Análisis de Moto Racer 4 (PS4, Switch, Xbox One, PC)
La mítica saga Moto Racer vuelve de la mano de Artefacts Studio, y ha contado durante su desarrollo con la supervisión de Paul Cuisset, creador de la franquicia. Para esta nueva entrega, que sale a la venta en PlayStation 4, Xbox One y PC a un precio cercano a los 40 €, han intentado recuperar ese enfoque arcade que gustó a los usuarios y que encontró su momento más brillante con Moto Racer 2. Este fantástico videojuego, lanzado en 1998 para PlayStation y PC, ofrecía una jugabilidad endiablada, algo que Moto Racer 4 no ha conseguido transmitir con la misma intensidad.
La importancia del diseño
El control de Moto Racer 4 cimienta su jugabilidad en la velocidad de las motos y en la conducción extrema. Con ello claro, vamos a poder elegir entre motos de campo y carretera, cada una con características diferentes. Si nos adentramos en la conducción por tierra encontramos un pilotaje menos veloz, pero con trazados más revirados y constantes saltos. Por su parte, el asfalto ofrece carreras más rápidas con tráfico real en ambas direcciones. Independientemente de la disciplina elegida, tendremos que conseguir dos objetivos, dar espectáculo y ganar la carrera.
Respecto al primer objetivo, Moto Racer 4 ofrece un medidor de estilo que premiará los pilotajes más extremos. Realizar caballitos con el turbo (que se irá recargando constantemente), esquivar el tráfico real, golpear a los rivales, derrapar, usar el rebufo o completar saltos espectaculares, serán algunas de las acciones que nos otorgarán puntos de estilo. Otro factor importante serán las acciones T.U.R.B.O. Estas mejoras, que iremos desbloqueando a través del modo carrera, nos permitirán realizar turbos especiales al comienzo de la carrera, al regresar a la pista, al hacer un caballito o, por ejemplo, tras un buen aterrizaje.
Todas estas acciones dan como resultado una jugabilidad aparentemente emocionante, sin embargo, el videojuego es demasiado básico y rápidamente vamos a dominar a la perfección su sencillo control. Además, los rivales presentan una inteligencia artificial muy limitada y grandes diferencias entre los distintos niveles de dificultad, lo que complica enormemente encontrar el punto en el que disfrutar jugando. Por último, hay una escasa variedad de motos y circuitos, lo que acaba desembocando en una constante sensación de repetición.
En el plantel de motos, vamos a contar con varios modelos para cada disciplina y un total de 10 pilotos diferentes, aunque estos no influirán en el rendimiento. Cada uno de estos vehículos tendrá 4 estadísticas principales: Velocidad máxima, T.U.R.B.O., conducción y aceleración. De esta forma, a medida que vayamos consiguiendo puntos de estilo, podremos ir mejorando los distintos apartados según el modelo. Pero, pese a la presumible variedad que ofrecen sus distintas estadísticas, rápidamente descubriremos que el rendimiento entre todas ellas es muy parecido y que, salvo por ligeras diferencias, no vamos a notar cambios reales.
En lo relativo a los circuitos, encontramos una selección de 14 trazados, 7 de asfalto y 7 de tierra. Este reducido número de localizaciones, que en su mayoría estarán bloqueadas al comienzo el juego, ofrece trazados divertidos y una gran integración de las estructuras en las dinámicas de juego. Sin embargo, pese a contar con localizaciones variadas como un bosque, un desierto o una gran ciudad, estos se muestran carentes de vida, con fallos graves de diseño y con problemas importantes en las físicas.
Variedad de modos
Adentrándonos en los modos de juego, el modo Carrera es el que ofrece más horas de juego y una ligera profundidad. El esquema básico es que tendremos que ir superando una serie de retos para conseguir estrellas que nos permitirán avanzar hacia desafíos cada vez más exigentes. Es por ello que antes de cada carrera tendremos que decidir si queremos conseguir una, dos o tres estrellas, determinando así la dificultad de la prueba. De esta forma, si decidimos apostar, por ejemplo, dos estrellas y conseguimos el objetivo, las sumaremos a nuestro marcador total, sin embargo, en caso de no conseguir el resultado apostado, esas dos estrellas se restarán de nuestro marcador. Para poder recuperarlas podremos repetir la prueba apostando nuevamente dos estrellas, arriesgando con tres o siendo más conservadores con una.
Este extraño sistema, que impide obtener un premio mayor al que hemos seleccionado en caso de que nos salga una buena carrera, es tan novedoso como frustrante, y las diferencias de dificultad entre las distintas opciones son muy grandes. La mecánica de las estrellas se aplica a distintos tipos de pruebas como: Carrera Rápida, Supervivencia, Campeonato o Último Muere. Sin duda, aunque el Modo Carrera ofrece la propuesta más extensa y exigente del título, y gracias a nuestros avances podremos ir mejorando la moto y consiguiendo nuevos pilotos, la propuesta acaba siendo repetitiva debido a la escasez de pruebas, y al reducido número de motos y circuitos.
Pero Moto Racer 4 ofrece más estilos de juego: Partida Rápida es el más directo, al permitirnos competir en los circuitos desbloqueados y pudiendo elegir el estilo de moto, la dificultad, el número de vueltas o los pilotos controlados por la IA. Sin embargo, si queremos una propuesta más longeva, Campeonato nos permite personalizar un torneo con hasta 18 carreras y una mayor cantidad de ajustes de personalización. Sin embargo, si buscamos algo más directo tenemos Time Attack, un reto más exigente en el que tendremos que superar la vuelta más rápida en menos de 3 vueltas; y Hot Lap, un lugar en el que elegir nuestro circuito favorito para conseguir el tiempo más rápido sin límite de vueltas.
Por último, Moto Racer 4 ofrece dos modos multijugador: el primero de ellos es Pantalla Partida, una propuesta siempre bienvenida para competir contra nuestros amigos en casa. Sin embargo, el más interesante es el multijugador online. Con un máximo de 8 jugadores vamos a poder disputar carreras tanto en partidas públicas como privadas. Entre la selección de modos encontramos: Carrera Única, Rey de la Carretera, El Último Muere y Casco Dorado. Sin duda, aunque hemos tenido problemas para encontrar partida, la experiencia online con otros jugadores es la mejor forma de disfrutar de Moto Racer 4.
Potencia poco aprovechada
El videojuego hace uso del potente motor gráfico Unreal Engine 4 y, pese al buen trabajo de ambientación, encontramos modelados muy sencillos, problemas de popping, texturas muy básicas, colores saturados, un nulo sistema de partículas y un extraño filtro visual que ensucia la imagen sin conseguir con ello un estilo definido. Además, las físicas de los trazados y las motos son poco precisas. Por todo ello, aunque visualmente el título cumple, está muy lejos de ofrecer un acabado interesante. Por su parte, a nivel sonoro el videojuego cuenta con temas electrónicos que aportan ambiente a las carreras y una sonorización de las motos algo básica que, además de no mostrar diferencias apreciables entre los distintos modelos y categorías, acaba siendo repetitiva.
Conclusiones
Moto Racer 4 es un título con una jugabilidad rápida y alocada y que, aunque ofrece un estilo arcade interesante, acaba siendo demasiado básico, repetitivo y carente de emoción. La variedad de modos de juego, aunque ofrece opciones interesantes, es también muy escasa, algo que es aplicable a la poca variedad de trazados y motos disponibles. Sin duda, pese a las bondades de su propuesta jugable, Moto Racer 4 es un título menor y carente de interés para aquellos que no sean locos del género.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con una copia promocional que nos ha proporcionado Meridiem Games.