Análisis de Skullgirls 2nd Encore (PS4, PSVITA, Switch, Xbox One)

Hay que alabar el mérito de Lab Zero Games con Skullgirls por hacerse un hueco en el complicado género de la lucha 2D. Fuera de Capcom o Arc System Works, no hay mucho espacio para un estudio pequeño con un lanzamiento de estas características sin tirar de una saga establecida. No es que Skullgirls tenga ahora un nombre excesivamente conocido para el público general, ni es la estrella en los torneos profesionales, pero el paso más difícil -el primero- ya está hecho.

Skullgirls 2nd Encore es la versión definitiva de las ediciones anteriores, con todo el contenido descargable –Squigly, Big Band, Fukua, Eliza, Beowulf y Robo Fortune-, nuevos modos y mejoras visuales –resolución-. Su fuerte continúa siendo la jugabilidad, desarrollada por un estudio que entiende los juegos de lucha –detrás está Mike Zaimont, campeón de BlazBlue-, y un apartado técnico muy actual de grandes sprites, apropiado para las pantallas de alta definición, y muchísimas animaciones por personaje.

No obstante conviene no perder nunca la perspectiva del equipo que está detrás y su presupuesto –financiación colectiva- para no pedir más de lo exigible, de ahí que incluso con los extras incorporados todavía hablemos de una plantilla un poco reducida y las opciones esperables del género. Eso sí, los fans de Skullgirls que carezcan de las expansiones se lo van a pasar muy bien con 2nd Encore.

El argumento del juego habla de un antiguo artefacto con gran poder, el Skull Heart, que cumple los deseos de una mujer. Si es de corazón impuro, sin embargo, corrompe su ser y se transforma en Skullgirl. Nuestro deber en el modo historia es detener a esta Skullgirl con los luchadores de un elenco mayoritariamente femenino con mucha tendencia al fan service. A favor del grupo de luchadores podemos decir que en la parte jugable sí hay diferencias apreciables en cuanto a estilos.

En la parte negativa, gran parte de la plantilla no tiene demasiado carisma y el diseño mitad amerimanga y de serie de animación, pese a que tiene sus fans, tampoco gustará a todos los jugadores. Este último caso es el nuestro, que encontramos la dirección artística difícil de querer, muy lejos de la personalidad de otras sagas. Skullgirls hace uso del color de manera poco intuitiva –importante por la velocidad de la partida-, pero como decimos, tiene su público y no se puede negar que hay una gran cantidad de cuadros de animación; los escenarios, en cambio, son excesivamente estáticos y falta sensación de profundidad. Parecen decisiones más artísticas que errores, pero al menos a nosotros sigue sin entusiasmarnos el apartado visual –y el musical, simplemente correcto- desde la versión original.

2nd Encore añade más voces a las secuencias intermedias de la historia, que por cierto tiene textos en español. No es que la narrativa sea importante para este juego, pero siempre es de agradecer para seguir los acontecimientos. A los imprescindibles modos versus offline y online -entre los que se encuentra la creación de torneos-, entrenamiento o las galerías, se añaden desafíos, consistente en derrotar a oponentes con curiosas reglas que afectan mucho a las condiciones de batalla, por ejemplo partidas sin poder saltar. Aunque no es excesivamente original –Mortal Kombat o Soul Calibur ya han jugado con estas variantes- ayudará a perfeccionar la técnica de los expertos al obligar a modificar sus recursos.

Un modo de pruebas pone a examen nuestros combos, una especie de tutorial para aprender con la práctica las mejores técnicas, aquellas usadas en combates reales. La supervivencia –también típico de la lucha- nos pone contra una lista interminable de rivales de dificultad creciente, con una recuperación de salud entre rondas que depende de lo bien que juguemos; es entretenido cuando tenemos muchas horas libres por delante, pero con la repetición de personajes pierde parte de su interés.

Skullgirls 2nd Encore también trae varias funciones a destacar. Para evitar la fragmentación de la comunidad, principal enemigo de un juego sin éxito garantizado, soporta cross-play -juego cruzado- entre las tres PlayStation. No es que el número de jugadores desborde, pero al menos esto retrasará la fecha de caducidad. También es compatible con los arcade stick de PS3 gracias a un driver desarrollado para la ocasión que luego han aprovechado Ultra Street Fighter IV de PS4 y Mortal Kombat X; una razón más para amortizar ese control que tienes ahí aparcado en espera de Street Fighter V o Tekken 7. Finalmente, 2nd Encore es cross-buy, compra conjunta de PS4 y PS Vita –todavía no disponible-, por lo que dos copias salen al precio de una.

Esta versión ha corregido parte de las críticas –sobre todo lo relacionado con el contenido-, pero mantiene algunos problemas en la curva de aprendizaje. Los tutoriales personalizados son muy importantes para aprender lo básico, no obstante el problema está en que la mayoría de jugadores prefiere pasar directamente a la práctica, aprender sobre la marcha, y ahí Skullgirls es duro. 2nd Encore tiene una inteligencia artificial muy agresiva incluso en el nivel más sencillo, y teniendo en cuenta que se trata de una saga nueva, lo correcto sería dar más facilidades a los novatos. También está el tema del online, donde encontrarás usuarios con años de experiencia dispuestos a machacar a principiantes.

Conclusiones

Con el contenido y modos de 2nd Encore, esta es una buena oportunidad para acercarse al juego si no lo tienes en otra plataforma, te gusta y no has adquirido todas sus descargas, y especialmente si quieres disfrutar también de la portabilidad con PS Vita.

Es un juego de lucha sólido, aunque todavía lejos de los principales exponentes del género. Ahora está lo suficientemente completo para que no sea un lanzamiento raquítico, y como proyecto independiente tiene un gran mérito. Cualquier aficionado a la lucha que esté dispuesto a probar algo ligeramente distinto a las principales series de Japón, puede acercarse sin miedo a Skullgirls.