Análisis de Basement Crawl (PS4)
La saga Bomberman llega un tiempo bastante considerable alejada de las consolas, por lo que, quizás, tener un título que recuperase su jugabilidad podría ser una idea apetecible. Claro que, aunque parezca una mecánica sencilla de recrear, se ve que Bloober Team –creadores de A-Team– no lo ha tenido tan fácil.
Basement Crawl es, básicamente, y como sospecharéis, un juego que coge el sistema de juego de Bomberman, lo envuelve en una apariencia siniestra y lo enfoca por completo al multijugador. Repetimos que, sobre el papel, puede parecer una buena idea, pero lo cierto es que falla en demasiados aspectos, incluyendo el más importante: la diversión.
Primeros pasos
Basement Crawl comienza poniéndonos en situación, con una historia oscura e interesante, que dura lo que dura la cinemática de presentación. Tras esto, los lanzará a un menú con tres opciones –juego local, juego por internet y opciones–, tan parco en diseño que ya nos prepara para lo que está por llegar. Por instinto, entramos para ver las opciones de configuración, que son prácticamente nulas, aunque este submenú guarda una función aparentemente útil, el tutorial.
El tutorial es una imagen acompañada de texto que nos dice qué hace cada botón y cuál es nuestro objetivo en el juego, y, aunque en castellano, no nos será de gran ayuda. Así, casi vírgenes de conocimiento ante lo que nos aguarda, podemos sumergirnos en la batalla, si queremos con amigos en la misma consola, o si lo preferimos, a través de internet con hasta ocho jugadores simultáneos.
Aprendiendo a pasar a la acción
Normalmente, aquí comenzaría la diversión, pero realmente comienza el caos. Si nos unimos a una partida online para disfrutar así de la experiencia "óptima" con ocho jugadores, descubriremos que es bastante difícil seguir lo que está sucediendo en pantalla. Con tan sólo cuatro personajes disponibles, el nuestro se distinguirá por tener un indicador azul sobre su cabeza –los demás son rojos–, pero con tantas explosiones, potenciadores, objetos, etcétera, esto no es suficiente. Nos llevará bastante tiempo acostumbrarnos a distinguir nuestro personaje con claridad, e incluso tras varias horas, habrá momentos en los que la acción será difícil de seguir.
Algo más liviano es el modo local, ya que al jugar con amigos podremos tomarnos nuestro tiempo para experimentar. Así, a cualquiera que le interese esta propuesta, le vamos señalando desde ya que se tendrán que hacer su propio tutorial, preferiblemente en este modo, en el que entender cómo funcionan las habilidades y las opciones de control, ya que a prender a jugar a través de internet es poco menos que imposible. Aun así, es incomprensible que no se incluya un pequeño tutorial jugable en el que se nos explique las posibilidades del juego.
Contenidos siniestramente justos
Ya hemos comentado anteriormente que Basement Crawl sólo ofrece cuatro personajes diferentes, algo bastante extraño teniendo en cuenta que pueden jugar hasta ocho usuarios de manera simultánea, lo que garantiza la repetición en cada partida. En lo que respecta a escenarios, tampoco vemos un gran derroche. Hay cuatro tipos diferentes, cada uno con cuatro variables en las que cambia, básicamente, la disposición de la pista. Así, hay un total de dieciséis pistas, aunque sólo cuatro variables temáticas.
En lo que respecta al diseño, el concepto está bien, pero a la hora de ponerlo en práctica, éste no cumple. Para que os hagáis una idea, es como hacer un Tetris ambientado en Silent Hill, oscuro, sucio, "oxidado"... y que no nos permite ver las piezas con claridad. El resultado es una oferta que complica la jugabilidad, y que casi imposibilita disfrutar de la experiencia. De paso, comentar que la música brilla por su ausencia, y que apenas escucharemos efectos de sonido durante las partidas.
Ideas interesantes perdidas en el sótano
Basement Crawl debió pintar genial sobre el papel, y lo cierto es que en su momento nos habría parecido hasta interesante. Hacer un Bomberman siniestro, con personajes de pesadilla –un payaso psicópata, un muñeco para las pruebas de choque de coches minusválido, un oso de peluche que ha poseído a una niña y un desagradable ente obeso– y escenarios igualmente oscuros, y enfocado al multijugador, podría haber sido un título a tener muy en cuenta en estos primeros meses de PlayStation 4, pero ahora mismo es un título a evitar.
Precisamente, lo que podría haber sido su elemento diferenciador, se convierte en su condena, ya que crea una estética que dificulta que podamos percibir lo que sucede en pantalla, y hace que disfrutar de la experiencia sea más cuestión de dedicación por parte del jugador que una oferta del propio juego.
No nos olvidamos tampoco de que parece estar hecho, o con muchísima prisa, o directamente, no estar terminado. Cuatro personajes, y cuatro diseños de escenario –con cuatro subdiseños–, así como dos modos de juego –todos contra todos, y por equipos– se quedan bastante cortos para un juego que cuesta 9,99 euros. La sensación que nos ha dejado es la misma que nos dejan las betas enfocadas a probar el código multijugador de un juego, y que todavía tienen que implementarse en el juego final.
En este caso, nos es muy difícil recomendaros este juego, y la única circunstancia bajo la que lo haríamos sería que tuvieseis demasiadas ganas de jugar un Bomberman en PlayStation 4, y que no os importe echarle horas para que vuestras retinas y vuestros dedos se acostumbren a las carencias de diseño y la falta de tutorial. Si no, creemos que es mejor dejarlo pasar, o esperar a una muy buena oferta que rebaje el precio sensiblemente.