Análisis de Life is Strange - Episode 4 (PS4, PC, PS3, Xbox 360, Xbox One)
Life is Strange es, probablemente, una de las revelaciones de este año. Tras Remember Me, probablemente nadie esperaba que Dontnod Entertainment cambiase de género de manera tan radical, y mucho menos que lo hicieran con tanto acierto. Divisor de opiniones, Life is Strange es un juego que está enamorando a muchos usuarios, pero también provocando rechazo en otros por culpa de su tono y protagonistas.
Nosotros somos del primer grupo, lo que no quita que este episodio se nos haya quedado un paso por detrás de los anteriores.
Enfilando el final de temporada, que llegará con el quinto capítulo, Life is Strange - Episode 4: Dark Room sigue profundizando en todos los cabos que la historia dejaba abiertos hasta el momento, y como no podría ser de otra manera, lo deja todo listo para un cierre que puede ser espectacular.
El efecto mariposa
Lo primero, recordaros que no vamos a comentar hechos específicos de la historia (aunque sí haremos referencias no explícitas a ellos), por lo que podéis leer tranquilamente el análisis aunque no hayáis jugado a los anteriores episodios. Como viene siendo habitual, Life is Strange - Episode 3: Chaos Theory terminó con un cliffhanger más que contundente, en un movimiento narrativo cargado de emociones que, por desgracia, nos ha parecido un tanto anecdótico después de todo. Sí que nos ha parecido valioso para ilustrar la impotencia de Max, nuestra protagonista, ante sus poderes, sus actos y sus consecuencias, pero pensamos que podría haber dado más de sí.
En cualquier caso, en Life is Strange - Episode 4: Dark Room Dontnod Entertainment apuesta por avanzar en la historia. Es uno de los capítulos en los que más se avanza en lo argumental, no sólo a la hora de clarificar hechos, sino también a la hora de ir definiendo las relaciones entre personajes y su rol dentro de la experiencia. Por esto mismo, se nos ha hecho raro que teniendo tantas cosas que contar tenga tan poco ritmo.
Life is Strange - Episode 4: Dark Room es bastante más largo de lo habitual (nos ha durado algo más de tres horas y media), y rara es la secuencia en la que no pasa algo relevante para la historia. No sabemos si el estudio francés se ha visto desbordado por el contenido, si se le ha echado el tiempo encima, o qué ha podido pasar, pero a ratos este capítulo nos ha aburrido. La primera mitad sobre todo es la que nos ha parecido peor llevada, sin apenas decisiones que tomar y poca interacción en general. De hecho, hasta los poderes de Max toman un rol secundario aquí.
La segunda parte gana bastante, con la posibilidad de tener el control sobre lo que acontece, e incluso jugar con el tiempo para conseguir que una situación termine con el desenlace que buscamos. Hay, de hecho, varias situaciones con al menos tres posibles finales, incluyendo alguna que puede implicar hasta la muerte de un personaje, y todas ellas condicionadas por las acciones de episodios anteriores.
Ya lo dijimos anteriormente: Dontnod Entertainment está cuidando mucho la toma de decisiones, y pequeños detalles en los capítulos previos pueden tener un efecto importante en los nuevos. No vamos a revelar nada, pero el estudio nos ha ofrecido una gráfica de cómo funciona una de las escenas y no os podéis imaginar la complejidad de ésta, y la de decisiones que afectan para condicionar cada una de las variables.
Habilidades terrenales
El manejo del tiempo sigue siendo clave para Max, pero en Life is Strange - Episode 4: Dark Room hemos notado que se ha vuelto un poco más secundario. Hay momentos en los que es imprescindible, no nos malinterpretéis, e incluso hay algún que otro puzle que nos obligará a tirar del rebobinado, pero no se antoja ya ese elemento siempre presente en la experiencia. En su lugar, vamos a por habilidades más terrenales.
Uno de los momentos que más nos han llamado la atención de este capítulo es cómo Mac y Chloe tienen que resolver un misterio de la manera más detectivesca posible: buscando pruebas, hablando con gente y relacionando todo en un tablero. Poner solución al asunto no es demasiado complicado –realmente, basta con estar atentos a las claves de las pistas recopiladas–, pero le da un pequeño cambio a la jugabilidad que nos ha parecido muy acertado.
La necesidad de presupuesto
Hasta ahora, habíamos defendido que Dontnod Entertainment hubiese preferido centrar su presupuesto en el doblaje antes que en las animaciones, pero en este capítulo hay un par de momentos en los que hacía falta algo más de emoción en momentos muy intensos. Sabemos que el estudio es el primero que querría hacer una producción de mayor nivel audiovisual, pero su narrativa está alcanzando momentos que necesitan un mayor impacto para transmitir todo lo que están contando.
De nuevo, no nos malinterpretéis. El juego sigue en su línea, es capaz de emocionar y contar una historia "creíble", pero momentos que deberían ser devastadores se han quedado en momentos meramente tristes. Las voces siguen estando a un gran nivel, y sólo esperamos que el juego funcione bien para que los franceses tengan más medios de cara a una hipotética temporada.
Salvados por la campana
Life is Strange - Episode 4: Dark Room es un capítulo con sus puntos mejorables –un ritmo muy desequilibrado, los poderes de Max un tanto olvidados, decisiones en un segundo plano durante la primera mitad–, pero que cierra muchos cabos argumentales y que tiene un grandísimo final, que prácticamente te quita cualquier mal sabor de boca. Además, es más largo de lo habitual, y las decisiones de los anteriores episodios siguen causando su impacto aquí.
Si pensamos en frío, Life is Strange - Episode 4: Dark Room es, junto al primero, el episodio más flojo de la temporada, pero con la emoción del final se te olvida. Y es que si algo sabe hacer Dontnod Entertainment es dejarte esperando al siguiente capítulo con todas las ganas del mundo, aunque sepas que va a ser el último.