Análisis FORM, puzles para tus sentidos VR (PS4)
Los gráficos importan, y aunque no son lo más esencial, su impacto es indiscutible. Quizás todavía es realidad virtual, donde, junto con la interactividad, es es un factor determinante para la experiencia. FORM, desarrollado por Charm Games, hace exactamente eso: crear una puesta en escena increíble donde puzles muy interactivos se convierten en protagonistas. Y, sí, tiene sus carencias, pero no empañan las muchas virtudes que lo hacen muy recomendable. Os las contamos.
Puzles sencillos pero variados
FORM es un juego de puzles exclusivo para la realidad virtual, en el que nos enfrentamos a misteriosos puzles para resolver el secreto detrás de un antiguo artefacto. Con esta premisa, nos lanzamos a experimentar con objetos casi oníricos que se interponen entre nosotros y la solución. Es un acercamiento muy, muy interactivo a la resolución de puzles, que nos obliga a estar en continuo contacto con estos objetos, manipulándolos de diferentes maneras hasta entender cómo progresar.
El título de Charm Games requiere el uso de dos PlayStation Move, y nos coloca, siempre de manera estática, frente al puzle. Si sois de los que se marean jugando en realidad virtual, esto es perfecto para vosotros, ya que ni siquiera tenemos que girar la cámara para avanzar, y los movimientos de nuestro cuello tendrían que ser más que suficientes para ver todo lo necesario. Nuestras manos «mágicas» pueden, por supuesto, agarrar objetos, pero también pueden atraerlos con unos rayos de luz. Estos rayos, a su vez, también pueden activar objetos lejanos, por lo que los puzles no sólo se limitan a lo que tenemos a nuestro alcance. La mayoría son razonablemente accesibles, y es cuestión de trastear un poco hasta que demos con la clave.
Hay puzles de varios tipos. Algunos, de manera muy simplificada, requieren que giremos partes de un artefacto hasta ciertas líneas encajen; otros nos obligan a usar una especie de orbe que nos muestra cosas invisibles a simple vista; algunos nos ponen ante nosotros un puzle tradicional, con sus piezas para unir; otros nos animan a experimentar con la luz... La verdad es que la variedad es notable, y nunca comienzas una prueba con la sensación de que sabes lo que tienes que hacer. Sí que podemos ponerle un par de pegas, y son su dificultad y su duración. Todos los puzles son un tanto fáciles, y esto no ayuda a extender su duración, que en nuestro caso apenas ha sobrepasado la hora.
La duración no nos parece un problema cuando, como es el caso, se lanza a un precio reducido –algo menos de 15 euros en este caso–, pero una dificultad algo más alta podría, al menos, darnos algo más de tiempo para explorar posibles soluciones. Como es habitual en el género, la rejugabilidad es bastante baja, por no decir nula, ya que una vez que te sabes las soluciones pierde la gracia. Al menos se podrían haber integrado algunos coleccionables que nos animaran a «explorar» los entornos, pudiendo así animarnos a darle otra vuelta.
El espectáculo por bandera
Quizás lo que mejor sabe hacer FORM es ser increíblemente espectacular en lo visual. Aunque empieza siendo bastante discretito, quizás por apostar por lo realista, en el momento en el que se desata es impresionante. Tened en cuenta que no destaca tanto por lo técnico como por lo artístico; no son paisajes fotorrealistas que nos transporten, sino escenas que parecen sacadas de un sueño o una realidad alternativa, donde todo se alterna de maneras imposibles y nos sorprenden a cada segundo.
Jugando en PlayStation VR, nos parece que la pantalla OLED del dispositivo hace que el apartado gráfico se beneficie enormemente. Es un título que juega mucho con el contraste, y la manera en la que las luces brillan sobre los fondos oscuros aprovecha particularmente esta tecnología. De hecho, los momentos más espectaculares giran alrededor de este concepto, en el que de pronto todo brilla o explota en una marea de elementos iluminados. También nos ha encantado el uso de las físicas, con una especie de gravedad cero que hace que sea muy cómodo girar objetos con una mano o incluso dejar algo flotando mientras hacemos otra cosa.
En lo sonoro, es bastante más discreto. El diseño de sonido no es malo en absoluto, y sabe ir de la mano con lo visual, pero queda generalmente eclipsado salvo en un modo adicional que nos permite disfrutar de la banda sonora de manera interactiva. Tenemos, dicho sea de paso, voces y textos en inglés, pero realmente no necesitamos entender qué está pasando para resolver los puzles. Hay una historia que sirve de hilo conector, pero si queréis jugar a este título y no habláis inglés, tampoco creemos que la narrativa tan importante. Una última nota es que podemos acceder en cualquier momento a una opción para subir y bajar el nivel del suelo virtual, permitiéndonos jugar con comodidad sentados.
Onírico y efímero
FORM es uno de esos juegos que sólo se pueden entender en realidad virtual. Un título de puzles que apenas dura una hora y que no es particularmente complejo puede parecer difícil de recomendar, pero lo cierto es que las sensaciones que deja son increíbles. Es muy interactivo, y estamos constantemente usando nuestras manos y manipulando el entorno de muchas maneras diferentes. Los puzles son sencillos, sí, pero muy divertidos de resolver, y cada uno nos sorprende con varios momentos espectaculares en lo audiovisual. Entendemos que casi 15 euros por una hora de juego puede parecer demasiado pero, de ser así, os lo recomendamos cuando lo veáis a un precio que os parezca mejor.
Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código de descarga proporcionado por Sony.