Análisis de 7 Days to Die (PS4, PC, PS5, Xbox Series X/S, Xbox One)
Este análisis se refiere a las versiones de consolas PS4 y Xbox One. La versión de PC está en acceso anticipado y no tiene los problemas de esta adaptación a consola.
El mundo del videojuego, al igual que el de la moda o el cine, de vez en cuando se ve azotado por una serie de tendencias o estilos que parecen marcar por completo el desarrollo o el género nativo de casi todos los títulos.
Si en los noventa triunfaron las aventuras gráficas en PC, las plataformas en tres dimensiones o el survival horror, y en la década de los dos mil los juegos de acción en primera persona con componente online, ahora parece, mundos abiertos y sandbox a un lado, que los videojuegos de supervivencia y crafting llevan la iniciativa para una pléyade de jugadores que reclaman contenidos que usen los citados ingredientes para presentarnos distintas propuestas, que en el fondo, se nos antojan bastante idénticas.
7 Days to Die es la respuesta a los aficionados de juegos tan dispares como Minecraft o DayZ, de los que recopila múltiples ideas, fusionándolas de las peores y mejores maneras posibles, dando como resultado un fallido videojuego que no termina de convencer, que para colmo acarrea algunos defectos técnicos que hacía tiempo que no veíamos en un título comercial para consolas -PlayStation 4 y Xbox One-.
Sobrevivir y construir en tiempos de zombis
7 Days to Die no es un título nuevo o de reciente acuño. De hecho, podríamos decir que lleva gestándose desde hace algún tiempo. The Fun Pimps inició una potente campaña en Kickstarter allá por 2013, presentando su videojuego como una interesante mezcla entre supervivencia y crafting a través de una versión de acceso anticipado para sus mecenas que cuajó en PC con una gran acogida entre la comunidad. Poco a poco, 7 Days to Die fue añadiendo características, abriéndose al público y afianzándose como una más que sólida opción para los aficionados a los zombis y los mundos abiertos de corte realista, aunque sigue en fase alfa en la citada plataforma.
Esto llamó la atención de Telltale Games, que en su labor como editora, dio la oportunidad a The Fun Pimps de traer el juego a consolas, mejorando su control para tales fines e incorporando características extras a la simulación o el multijugador. La idea, a priori, no podía ser más tentadora. Si bien el género no es que esté demasiado prodigado en consolas como sí lo está en PC, sobre el papel, 7 Days to Die parece atesorar un gran potencial, y aunque State of Decay es cierto que nos había traído muchas de ellas en el pasado, y mientras Bohemia Interactive se lanza a traer DayZ, la incorporación del juego de The Fun Pimps al organigrama Z de máquinas como Xbox One o PlayStation 4 se antoja como algo muy tentador.
7 Days to Die sigue el esquema clásico de este tipo de juegos, en los que encarnamos a un personaje que debe sobrevivir en un enorme mundo abierto de marcada ambientación postapocalíptica, en el que tendremos que esquivar y combatir contra incontables hordas de zombis. El objetivo no es otro que aguantar con vida tantos días como seamos capaces, evitando la más numerosas penurias y haciéndonos lo suficientemente fuertes como para no perecer bajo las inclemencias del tiempo o las heridas infringidas por las criaturas que parecen reinar la Tierra.
Es decir, además de esquivar no muertos, evitar ser atacados por la fauna salvaje o refugiarnos del frío, la lluvia o la noche, tendremos que permanecer muy atentos a los niveles de comida y salud de nuestro personaje, ya sea buscando fuentes de agua como ríos o lagos, cazando a los citados animales que pululan por los escenarios o saqueando despensas de casas o estanterías de supermercados abandonados en una incesante búsqueda de latas o elementos similares. Si no lo hacemos, y como en cualquier buen juego del género, podemos acabar falleciendo o terminando en condiciones muy desfavorables, con lo que ello significa en un universo en el que los zombis pululan por ciudades, bosques y praderas como reyes de la creación.
7 Days to Die es además de un título de supervivencia, un videojuego en el que las mecánicas de >crafting, construcción y combinación de objetos y elementos forman parte indivisible del entramado jugable. El juego ofrece en su enorme escenario -que puede fijarse de antemano o generar de forma procedural y aleatoria- distintos emplazamientos ya construidos con anterioridad, como casas, bloques o pequeñas cabañas, si bien muchas de ellas estarán en estados de conservación un tanto deplorables, con lo que también deberemos invertir cierta cantidad de tiempo en ellas.
En cualquier caso, 7 Days to Die incluye sendas -y abrumadoras- posibilidades de construcción personalizada, con lo que tendremos cierta carta blanca a la hora de levantar, diseñar y fortificar nuestro asentamiento. Además, como es habitual, tendremos un gran catálogo de materiales -desde madera a hormigón, pasando por planchas o refuerzos metálicos-, así como un número ingente de combinaciones. Es decir, en nuestras manos tendremos la cronología y fórmula habitual del género: golpear a la materia prima, recoger y extraer, fusionar, combinar, crear y volver a repetir.
Una anécdota muy curiosa durante nuestro análisis, vino dada por el hallazgo de una casa de dos plantas que parecía segura y abandonada en mitad de un cerro. Como confiábamos en sus paredes y puertas de madera, decidimos pasar la noche, hasta que un grupo de zombis se arremolinó en nuestro porche, derribando todo lo que se ponía en su camino y obligándonos, tras recoger los más diversos objetos y materiales, a reforzar las entradas y salidas del refugio. Son estos vívidos momentos en los que el videojuego parece ofrecer una verdadera experiencia de supervivencia, pero que desgraciadamente acaban por desaparecer y acabar engullidos por una montaña de fallos de control y defectos técnicos.
