Análisis de Start the Party (PS3)

Nintendo ha cambiado los videojuegos. La industria se desentiende por completo de la clásica continuación lineal y comienza a dividirse en sectores: desde los más clásicos hasta los nuevos jugadores, pasando por los que disfrutan de todo tipo de videojuegos y terminando por aquellos quienes han abandonado el hobby por no aceptar los nuevos cambios. Nintendo ha sido la encargada de darle el golpe necesario a la industria, y Microsoft y Sony no iban a ser menos, sobre todo teniendo en cuenta que Wii es la consola de la nueva generación que más se vende en todo el mundo.

De esta manera, Microsoft se desentiende de controladores para darle al jugador la posibilidad de controlarlo todo con su propio cuerpo, mientras que Sony sigue un concepto similar al de Nintendo, con un mando inalámbrico con sensores de movimiento y un buen puñado de títulos que acompañarán su lanzamiento. Start the Party!, el videojuego que hoy nos ocupa, es uno de ellos.

Estamos delante de la enésima reencarnación de los minijuegos se presenta esta vez en PlayStation 3 estrenando el mando correspondiente, con el objetivo de pasar un buen rato en compañía y de familiarizarnos con este nuevo tipo de control, que no todo el mundo es capaz de perfeccionar a la primera. Cualquier poseedor de Wii controlará Move como si hubiese nacido para ello, puesto que la tecnología es similar.

Una vez hayamos preparado la cámara y el mando correspondiente, el videojuego nos invitará a calibrar el mando para evitar una experiencia de juego negativa. Lo ideal para jugar a este tipo de videojuegos es de disponer, al menos, de dos metros de espacio entre el televisor y el jugador, aunque si es algo menos no supondrá ningún problema grave para la obra, aunque sí que nos veremos más grandes y la experiencia de juego no puede ser tan completa como se promete. Sea como fuere, y juguemos como juguemos -dentro de unos límites, claro está-, Start the Party! Se presenta como uno de los muchos videojuegos de minijuegos que se presentarán en los próximos meses para aprovechar el tirón de PlayStation Move. Y, de hecho, la obra no promete nada más que lo que ofrece: minijuegos para jugar sólo o acompañado y nada más. ¡Que empiece la "fiesta"!

Nada más introducir el disco en la videoconsola, seremos cómplices de una pequeña demostración en forma de introducción que servirá para ponernos a tono de lo que nos vamos a encontrar después de seleccionar los modos de juego que propone el estudio para la ocasión. En realidad, estamos delante de un videojuego carente de profundidad, con muy pocos modos de juego que, sin duda alguna, aburrirán a los jugadores que busquen algo más profundo e innovador.

Así pues, el videojuego propone dos estilos a la hora de jugar a los numerosos videojuegos que incluye el disco. El modo estilo libre y el modo supervivencia. El primero de ellos es ideal para comenzar a familiarizarnos dentro del entorno de la aventura, ya que servirá para aprender las reglas de la obra y a controlar, poco a poco, el mando de la videoconsola. Podremos jugar sin temor a perder, ya que es básicamente un modo práctica camuflado. También tendremos la oportunidad de escoger el minijuego que más nos guste y perfeccionarlo hasta la saciedad, pudiendo escoger entre tres niveles de dificultad diferentes.

Por otra parte, nos encontramos con el modo más divertido de todos: el modo supervivencia. Esta modalidad de juego es mucho más divertida que su predecesora, ya que nos permitirá jugar a todos y cada uno de los videojuegos rápida y frenéticamente, como si de un Wario Ware se tratara. El objetivo es aguantar el máximo tiempo posible antes de que éste se termine. Si vamos realizando las pruebas correctamente iremos ganando unos segundos valiosos ideales para quedar en las primeras posiciones de la tabla de puntuación.

La diversión se multiplica si jugamos acompañados; hasta 3 amigos más pueden competir para ver quién es el rey del salón. Por desgracia, la desarrolladora ha decidido dejar fuera la posibilidad de competir por Internet, algo que hubiera hecho los piques entre jugadores mucho más frenéticos y directos, así como la posibilidad de publicar nuestra puntuación en tablas mundiales de competición. Lamentablemente todo se queda en casa. También hay que decir que el multijugador es, quizá, demasiado pausado para un videojuego de esta envergadura, ya que tendremos que ir pasando el mando minijuego tras minijuego en vez de jugar todos juntos.

Los minijuegos son de lo más variado, y son bastante intuitivos. Tendremos que realizar la acción correspondiente con el mando lo más rápido posible, ya que el tiempo es oro en esta obra. Así pues, tendremos que cortar fruta con una espada, aplastar a los topos cual juego de Mattel, encontrar a los bichos que andan por nuestro televisor con una lupa o incluso afeitar a un jovencito con los peinados más bizarros del momento. Si tenemos alguna duda, la voz en off nos ofrecerá una explicación -en perfecto castellano- sobre los objetivos a conseguir, aunque todo es bastante simple y dinámico.

Eso sí, lamentablemente en un par de partidas ya habremos descubierto todos los minijuegos, encontrándonos de frente con la gran carencia de este videojuego: el número de pruebas. Únicamente contamos con nueve pruebas que, por muy divertidas que sean, son un número ínfimo para promocionar un periférico tan sonado como PlayStation Move. En contraposición a los puntos flacos del juego, hay que decir que el control de la obra es muy preciso y manejable. No hemos tenido ningún problema a la hora de familiarizarnos con el control, y el mando responde fielmente con lo que queremos hacer una y otra vez. Sin fallos y sin ningún tipo de problema que merme la experiencia de juego.

En el plano técnico, la aventura se apoya de un motor gráfico mezclado con la realidad aumentada que lleva promocionando Sony desde hace unos meses. Gracias a la cámara de PlayStation 3, nosotros seremos los propios protagonistas de los minijuegos, siendo representados fielmente como si de un EyeToy se tratara. El apartado gráfico está realizado con unos gráficos muy desenfadados, mucho colorido y unos personajes de lo más entrañables. Todo está lleno de vida y color, y para un juego de este calibre, no hace falta nada más. Lo mismo ocurre en el plano sonoro, con narrador que nos enseñará los conceptos básicos de la obra y una música que, sin llegar a ser una obra maestra, cumple perfectamente su cometido.

En definitiva, estamos delante de uno de los primeros títulos que llegan al mercado para aprovechar las ventajas exclusivas que ofrece PlayStation Move. Lamentablemente la obra se ha quedado en un quiero y no puedo, apostando por un conjunto de minijuegos bastante buenos pero que fallan estrepitosamente a la hora de darles variedad. Se mire donde se mire, nueve minijuegos son muy pocos, y las posibilidades multijugador no acompañan. Start the Party! Es una obra que servirá para familiarizarnos con el control del periférico y que demuestra -en un pequeño porcentaje- de lo que es capaz el combo de cámara y Move. Por suerte, y quizá este sea uno de motivos por el cual la obra presenta esta carencia clara de minijuegos, el videojuego no requiere el mando complementario para jugar.