Análisis Sakura Wars, anime, amor y mechas (PS4)
Puede que por estos lares Sakura Wars no sea demasiado conocida, pero se trata de una de las sagas de Sega más queridas y aclamadas en Japón. Todo un fenómeno cultural de finales de los años 90 y principios de siglo cuya caída en desgracia fue tan rápida como su meteórico ascenso en las listas de ventas niponas, lo que llevó a la compañía a dejarla aparcada durante más de una década. Por suerte, ahora vuelve a la carga con una entrega que sirve tanto de reinicio como de secuela, ofreciéndonos así un punto de entrada fantástico a una serie de la que solo pudimos conocer su anime original y su quinta parte. ¿El resultado? Muy satisfactorio, pero mejorable en algunos puntos.
El legado de Sakura Taisen
Que la saga se convirtiese en un fenómeno de masas en el País del Sol Naciente no fue simple casualidad, ya que estamos hablando de un producto único en su especie y con mucho encanto que mezclaba con gran acierto géneros como la novela visual, los simuladores de citas y la estrategia por turnos, y todo ello aderezado por un elenco de personajes carismático y un universo tan peculiar como atractivo que nos llevaba a una versión alternativa de la Japón de los años 20 en la que los demonios, los mechas, las actuaciones de teatro, la magia y la tecnología steampunk iban de la mano.
Además, en ciertos aspectos fue un juego adelantado a su tiempo, ya que fue capaz de plasmar a la perfección la estructura y los valores de producción propios de un anime de alto presupuesto, con actores de primer nivel para interpretar a sus héroes y villanos, multitud de secuencias de animación tradicional de una calidad exquisita, geniales diseños a cargo de Kosuke Fujishima (Ah! My Goddess, You're Under Arrest) y una portentosa banda sonora compuesta por Tanaka Kouhei (One Piece) repleta de temas vocales que sigue resonando incluso a día de hoy en múltiples musicales.
Tras disfrutar de un éxito arrollador en Sega Saturn (consola en la que nació en 1996) y Dreamcast, la serie perdió su privilegiado lugar y tras unos cuantos intentos que no salieron demasiado bien a nivel comercial, han tenido que pasar casi 15 años hasta que Sega se ha decidido a darle una nueva oportunidad. Sin embargo, para devolverle su popularidad de antaño han preferido crear un nuevo punto de partida con una nueva generación de personajes que se dispone a tomar el testigo de la antigua División Flor en un título entretenido como él solo y con muchos aciertos, pero también con unos cuantos problemas que cuesta pasar por alto.
Un entretenidísimo anime interactivo
Esta vez su premisa argumental nos lleva a 1940, 12 años después de Sakura Wars: So Long, My Love, la quinta y última entrega de la serie hasta la fecha (y, curiosamente, la única que consiguió llegar a Occidente). Tras una breve introducción en la que nos narran cómo las Compañías de Combate que conocimos en los juegos originales desaparecieron tras una cruenta guerra, conoceremos a Seijuro Kamiyama, un antiguo capitán de la Marina que ha sido trasladado al Teatro Imperial de Tokio para liderar a la nueva División Flor, un grupo de chicas que, siguiendo el legado de sus predecesoras, debe luchar en secreto contra los demonios que atacan periódicamente la ciudad mientras el resto del tiempo lo dedican en entretener a los ciudadanos con diversas actuaciones y musicales.
Por desgracia, las cosas no están yendo demasiado bien ni en el campo de batalla ni en el escenario, así que nos tocará unificar al equipo y ayudar a cada una de las protagonistas a que pueda sacar su máximo potencial si no queremos que el Gobierno cierre esta legendaria Compañía de Combate que tantas hazañas heroicas realizó en el pasado. Como veis, con esto se ha conseguido justificar un relevo generacional de personajes para que cualquiera pueda conectar con ellos independientemente de su nivel de conocimientos de la saga, pero al mismo tiempo se ha facilitado la introducción de multitud de guiños y referencias a las entregas clásicas como para que los fans de toda la vida sigan sintiendo que están dentro de ese universo tan especial y que tanto les conquistó.
A nivel argumental nos deja con un desarrollo bastante predecible y repleto de tópicos y personajes que responden a diversos estereotipos que hemos visto en infinidad de animes, algo de lo que el guion es muy consciente y a lo que sabe sacarle mucho partido en todo momento para darle una buena evolución a sus heroínas, crear situaciones que no por típicas son menos divertidas y poner sobre la mesa una fantástica puesta en escena que consigue que nos impliquemos con todo lo que ocurre. Además, la segunda mitad de la aventura nos da todo lo que podríamos pedirle y más, momento en el que la historia arranca, pisa el acelerador y la épica de los acontecimientos empieza a escalar sin parar hasta llegar a su espectacular y emotivo final.
