Análisis de Uncharted 2: El Reino de los Ladrones (PS3)
En una temporada llena de retrasos por causa de las malas perspectivas de la crisis financiera que lleva un año azotando los bolsillos de los jugadores -y el resto de la población-, Uncharted 2 se postula como un juego con la responsabilidad de ser el gran lanzamiento del año para Sony en su PlayStation 3. Con títulos de la talla de Gran Turismo o God of War previstos para el mes de marzo, y retrasos de última hora de otros como Heavy Rain o Mag, solo Uncharted 2 -acompañado de Ratchet y Clank- formarán el "asalto" navideño de Sony para impulsar su PlayStation 3, con permiso de los Singstar. La responsabilidad de Naughty Dog y de Nathan Drake, protagonista del juego, es mucho mayor que con la primera entrega, pero la jugada le ha salido muy bien a Sony: Uncharted 2 ha recibido notas espectaculares en todas las revistas que ya lo han analizado, ha sido alabado de forma totalmente inesperada por otros representantes de la industria (como los creadores de Call of Duty) y, una vez con el juego en nuestras manos, la sorpresa ha sido mayúscula. Iba a ser muy bueno, eso estaba claro, pero es que es una obra maestra.
Titulado "El Reino de los Ladrones", Uncharted 2 cambia los parajes soleados y paradisíacos del primer juego por las altas cumbres del Himalaya, en una aventura que llevará a Drake, ese Indiana Jones risueño de la primera parte, a buscar la ciudad perdida y sagrada de Shangri-La. Para llegar a tan elevada meta, tendrá que pasar por todo tipo de aventuras y desventuras, hacer amigos de los que nunca podrá fiarse completamente, y superar los más variados niveles combinando plataformas, exploración y disparos.
Eso ya lo combinaba la primera entrega, y lo hacia de forma sobresaliente. Pero Uncharted 2 sube un escalafón más. Los pequeños defectos de la primera parte en cuanto a ritmo de juego y a la hora de combinar las diferentes mecánicas se han solucionado; antes había partes claramente diferenciadas de tiroteos y plataformas, lo que podía hacerse en ocasiones tedioso. Aparte, los tiroteos podían hacerse algo repetitivos. En esta segunda parte, el ritmo de juego ha sido cuidado al máximo y el diseño de los niveles es especialmente sobresalientes. Uncharted 2 te incita siempre a seguir jugando, a seguir adelante para saber qué le espera a Drake detrás de cada esquina y tras cada secuencia cinemática, de nuevo excelentemente intercaladas con las partes de acción, hábiles a la hora de narrar una historia de personajes que responden a los estereotipos del cine de aventura pero que tras la primera parte han ganado carisma y calado.
Drake sigue siendo un Indiana Jones risueño, en ocasiones sarcástico y en otras resignado, con una personalidad carismática que refuerza el excelente doblaje al castellano. Los secundarios, algunos de ellos viejos conocidos, cumplen a la perfección su papel, y la trama se va desenvolviendo poco a poco, llevándonos por varios lugares del mundo, aunque principalmente el Himalaya, complicándose poco a poco la trama sin llegar a ser engorrosa y por supuesto ofreciendo cada poco tiempo giros y sorpresas. No llega al nivel de festival de la traición de la última película de Indiana Jones, sino que narra una historia que se va volviendo cada vez más interesante poco a poco, con el punto justo de misticismo, golfería y acción.
Comenzamos el juego con el célebre tráiler que nos muestra a un Drake herido, colgando de un tren que ha descarrillado y está a punto de descender un ocho mil por la vía rápida, y a partir de ahí el juego nos va narrando cómo hemos llegado a esa situación a base de flashbacks, dejando claro al jugador que han tenido que pasar muchas cosas para que Drake llegue a esa situación, y enganchándonos desde el primer momento. El juego cuenta con un tutorial muy bien integrado en el juego, que pasaremos sin darnos cuenta hasta familiarizarnos bien con todas las acciones que puede realizar nuestro héroe: no hay demasiadas nuevas respecto al primer juego, pero sin duda se aprovechan mucho mejor. El sistema de plataformas y escalada ha evolucionado, inspirándose claramente en Assassin's Creed 2, pero exigiéndonos mayor habilidad, es decir, siendo un juego de plataformas propiamente dicho. Los tiroteos son mucho mejores ahora, gracias a la mejor inteligencia artificial de los enemigos, y se ha incluido un nada desdeñable toque de sigilo que si somos hábiles sabremos aprovechar.
