Análisis de When Vikings Attack! PSN (PS3, PSVITA)
When Vikings Attack! es un nuevo juego descargable en PlayStation Network compatible con PlayStation 3 y PlayStation Vita, que hace uso de la interesante posibilidad del Cross-Buy, esto es que comprando una versión tienes el juego disponible para las dos consolas, incluso compartiendo la misma partida guardada. También permite Cross-Play, pudiendo enfrentarse jugadores de Vita contra los de PS3, incluso chat de voz entre ambas consolas.
Se trata de un arcade de acción para cuatro jugadores, tanto local como a través de internet, en el que controlamos pequeños grupos de ciudadanos británicos que se tienen que enfrentarse a numerosas hordas de vikingos. Y las armas que utilizan para hacerlo son muy básicas, coger todo lo que se encuentran por su camino, mobiliario urbano, cabinas de teléfono, coches, cajas, etcétera, y lanzárselo a la cabeza a sus enemigos, sin más complicaciones. Acción arcade sencilla y directa que divierte desde el primer minuto, algo que acaba jugando en su contra, ya que también pronto se hace repetitivo.
El juego está desarrollado por Clever Beans, un nuevo estudio británico que presentaron en 2011 un prototipo a Sony XDev Europe con personajes hechos de palotes que lanzaban formas geométricas, y que un año después se ha convertido en un vistoso título con gráficos cell shading ambientado en la Inglaterra de los años 70, que está sufriendo una peculiar invasión vikinga. La idea parece demasiado simple y poco original, pero está brillantemente ejecutada, tanto por el perfecto control, las buenas físicas, y que el juego se mueve como la seda, pese a reunir en pantalla a decenas de personajes y enemigos a la vez, la tasa de imágenes nunca titubea por caótica que se vuelve la situación.
Los controles no pueden ser más simples, movemos con el stick izquierdo a nuestro grupo de ciudadanos, señalado por un círculo de color en el suelo, y simplemente con acercarnos y tocar un objeto lo cogemos. Con el botón círculo o cuadrado lo lanzamos, y con la X damos un pequeño impulso, lo que sirve para esquivar lanzamientos enemigos, soltar el objeto que llevamos, o coger uno que nos hayan lanzado, si no lo han hecho demasiado fuerte. El punto de complejidad los ponen los botones R1 y L1, que permiten girar los objetos rápidamente, para que al lanzarlos tengan más potencia y causen más daño.
Al igual que aparecen numerosos vikingos por las calles, también lo hacen ciudadanos ingleses, y basta con acercarse a ellos para que se unan a nuestro grupo. Cinco, nueve, doce, quince personajes o más podemos llevar en nuestro equipo, y cuanto más numeroso sea más lento nos moveremos, pero también podremos coger objetos más grandes y de mayor peso, y recibir mayores daños sin el riesgo de morir. Si nos quedamos sin ninguna persona en el grupo nos tocará repetir esa sección del nivel, con fases divididas en unos cinco combates más un jefe.
Por ejemplo si llevamos dos o tres personas, no podremos coger un coche, para lo que necesitaremos al menos seis o siete, y así con todos los objetos. Además ciertos ciudadanos tienen características especiales que nos indican con un icono, como una zapatilla que hace que el grupo se mueva más rápido, o una pesa que lo hace más fuerte pero lento. Al igual que nosotros, los vikingos también se agrupan, y nos lanzan los mismos objetos que nosotros cogemos.
Al principio la jugabilidad parece súper simple, y lo es, pero se van añadiendo algunos alicientes que la hacen más compleja, como las bombas. Hay tres tipos, unas que explotan al impactar, otras que rebotan en las paredes, y unas muy curiosas que si impactan en los enemigos, se convierten en nuestros aliados. Los jefes finales son algunos de los momentos que aportan variedad al desarrollo, ya que a partir de cierto nivel requieren una estrategia para vencerlos. Por ejemplo unos vikingos gigantes que llevan un escudo que para nuestros lanzamientos, por lo que hay que intentar darles por la espalda de rebote, o vikingos con armadura, a los que solo les afectan las explosiones.
