Análisis de Blue Reflection (PS4, PC)
Aunque Gust es conocida principalmente por Atelier –y mirando atrás, Ar Tonelico-, en los últimos años parece que este estudio de Koei Tecmo está probando nuevos RPG que acompañen a su eterna saga de chicas alquimistas. En 2016 nos llegó Nights of Azure, que como principal novedad -para Gust- nos ofrecía rol de acción. Su éxito ha sido suficiente para desarrollar una secuela que llegará el próximo mes.
No es la única nueva licencia del equipo dentro del género. Ahora nos llega Blue Reflection, clarísimamente influenciado por la saga Persona. No es el primer intento que pretende seguir la estela de Atlus, es decir, alejarse de la fantasía tradicional y mezclar ambiente estudiantil con una realidad oculta a la vista. Hay muchos ejemplos recientes y la verdad es que no siempre sale buen resultado; ese fue el caso de Akiba's Beat, que abandonó la alocada fórmula del primero para convertirse en un olvidable RPG. En el caso de Blue Reflection debemos decir que Gust ha conseguido, como mínimo, una aventura interesante.
El punto de partida nos presenta a Hinako Shirai, una joven bailarina que ha sufrido una lesión en su rodilla, algo que impide que vuelva a disfrutar de esta actividad. Al llegar a un instituto femenino y encontrarse con una antigua compañera empezará a experimentar extrañas visiones: aparece en un precioso mundo fantástico que está poblado con una especie de demonio. Así descubrirá el poder de su anillo mágico, materializará su arma y se convertirá en una Reflector. En este lugar el dolor de su rodilla desaparece y cambia la apariencia por un vestido muy en plan Sailor Moon.
Hinako conocerá pronto a otras compañeras que explican más sobre este curioso don. Ellas luchan contra una poderosa amenaza, y quien consiga derrotar a este enemigo logrará ver cumplido cualquier deseo. El lugar que visitamos es una consciencia colectiva, el Common, que debemos estabilizar coleccionando una serie de fragmentos de emociones. Eso nos llevará a ayudar a otras compañeras del instituto que parecen perder el control, solucionando sus problemas –básicamente, comprender su emoción- y ganando más poder de cara al combate contra los jefes. A veces estos enemigos, los Sephiroth, atacan a las chicas en el mundo real. ¿Podrán repeler estos ataques de una manera definitiva?
Sí, el parecido con la mazmorra en el metro de Tokio en Persona 5 es más que una casualidad. Periódicamente nuestra misión es encontrar a una joven en una de estas crisis emocionales, viajar al Common y luchar contra los monstruos. Se trata de un RPG por turnos y jugablemente no presenta nada realmente novedoso: explorar estos paisajes –equivalentes a mazmorras-, buscando cualquier coleccionable en forma de fragmentos. Los enemigos son visibles, lo que significa que podrás tomar la iniciativa si golpeas primero en la pantalla de exploración o, si lo prefieres, evitar el contacto -siguen una ruta muy predecible-.
Las batallas enfrentan a nuestro equipo de tres chicas con una serie de monstruos de formas futuristas y estilizadas. En la parte superior se muestra el orden de los turnos –retrasar al enemigo es una de las claves de la victoria- y disponemos de los comandos típicos, con ataques básicos y otros más poderosos que consumen puntos de magia. Según los personajes de apoyo seleccionados –amigas que conocemos en la historia- disfrutaremos de unos u otros efectos positivos. En esta parte entra en juego entra otra de las características de un "simulador escolar", las relaciones con las compañeras.
Tenemos una fase de vida diaria en el instituto donde se habla con otras chicas. Estas misiones suelen requerir visitar el Common y, por ejemplo, eliminar un número de monstruos de un tipo concreto. Así conseguiremos más amistades que se convertirán en ayuda indispensable contra los jefes y mejorar nuestra relación con el resto de estudiantes. Las decisiones puntuales que tomamos en diálogos pueden afectar a las escenas que veremos más adelante.
También es importante subir de nivel y asignar los puntos conseguidos a alguno de los parámetros de cada chica, especializando un poco a cada una en tareas ofensivas o defensivas, y colocar los fragmentos conseguidos –que se pueden mejorar- para potenciar las habilidades –por ejemplo, menor consumo de puntos de magia-. Este crecimiento se consigue por superar misiones de historia u opcionales, no por experiencia en batallas normales, donde únicamente se consiguen valiosos objetos y materiales para mejorar los fragmentos.
