Análisis de Los 4 Fantásticos y Silver Surfer (PS3, Wii, Xbox 360)
Continuando la poca agraciada tendencia de crear el homólogo videojueguil de cualquier película actual con superhéroes, el estudio de desarrollo Visual Concepts regresa una vez más para ofrecernos un juego de acción directa, con una esencia claramente definida al más puro estilo "yo contra el barrio", y unas características jugables similares a las que pudimos disfrutar en el reciente Marvel Ultimate Alliance. Las habilidades sobrehumanas de la familia Richards lucen de nuevo.
Con la anterior entrega basada en las aventuras del archiconocido cuarteto de superhéroes creados por Stan Lee, el nuevo capítulo dentro de las hazañas de los 4 Fantásticos ofrece un producto con un planteamiento de diversión escasa, potenciando y otorgando importancia al cooperativismo de lo jugadores, pero con un apartado técnico que, por desgracia, sorprende poco en el más amplio sentido de la palabra.
Forjado el peculiar grupo, a la cabeza del mismo encontramos a Reed Richards, aportando conocimientos científicos y asumiendo el papel de líder. Su extraordinaria elasticidad le permitirá alargar y retorcer sus extremidades como si de una goma de mascar se tratara, ganándose el sobrenombre de Mr. Fantástico. Como segunda componente encontramos a Susan Richards, conocida como la Mujer Invisible, capaz de volverse traslúcida a los ojos de los demás, así como de mover objetos de un lado a otro con el solo uso del poder de su mente. Seguidamente nos topamos con Johnny Storm, conocido entre los fans como Hombre Antorcha.
Hermano de Susan Richards, Johnny poseerá la capacidad de envolver su cuerpo en llamas para sobrevolar los cielos a gran velocidad, al tiempo que puede lanzar potentes bolas de fuego idóneas para los ataques a distancia. Por último, Ben Grim, apodado como La Cosa, representa a la fuerza en estado puro. Antiguo amigo del profesor Reed Richards, Ben se constituye como el integrante de poderosas habilidades físicas, capaz de reconvertir su piel a un estado pétreo a modo de coraza impenetrable, y con una fuerza en su haber que no conoce límites. Su aspecto físico al transformarse es su gran quebradero de cabeza, pues como el bien apunta, su vida social no es precisamente fácil.
Coincidiendo con la trama del reciente film, en Los Cuatro Fantásticos y Silver Surfer deberemos afrontar la nueva amenaza que golpea la Tierra, desbaratando incluso lo que pretendía ser una apacible ceremonia de boda entre Reed Richards y Susan Richards. Irrumpiendo sin previo aviso, conoceremos a Silver Surfer o "Estrella Plateada", joven astrónomo proveniente del planeta Zenn, donde antaño el pacifismo se erguía como forma de vida y doctrina a seguir. Heraldo y lacayo del todo poderoso Galactus, Silver Surfer recibirá sus poderes a mano del mayor devorador de planetas que jamás haya existido. Con el objetivo de encontrar energía para alimentar a su amo Galactus, Silver Surfer empezó ofreciéndole planetas totalmente deshabitados, quizás como requisito de su condición pacifista. Provisto con una tabla de surf como método de transporte, la estrella plateada empezó a tener problemas para encontrar planetas óptimos, a lo que Galactus respondió manipulando su mente y obligándole a suministrarle zonas sin importar la existencia de vida.
Como no podía ser de otra forma, Silver Surfer cuanta con habilidades fuera de toda lógica para el razonamiento humano, tales como la capacidad de manipular moléculas, transformar la materia, absorber energía, o una transformación molecular. Por si fuera poco, su agilidad y su fuerza no es equiparable a nada conocido, lo que verdaderamente le convierte en uno de los personajes mas atractivos del universo Marvel.
