Análisis de Rogue Warrior (PS3, PC, Xbox 360)

Tres años de desarrollo

Hoy en día, hay juegos que necesitan un largo proceso de desarrollo para ofrecer todo lo bueno que el equipo de desarrollo tiene en mente. Otros juegos, de forma opuesta, no necesitan periodos tan largos de tiempo para lanzarse al mercado, pues como en el caso de los juegos deportivos, se reutiliza la base asentada en la saga y se añaden novedades jugables, nuevos modos de juego, y la respectiva mejora del motor gráfico. Por lo general, cuando un juego lleva a sus espaldas un gran esfuerzo durante varios años de desarrollo, se nota en el resultado final. Sin embargo, como hay casos y casos, nos podemos encontrar con algún caso especial en el que dé la impresión de estar jugando a un título que podría haber sido desarrollado en cuatro meses en lugar de tres años.

Este es el caso de Rogue Warrior, un juego de acción en primera persona que nos ofrece la posibilidad de encarnar a un soldado de élite de las fuerzas estadounidenses en las consolas de Sony y Microsoft. Es posible que el cambio de equipos de desarrollo haya propiciado las carencias que comentaremos a continuación, pero aún así desde su anuncio en el año 2.006 se podría haber llegado a un resultado excelente.

Un soldado de élite

El argumento del juego de Rebellion Studios está basado en las experiencias vividas por el soldado de élite de las fuerzas armadas estadounidenses, Dick Marcinko, plasmadas con anterioridad en su autobiografía, y no exentas de sangre, muerte y destrucción. Con los hechos que comentaremos a continuación, este ex soldado y fundador de cuerpos como el Navy SEAL de Estados Unidos, ha ganado todo tipo de medallas al valor y condecoraciones varias, y ahora pretende abrirse un hueco en la colección –y en la mente- de los fanáticos de los juegos de acción, cosa mucho más complicada de lo que en Bethesda se podría pensar, pues en Xbox 360 y PlayStation 3 hay un amplio catálogo de títulos de acción que superan casi sin querer a la propuesta de este Rogue Warrior.

Dejando de lado estos detalles, como el soldado Marcinko –cuyo apodo es el mismo que el nombre del juego y de su autobiografía- comenzaremos nuestra aventura siendo un marine al que se le encomienda una misión en un lugar bastante problemático en la década de los ochenta: Corea del Norte.

El objetivo de la misión no es el de acabar con todos los soldados del ejército coreano, por mucho que Marcinko sea una máquina despiadada de matar soldados –aunque se encuentre en sus últimos días como soldado de élite-, sino que la misión está orientada a recopilar información sobre una serie de misiles del ejército coreano. Sin embargo, durante su misión de desactivación de los misiles se verá inmerso entre dos frentes, pues la guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur comienza, poniendo a nuestro despiadado Richard Marcinko en una situación bastante complicada de la que finalmente consigue escapar para volver a su patria, Estados Unidos. Una vez allí, se le encomienda una nueva misión en la que deberá encontrar los misiles de los que antes hablamos, y que ahora se encuentran en manos de un grupo terrorista ruso.

En definitiva, sin comerlo ni beberlo, como Marcinko pasaremos de estar en una guerra en Corea a infiltrarnos en la fría Rusia en busca de los misiles que desactivamos, un argumento que podría ser utilizado en más de una película. No sólo por el dinamismo y lo convencional de los hechos acontecidos durante el título, sino también porque por extensión podría haber sido utilizado en el cine en lugar de un videojuego, pues es lamentable que un juego tenga una duración menor a las tres horas. Este es uno de los puntos negros del título de Rebellion Studios pues es inconcebible que, tras tres años de desarrollo, este Rogue Warrior solamente pueda ofrecer alrededor de un par de horas de entretenimiento bastante vacío, pues como comentaremos en el apartado jugable y técnico, el título aporta muy pocas cosas o casi ninguna al género, cuenta con poca diversión que ofrecer, y toda ella envuelta en un halo de oscuridad y un acabado técnico muy por debajo de la media.