Así como el combate no sufre ningún problema grave, no deja de ser el sistema típico de los JRPG. Gust vuelve a demostrar que a excepción de Nights of Azure no tiene demasiado interés en innovar este apartado. En Blue Reflection los enfrentamientos son un paso necesario para continuar con la aventura, pero no suponen la auténtica diversión del juego y ni siquiera son un gran reto al margen de los enormes jefes; en las mazmorras recuperamos al completo la salud y los puntos de magia después de cada combate, lo que hace que nada nos impida explotar los mejores ataques en cada enfrentamiento una y otra vez.
Los jugadores habituados al género deberían empezar por un nivel de dificultad alto si desean que el juego exija un poco más de esfuerzo, de lo contrario es casi un paseo y se reduce la duración –unas 20 horas-, que ya de por sí algo corta para lo habitual en el rol. Los desarrolladores han preferido destacar la parte de aventura y narrativa sobre el combate, y esa es una opción tan válida como otra cualquiera.
Blue Reflection nos ha gustado bastante para tratarse de una nueva licencia de Gust, aunque se tiene la sensación de quedar un poco limitado en su jugabilidad. Los mapas de exploración son bastante pequeños, especialmente al principio, y si lo acompañamos de unos combates divertidos en la teoría pero no por la emoción de la victoria, es fácil que estas mazmorras pierdan gancho. Podría ser un juego mucho más redondo potenciando toda la parte rolera y eliminando la sensación de repetitividad, que acaba apareciendo si decidimos cumplir todas las misiones disponibles –es un ciclo continuo de búsqueda de estudiante, entrada en la mazmorra y vuelta a empezar-.
Otro de los inconvenientes está en la propia temática y el enfoque que se ha buscado. No creemos que por tratarse de una aventura de chicas, donde el primer caso que resolvemos es ayudar a una estudiante a declararse ante el chico que le gusta, sea un juego exclusivamente para mujeres. Pero al margen de todos los tópicos de personajes de shōjo y sentai, también hay elementos más de fanservice orientados a los jugadores masculinos; muchos planos de las piernas y las faldas cortas, camisetas mojadas que revelan la ropa interior por efecto de la lluvia, secuencias de transformación con las jóvenes semidesnudas o la opción de dar un baño a Hinako en su casa. Esto último tendría algún tipo de justificación si, como en Persona, influyese en aspectos importantes de su rendimiento, pero no es el caso.
Este contenido hace que sea un poco difícil saber el público objetivo de Blue Reflection, aunque ningún jugador interesado en el rol debería dejar de probarlo. Se encuentra en una zona intermedia entre el erotismo gratuito de Nights of Azure –contra el que tampoco tenemos nada en contra, el juego es claro en su intención- ni de la extrema ingenuidad de un Atelier, que a veces peca de ser demasiado empalagoso.
Visualmente está muy cuidado. No tanto en las cuestiones técnicas, sino porque esta vez respeta más que nunca el arte de Mel Kishida, tanto en los personajes –que esto Atelier también lo hace bien- como en los escenarios. Es de lejos el juego más precioso de Gust gracias al uso de la luz, la paleta de colores y el imaginativo diseño de escenarios o enemigos. Incluso la interfaz, clara y minimalista, es digna de mención. Las cinemáticas en cambio son poco expresivas, incluso durante las misiones principales.
Excelente banda sonora que se ajusta a la ambientación de anime juvenil, mientras que en los combates se inclina más por elegante música electrónica. Nos llega con voces en japonés y textos en inglés, un pequeño problema para jugadores que no entiendan con soltura este idioma –los diálogos y la historia tienen un peso importante para disfrutar del juego-. Los textos opcionales carecen de voces.
Conclusiones
Blue Reflection es un destacable experimento de Gust por alejarse de sus sagas habituales, y lo cierto es que es más interesante de lo que esperábamos. Gust no revoluciona el género, más bien al contrario, toma ideas de Persona y lo adapta con los puntos fuertes de su equipo: protagonistas femeninas, rol ligero y estética muy atractiva. Podría ser mucho mejor tomándose más en serio a los personajes –sin tanto cliché-, o profundizando en la simulación, exploración y los combates, que es el secreto del éxito de Atlus: lograr que todas las piezas de su mecánica sean sobresalientes.
Sin embargo, para tratarse de una nueva licencia de RPG en la clase de presupuesto intermedio, Gust ha logrado una llamativa aventura que se disfruta incluso siendo conscientes de sus errores. Ojalá una segunda oportunidad que convierta a Blue Reflection en una serie estable dentro del catálogo de Koei Tecmo.
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Koch Media.