Eso uno de esos juegos que, a pesar de abusar de clichés, sabe ofrecer algo único, honesto, con alma y con mucha personalidad, donde lo importante no es que te cuenten algo profundo y trascendental que te cambie la vida, sino simplemente pasar un buen rato en compañía de personajes carismáticos que viven cada momento como si fuese el último y que no dudan a la hora de "fliparse" y darnos un buen espectáculo, ya sea con sus líos amorosos e inseguridades o pilotando mechas.
Entrando ya en lo puramente jugable, comentar que sigue muy de cerca la premisa habitual de la serie, dividiendo su acción en dos partes bien diferenciadas. Por un lado tenemos las secuencias de "aventura", donde deberemos interactuar con el resto de personajes, seguir la historia y presenciar diversos eventos secundarios y opcionales, algo que esta vez se ha hecho mejor que nunca al abandonar el estilo clásico de las novelas visuales de ilustraciones semiestáticas con grandes bloques de textos.
En cambio, ahora disponemos de un mundo perfectamente recreado en 3D por el que nos podemos mover con total libertad y que realmente transmite la sensación de estar inmersos en un anime interactivo. Las secuencias que veremos siguen esta misma tónica, suponiendo un salto gigantesco respecto a títulos anteriores mientras su esencia jugable se mantiene inalterada, con multitud de diálogos y conversaciones en las que, dependiendo de las respuestas que demos, subirá o bajará el nivel de confianza que tengan el resto de personajes hacia nosotros. Todo esto nos abrirá las puertas para poder ver eventos exclusivos, tener citas con las protagonistas e incluso llegar a una serie de finales alternativos. Además, cuanto más confíen en nosotros, mejor rendirán nuestras heroínas durante los combates.
Este nuevo enfoque más interactivo e inmersivo también se ha aprovechado para crear nuevos tipos de "misiones" o actividades, como buscar algo en una zona dentro de un tiempo límite o encontrar coleccionables, y los diálogos están lo suficientemente bien diseñados como para que siempre tengamos que pensar un poco qué es lo que queremos decir para así evitar que se enfaden con nosotros, aunque esto, a su vez, suele derivar en situaciones muy cómicas y divertidas, por lo que casi nunca tienes la sensación de que te estén castigando por haber dicho algo que no debías.
Entre la puesta de escena, lo directo de su guion, el carisma de los personajes y lo dinámico que resulta el sistema de conversaciones, tenemos que admitir que nos lo hemos pasado realmente bien con este nuevo Sakura Wars y la sensación de estar viviendo un anime con aroma noventero al que vamos dando forma con nuestras elecciones está muy conseguida y hace que su desarrollo sea entretenido como pocos.
Mechas decepcionantes
La otra cara de la moneda la tenemos en las batallas, con diferencia lo peor de todo el juego. En vez de seguir con los tradicionales enfrentamientos tácticos por turnos de la serie, esta vez Sega ha apostado por la acción en tiempo real a bordo de mechas para ofrecernos una especie de desangelado hack and slash que fracasa en todo lo que intenta hacer. Los niveles en los que nos toca luchar son simples pasillos sin exploración de ningún tipo donde deberemos superar una serie de arenas en las que tendremos que hacer frente a multitud de enemigos clónicos y sin apenas diferencias en sus patrones de ataque mientras aporreamos botones para acabar con ellos.
Decimos lo de aporrear porque el sistema de combate es más simple que el mecanismo de un chupete y apenas contaremos con cuatro o cinco combos distintos por personajes, todos ellos consistentes en pulsar el ataque flojo varias veces para rematar con uno fuerte. Por supuesto, podremos esquivar, desatar espectaculares técnicas especiales y combinadas, y cambiar el control de un mecha a otro, cada uno con sus propias particularidades, pero a la hora de la verdad lo único que realmente haremos será machacar botones mientras todo muere sin que nos tengamos que esforzar lo más mínimo, algo que se aplica también a los jefes, ya que apenas nos durarán segundos.
La dificultad es prácticamente inexistente y no hemos llegado a estar ni cerca de morir en todo el juego, y por si fuese poco el sistema de esquivas está tan roto que no hay ni siquiera retardo entre una y otra, pudiendo abusar de ellas indefinidamente sin que los enemigos nos puedan tocar. Además, cuando esquivamos un golpe el tiempo se ralentiza para que podamos atacar a placer, matando por completo cualquier rastro de reto o desafío que pudiesen llegar a plantearnos los enfrentamientos. Por supuesto, con esta dificultad también os dará exactamente igual vuestro nivel de afinidad con el resto de personajes, quedando de esta manera muy diluida la relación entre la parte aventurera y la de combate, cuando en anteriores entregas era fundamental llevarnos bien con las protagonistas si no queríamos que las luchas se nos hiciesen muy cuesta arriba.
