Incluso, una vez que ha acabado la trama, puedes seguir cogiendo pequeñas misiones si no quieres volver a empezar. Esto está facilitado por el hecho de que se ha ampliado mucho el mapa de juego. Ahora no vas simplemente a la Academia para recibir tu nueva misión, sino que tienes distintos escenarios representados en varias islas y puedes recorrerlo libremente. No es que Imaginators sea ahora de mundo abierto, ni mucho menos, pero sí tienes cierta libertad para entrar en algunos mundos, para buscar secretos o para participar en combates sorpresa mientras te mueves por el mapa. Hay también más cantidad de minijuegos, al ya conocido de abrir cerraduras encontrando la salida para un personaje se suma una radio en la que hay que parar el dial en una zona definida o el de recuperar huevos con un gancho mientras evitas que los destruyan. El concepto ampliado del juego está muy bien y alarga el modo historia hasta casi las 15 horas. Hay fases brillantes, de las mejores que hemos visto hasta ahora en Skylanders, con ritmo y que te incitan a seguir jugando, a explorar todas las posibilidades, pero otras veces estas pequeñas misiones acaban convirtiéndose casi en recados, y sientes que los escenarios se desaprovechan, y en otras ocasiones hay demasiado abuso de las rampas para grindar. Sucede más hacia la parte final del juego, es como si no se hubiesen terminado de desarrollar las ideas previstas, como un edificio a medio construir. Es triste ver esos escenarios desperdiciados porque son los mejores que hemos visto hasta ahora en la serie. Skylands siempre ha sido un mundo de juego bonito, pero demasiado monótono. Ahora cada área de juego es diferente visualmente, desde el colorista y dual mundo de los refrescos (y su más que notable diseño de nivel) al desierto árido o la oscuridad de las alcantarillas donde viven las ratas, abundan los escenarios que sorprenden al jugador y le animan a investigar. Los sensei tienen dos características especiales: pueden desatar un ataque demoledor pulsando R2 cuando estén rodeados de enemigos, y tienen acceso a unos desafíos específicos de arena de combate, los desafíos de gong, contra múltiples enemigos. Y, si encuentras la ficha del sensei que controlas que está escondida por el mundo, tendrá un poder adicional. Entre los enemigos, siguen estando los sempiternos chompies y las bombas andantes, pero hay mucha más variedad, a cual más desquiciado. Por el contrario,los jefes, que siempre han tenido fuerte personalidad y un diseño único, están ahora descuidados. Los doomlanders son aburridos tanto en el diseño como en el combate. Como ocurre con los escenarios, frente a estos combates sosos que parecen hechos con molde hay otros muy divertidos y bien diseñados, como la lucha contra la criatura marina o contra el magnífico monstruo de guacamole. Esta duplicidad en los sentimientos está también en la historia. Nunca ha sido una serie con una trama profunda ni complicada; siempre se ha limitado a Kaos ejerciendo de malo y los skylanders salvando la situación. en Imaginators hay algo de esto, pero todo es más bien disparatado. Kaos se burla de sí mismo y de la monotonía de los jefes finales que comentábamos más arriba, y algunos de los skylanders que en anteriores capítulos eran enemigos se han pasado al bando de los buenos y se han convertido en senseis, en maestros. Es el caso de Golden Queen, uno de los mejores jefes en Skylanders: Trap Team y que aquí se revela igual de letal. Pero esta mezcla de skylanders, de la ruptura de la cuarta pared característica de la serie y de jugar a su historia y burlarse de ella llega mucho más allá cuando una misión se plantea como un concurso de televisión en el que el jugador debe superar diversas pruebas bastante locas para llevarse el premio final. Una vez más, estos toques divertidos de puro absurdo se confrontan con algunas misiones que parecen incorporadas a capón. Nos quedamos con las misiones alocadas y con los guiños a otras series de videojuegos y de televisión que parecen más dedicados a los padres que juegan con sus hijos que a los chavales en sí. Además del modo historia hay un modo carreras, heredado de Skylanders Superchargers en el que se puede competir en solitario o jugando online con otros jugadores. Son escenarios diseñados ex profeso para este modo (una muestra más del derroche de imaginación que el equipo ha usado con Imaginators). La novedad en el apartado de sonido llega con los skylanders diseñados por el jugador, ya que puedes elegir distintos estilos musicales y sonidos para tu personaje mientras anda por Skylands o mientras ataca. Está doblado de forma impecable al español. Skylander Imaginators nos ha sorprendido para bien, pese a que el juego es algo más irregular que sus predecesores, pero esos puntos negros en los que el nivel del juego decae son la excepción y no la norma. Pero los puntos buenos son muy buenos, sobre todo la opción de hacerte tu propio skylander. Es un paso más para que los más pequeños aprendan a diseñar sus propios personajes y ver las estadísticas a la hora de elegir armaduras y, en definitiva, a aprender cómo funciona cualquier videojuego. El estudio ha ido a por todas ampliando el universo de los skylanders a nuevas propuestas y misiones variadas; ha puesto patas arriba todo el concepto de skylanders buenos y malos y ha decidido dejarse llevar un poco por la locura para ofrecer una jugabilidad mucho más variada. La jugada ha salido muy bien. Por sexto año consecutivo Skylander es, por derecho propio, una propuesta magnífica para chavales. Y en esta ocasión será mucho más fácil recordar el nombre de tu skylander favorito. Este análisis se ha realizado después de jugar con el starter pack (edición PlayStation 4) enviado por Activision.Construye un skylander a medida
Más horas de juego gracias a una gran cantidad de misiones
Unos escenarios más variados que nunca y con la mejor ambientación hasta ahora en la serie
La mitología de los skylanders se pone patas arriba para reinventarse
Una agradable sorpresa con algunos puntos negros