Hay ciudadanos de toda clase: tipo corriente, colegial, empresario, granjero, abuelita, policía, pintor, futbolista, bailarina, nadador y un larguísimo etcétera, un total de 62 personajes desbloqueables, habiendo algunos ocultos en los niveles, que tenemos que descubrir entre combate y combate resolviendo algún pequeño acertijo interactuando con el escenario. Si acabamos con alguno de ellos en nuestro grupo al final de la fase, los desbloqueamos en la lista de coleccionables, así como algunos simpáticos vídeos del Departamento de Asuntos Vikingos.
Conseguir todos los coleccionables, la mayor puntuación posible en cada nivel y subirla a los marcadores en línea, o los tres desafíos individuales de cada fase –puntuación, tiempo y número de bajas- son los mayores retos que tenemos, ya que cada una de las 15 fases del modo Misión se puede terminar en una media de 10 minutos, incluso menos, por lo que en poco más de dos horas nos habremos pasa el juego. A pesar de ser tan corto, sobre todo en caso de no querer exprimir cada nivel, acaba llegando el tedio en poco tiempo, porque básicamente no hacemos otra cosa que coger y lanzar objetos, una mecánica jugable excesivamente sencilla.
Jugar solos o acompañados de otros tres jugadores cambia la experiencia bastante. En solitario tenemos claro dónde estamos, diferenciamos sin ningún problema a los ciudadanos y los vikingos, y no hay mayores problemas que coger todo lo que veamos y lanzarlo. Pero jugando acompañados esto cambia completamente, ya que los objetos pueden golpear a los aliados, y hay que andarse con cuidado. La cosa se vuelve mucho más loca y caótica –y divertida-, y cuesta a veces tener claro lo que está pasando entre una maraña de personajes tirándose trastos a la cabeza.
De hecho jugando en cooperativo hasta los jefes cambian, y se añaden mecánicas jugables que nos obligan a colaborar para vencerlos, situaciones bastante interesantes pero que no se llegan a explotar del todo y son muy esporádicas. Algo que hubiera sido necesario, ya que la jugabilidad se acaba haciendo repetitiva, y le falta variedad juega y mucho en contra del producto. Además del modo historia con sus 15 misiones, tenemos también tres modos Batalla versus.
Estos obligatoriamente son para jugar contra otros jugadores, y alcanzan sus mayores cotas de diversión con tres o cuatro contendientes. Supervivencia es un simple modo batalla en el que se anota el punto de la ronda el grupo que consigue sobrevivir, Vikingo contra vigilantes son batallas por equipos de dos contra dos, y en Fiebre del oro gana el equipo que obtiene las cinco medallas, recibiendo una por cada ronda que ganas de una manera especial.
Los gráficos son muy coloridos, todo se mueve muy fluido, con buenas físicas, y los entornos son muy variados. Cada fase nada tiene que ve con la anterior: una granja, la ciudad, fábricas, centro comercial, museo, feria, playa, zoo, etcétera, y además los objetos que cogemos en cada escenario son completamente distintos, lo que se agradece. La música es simpática así como los efectos de sonido, pero se limita a cumplir, y de hecho se termina haciendo un poco repetitiva, como la propia jugabilidad.
Un buen arcade, aunque de corto recorrido
When Vikings Attack! es una propuesta sencilla, divertida, y perfectamente ejecutada, tanto en el plano visual como en el jugable. Los primeros minutos nos sorprendemos de cómo algo tan simple puede ser tan entretenido, y nos lo pasamos en grandes cogiendo objetos y tirándose a los vikingos. El problema viene un par de horas después, cuando tras haber estado haciendo lo mismo todo el rato nos empezamos a aburrir, y echamos en falta algo más de variedad jugable. En multijugador gana enteros claro, y junto a unos amigos su modo cooperativo o competitivo puede dar bastante vidilla.
Se pondrá este miércoles 7 de noviembre a la venta en PlayStation Network, y por 9,99 euros puedes hacerte con las dos versiones, para PlayStation 3 y PS Vita. Es divertido, está bien realizado, pero le pasa como a otros juegos descargables o independientes que parten de una buena ida, la ejecutan correctamente, pero no saben hacer crecer o evolucionar la mecánica básica más allá de sus primeras horas, muy divertidas eso sí. En cualquier caso bastante recomendable, sobre todo si pensamos jugar acompañados.