El mayor progreso se ha dado, como ya hemos comentado, en el diseño y la estructura general de la aventura. El primer Uncharted era un juego técnicamente impecable que hacía muy bien algunas cosas, pero parecía que no se habían sabido combinar, todo lo contrario que en esta segunda parte donde las secuencias de plataformas se mezclan con acción o con diálogos con otros personajes, de repente una cinemática nos cuenta algo más de la historia y nos traslada a otra situación, o repentinamente tenemos que disparar, saltar y correr mientras un helicóptero nos persigue, como se ha podido ver en diferentes vídeos y presentaciones del juego (escogemos este ejemplo para no destripar nada más).
Si las plataformas incluyen mayor dinamismo en el escenario a la hora de movernos por él o trepar, los tiroteos también han evolucionado. En el primer juego contábamos con gran cantidad de cobertura, pero los escenarios resultaban a veces demasiado lineales, como pasillos, aunque anchos, donde nos encontrábamos nosotros a un lado y los enemigos al otro. En Uncharted 2 los escenarios son más amplios, aunque seguimos yendo del punto A al punto B, y las coberturas están más dispersas. Los tiroteos no suceden de un lado al otro, sino en zonas por las que podemos movernos, flanquear a los enemigos, ser flanqueados, que nos lancen una granada y tengamos que huir a otro lado y que el enemigo (los enemigos) haga lo mismo.
Al sistema de coberturas y apuntado sigue siendo el mismo, aunque ahora tenemos más facilidad para movernos de una cobertura a otra, y los enemigos se han vuelto algo más inteligentes, aunque sin exagerar. Algo en lo que nos hemos fijado y que nos ha gustado bastante es que ahora hay menos elementos explosivos que en el primer juego (barriles, etc...), están algo más ocultos, pero como compensación provocan explosiones más grandes que matarán o dañarán a más enemigos si disparamos en el momento en el que se encuentran cerca. Y serán muchas más las situaciones en las que iremos acompañados de otro personaje que nos echará una mano, e incluso comentará con nosotros la jugada con divertidas frases.
El sistema de combate del juego se completa con el cuerpo a cuerpo y el sigilo. Volvemos a contar con un botón de ataque con el que podremos realizar combos sincronizados, muy variados dependiendo del enemigo y la situación en la que esté Drake, y tendremos también que cubrirnos o esquivar golpes y contraatacar. En cambio, si sorprendemos a un enemigo que no nos haya detectado y pulsamos el botón de ataque lo noquearemos rápidamente, con un largo y variado repertorio de golpes que muchas veces usarán el escenario para nuestros fines.
Hay incluso golpes que podemos realizar mientras estamos colgados de un saliente (el cada vez más visto "tirar al vacío al enemigo"), u ocultos tras una cobertura, noqueando al enemigo rápidamente y escondiendo el cuerpo. En cuanto al sigilo en sí, no tenemos movimientos especiales que nos permitan ocultarnos, solamente las coberturas, pero la visión de los enemigos es lo suficientemente limitada como para dejarnos cierto margen de acción y aún así no ser descubiertos. Una vez peguemos el primer tiro, tendremos que acabar con todos los enemigos de la zona por las bravas, pero quizás ya los hayamos reducido a la mitad cuando eso ocurra, e incluso habremos dejado el resto cerca de un barril explosivo que hayamos visto antes.
La exploración del escenario, la búsqueda de secretos y la resolución de puzles completan un apartado excepcional. Contamos con 100 ítems desperdigados por el juego, algunos con su propio trocito de escenario para ocultarse, otros escondidos en nuestra trayectoria principal, pero fácilmente pasables por alto. Los puzles no son muy numerosos pero los que hay funcionan bien, y muchos de ellos requieren que combinemos hábilmente la exploración del escenario con las plataformas y un poquito de cabeza. Todos estos elementos, perfectamente mezclados, entrelazados y en su justa medida, completan un apartado jugable soberbio, una lección de cómo diseñar un videojuego de la que las compañías probablemente ya estén tomando nota. Las 10 horas de la historia principal se pasan volando precisamente por este motivo. Lo que hacemos nunca nos cansa, jamás deseamos que terminen ya de salir enemigos, o de haber plataformas imposibles que saltar, porque el ritmo y la variedad están cuidadas al máximo, y cuando hemos hecho muchas cosas seguidas, siempre hay una secuencia cinemática, con frecuencia con acción o algún dato interesante, que nos haga querer seguir peleando, saltando, disparando, viviendo la aventura de Drake.