A todo lo que hemos comentado debéis sumarle una cámara nefasta, la imposibilidad de fijar blancos hasta el lanzamiento de su primer parche, unas secciones de plataformas sin gracia alguna, pocos jefes y mal diseñados (al menos el último es muy espectacular, que ya es más de lo que pueden decir el resto), y la necesidad de repetir todas las batallas del juego hasta cinco veces (una con cada personaje) si queremos conseguir el 100%.
Sabemos que todo esto puede sonar muy duro, pero os podemos asegurar que si no fuese por todo el buen trabajo que hace el guion para implicarnos y hacer que estos momentos resulten memorables y épicos, no tendríamos nada bueno que decir, menos todavía cuando las batallas tácticas de anteriores entregas funcionaban tan bien y hemos podido disfrutar a lo largo de los años de tantísimos juegos de acción con una calidad altísima. Al menos, las secuencias de combate suponen una parte residual dentro del conjunto, y de las entre 25 y 30 horas que dura la aventura principal, apenas llegaremos a estar más de un par luchando en total, por lo que no deja de ser un mal relativamente menor, pero que cuesta ignorar, ya que de haberse hecho bien habría sumado muchísimo.
Un bonito espectáculo
A nivel gráfico tenemos un título que sin ser demasiado puntero, entra fácilmente por los ojos gracias a sus magníficos diseños, la mayoría obra de Tite Kubo, el autor de Bleach, aunque también hay otros mangakas de renombre implicados que han puesto su granito de arena con los secundarios. Y ojo, ya que esto no se limita solo a los personajes, sino también a la recreación que se ha hecho de esta particular versión de Japón, imprimiéndole mucha personalidad a sus escenarios.
Es un título sólido y bonito que además se ve reforzado por numerosas y magníficas secuencias de animación (tanto de estilo tradicional como CGI) y unas coreografías brutalmente espectaculares para los vídeos generados con el motor gráfico en los que los mechas son los grandes protagonistas. Por supuesto, los personajes también son muy expresivos y, aunque a veces las animaciones que tienen son un tanto exageradas, consiguen transmitir muy bien sus emociones. La parte negativa, para sorpresa de nadie, vuelve a radicar en los enfrentamientos, con enemigos poco interesantes y escenarios monótonos, vacíos, faltos de detalle y muy aburridos.
Finalmente, pero no por ello menos importante, tenemos una banda sonora magnífica, variada y repleta de temazos que se adaptan como un guante a todo lo que vemos en pantalla, sabiendo realzar cada momento de forma magistral para que la inmersión sea total. Y por si fuese poco, la mayoría de composiciones cuentan con sus correspondientes versiones vocales. Los efectos también tienen una calidad altísima y el doblaje japonés es simplemente perfecto, con unas interpretaciones por parte de sus actores que nos han puesto los pelos de punta más de una y de dos veces.
Y ojo, ya que todos los textos están maravillosamente traducidos al español con una traducción prácticamente impecable y repleta de expresiones y modismos tan coloquiales que conseguirán sacarnos muchas carcajadas involuntarias. No se libra de alguna que otra erratilla anecdótica propia de algo que se ha pasado durante el proceso de revisión y corrección, pero no podemos ponerle ni una sola pega real al trabajazo que se ha hecho, menos todavía cuando estamos hablando de un juego tan desconocido por estos lares y que va dirigido a un nicho del mercado tan pequeño.
Conclusiones
Sakura Wars es un juego que, en líneas generales, ha sabido revitalizar con acierto una saga muy especial y única para ofrecernos una aventura entretenidísima y repleta de grandes momentos. Por desgracia, el paso atrás que se ha dado con los combates es gigantesco y le impide brillar con toda la fuerza que debería, estropeando una obra con muchísimo potencial y con una propuesta única que no encontraremos en ninguna otra parte. De todos modos, esto no quita que siga siendo una experiencia muy recomendable para cualquier fan de la animación japonesa, ya que la sensación de estar inmersos en un buen anime interactivo es algo que borda de principio a fin. Nosotros lo hemos disfrutado plenamente y al llegar a sus títulos de créditos teníamos una sonrisa dibujada en la cara de oreja a oreja mientras pensábamos en lo mucho que nos gustaría que esto no se quedase aquí y que la saga continuase con una secuela que arreglase sus defectos, así que si crees que estos problemas no te van a arruinar demasiado la diversión y te llama la atención lo que propone, no te lo pienses y dale una oportunidad.
Hemos realizado este análisis jugando en PS4 Pro gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Koch Media.