Análisis de Earth Defense Force 5 (PS4)
Eath Defense Force todavía tiene algo que decir en esta época de extinción de los juegos de gama media-baja. Más ambicioso que la mayoría de juegos independientes, pero mucho menos que las superproducciones que se lanzan este otoño, Earth Defense Force 5 es casi una rareza en el mercado y una buena noticia para aquellos que buscan variedad en el catálogo.
El nuevo episodio de esta saga de acción cumple con todo lo que se podría esperar de la saga, tanto en lo bueno como en lo malo. Y es que muchos se preguntarán cómo un juego con un aspecto tan poco atractivo, que casi parece una versión directa de algún lanzamiento de portátil, puede tener sus adeptos. Pero es que el secreto de EDF es el de una jugabilidad sencilla y tan adictiva como la que puede dar un musou, salvo que en este caso no hablamos de ataques con espadas ni luchas contra reinos chinos.
Earth Defense Force 5 nos presenta esa habitual guerra que inevitablemente recuerda a la película –y novela- Starship Troopers, o al menos a sus escenas de acción. Esta vez comenzamos con un simple civil que durante el tutorial ve cómo la base militar en la que se encuentra es atacada por unas hormigas gigantes. La confusión reina en el ejército, los medios y la población, que especulan con algún tipo de ataque de otro país; no tardaremos mucho en ver una nave espacial y que se trata, realmente, de una invasión a nivel global. Somos buenos con las armas y no dudaremos en participar de este conflicto.
La historia tampoco da mucho más de sí, y de hecho se podría pedir algo más de contexto o personajes con un mínimo de carisma, pero en parte este nivel de serie B tiene su encanto. Ya sea por los ridículos diálogos –interpretaciones incluidas-, el gusto por la absurdez de situaciones extremas, unas físicas de chichinabo que dan lugar a comportamientos extraños, música o efectos sonoros olvidables, el juego nunca se toma demasiado en serio y lo compensa con una jugabilidad mucho más pulida que otros juegos más pretenciosos que fallan en lo principal.
El juego está distribuido en un centenar de misiones, generalmente cortas, no mucho más de 10-20 minutos, en las que hacemos frente a las oleadas de enemigos. Individualmente estos insectos suelen ser bastante fáciles de derrotar, pero en la mayoría de ocasiones te verás rodeado por los bichos -clásicos de la saga y algunos nuevos-, recibiendo golpes y proyectiles. Hay cinco niveles de dificultad, y si bien comienza bastante fácil, os advertimos que no hay puntos de guardado intermedio y esto puede complicar ciertas fases.
En Earth Defense Force 5 disponemos de cuatro clases de soldado. Los Ranger son los más equilibrados y estándar, fáciles de manejar para la mayoría de misiones y capaces de controlar vehículos militares. Las Wing Diver van equipadas con mochilas voladoras para remontar el vuelo, pero su baja salud es un problema. Los Fencer son todo lo opuesto a estas últimas, son la clase tanque: gracias a sus exoesqueletos portan armas potentes e incluso dos diferentes en cada brazo. Por último, los Air Raider son tácticos y puede pedir apoyo aéreo en forma de vehículos o bombardeos.
Esta variedad de clases se suma a una gran la cantidad de armas –diferente daño, cadencia, cantidad de tiros por carga- y equipamiento para personalizar a nuestro soldado permiten mucha flexibilidad a la hora de crear nuestro estilo de juego; quizás nos guste más el fuego rápido, los explosivos o algo intermedio. En definitiva, conviene cambiar de clase y no sólo por variar un poco la jugabilidad –este podría ser uno de los puntos débiles del juego, pues el objetivo no cambia mucho-, sino porque hay retos diseñados para un perfil determinado.
La obtención de recursos es aleatoria y por tanto a veces injusta, pero hay que entender que Earth Defense Force 5 está pensado para ser rejugado, conseguir nuevo equipamiento o mejorar el disponible. Y esto se potencia con la opción de jugar tanto en solitario como en online y cooperativo local a pantalla partida. Divierte en cualquiera de las formas elegidas, pero tratándose un desarrollo caótico y con la posibilidad de elegir clases diferentes, se nos antoja preferible disfrutarlo en compañía.
El inconveniente de jugar a pantalla partida está relacionado con el pobre apartado técnico, y es que el bajón en rendimiento se hace evidente. Tampoco lo hace injugable, y sabemos que el comprador habitual de EDF no está buscando precisamente unos gráficos impactantes, pero hablamos de un juego de consola doméstica en 2018 con escenarios desangelados, texturas genéricas, iluminación anticuada y modelos que rozan la generación 128 bits.
Si bien en movimiento y con una gran cantidad de enemigos en pantalla estas carencias se disimulan algo, y funciona más estable que pasados juegos –con algunos efectos nuevos o más variedad de localizaciones-, tampoco está exento de un framerate variable e incluso fallos de sincronización vertical –un defecto que por suerte hemos visto muy poco en la actual generación-.
Para los jugadores españoles hay que citar un problema extra con Earth Defense Force 5, y es que carece de opción para activar subtítulos, no ya en nuestro idioma, sino en inglés. En ocasiones estos comentarios de compañeros dan consejos útiles de nuestro objetivo –por ejemplo, que hay que destruir un artefacto que teletransporta enemigos- o son cómicos, intencionadamente o no, y eso hay que cazarlo de oídas.
Conclusiones
Esta saga demanda un gusto por aceptar lo que es y no exigir más de lo razonable. Los fans veteranos quizás echen en falta en esta secuela innovaciones nivel jugable, pero tratándose de un juego para un público tan minoritario, casi es peligroso pedir que arriesgue más.
Earth Defense Force 5 consigue que muchas de las características que definiríamos en otros juegos de errores graves aquí sean aceptadas como parte de su fórmula. Un cóctel épico, casposo, ridículo pero siempre divertido. No se trata de uno de esos juegos llamados de placer inconfesable que hay que ocultar: EDF es, en el fondo, un buen juego de acción multijugador con una presentación muy mejorable. Pero no es mal juego, y eso es más de lo que pueden decir otros títulos de más renombre.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado ONE PR Studio.