Una de nuestras dudas con respecto al título, era si el mando de Xbox One -versión que hemos analizado- o de PlayStation 4 iban a dar la talla a la hora de permitirnos navegar o desplazarnos por los sempiternos menús de este tipo de juegos. 7 Days to Die ha decido trasladar los menús y listas de la versión a PC de una manera un tanto brusca a consola, y aunque se agradecen ciertos atajos, la verdad es que en la práctica no terminan de ser cómodos ni fáciles de asimilar. Por lo tanto, nos pasaremos gran parte del tiempo recogiendo ingredientes, materiales y objetos, creando armas, herramientas y otros enseres e intentando esquivar en la medida de lo posible los numerosos peligros y amenazan que nos rodean. Hablamos de un juego que nos permite configurar a placer nuestra experiencia, algo que hemos agradecido muchísimo, pues además de brindarnos una aventura en solitario -con un durísimo modo supervivencia y otro más permisivo, llamado modo creativo-, incluye dos opciones multijugador, en vertiente competitiva y cooperativa, que modifican radicalmente la experiencia y la adereza con el imprevisible elemento humano que tan bien sienta en este tipo de títulos.
Creemos que, sin ningún género de duda, que este es el mayor atractivo del juego que nos atañe, que en su modo para un jugador puede llegar a ser algo anodino, aburrido y repetitivo. Pero como casi todo lo que rodea al título, tampoco termina de estar pulido -ni en su aspecto cooperativo, ni en su cadencia competitiva-, ya que acarrea sendos problemas de interfaz y comunicación entre usuarios, así como numerosos y molestos problemas de desconexión que afean muchísimo la experiencia de uno de los puntos fuertes de un título que no termina de cuajar en casi ninguno de sus aspectos.
Un apocalíptico apartado técnico
7 Days to Die es un videojuego feo y muy tosco a nivel audiovisual, plagado de bugs, que nos trasladará a las peores épocas inimaginables en PC. The Fun Pimps sigue manteniendo su videojuego en Steam como una alfa, y es precisamente eso lo que nos parece en Xbox One y PlayStation 4. Esto, que no nos importaría demasiado si hablásemos de un juego de acceso anticipado, cobra especial protagonismo cuando estamos haciéndolo de un videojuego que se vende en tiendas y portales digitales por un precio recomendado de 35€.
No hay nada, absolutamente nada, que funcione bien en el diseño de escenarios, personajes o efectos visuales. Hablamos de un juego que abusa de la repetición de elementos y texturas, y que ofrece un catálogo impresionante de defectos gráficos, que van desde un acusante popping cada pocos pasos debido a una distancia de dibujado de terreno irrisoria -especialmente grave en un juego de mundo abierto y supervivencia como 7 Days to Die- a un hilarante clipping, que nos llevará a vivir momentos ridículos en forma de zombis atascados en troncos, farolas y coches.
Podemos pasear por asentamientos que parecen pequeñas ciudades de cartón, bosques idénticos y carentes de vida alguna y deleitarnos con algunos de los peores efectos climatológicos que hemos visto en mucho tiempo o con unas robóticas y confusas animaciones para los enemigos. Ingredientes a los que hay que sumar una tasa de frames por segundo que rara vez se mantiene en los habituales 30fps. No hay nada, absolutamente nada, que merezca si quiera nuestra aprobación.
El sonido es igual de pobre, incluso más, debido a su falta de presencia y contundencia. En 7 Days to Die encontramos un diseño sonoro caótico y descompasado, con una peligrosa falta de consonancia a lo que vemos en pantalla, algo que nos regala situaciones desconcertantes, como hordas de zombis que no generan ruido alguno y animales como pájaros, cerdos y conejos que pueden a llegar a hacernos temblar de puro miedo al pasar junto a nosotros a través de la foresta. Además tras configurar de mil maneras distintas nuestro equipo de audio multicanal -llegamos a creer que era un fallo en el amplificador hasta que probamos otro juego para cerciorarnos- hemos llegado a la conclusión de que el título para colmo, ofrece un volumen anárquico y mal comprimido.
No hay por dónde defender un desastre así. Podríamos entender un apartado visual molesto teniendo en cuenta los orígenes del juego, incluso si se nos ofreciese una ambiciosa propuesta de libertad absoluta y mundo abierto dentro del género de supervivencia. Pero no es así. Un apartado audiovisual como este es simplemente un problema en un juego de esta categoría, pues dificulta el devenir de unas mecánicas que deberían ser fiables y sólidas, y que acaban haciendo aguas por su culpa. Si el audio y el aspecto general del juego nos abofetea constantemente en nuestra aventura, lo mismo podemos decir de los problemas de conexión que afean las partidas multijugador, uno de los poquísimos atractivos del juego. 7 Days to Die está traducido al castellano.
Conclusiones
7 Days to Die no debería haberse lanzado en consolas tan pronto. Su estado actual, tanto en Xbox One como en PlayStation 4, es decididamente vergonzoso, con numerosos problemas gráficos, jugables y sonoros. The Fun Pimps ha dibujado sobre el papel un videojuego muy ambicioso, lleno de ideas interesantes y con numerosos factores dentro del género de supervivencia y crafting que pueden suponer una alternativa sólida a DayZ o State of Decay, pero que no llegan a cuajar por un lamentable apartado técnico.
The Fun Pimps debería haber esperado un poco para un lanzamiento comercial de esta índole, ya que según los nefastos resultados que están a la vista de todos, 7 Days to Die en consolas puede causar más mal que bien a un título como el suyo, que en teoría está previsto que sea una apuesta de largo recorrido en todas sus plataformas.
Hemos analizado 7 Days to Die en Xbox One gracias a una copia digital facilitada por Telltale Games.