Análisis de Tiger Woods PGA Tour 10 (PS3, Wii, PC, Xbox 360)
Tiger Woods vuelve a poner nombre a la entrega anual de la saga de golf de Electronic Arts, lo que representa el regreso de la que –en esencia- es la única opción de simulación seria que llega al mercado. Sin competencia en el mercado (lo que no implica la ausencia de títulos arcade maravillosos, como los Everybody’s Golf, Mario Golf, Pangya, y demás) una de las cosas que sorprende es cómo la saga consigue no estar estancada... del todo.
Realmente no hay ninguna revolución en el juego (eso se reserva, en todo caso, para la entrega de Wii, que puede nutrirse de las posibilidades que presenta el accesorio Motion Plus... y con todo, es un paso adelante, no un gran cambio en el sentido estricto), aunque se ha mejorado un poco en diversos terrenos importantes, sobre todo en el campo del juego en línea, la inclusión de un nuevo sistema de retos, y algunas mejoras en el control que ayudan a mejorar la jugabilidad.
Pero no nos engañemos: los cambios con respecto a la entrega anterior son realmente pocos. Esto no hace de él un peor juego, aunque está claro que el aficionado deberá plantearse si las novedades le compensan desembolsar el precio de una nueva entrega. Esto sucede más o menos con cada entrega anual de un juego (algo más evidente quizás en los deportivos), pero hay algunos que tienen más margen de mejora e innovación que otros. No es que no nos haya convencido su apuesta por revivir torneos con las situaciones climáticas reales que hubo en la vida real, por ejemplo, o la opción de comparar los resultados en los circuitos con otros jugadores en línea (y también con profesionales)... de hecho, lo cierto es que hay una cantidad suficiente de pequeños cambios, pero todos esos pequeños cambios no llegan a marcar una referencia palpable para el público general; no así los aficionados más convencidos.
Por tanto, aunque presenta algunas novedades en diversos campos, no suman en su conjunto un grupo de cambios significativos para el público general, y sólo los más aficionados sabrán saca todo el jugo a estos nuevos elementos. En la práctica, no podemos negar tampoco que los nuevos torneos incluidos logran captar con más fidelidad las emociones del golf, con una ambientación mucho mejor lograda, y un planteamiento visual que se asemeja cada vez más a las retransmisiones televisivas del deporte. El ruido de fondo hace ganar presencia al público en los torneos, pero, por otro lado, los comentarios son sosos, repetitivos y sin interés.
Pese a su vocación de simulador, Tiger Woods PGA Tour 10 es un título accesible, divertido, y que ofrece un entorno accesible para novatos y luego podemos ir probando diferentes configuraciones para llegar a niveles de dificultad bastante elevados. Del mismo modo, con su mayor enfoque en el juego en línea se nos ofrecen opciones nuevas, como el modo Play the Pros, en el que nos podemos enfrentar contra algunos de los mejores jugadores. No es que sea lo más original del mundo, pero la verdad es que dentro del juego funciona muy bien y es un concepto que puede aprovecharse especialmente en títulos deportivos, donde la competitividad es la clave básica de su diversión, una vez se ha conseguido solventar todas las cuestiones técnicas y jugables con holgura.
Otro buen detalles es que el tiempo, esto es, las condiciones climatológicas se modifican en tiempo real actualizándose mientras jugamos. Es decir, que si estamos en un torneo en un campo inglés y en éste empieza a llover, en el juego puede ponerse a llover también. Los cambios jugables son más bien sutiles, y todo esto se nota mucho más en el campo visual que en la jugabilidad, pero es un añadido interesante que habrá que explorar con mayor profundidad en próximas entregas de la saga para que su peso y reflejo en el mismo sea mejor.
El juego ha optado por mantener sus mecanismos de control con pocos cambios, y en esencia seguimos usando la palanca analógica para golpear, o bien un sistema clásico de botones. Nuestra precisión y fuerza, con cualquiera de ambos sistemas de control, se puede ver recompensado con un power shot al que se ha añadido un toque algo más arcade al incorporar una estela a la pelota. Esto puede gustar, o no, ya que al fin y al cabo desentona un poco dentro del tono serio y realista del juego. Digamos, recurriendo a los clásicos de la industria, que uno no se espera ver el balón en llamas de NBA Jam en un NBA Live.
Los cambios en el control se han dado sobre todo en la zona de putt, con un nuevo y rediseñado sistema de precisión. En vez de tener múltiples palos, ahora contamos con uno, multiuso (apto para todas las distancias), y lo que debemos hacer es moverlo tanto como se nos indique en pantalla en función de la distancia que haya hasta el hoyo.
También resulta interesante el sistema de creación, personalización y evolución del personaje, incluyendo también compatibilidad con Photo GameFace, de manera que podemos incorporar una foto (la consola puede sacarla a través de las respectivas cámaras) y el juego mismo la modela en tres dimensiones; o bien hacerlo a mano con las opciones de configuración del juego. La progresión y mejora en las estadísticas del personaje que manejamos no es lineal: según juguemos mejoraremos en unos campos, pero también podemos empeorar en otros. Si necesitamos practicar, podemos dar algunos golpes con nuestro entrenador personal, que nos dará consejos, y eso permitirá que mejoremos en diferentes campos.
El aspecto técnico del juego ha sufrido unos cambios muy similares: escasos, dispersos, y poco reseñables en conjunto. Se han mejorado algunas cosas como los efectos de luz, el agua, sombras... y también alguna mejora en texturización, cambios climáticos, y demás. Pero no hay un salto cualitativo palpable que a simple vista nos haga darnos cuenta de que se haya avanzado en algo concreto; sólo la comparación directa con el predecesor muestra esos pequeños avances. Más o menos pasa en las animaciones: son buenas, como en las anteriores entregas, pero no se ha dado un avance sustancial.
Conclusiones
La cuestión es recurrente: ¿vale la pena desembolsar por la nueva entrega de esta saga deportiva? Si eres un aficionado total y completo, lo más probable es que no haya lugar a dudas, pues por pocas novedades que haya se le sabrá sacar todo el jugo y disfrutar de sus cambios y novedades. Si no tienes la entrega anterior (o, según el caso, la de hace dos o tres años), la verdad es que la saga tiene una calidad fuera de toda cuestión y bien vale la pena apostar por la entrega de este año, ya que el mayor peso del juego en línea es una garantía de rejugabilidad.
Lo difícil es si nos gusta, pero no somos fanáticos, y tenemos la entrega más reciente; ahí reside la cuestión, y en líneas generales no nos parece que el conjunto de novedades tenga un peso específicos suficiente como para justificar dar el salto a esta entrega, y es posible sentirse decepcionado, pues el salto con respecto a Tiger Woods PGA Tour 09 es pequeño. Eso no significa que sea un mal juego, al contrario, pero en ese caso concreto hay que ser muy consciente de qué vamos a encontrarnos con la entrega de este año y saber en qué nos dejamos los billetes.