Análisis de Final Fantasy Type-0 HD (PS4, PC, Xbox One)
Por fin está entre nosotros. La espera ha sido larga y a pesar de habernos quedado sin poder disfrutar de su versión original para PSP, ya podemos decir con gran alegría que Final Fantasy Type-0 ha llegado a Occidente. Un juego que, si bien ya muchos dábamos por "perdido", gracias a la decisión de Square Enix de realizar una remasterización en alta definición para PS4 y Xbox One ha recibido una nueva oportunidad y los medios para salir de las fronteras japonesas, lo que nos ha permitido quitarnos por fin esa espinita que teníamos clavada desde hace tiempo por no haberlo podido jugar hasta ahora.
Así pues, y como ya os avisamos en nuestras últimas impresiones, estamos básicamente ante un juego de PSP, por mucho que se juegue en las consolas de nueva generación. Y no nos referimos solo a su desfasado apartado gráfico (del que hablaremos más adelante en profundidad), ya que hay muchos aspectos jugables que se encargarán de recordarnos constantemente la naturaleza portátil de esta aventura. Pero considerando el tiempo que muchos llevábamos esperándolo, no creemos que este vaya a ser un gran obstáculo que os impida su disfrute.
La guerra de Orience
La historia de Final Fantasy Type-0 nos lleva a Orience, un mundo de fantasía con cuatro grandes naciones en guerra. Cada una de ellas cuenta con la bendición de uno de los cuatro cristales elementales y gracias a ellos obtienen poderes y beneficios muy diferentes. En nuestro caso, nos tocará ponernos en la piel de la Clase 0 de Aspirantes a Agito del Dominio de Rubrum, un grupo de estudiantes muy especiales con unas habilidades de combate tan devastadoras que los convierte en una de las piezas claves de dicha nación para sobrevivir a este gigantesco conflicto.
La principal característica del Dominio de Rubrum es que sus habitantes poseen el don de la magia, por lo que pueden realizar poderosos conjuros e invocar a los imponentes eidolones (las clásicas invocaciones de Final Fantasy, como Bahamut, Odín o Shiva), algo que además de tener su impacto jugable al permitirnos poner en práctica estas habilidades, también tiene muchísima importancia en su guion.
Como no queremos arruinaros ninguna sorpresa, simplemente diremos que el argumento está bien llevado, con momentos muy intensos, épicos y espectaculares que tratan de mostrarnos el curso de una guerra con toda su crudeza (incluyendo sangre, escenas desgarradoras, cadáveres, etcétera). Además, cuenta con varios giros de guion que seguro que os pillan con la guardia baja y con un final que nos ha parecido simplemente genial para la historia que se nos cuenta, con una combinación de imagen y sonido prácticamente perfecta.
Pero lo que más nos ha gustado de su argumento no ha sido su trama principal, sino su apasionante e interesante mitología. Orience es un mundo complejo (bastante más de lo que puede parecer a simple vista) repleto de misterios y secretos ocultos que tendremos que descubrir por nosotros mismos. De hecho, existe una enciclopedia que irá registrando todo tipo de información sobre los sucesos del mundo, los personajes con los que nos encontremos, los enemigos, los eidolones, etcétera, y muchas veces será en ella donde encontremos las respuestas a los interrogantes que la historia principal nos va dejando, que no son pocos.
Es más, será necesario que juguemos una segunda partida para poder descubrir ciertas escenas secretas que nos permitirán terminar de recomponer todo el puzle. La primera vez que os lo paséis os enteraréis más o menos de lo principal e intuiréis ciertas cosas, aunque no será hasta la segunda vuelta cuando todo os termine de encajar.
La narrativa también ha conseguido convencernos gracias al toque oscuro y adulto que se le ha dado a todo, tocando temas como el hecho de que sean jóvenes que todavía no han alcanzado la mayoría de edad quienes libren las batallas más duras de esta guerra o el interesante detalle de que los cristales eliminen los recuerdos de los muertos de quienes siguen vivos, algo que da pie a interesantísimas conversaciones que invitan incluso a reflexionar.
Por desgracia, no todo es perfecto y los personajes nos han decepcionado bastante. Existen algunas excepciones, pero por lo general, ni los villanos nos han parecido especialmente carismáticos ni los protagonistas nos han entusiasmado demasiado (aunque bueno, tenemos que admitir que en la escena final consiguieron ganarnos del todo). Existen dos miembros de la Clase 0 que tienen un protagonismo algo mayor y a los que llegaremos a entender mejor que al resto, pero de los otros doce simplemente descubriremos la personalidad que tienen y su forma de ser, por lo que no esperéis profundizar demasiado en sus motivaciones, relaciones personales con otros personajes, pasado, ni nada por el estilo.
