Análisis de Doom VFR (PS4, PC)
La realidad virtual sigue creciendo cada día, y gracias a juegos como el que nos ocupa, nos viene a demostrar también que cada vez su ambición es mayor, y no se cierra a juegos más tradicionales. Sí, cuanto más limitada esté la experiencia más fácil es hacerla funcionar, pero los jugadores ya han abrazado este nuevo formato, y quieren juegos tradicionales en esta plataforma. Hoy toca sumar uno más a la lista: DOOM VFR.
El infierno desde dentro
DOOM VFR –los aficionados de la saga sabrán lo que significa la F– es un juego de disparos en primera persona para la realidad virtual, que se basa en la última entrega de la saga desarrollada por Bethesda. El núcleo de la jugabilidad es el mismo del DOOM de 2016, sólo que adaptada a los cascos de realidad virtual para PlayStation 4 y PC; es decir, tenemos ante nosotros un shooter directo, frenético y muy violento, con un pequeño toque de exploración.
Si os gustó DOOM, creemos que os va a gustar DOOM VFR. La esencia es la misma, combinando tiroteos, con un poco de exploración, secretos por encontrar y buenos valores de producción. Está todo concentrado a lo largo de entre unas cuatro o cinco horas de juego, y obviamente adaptado a la realidad virtual, pero creemos que se han respetado muy bien las señas de identidad de la saga.
Los controles se han adaptado también a la plataforma, y aunque ciertos tipos de control permiten el libre movimiento, el teletransporte se ha convertido en parte de la jugabilidad. ¿Recordáis cuando en DOOM dejábamos a un enemigo tambaleándose, brillando en azul, listo para darle el golpe final? Bien, aquí necesitamos teletransportarnos para realizar esa ejecución.
El teletransporte también será necesario para movernos por algunas zonas del escenario a las que no podremos llegar simplemente andando, además de permitirnos ralentizar el tiempo ya sea para atacar o pensar cuál va a ser nuestro siguiente movimiento. Aparte se ha introducido un "dash" (un movimiento de desplazamiento rápido para esquivar), bastante útil en las batallas –e incluso para desplazarnos por los escenarios–, y pensado para poder movernos rápidamente durante el combate sin marear.
Tenemos otra una habilidad nueva, una especie de explosión que aleja a todos los enemigos cercanos. El objetivo de esto es darnos un respiro cuando los enemigos nos rodean, algo que nos va a resultar muy necesario más de una vez. Estas habilidades se suman a los potenciadores de la entrega principal como el cuadruplicador de daño, el modo berserker o la invencibilidad, que siguen presentes.
Tres tipos de control, tres pros y tres contras
El principal problema es que no hay control perfecto. En PlayStation 4 –donde nosotros lo hemos analizado– tenemos tres opciones de control, con el DualShock 4, el Aim Controller y dos PlayStation Move, y todo tienen sus pros y sus contras. Con el mando tradicional podemos movernos libremente y girar la cámara a nuestro gusto, pero obviamente se pierde la inmersión que supone tener el control "real" sobre nuestras manos y el apuntado de armas.
El Aim Controller es el más equilibrado, ya que ofrece las ventajas del DualShock 4 con el control "real" sobre nuestra arma, pero requiere que sujetemos el mando con dos manos, mientras que el personaje de juego lleva un arma en cada mano. Obviamente, te puedes acostumbrar a tener una mano flotando ahí a tu lado, pero es innegable que se hace raro en muchos momentos.
Por último, tenemos los dos Move, que nos ofrecen total inmersión en la partida, con una mano del personaje asignada a cada mando, la posibilidad de apuntar a donde queramos, lanzar granadas haciendo su gesto correspondiente o interactuar con ciertos elementos de manera mucho más realista. El problema es que no nos da la opción de movernos libremente ni de girar la cámara, más allá del giro de 180 grados presente en todas las configuraciones.
Al final nosotros nos decantamos por jugar con los Move, y para solventar el problema de no poder girar la cámara, nos pusimos de pie. Obviamente, estando de pie puedes girar hacia izquierda o derecha con mucha más comodidad y más ángulo que estando sentado. Así podemos cubrir prácticamente todo lo que tenemos frente a nosotros y a nuestros lados, y lo que se queda fuera de nuestro alcance lo podemos cubrir al hacer el giro de 180 grados.
Sí, sabemos que el jugador no tendría que adaptarse al juego, sino que debería ser al revés, pero siendo un juego tan divertido creemos que merece la pena, aunque sólo sea por las sensaciones que nos dejan. "Vivir" DOOM es una experiencia fantástica, y aunque el proceso de adaptación sea más complejo de lo que nos hubiese gustado, al final creemos que vale la pena.
DOOM como no lo habías visto antes
Algo que nos ha sorprendido de esta versión es lo bien que aguanta el tipo gráficamente. Lo hemos analizado en PlayStation 4 Pro, y como veis en las pantallas que acompañan al texto se ve genial. Obviamente, la escala del juego es menor, pero nos encontraremos con escenarios razonablemente grandes, una buena cantidad de enemigos en pantalla, decenas de efectos simultáneos, y todo se mueve de lujo.
Aunque, como decimos, el análisis lo hemos hecho en PS4 Pro, también hemos podido probarlo en PC. Jugando con el HTC Vive, DOOM VFR adolece de las mismas carencias en su control, aunque a nivel visual alcanza unos niveles espectaculares, siempre y cuando tengamos un equipo a la altura.
En cualquier caso, es increíble ver los monstruos de DOOM ante nosotros a "tamaño real". Por mucho que lo hayamos jugado en una tele grande, no nos hacemos una idea real del tamaño de estos enemigos, y verlos delante de ti, atacando, corriendo hacia ti, disparándote… es una auténtica experiencia para los fans.
Comentar también que el juego nos llega traducido y doblado al castellano, algo que consideramos casi imprescindible en un juego de realidad virtual. No tenemos palabras para decir lo increíble que sigue siendo la banda sonora de Mick Gordon, y cómo esos riffs del avernos suenan mejor que nunca cuando estamos en medio de la acción. Por no hablar de cómo nos ponen en alerta los sonidos guturales de los enemigos en cuanto empiezan a sonar en la distancia…
Lucha por tu vida
DOOM VFR nos ha gustado mucho. Su sistema de control es el mayor obstáculo para disfrutarlo, pero al menos ofrece multitud de configuraciones, y como decimos más arriba, nosotros lo hemos disfrutado al máximo –tras un periodo de adaptación– jugándolo de pie y con dos Move. Por 29,99 euros tenemos un juego con una campaña que se extiende a los largo de entre cuatro y cinco horas –más o menos, depende de la dificultad–, pero rejugable si queremos encontrar todos los secretos y desbloqueables.
Lo nuevo de Bethesda se ve genial y suena genial, mantiene la esencia del último DOOM, es divertido, directo y violento, y nos sumerge por completo en su universo. Sí, requiere que el jugador ponga un poco de su parte para adaptarse a la jugabilidad, pero si os gusta la saga y queréis vivirla en más primera persona que nunca, creemos que merece la pena.
Hemos realizado este análisis en su versión de PlayStation VR en PS4 Pro con un código de descarga que nos ha proporcionado Bethesda. También hemos probado la versión de HTC Vive en PC.