Análisis de TV Superstars (PS3)

PlayStation Move lleva entre nosotros poco más de dos meses, con un lanzamiento que no cogió desprevenido a nadie y que convenció tanto a público como crítica a la hora de presentar un dispositivo que cumple perfectamente con su cometido: divertir. El lanzamiento, como viene siendo habitual en este tipo de casos, vino acompañado de varios títulos que aprovecharon el filón comercial y que, pese a no ser títulos de gran calidad, demostraron cómo funcionaba el periférico de Sony con series de minijuegos y algunos títulos de habilidad.

Dos meses después vuelve a aparecer en el mercado un nuevo título de minijuegos, ideal para comenzar a jugar con este tipo de control o para pasar las tardes en el salón de nuestra casa con nuestros amigos. TV SuperStars promete convertirnos en una estrella de la televisión a golpe de Move. ¿Lo conseguirá? Sigue leyendo y lo averiguarás.

La premisa de la obra es muy básica y carece argumento más allá de conseguir ser mundialmente conocidos con nuestro avatar virtual; avatar que, por otra parte, crearemos mediante la cámara de PlayStation 3 con una fidelidad más que considerable. Es curioso ver cómo se ha aprovechado este sistema de reconocimiento, obligándonos a realizar distintas poses para captar nuestra esencia más allá de nuestra risa forzada a la hora de tomar el foto. El propósito es trasladarnos directamente a un personaje en tres dimensiones que nos interprete, y, de paso, ver qué tal quedamos en un modelo virtual.

Una vez tengamos nuestro personaje se nos abrirán las puertas a los diferentes programas. Al tratarse de una obra donde la popularidad es la clave del éxito, la desarrolladora ha optado por crear diversos reality shows -algunos directamente sacados de las factorías estadounidenses- para presentar las diversas pruebas. El resultado es bastante bueno, y la ambientación nos hará creer en algún momento que estamos realmente concursando dentro de un programa de televisión, sobre todo si jugamos en compañía. Los diferentes minijuegos están presentados por programas, como decíamos, teniendo cada uno un objetivo claro y presentando pruebas alternativas que irán variando según vayamos completando retos.

De esta manera, nos encontramos con cinco reality donde dar rienda suelta a nuestro personaje, ya sea en el ámbito físico, haciendo un programa de cocina cual Karlos Arguiñano, maquillándonos para salir bien en las fotos e incluso destrozando hogares ajenos por causas del contrato. Las pruebas son divertidas, repetimos, si se juegan acompañados, y cada vez que terminemos una serie de pruebas veremos anuncios publicitarios protagonizados por nosotros mismos, algo que acentúa más la excelente ambientación americana que se ha querido plasmar en la obra.

La variedad de los minijuegos es notable, sobre todo si tenemos en cuenta que existen compilaciones con poco más de cinco pruebas muy poco diferenciadas. Eso sí, cada programa establecerá sus reglas y su metodología, variando en cuestión de dificultad y algunos ligeros detalles cada vez que vayamos desbloqueando nuevas pruebas. Por ejemplo, a la hora de maquillarnos, en una prueba tendremos que ponernos base y colorete, mientras que en la siguiente nuestro objetivo será realizar un cambio de look para la portada de la revista. Pero sin duda, los mas divertidos y activos son los físicos, donde tendremos que correr mientras sorteamos obstáculos o realizar una pose determinada mientras somos lanzados por un cañón al más puro estilo PAIN, de PlayStation Network. Cada vez que superemos un reto iremos ganando fans -puntos, para los más clasicistas-, que irán abriéndonos las puertas a pruebas más difíciles y divertidas.

El mando responde bastante fiel con nuestros movimientos, aunque en contadas ocasiones hemos tenido algún ligero problema a la hora de apuntar directamente a la cámara para realizar el minijuego de arte y pintura, pero nada que afecte en exceso a la jugabilidad. Por suerte, el mando ha sido aprovechado notablemente en cuanto a diversidad y opciones, así como la cámara, que grabará nuestra voz para recrear más aún a nuestros personajes. Por otra parte, la dificultad de la obra no está demasiado acentuada, y en poco más de dos tardes habremos visto todo lo que TV SuperStars puede ofrecernos -quizá un poco más para conseguir los trofeos-.

A la hora de representar el videojuego, la desarrolladora ha optado por echar un vistazo a los programas que se realizan en Estados Unidos -incluso juraríamos que se fijaron en Humor Amarillo para algunas pruebas físicas-, por lo que los escenarios, las cámaras y el personal de realización juegan un papel fundamental para la ambientación de la obra. No estamos delante de un videojuego con demasiado detalle más allá de nuestro perfíl en tres dimensiones, pero tampoco pretende ser un juego que fuerze la videoconsola al máximo.

Los modelados son aceptables y las animaciones, aunque repetitivas, cumplen perfectamente con lo esperado. La música, por su parte, es similar a lo que podemos encontrar en televisión, con músicas de concurso enderezadas por un doblaje al castellano más que aceptable, ideal para no perdernos en las pruebas y comprender al pie de la letra qué tenemos que hacer y cómo hemos de hacerlo. Simple y efectivo.

Las opciones multijugador de la obra pasan a ser exclusivamente en la misma consola, ya que es evidente que en un título de estas características no tiene demasiado sentido ver cómo los demás realizan las pruebas sin poder ver a la persona ejecutándolas. Lo que sí que podría haberse incluido a modo de extra es un ranking entre los poseedores del título, así como la posibilidad de compartir las fotos y portadas en las que sale nuestro yo virtual para aumentar la vida de la obra y fomentar el mítico "pique" entre amigos. Una lástima.

TV SuperStars no será recordado por ser uno de los videojuegos que mejor aprovechen la tecnología de PlayStation Move, pero sí que es una buena alternativa para comenzar nuestros primeros pinitos con la tecnología nueva del movimiento. La obra cuenta con buenas bazas, como la ambientación y los minijuegos, pero no cuenta con suficiente variabilidad como para contentar al jugador más exigente. Como decíamos, en poco más de una tarde habremos visto todas las pruebas, y una vez le hayamos cogido el truco a los retos podremos hacerlos con los ojos cerrados... y eso supone aburrimiento y monotonía.

Hubiese estado curioso haber incluido alguna prueba al estilo American Idol -el Operación Triunfo estadounidense-, sobre todo en partidas multijugador con nuestros amigos. Pero no ha sido así. Pese a todo, constituye un título con sabor propio que llegará a encandilar a los jugadores que lo único que busquen sea pasar la tarde entre amigos, echándose unas risas y demostrándole a todo el mundo cómo sería si nosotros fuéramos estrellas internacionales.