Además, las personalidades de las que hacen gala las hemos visto ya mil y una veces en otros juegos, y solo con ver los diseños de cada protagonista sabréis cómo son antes siquiera de que abran la boca. Una pena, aunque al menos conseguirán sacarnos alguna que otra sonrisa con sus conversaciones y reacciones, y cuando se les trata como grupo resultan mucho más interesantes.
Un mundo lleno de posibilidades
Entrando ya en lo que es su jugabilidad, decir que estamos ante un título de rol japonés con combates en tiempo real, por lo que si buscáis un juego clásico con combates por turnos aquí no lo vais a encontrar. Un detalle que nos ha llamado mucho la atención es su curioso desarrollo, que bebe directamente de lo que hemos visto en Persona 3 y Persona 4. A diferencia de otros Final Fantasy, aquí la historia va progresando a medida que pasa el tiempo.
Entre misión y misión de la trama principal nos darán un tiempo determinado que nosotros tendremos que decidir cómo invertir, ya sea charlando con la gente de la academia a la que pertenecemos (que es algo así como la ciudad principal del juego y nuestra base de operaciones), presenciando eventos, cumpliendo encargos, explorando el mapamundi, atendiendo a clases, etcétera. Cada una de estas acciones nos consumirá una cantidad determinada de tiempo, así que en nuestras manos estará decidir cómo invertirlo hasta que llegue el Día D, momento en el que tendremos que cumplir la misión de turno para avanzar en la historia.
La cantidad de actividades que tenemos disponibles no es ni por asomo tan amplia como en un Persona y, de hecho, es muy probable que en vuestra primera vuelta os quedéis sin poder cumplir bastantes misiones más por falta de nivel que de tiempo. De todos modos, si esto no os gusta demasiado, siempre podréis hablar con un personaje concreto para que os lleve directamente al Día D y así avanzar siempre que queráis, aunque os avisamos que lo que no hagáis en el momento de la historia en el que os encontréis ya no lo podréis realizar hasta que lleguéis al mismo punto en una segunda vuelta (al menos en lo que se refiere a los encargos, eventos, charlas y maniobras de la propia academia).
Algo que no nos ha gustado demasiado es la extrema simpleza de los encargos, ya que son unas misiones en las que nos pedirán objetivos tan anodinos y simples como matar a un determinado número de enemigos de una forma especial o recolectar objetos. Además, solo podremos tener uno activo a la vez, lo que hace que la tarea de cumplirlos se haga mucho más pesada y aburrida todavía.
En el otro lado de la moneda tenemos las maniobras, unas misiones de gran dificultad bastante más interesantes, ya que no solo actúan de forma similar a las de la historia principal, sino que nos permitirán reconquistar territorios, desbloqueando nuevas zonas y ciudades. Lo malo, es que estas "ciudades" dejan muchísimo que desear, ya que no son más que una sección de los mapas de misiones en los que en vez de haber enemigos hay civiles con los que hablar y comerciar.
También tenemos que destacar la gran cantidad de secretos y mazmorras opcionales que esconde el mundo del juego, de forma que si os dedicáis a explorar cada rincón del mapamundi, acabaréis por encontrar todo tipo de interesantes desafíos que de seguro os tendrán muy entretenidos. Aunque mucho ojo con lo que descubrís, ya que quizás vuestro nivel no dé la talla para adentraros en ciertos lugares o enfrentaros a determinados jefes secretos.
¡A las armas!
Uno de los aspectos que más nos ha gustado del juego es su sistema de combate, con unas batallas tan rápidas y ágiles como tácticas. Como ya hemos dicho antes, aquí encarnaremos a la clase cero, por lo que desde el principio (una vez terminado el prólogo) tendremos disponibles a sus 14 miembros para batallar. Cada uno tiene un ataque básico, dos habilidades especiales y una defensiva. Estas tres últimas las podremos decidir nosotros, por lo que tendremos cierto margen para personalizar a nuestros héroes, aunque al final hay algo que destaca sobre lo demás: lo tremendamente diferentes que son entre ellos, de forma que nos tocará habituarnos al estilo de juego de cada uno, algo que está determinado por el arma que manejan (cada uno solo sabe manejar un tipo de arma).
En batalla no conviene atacar a lo loco, ya que si hacemos esto lo más probable es que acabemos con nuestros protagonistas más que muertos. En vez de eso, el título nos invita a que estudiemos los patrones de ataque de los enemigos para descubrir cuándo bajan las defensas (se indica con un círculo rojo o amarillo sobre el rival cuando lo tenemos fijado) y atacar en ese momento para provocar grandes daños. Además, muchos enemigos son débiles a un elemento o tipo de daño concreto, por lo que es otro punto que tendremos que tener en cuenta, así como la climatología, ya que esta afecta a la batalla de formas muy diferentes, ya sea potenciando hechizos, disminuyendo la eficacia de otros e incluso provocando que perdamos vida en climas extremos.