En cuanto al cooperativismo de los superhéroes, deberán mover objetos gracias a los poderes de la mujer invisible, así como usar la elasticidad del doctor Richard para llegar a los lugares más recónditos. Por su parte, "La Cosa" hará uso de su fuerza bruta cuando la situación lo requiera (algo que sucederá a menudo). Se descubre así uno de los grandes "peros" del título, con una plantilla de personajes de los que solo dos serán verdaderamente útiles de usar para el transcurso de la historia. Bien sea porque las fases aéreas solo son para Johnny Storm, o porque la mayoría de situaciones requerirán la más bruta de las fuerzas, lo cierto es que a la larga sólo el "Hombre Antorcha" y sobretodo "La Cosa" se erguirán como los únicos personajes a tener en cuenta. Incomprensiblemente, nos encontraremos con barricadas e infinidad de enemigos donde la vía más útil y factible será la de repartir mamporros limpios a diestro y siniestro, potenciando considerablemente la importancia del héroe de piedra, y relegando el uso del resto de componentes a niveles poco mas que testimoniales.
Por su parte, y al margen de Ben, el trío restante de componentes dependerán en demasía de sus ataques a distancia, haciendo uso de sus superpoderes especiales, y como no podía ser de otra forma, consumiendo una barra de energía. Dicha barra se recargará de manera automática, pero a una velocidad acusadamente lenta y completamente incompatible para seguir el rápido ritmo que marcará la profusa acción, lo que dará como resultado que al poco tiempo de juego nos sorprendamos al comprobar como la única forma de avanzar en el juego residirá en hacer uso de los ataques físicos que, de nuevo, solo el viejo amigo Ben será capaz de poner en práctica.
A medida que vayamos superando los niveles, y siempre al final de cada fase, se nos ofrecerá la opción de ir mejorando distintos parámetros de nuestros personajes concernientes a velocidad, fuerza, o ataques especiales. Desgraciadamente, el objetivo de las mejoras para seguir batallando contra el doctor Doom y la horda de Skrulls recaerá nuevamente sobre "La Cosa", presentándose como el único superhéroe sobre el que verdaderamente merecerá la pena potenciar sus capacidades. En cuanto a la variedad de niveles, el único punto de inflexión nos pondrá a manos de la Antorcha Humana, quien deberá dar caza a Silver Surfer en algunas fases aéreas sin perder de vista la multitud de objetos y vehículos repartidos por el escenario que dificultarán nuestro avance.
Como desglose de la trama, el juego intercalará escenas cinemáticas que irán relatando el transcurso de la aventura, la cual estará salpicada por múltiples diálogos sin sentido, que si bien pondrán de manifiesto el omnipresente empeño de la propia Marvel por presentar a los 4 Fantásticos como una familia unida, terminarán desembocando en una retahíla de frases con cierto grado de estupidez que se sumarán a la lista de aspectos negativos.
Por su parte, las animaciones no innovarán en absoluto, al tiempo que se nos presentarán unos escenarios terriblemente vacíos, junto a unas texturas pobres sobre infinidad de superficies planas. Entorno al sistema de partículas y el juego de luces, Los Cuatro Fantásticos y Silver Surfer contarán en su haber con unos tímidos efectos que poco o nada sorprenderán, completando un apartado visual terriblemente poco trabajado, y que sin lugar a dudas le hará flaco favor a la recurrente tediosidad que será capaz de ofrecernos el básico sistema de juego.
De nuevo, y sin ningún tipo de lógica alguna, comprobaremos amargamente la nula inclusión de un modo online en un juego que pide a gritos el más razonable de los cooperativismos directos. Si bien podremos compartir la aventura en una misma consola con diversos mandos, la ausencia de un modo multijugador a través del sistema Xbox Live o PlayStation Network estará motivos de compra, privándonos de enfundarnos en la piel de un solo superhéroe e impartir la justicia en línea con la ayuda de otros tres amigos.
Por el contrario a uno de los pocos apartados positivos del juego, y tal como citábamos, la mayoría de los diálogos de la familia Richard serán algo insustanciales, destilando una banalidad en demasía que llegará a producir síntomas de vergüenza ajena hasta en el más acérrimo seguidor que se precie.
Con todo, no podemos sino esperar, que las incursiones futuras de los cuatro fantásticos dentro del mundo del ocio electrónico traigan bajo el brazo un producto considerablemente más trabajado. La aventura verdaderamente fantástica, todavía está por llegar.