Uncharted 2 es apabullante gráficamente. Lo primero que entra por los ojos es, sin lugar a dudas, las expresiones faciales de los personajes. Ya eran uno de los puntos fuertes del primer juego, y en esta segunda parte han progresado como se espera tras dos años de desarrollo, aumentando el nivel de detalle, añadiendo más arrugas, más manchas de suciedad cuando sea menester, en las caras de los personajes, y contando cada uno de estos con decenas de expresiones diferentes para las secuencias cinemáticas, para combinarse con su excelente dirección y doblaje.
Pero a medida que nos vamos introduciendo en el juego vamos quedándonos boquiabiertos ante ciertas cosas, ante algunos escenarios espectaculares, los efectos de las explosiones, el nivel de detalle de las texturas de ciertos elementos por los que pasamos a toda velocidad, casi sin fijarnos, desde una valla medio rota en la que nos agarramos hasta el cartel de una tienda en la ciudad. El punto flaco vuelve a ser el carácter repetitivo de ciertos enemigos, y el fuerte, prácticamente inigualable, la recreación y el nivel artístico y técnico de los escenarios, llenos de detalles y tremendamente variados. La animación de Drake es excepcional, así como la del resto de los personajes del juego, y nos encontramos sin lugar a dudas ante uno de los "techos" gráficos de esta generación. Probablemente solo Killzone 2 le haga sombra en PlayStation 3.
El apartado sonoro no le va a la zaga. Ya hemos mencionado varias veces el excelente doblaje, pero este sería la mitad de bueno si no estuviese acompañado de un guión a la altura. La traducción y adaptación al castellano de los diálogos es excelente, con expresiones espontáneas de los personajes, diálogos divertidos, frases lapidarias y con gancho, y todo el trasfondo técnico-histórico que uno espera de una búsqueda de un tesoro milenario. Al mismo tiempo, los efectos de sonido de las armas, las explosiones o el escenario, desde los saltos hasta los pasos por las diferentes superficies, están a un nivel altísimo, junto con la música, que cede el papel protagonista al doblaje y a los tiros y explosiones, pero ejerce a la perfección su papel de comparsa, cambiando interactivamente según el momento del juego en el que estemos, poniéndose dramática, épica, liviana, según la situación lo requiera, pero con la suficiente sutileza para que haga su trabajo sin que sepamos que está ahí.
Todas las excelencias de Uncharted 2 como juego de aventura y acción se completan con un modo multijugador que, paradójicamente, es quizás su punto más flojo. Simplemente está bien, sin suponer una revolución en un género, o mejor dicho, en una forma de jugar con unos dominadores claros que solo serán desplazados por sus futuras secuelas. Sin embargo, resulta un complemento muy agradecido e interesante de probar, con la misma altísima producción técnica y artística y con una serie de modos de juego algo genéricos pero bastante entretenidos, desde el deathmatch hasta el "captura el tesoro", incluyendo también un modo de control por zonas.
El juego hasta tiene un sistema de progresión de rangos al estilo de los juegos de acción en primera persona, que nos permitirá comprar nuevas habilidades como poder recargar más rápido o llevar más munición. Incluye también un cooperativo pero no es posible jugar la historia de esta forma, sino que se limita a una serie de niveles y situaciones inspiradas en el modo para un solo jugador, donde tenemos que colaborar con varios amigos para hacer frente a oleadas cada vez mayores de enemigos, en la línea del modo horda de Gears of War 2. No llega al nivel del juego de Microsoft, ni al frenesí o a la complejidad táctica de un juego de acción en primera persona (dependiendo de su "sabor"), pero es un añadido agradecido, que ni siquiera se le requiere a un juego de este tipo.
Uncharted 2 es una compra obligada para los usuarios de PlayStation 3 y, en cierto modo, una lección de cómo hacer un videojuego. Sin incluir demasiados elementos jugables nuevos, Uncharted 2 es una obra maestra en diseño de niveles y estructura de juego, que hacen que ninguna situación sea repetitiva, todo lo que hagamos sea interesante y tengamos siempre ganas de seguir jugando hasta llegar al final. La historia engancha, la dinámica de juego es excelente, y es difícil encontrar un mejor juego de este tipo, de acción y plataformas, en la última década. Eso por no hablar de sus espectaculares gráficos, uno de los techos de esta generación, de la altísima calidad de la producción, tanto de la dirección de las secuencias cinemáticas como del guión en general y el doblaje, y del buen modo multijugador; quizás no rivalizará con Call of Duty y similares, pero es la guinda de un juego excepcional. Las alabanzas no son exageradas, no ha cumplido las expectativas: las ha arrollado. Uno de los mejores juegos de año.