Análisis de Secret Ponchos PSN (PS4, PC)
Secret Ponchos es un juego de acción del estudio independiente Switchblade que quizás conozcas por su paso en ferias como el E3, donde tuvimos la oportunidad de jugar a una demostración. Tiene muchos de los ingredientes que nos gustan, como esa temática infrautilizada en el mundo de los videojuegos –y con tanto potencial- como es el Salvaje Oeste, multijugador online similar a un MOBA, el clásico control en pad con sticks –uno para moverse, otro para apuntar- y una colección de personajes aparentemente carismáticos. Sobre el papel todo pinta muy bien, pero este es uno de esos casos donde el resultado no es la suma de sus componentes. Divertido con amigos, tremendamente frío en otra circunstancia.
Nos encantan los juegos de acción de vista superior, no en vano Housemarque lanzó uno de nuestros descargables favoritos de los últimos años –Dead Nation- y otro de sus futuros proyectos –Alienation- está en nuestro punto de mira. Secret Ponchos en su superficie parecer similar pero bastan unas pocas partidas para encontrar que estamos ante algo con una buena base que no está desarrollada completamente, y no hace falta decir lo importante que es rematar un lanzamiento, aunque pueda tener el perdón o disculpa de tratarse de una producción menor.
Lo primero que hace el juego es pedir que seleccionemos uno de los vaqueros de su catálogo, marcados por un fuerte estilo cómic, entre los que se incluyen tipos duros e incluso una torera –que no sabemos qué pinta ahí-, cada uno con unos parámetros diferenciados en cuanto a características de cadencia de ataque, rango, daño, etc.
con una mínima personalización para subir esos valores, que en teoría, se pueden usar para corregir sus debilidades. Sus diseños son interesantes, el viejo pistolero, una especie de calavera mexicana, un joven pelirrojo, un grandullón con rifle… Pocos para elegir, pero con perfiles variados.
De entrada que este título reciba al usuario con la selección de personaje es un error bastante gordo y sin sentido, porque te está pidiendo decidir uno de ellos sin probar el control y habilidades de la plantilla. No dudamos que en el equipo desarrollador se lo han pasado tan bien jugando a Secret Ponchos que se les olvidó ese pequeño detalle, al igual que el de no incluir ningún tutorial. Tu única forma de saber el control es ir a opciones y ver qué hace cada botón, o dedicar unas cuantas partidas de prueba ensayando un poco de qué va. Nada, ni una explicación de qué hace cada ítem que encuentras en los mapas ni estrategias o consejos, hasta la página web es más informativa que el propio juego.
Superada la primera barrera y adaptados al manejo de uno de estos proscritos, comprobamos que hay dos armas a elegir, un desplazamiento rápido para esquivar, coberturas y poco más, pero en principio suficiente, para estas cuestiones es preferible pecar de simplicidad que de confusión. Eso sí, es un tipo de juego bastante distinto al de otros shooters por la dosis de realismo que suponen las armas del juego. Hay que recargar muy habitualmente y la cadencia de tiro no es muy alta, sobre todo con personajes como Phantom Poncho, y el rango de daño es más bien escaso –unos tres metros, en su escala-, lo que quiere decir que el ritmo de la partida es lento si lo comparamos con los frenéticos arcades repletos de oleadas de enemigos y fusiles de gatillo fácil. Nos atrevemos a decir que es un poco lento y defensivo, cada movimiento y tiro no puede ser en derrochado porque suele dejar indefenso frente a tu rival.
Secret Ponchos se disfruta sabiendo lo que ofrece y asimilando las limitaciones de cada individuo, está planeado para sentir la tensión cara a cara, como si fueran duelos. Es un poco cruel dejar que un par de jugadores se enzarcen en una lucha para, cuando estén debilitados, entrar en escena y acabar con ellos, o pegar unos cuantos tiros, retroceder para recargar y volver a la carga, pero así se juega. Y está aquí el por qué entretiene más con amigos que con desconocidos: las muertes y victorias tienen sentido. Jugado al azar, buscando partida, es un título que apenas tiene recompensa u objetivo claro, da para pasar el rato -lo cual no es que sea malo, simplemente no engancha más que unas pocas horas, y hay mejores alternativas-.
No premia mucho la dedicación ni la experiencia, y es alarmante su escaso contenido. Aunque Secret Ponchos es cómodo de jugar, a largo plazo esta falta de originalidad en modos y reducidas opciones a medio plazo suponen un hándicap bastante importante. Recordemos: nada de modo campaña, ni siquiera una sucesión de misiones en solitario, sólo un puñado de mapas a elegir –cinco- y la cantidad de modos más rácana que puedas encontrar, además todos muy similares: a muerte –solitario o en equipo- que consiste en ser el último en pie; dominación que son rondas de luchas entre equipos, gana el que saca una diferencia de cinco muertes; todo vale, un deathmatch con puntos.
A esto se añaden las combinaciones del modo principiante, con clasificación y las partidas privadas o locales. Al menos esto último puede resultar interesante, dada la poca atención que se hace hoy día a jugar con un amigo en la misma plataforma, y se puede participar online en los modos orientados al combate por equipos.
En los aspectos audiovisuales, teniendo en cuenta que se trata de un proyecto independiente, cumple con lo que se puede exigir. Eso sí, la poca profundidad de mapas hace que no haya mucha variedad musicalmente o de gráficos, todos inspirados en los lugares clásicos del Oeste, sean callejuelas de un pueblo, un salón o el desierto con un tren descarrillado. El colorido y arte es bueno, las animaciones son un poco acartonadas o rígidas.
Conclusiones
Decir que Secret Ponchos no es divertido es faltar a la verdad, si bien es cierto que no es fácil entrar en su mecánica y hasta casi parece que en las primeras horas el juego se esfuerza en no ser muy amigable. La primera impresión es importante, y una curva de aprendizaje más cómoda limaría asperezas.
Parece inacabado, y curiosamente no por problemas de conexión –no hemos visto problemas reseñables- o bugs -que no parece tener-, sino por la falta de material de juego, como el doble o triple de arenas, una modalidad en solitario y más alegría para el multijugador, sea con el típico defensa de bases o la captura de bandera. Si llegarán en un futuro mediante contenido descargable lo desconocemos, al menos ahora es una experiencia orientada casi en exclusiva para los piques entre conocidos.