Un detalle muy llamativo es que aquí no podremos resucitar a un miembro caído, obligándonos a sacarlo de la batalla y cambiarlo por otro de los aspirantes que tengamos en la reserva, aunque en el grupo activo solo podremos tener a tres personajes a la vez. Si bien cuando estamos por el mapamundi solo nos bastará con ir a una ciudad para resucitar a todos los que hayan muerto, en las misiones no podremos hacer esto hasta que nos la pasemos, así que solo tendremos 14 vidas para superarlas (aunque ojo, que hay misiones en las que no nos dejarán llevarnos a todos y tendremos menos todavía).
Catorce puede parecer un número bastante alto, pero no os dejéis engañar, ya que Type-0 no es un juego fácil. Se trata de un título exigente que nos obligará a estar muy atentos a todo lo que ocurre en pantalla, a reaccionar rápido y a buscar las mejores estrategias. Hay una gran cantidad de enemigos capaces de destrozar a vuestros personajes de un plumazo, por lo que si no tenéis cuidado veréis cómo vuestro número de personajes vivos disminuye por momentos.
Además, para ponernos las cosas más complicadas todavía, no son pocos los momentos en los que durante una misión os encontraréis con situaciones pensadas para diezmaros al grupo sin compasión alguna, ya sea matándoos a algún personaje "porque sí", encerrándoos en una sala con un enemigo que os supera ampliamente en nivel y capaz de destrozaros de un solo golpe u obligándoos a tener que invocar a un eidolón. Estas no ocurren siempre, y con algo de maña se pueden evitar, pero os aseguramos que no han sido pocas las veces que nos han roto nuestra estrategia con este tipo de cosas inesperadas, dándole mucha vidilla y tensión a cada misión. Moraleja: tened siempre a todos vuestros personajes parejos en nivel y bien equipados.
Ya que hemos mencionado a los eidolones, nos gustaría destacar lo mucho que nos ha gustado la forma en la que los han implementado. A nivel argumental, la única forma de invocar a uno es sacrificando una vida (o varias si es especialmente poderoso), de modo que si queremos llamar a uno a la batalla, no nos quedará otra que matar a uno de nuestros personajes. Eso sí, a cambio obtendremos un gran poder durante un tiempo limitado, dándonos el control directo sobre la invocación en cuestión, momentos en los que nos sentiremos prácticamente como un dios descargando su ira sobre los enemigos. Además, el tamaño del que hacen gala y sus diseños son realmente imponentes. De todos modos, si no nos gusta esta mecánica, siempre podremos optar por otros dos ataques definitivos que no nos pedirán sacrificar a nadie.
Otro elemento que ayuda a darle algo de variedad y emoción a las misiones es la presencia de los Objetivos Secundarios, un sistema que podremos activar o desactivar siempre que queramos en la academia. Su funcionamiento es bien sencillo: cada pocos segundos nos llegará una carta con un Objetivo Secundario, que suelen consistir en cosas como que no nos peguen durante unos segundos o en matar a un enemigo antes de que se acabe el tiempo. Si la abrimos podremos decidir si intentar cumplirlo o no, aunque fracasando nos arriesgamos a perder a nuestro personaje activo, por lo que os recomendamos que los aceptéis solo cuando tengáis muy claro que los vais a superar. En cambio, si lo completáis, se os recompensará de diferentes maneras.
Para terminar, decir que en el mapamundi las batallas tienen lugar de forma aleatoria y que a veces tendremos la oportunidad de repetirlas, aunque con enemigos de más nivel, para obtener mejores recompensas y experiencia, algo que no ocurre durante las misiones, ya que en estas todos los enemigos y combates están predefinidos.
La evolución de la Clase 0
El juego incluye un buen número de opciones para personalizar a nuestros personajes y considerando que tendremos que administrar a 14, cuando toque decidir las mejoras que queréis para cada uno probablemente os tiréis un buen rato en ello. Con cada nivel obtienen puntos de habilidad que podremos invertir en conseguir nuevos movimientos, técnicas o mejorar los ya existentes. Esto es algo que también se aplica a los eidolones, por lo que mientras más los uséis, mejores serán.
Además, también nos tocará decidir cómo queremos potenciar los hechizos, ya que estos tienen una serie de características concretas que nos tocará decidir cómo evolucionar usando los pneumas que recojamos de los enemigos muertos (además, cuando extraigamos uno también provocaremos una explosión que daña a los enemigos), aunque tened cuidado, ya que a veces mejorar el atributo de un hechizo puede ir en detrimento de otro.
En cuanto al equipo, este es bastante simple, ya que solo podremos equiparnos con nuevas armas, además de las habilidades que mencionamos hace unos cuantos párrafos (dos normales y una defensiva), así como con distintos tipos de uniforme, aunque estos solo cambiarán nuestra apariencia y no afectarán en nada más.