Acción y poco más

En Rogue Warrior vamos a encontrar lo visto en la mayoría de juegos del género. Encontraremos armas de fuego con las que acabar con la resistencia que aparezca en nuestro camino, pero encontramos una pequeña diferencia, pues Marcinko no es excesivamente resistente a los ataques enemigos. Este hecho dota de un mayor realismo a la hora de jugar, pues hemos de estar al tanto de nuestros enemigos y cobijarnos en cualquier sitio y ayudarnos de todo tipo de coberturas para no salir mal parados durante nuestras infiltraciones. Para parapetarnos a una cobertura, que puede ser una pared o un objeto, deberemos pulsar el gatillo y la perspectiva pasará de ser de primera persona a tercera persona, pudiendo obtener más detalles de la posición de los enemigos para sacar nuestro cuchillo y aniquilarlos. Además del uso obligatorio de las coberturas, el juego cuenta con un toque de infiltración característico de otros géneros, y este hecho se apreciará a la hora de acabar con nuestros enemigos. En primer lugar, no debemos alertarlos, pues entonces todos los enemigos de la zona sabrán dónde nos encontramos y harán todo lo posible para acabar con nosotros (pese a lo que pueda parecer, aunque los enemigos estén alerta, no cuentan con una inteligencia artificial demasiado elevada, aunque desde la desarrolladora hayan intentado introducir un motor de inteligencia artificial de calidad llamado Kynapse).

Por otra parte, este grado de infiltración hace posible la implementación de movimientos específicos que servirán para acabar con los enemigos que se encuentren desprevenidos, realizando un movimiento cercano y certero con el que acabaremos con cualquier enemigo, sea ruso o coreano. Este movimiento resulta demasiado devastador, pues con el simple hecho de presionar un botón (el botón x en la consola de Sony, y el botón A en la de Microsoft) podremos acabar con los enemigos aunque no estén desprevenidos, algo ilógico y un elemento que acaba eliminando la poca variedad del título, que pasa de ser un juego de acción en el que podemos realizar movimientos y eliminar enemigos de forma sigilosa, a ser un juego en el que el jugador puede alcanzar el final del juego en unas dos horas escondiéndose y apretando el botón de ejecución sigilosa aunque el enemigo no se encuentre desprevenido.

Pese a todo ello, el resultado es entretenido, pero cuando el jugador se habitúa al sistema de juego y al ortopédico control durante las coberturas, se llega al final del último capítulo y del juego, dejando una sensación de vacío tremenda, pues la duración es inaceptable para lo que se espera hoy en día y el alto precio del producto. Si al menos hubiese algo que hacer una vez finiquitado el modo historia, el juego vería alargada su duración e incrementada su diversión, pero el modo multijugador se limita a dos modos de juego en los que hasta ocho jugadores se pueden enfrentar todos contra todos (Combate a muerte) o en dos equipos (Combate a muerte por equipos), sin sistema de experiencia, sin rangos y sin recompensas que motiven al jugador a darle una oportunidad.

Técnicamente aceptable

Rogue Warrior presenta un apartado técnico aceptable y condenado a pasar desapercibido. El motor Unreal cumple, pero no alardea en ningún aspecto, pese a que las explosiones son aceptables, algunos elementos de los detallados escenarios son destructibles, hay efectos de partículas de calidad, el modelado del protagonista es bastante bueno y algunos movimientos de sigilo están bastante logrados. Aunque pueda parecer que es bueno, cuenta con algunos defectos inesperados, pues aunque podamos encontrar escenarios detallados, también podemos encontrarlos completamente vacíos y presentando texturas de muy baja calidad, además de que en algunas ocasiones la ambientación pasa de estar algo lograda a ser bastante fría, pues al vacío de los escenarios se le puede añadir el constante tono oscuro exagerado.

En cuanto al sonido, destaca el doblaje a nuestro idioma, que más que hacerlo por la calidad, destaca por el mero hecho del esfuerzo de la compañía por darnos la oportunidad de escuchar la gran cantidad de insultos y palabras malsonantes de Marcinko en perfecto español (son demasiados los títulos que no vienen doblados, y la cantidad de títulos que no llegan traducidos va ‘in crescendo’). Sin embargo, los efectos de sonido son buenos, pero la banda sonora es demasiado típica, llegando a abusar de los temas convencionales del género.

En conclusión

Rogue Warrior es un título que no ha sabido estar a la altura del largo proceso de desarrollo que lleva a sus espaldas. El argumento podría haber dado lugar a un título con una jugabilidad más variada y depurada –aunque ofrece algunos elementos de infiltración que son de agradecer-, pero la obra de Rebellion Studios se ve perjudicada por la escasísima duración del título, algo inaceptable hoy en día dado el alto precio al que se venden los juegos. Esta duración es la misma vida del juego, pues el multijugador no incentiva a ser usado más que para convencernos de que estamos perdiendo el tiempo –si es que conseguimos entrar en una partida-. El apartado técnico cumple dado el nivel del resto de apartados de un título que está condenado a pasar desapercibido por méritos propios. Marcinko, la misión ha fracasado.