Análisis de Kill Strain (PS4)
Hasta hace unos años los lanzamientos de MOBA –arenas multijugador- y el modelo gratuito eran bastante escasos en consola, pero últimamente se están imponiendo a un gran ritmo. Y algo está cambiando cuando es la propia Sony quien desarrolla sus propios juegos de este estilo, caso de Kill Strain, desarrollado por San Diego Studio. El equipo es muy conocido en Estados Unidos por la serie deportiva MLB: The Show, mientras que en Europa nos sonará más por las producciones de Drawn to Death, Guns Up! o LittleBigPlanet Karting –todos ellos en colaboración con otros estudios-.
Para Kill Strain sus creadores no han seguido los pasos de otros muchos juegos de acción en tercera persona –Paragon, Smite, por citar algunos- y en su lugar se decantan por algo más arcade y atractivo para el jugador habitual de consola, un shooter de dos palancas –dirección y apuntado independientes, vista superior- con múltiples personajes para desbloquear con la moneda del juego, cada uno con habilidades y perfil diferente –en poder ofensivo, salud o velocidad-.
El mundo que nos presenta Kill Strain está relacionado con brote de virus mutante. No es demasiado original y pasada la introducción se olvida rápidamente, pero tampoco es que sea un fallo para este tipo de juego.; eso sí, un poco extraño que esté disponible únicamente en inglés –voces y textos- por el inconveniente que podría suponer a ciertos usuarios en cuanto a la interfaz o los mensajes de alerta –has perdido una base, etc.-.
La partida consiste en una lucha asimétrica dentro de un mapa por dominar y mantener una serie de bases entre tres bandos: dos de mercenarios –con cuatro miembros- y uno con dos mutantes. Dentro de la limitación que supone esta mecánica –siempre consiste en lograr la mejor puntuación individual, cumplir alguno de los retos para ganar medallas o las misiones diarias-, la batalla transcurre de forma muy dinámica. Es probable que empecemos la partida como humano, aunque esto podrá cambiar con el progreso de la partida.
Lo más interesante de los mercenarios son sus habilidades, con un tiempo de recarga relativamente reducido. Diesel por ejemplo acompaña su lanzallamas con una carrera que deja un reguero de fuego, golpea el área para quemar a enemigos cercanos y tira granadas. Sylvin, otro de los primeros mercenarios para elegir, utiliza dos metralletas, realiza un salto ágil, se hace invisible temporalmente y contraataca a sus enemigos. Hiro utiliza espadas, Rook combina pistola con escudo, Katrina dispone de un rifle francotirador de largo alcance, etc. En definitiva, un elenco de nueve soldados de los que conviene conocer sus puntos fuertes y débiles, pues algunos están más orientados al combate directo y otros para la media distancia.
Estos mercenarios también disponen de un exoesqueleto, el MEC. Una vez activo, podemos proteger al mercenario con una poderosa armadura que aumenta el poder de ataque y la resistencia. Derrotar a enemigos o torretas será más fácil que nunca. ¿Vas mal de salud? Huye de situaciones complicadas a alguno de los puntos de sanación y evitarás la muerte durante más tiempo. Kill Strain no tiene que ser necesariamente un juego de muertes y reinicios constantes.
Hay un mínimo de personalización para potenciar las habilidades únicas y otras más generales que aumentan velocidad o recuperan salud después de cumplir una condición concreta. Ninguna de estas ventajas desnivela demasiado la partida, pero recompensan la continuidad y la subida de nivel ampliando el número de mejoras que puedes añadir a tus personajes.
Este combate entre mercenarios no ofrece nada especialmente sorprendente, pero es sólo una parte de la historia. Los mutantes juegan un papel muy importante en esta guerra, aunque antes hay que explicar qué es la cepa: un terreno infectado que daña a los mercenarios. Se puede desinfectar disparando a ciertos objetos, pero los monstruos en cambio amplían su territorio. Para los mutantes es un área segura donde recuperar salud y camuflarse, por tanto los mercenarios deben mantener un ojo contra el bando humano rival y mantener a raya a los mutantes.
La verdad es que con estas criaturas se convierte en "otro juego", mucho más original. La partida desde el punto de vista mutante cambia, puesto que son más fuertes en el cara a cara contra un humano y pueden arrastrar al rival hacia la cepa, infectando a estos jugadores para transformarlos en nuevos mutantes. Deberás conocer las mejores tácticas en cada caso, pues es seguro que con pocas partidas experimentes el juego en las dos clases. Hay tres condiciones para la victoria: destruir una de las bases rivales –mercenaria o mutante-, infectar a todos los humanos o que transcurra el tiempo límite.
Esta peculiaridad de Kill Strain, tres bandos enfrentados entre sí, compensa en parte una jugabilidad simplemente correcta. Sin grandes errores y tampoco nada especialmente brillante. Es arcade –munición infinita, facilidad para volver a la acción- pero con un pequeño toque de estrategia y colaboración entre compañeros -ir por libre no suele ser una idea muy inteligente-. Esto último choca un poco con la ausencia de un sistema para configurar equipos o enviar invitaciones, para elegir en qué bando comenzamos o incluso para saber qué elige el resto de usuarios -para equilibrar la balanza-, algo que se antoja obligatorio en un juego online.
El sistema de microtransacciones no es muy agresivo. De hecho hay una curiosa opción para alquilar –o contratar- un personaje por una pequeña cantidad de partidas a un precio muy asequible, así que puedes valorar cómo son aquellos mercenarios o mutantes que no has probado antes de la compra con dinero ficticio o con el real. Y como es habitual, los retos diarios están pensados para enganchar al usuario durante muchos días.
Un inconveniente que nos ha sorprendido, por tratarse de un producto de la propia Sony, es el flojo rendimiento que presenta. Los jugadores muy sensibles a la falta de sincronización vertical –los cortes en la pantalla- van a sufrir porque Kill Strain muestra tearing permanentemente. La experiencia es más cercana a la de un juego en fase beta que a un lanzamiento en descarga pública. Cierto, es el primer juego de San Diego Studio en el género y es gratuito –se podría exigir menos-, pero si tomamos como referente un juego "similar" y reciente, Alienation, casi parece que hay un salto generacional en los gráficos a favor del título de Housemarque.
Conclusiones
Kill Strain parte de una buena idea y acierta en algunos aspectos, pero en otros parece simplemente que no está terminado: partidas demasiado largas, el contenido es muy escaso en este momento, sin más variantes en modos ni mapas –uno antártico, el mismo que ha estado disponible en las betas- y el motor gráfico pide urgentemente que sea pulido. Los desarrolladores prometen ampliar el juego con actualizaciones si el éxito acompaña, de modo que algunas críticas podrán ser corregidas.
El potencial está ahí y no se puede negar que engancha durante las primeras partidas, seas jugador habitual a los MOBA o no, hasta que eres consciente de sus limitaciones. En cualquier caso hablamos de un lanzamiento gratuito que merece la pena probar.
Hemos realizado este artículo con la descarga gratuita disponible en PlayStation Network.