Eso sí, tened en cuenta que todos estos cambios solo los podréis realizar en las Terminales (o lo que es lo mismo, en los puntos de guardado), de forma que si queréis invertir los puntos de habilidad que hayáis ganado subiendo de nivel para mejorar a vuestros personajes, tendréis que ir a estos sitios para gastarlos. De la misma manera, olvidaos de cambiar vuestras técnicas y magias en mitad de una batalla.
En lo que respecta a la duración del juego, a nosotros nos ha llevado unas 28 horas completarlo en normal (hay cuatro niveles de dificultad, pero difícil y muy difícil están pensados para las siguientes vueltas, ya que en vez de subir el nivel de dificultad lo único que hacen es subir muchísimo el nivel base de los enemigos), jugando con mucha calma, explorando todo lo que podíamos y aprovechando al máximo el tiempo que nos daban entre misión y misión, por lo que si optáis por pasaros el juego deprisa y corriendo no debería llevaros mucho más de 15 o 20 horas.
Eso sí, recordad que la primera partida es poco más que una toma de contacto para descubrir su historia, ya que hay mucho que hacer tras ver por primera vez los créditos. Y que no se os olvide visitar la enciclopedia cuando os lo paséis, que quizás os encontráis con alguna que otra jugosa sorpresa...
Type-0 en HD
No os vamos a engañar, el apartado gráfico del juego a día de hoy, y en plataformas de nueva generación como son PlayStation 4 y Xbox One, deja bastante que desear. Se nota que el título ha recibido muchos retoques, especialmente en el modelado de los protagonistas, que lucen especialmente bien, así como diferentes efectos de iluminación y texturas que se han mejorado respecto a lo que se pudo ver en PSP (la academia se ve genial ahora), pero sus orígenes son siempre muy evidentes.
Zonas pequeñísimas que nos hacen pasar por constantes pantallas de carga (incluyendo el mapamundi...), modelados de personajes secundarios muy pobres (los civiles y estudiantes de la academia pueden llegar a doler a la vista), una tasa de imágenes por segundo que inexplicablemente no pasa de los 30 fps, unos fondos 2D muy notorios al jugar en pantalla grande, varias texturas que parecen sacadas de la primera PlayStation, etcétera. Sabemos que es una remasterización en alta definición y no un remake, pero hay muchas cosas que pedían a gritos más retoques para hacer del juego una experiencia más digerible en una consola de sobremesa.
Eso sí, también tenemos que decir que el título cuenta con algunos momentos que han conseguido dejarnos con la boca abierta, especialmente cuando pensábamos en que todo lo que estábamos viendo en pantalla era capaz de moverlo nuestra antigua PSP. No vamos a daros más detalles al respecto, pero prestad mucha atención a los jefes finales, porque son todo un espectáculo digno de ver y de jugar. Además, las escenas de vídeo que no están generadas con el motor gráfico tienen una gran calidad, algo que ya es marca de la casa con esta saga, y el apartado artístico está muy logrado, lo que consigue maquillar un poco muchos de sus defectos técnicos.
Eso sí, del sonido no podemos decir nada malo, con una banda sonora que nos ha encantado, repleta de grandes temazos que además son utilizados en los momentos claves para ponernos los pelos literalmente de punta (todo el tramo final, con la última secuencia de vídeo incluida, es un gran ejemplo de esto, aunque ni mucho menos el único). Los efectos mantienen una buena calidad y son variados, y el doblaje incluye la agradecida opción de escoger entre las voces originales japonesas (perfectas) y las inglesas (mejorables). Por los textos no os preocupéis, ya que están en español y además genialmente traducidos.
Conclusiones
Final Fantasy Type-0 HD es un juego que nos ha gustado y nos ha sabido ofrecer buenos momentos, aunque nunca hemos conseguido quitarnos ese pequeño resquemor de estar jugándolo tarde y en una plataforma que le queda algo grande al título. De todos modos, se trata de un producto muy disfrutable. Un Final Fantasy algo atípico, desafiante, con un sistema de combate muy bien diseñado, con un mundo apasionante, con una historia madura y adulta, y con un buen número de cosas para hacer, aunque no todas ellas son igual de interesantes y atractivas.
No se libra de tener ciertos fallos que le impiden llegar más lejos, como lo fragmentado que está el mundo, las ciudades tan poco trabajadas que tiene, un apartado gráfico totalmente desfasado, unos personajes muy desaprovechados y unas misiones secundarias bastante mejorables, pero al final, a la hora de la verdad, si os gusta la saga y el rol tanto como a nosotros, os lo vais a pasar en grande decidiendo el destino de Orience junto a la Clase 0. Y además, con demo de Final Fantasy XV incluida si compráis una copia de su primera tirada.