Análisis Little Nightmares II, nuevas pesadillas (PS4, Xbox Series X/S, PS5, Switch, Xbox One, PC)
Tarsier Studios es un equipo que, sin hacer mucho ruido, está haciéndose su hueco en la industria. Desde el lanzamiento de LittleBigPlanet para PS Vita, hemos visto otros proyectos muy particulares e interesantes, como Statik para PlayStation VR y el reciente The Stretchers; proyectos un tanto menores en comparación con la que parece ser su saga principal, Little Nightmares, que nos ofrece ahora su esperada secuela.
El miedo vuelve a convertirse en pesadilla
Little Nightmares II es una aventura de exploración y puzles con mucho terror. En esta ocasión, nos pone en la piel de un nuevo protagonista, Mono, que se sumerge en un mundo de pesadillas acompañado por la ya conocida Six, personaje principal de la entrega original. Como en esta, nuestro objetivo es escapar de mil y un peligros, ya sean repartidos por los escenarios o en forma de grotescas criaturas. Indiscutiblemente, comparte ciertas similitudes con Limbo e Inside, pero Little Nightmares II también tiene una identidad propia, gracias, sobre todo, a una fantástica puesta en escena que comentaremos más adelante.
A grandes rasgos, mantiene su estructura de desarrollo lateral, aunque ahora añade más profundidad a los escenarios, con algunos más abiertos que nos permiten movernos bastante más en el eje Z, pudiendo, por ejemplo, recorrer pasillos y entrar en las habitaciones. Otra gran novedad es la inclusión de un segundo personaje como compañero de aventuras.
Sigue siendo un juego para un jugador, y es la inteligencia artificial la que controla a Six, pero añade nuevas maneras de afrontar los puzles y la exploración. Es una pena que no se haya implementado un modo cooperativo para dos jugadores, pero, en cualquier caso, se agradece la variedad que aporta.
La última gran novedad es el combate. Es muy puntual, pero le da un toque survival horror que nos ha gustado mucho. Así, encontraremos objetos como tuberías o hachas sueltas por el escenario en momentos clave, que tendremos que utilizar para abrir puertas medio rotas o derrotar a los enemigos. Contra estos últimos tenemos que saber medir muy bien el momento de su ataque para golpear en el momento justo; una mecánica muy sencilla pero efectiva.
Sencillo pero efectivo
La clave de Little Nightmares II es que no intenta abarcar más de lo que puede, sino que prefiere centrarse en hacer poco y bien. Todos los elementos jugables que lo componen son sencillos, y la clave está en lo bien que Tarsier los combina. Los puzles nunca son demasiado complicados, pero tampoco son demasiado fáciles. El combate es simplemente un botón, pero requiere usarlo con cabeza. La infiltración no es más que permanecer en las sombras, pero nunca hay dos secuencias iguales.
Creemos que es muy importante reconocer el trabajo que han hecho los suecos en este sentido. Es algo parecido a lo que pasaba con los juegos arcade clásicos; no necesitaban mil mecánicas jugables para ser divertidos, sino un par de ellas bien diseñadas e implementadas. Las seis horas que nos ha durado han sido seis horas de variedad, en las que nos lo hemos pasado bien, hemos pasado miedo y hemos disfrutado explorando los rincones de esta pesadilla. Como nota, todas las ediciones aparte de la básica traen un pequeño contenido descargable que se integra en el primer capítulo del juego y que apenas dura unos minutos. Si tenéis acceso a este descargable, sólo tenéis que saber si una criatura os arrastra al ático de la casa, tenéis que seguirla.
El miedo cobra forma
Little Nightmares II hace gala de un sensacional apartado audiovisual. A pesar de que pueda parecer algo cartoon, artísticamente está muy, muy cuidado, con escenarios y criaturas que dan muchísimo mal rollo, y que saben tocar lo grotesco e incomodar pero sin pasarse. Hay situaciones geniales, que ya querrían tener muchos juegos de terror, que se alternan a la perfección con otras más relajadas y centradas en la exploración y resolución de puzles.
Todo se mueve genial, con animaciones muy cuidadas, y el único pero que le podemos poner en este aspecto es que los controles a veces responden regular, algo que sólo molesta en las secuencias de «acción», por llamarlas de alguna manera, cuando tenemos que escapar a toda velocidad.
Lo sonoro también está a un grandísimo nivel. Como os podéis imaginar, en un juego como este la ambientación tiene una importancia enorme, y tanto la banda sonora ambiental –que sabe hacerse notar cuando es su momento– como los efectos de sonido trabajan a la perfección para crear esa sensación de incomodidad, de paranoia, a veces onírica, que necesita Little Nightmares II para sostener su propuesta. No hay diálogo, pero los escasos textos están en castellano.
Que no nos despierten
Una de las mejores cosas que podemos decir de un juego, en nuestra opinión, es que no le sobra ni un segundo, y esto es lo mejor que podemos decir de Little Nightmares II. En una época en la que parece importar más la duración que la calidad, encontrarnos con un juego medido de principio a fin es una alegría enorme, y más cuando, como es el caso, se las apaña para ofrecer variedad, diversión, miedo y algunos momentos bastante memorables. Sí, completarlo lleva seis horas, pero son unas seis horas geniales, sale a precio reducido y si queréis hacer el 100% vais a tener que echar bastantes más.
Es cierto que pierde un poco el factor sorpresa del primero, que el control da algunos problemillas puntuales y que nos parece una oportunidad un poco desperdiciada para ofrecer una aventura cooperativa, pero todo esto no consigue empañar, en absoluto, el fantástico trabajo que ha hecho Tarsier con esta secuela. Si os gustó el primero o si, simplemente, os atrae su propuesta, no lo dejéis escapar.
Hemos realizado este análisis en Xbox Series X con un código de la versión de Xbox One proporcionado por Bandai Namco.