Análisis de Grand Theft Auto V (PS3)
Nota: Este análisis no revela el argumento del juego más allá de lo visto en los tráilers. Este análisis se centra únicamente en el modo para un solo jugador del juego. GTA Online estará disponible el 1 de octubre y contará con su propio análisis.
Michael, Franklin y Trevor han llegado para convertirse en nuevos iconos del mundo del videojuego. Tras cinco años de trabajo y el mismo secretismo al que Rockstar nos tiene acostumbrados, GTA V se convierte de inmediato en el mejor juego de mundo abierto nunca hecho, cumpliendo las altísimas expectativas que había generado en los últimos dos años, desde que se anunció oficialmente.
Algo que muchos usuarios han podido comprobar desde hace unos días, pues muchas tiendas lo han comenzado a vender antes de su lanzamiento oficial.
En una generación marcada por las entregas anuales de grandes sagas que han mantenido unas ventas descomunales y no han acusado desgaste, Rockstar ha hecho justo lo contrario: lanzó dos generosas expansiones para GTA IV a lo largo de 2009 para luego encerrarse en su hermetismo e intentar de nuevo subir el listón de los juegos de mundo abierto haciendo de su juego un hito, algo que consiguen con creces: GTA V es más divertido que su predecesor, tiene una ambición enorme y todos sus aspectos cuidados al máximo y, sobre todo, es el juego de mundo abierto mejor narrado hasta la fecha. La historia de Michael, Franklin y Trevor te atrapa desde el principio, y en todo momento estamos metidos en ella, sin saltos incoherentes y cabos sueltos pese a la enorme libertad de acción que tenemos.
Tres vidas diferentes
El gran cambio respecto a los juegos anteriores es la presencia de tres protagonistas, y la apuesta por intentar sumergir al jugador en cada una de sus vidas por separado, juntando a los personajes en muchas otras misiones. Como ya se ha dicho en anteriores ocasiones, Michael es un ladrón retirado de cuarenta y tantos años que por una serie de circunstancias se ve obligado a volver a su vieja vida, Franklin es un pandillero novato que ve la oportunidad de dar el salto a los grandes crímenes, y Trevor es un viejo amigo de Michael y está completamente loco.
Esto ya lo sabíamos gracias a los tráilers, y en parte se pierde parte del factor sorpresa en los inicios del juego. Los primeros minutos de la historia son previsibles, ya que sabes que los personajes tarde o temprano se van a encontrar, y de hecho la primera "reunión" es bastante obvia. Pero el resto es sorprendente, hilarante en ocasiones, tremendamente bien narrado y adictivo. Cada personaje tiene su propia vida y sus circunstancias personales, con personajes, misiones y posibilidades exclusivos de cada uno de ellos, como si cada uno protagonizase su Grand Theft Auto personal con su propia historia. Pero por encima de ellos hay una serie de personajes comunes a todos y una línea argumental global que avanza arrastrándoles hacia la vorágine de caos, coronada por esos grandes golpes o atracos que pueden considerarse el culmen de GTA y de los juegos de mundo abierto: misiones largas, complicadas, a gran escala, en las que de hecho tendremos libertad para elegir un plan de acción para luego llevarlo a cabo asumiendo las consecuencias de nuestras decisiones.
Jugando con tres gángsters
La forma de cambiar entre una vida u otra es muy sencilla, manteniendo pulsado un botón y eligiendo al antihéroe con el joystick, para luego pulsar otro botón y que el juego "salte" al control de otro personaje. Esta posibilidad la tendremos a disposición siempre que estemos en el mundo abierto del juego y no hayamos comenzado una misión o nos esté persiguiendo la policía, o no se dé alguna otra circunstancia especial. Tras unos segundos en los que el juego carga, la cámara mostrará una especie de vista de satélite y nos llevará al otro personaje.
Lo curioso de este asunto es cómo Rockstar aprovecha estos cambios de personaje para contar algo más de la historia. Muchas veces cambiamos a otro y lo encontraremos prácticamente donde lo dejamos. En otras ocasiones lo encontraremos comiendo, saliendo de un club de striptease o levantándose borracho en medio de la calle a primera hora de la mañana. Pero en algunas situaciones este cambio a otro personaje generará una escena de la historia, que dará paso a nuevas misiones que tendremos disponibles o directamente iniciará una nueva. Éste es un gran progreso respecto a GTA anteriores, en las que íbamos de misión en misión yendo a los puntos del mapa que nos marcaban sin saber lo que nos íbamos a encontrar. En esta quinta parte todo está perfectamente hilado, la misión anterior suele tener consecuencias como una llamada de teléfono, email o mensaje de texto, y podemos sospechar qué nos espera en la siguiente por los mismos indicios. No vamos a ciegas, y además el juego siempre intenta mantenernos dentro de la historia haciendo que todo tenga sus consecuencias y sus cambios, y usando el móvil para mantener siempre a cada personaje en contacto con los otros y los secundarios.
En este sentido Rockstar ha logrado que GTA V sea el juego de la saga que más motive el jugador a seguir cumpliendo misiones de la historia, en vez de distraerse haciendo el loco sin más en Los Santos. Hay una serie de misiones secundarias y de eventos aleatorios que cada personaje tendrá disponibles, y de hecho las secundarias (llamadas ‘extraños y locos’) tienen cada una su propia historia para cada personaje. Pero ese matar el tiempo haciendo de vigilante dejando la historia de lado se reduce al mínimo en GTA V, porque el juego está recordándonos todo el rato que estamos formando parte de una historia.
Esto se nota desde el principio, en las típicas misiones en las que nos enseñan a conducir, disparar o pelear. Estas misiones-tutorial forman parte de la historia de forma coherente, no forzada, y son a lo grande. No aprenderemos a conducir dando un par de giros por las calles, sino corriendo a toda velocidad por el autopista. Todo esto, unido a los grandes y espectaculares golpes, hace que -tal y como era el objetivo de Rockstar- GTA V motive a seguir jugando la historia.
Aparte de cambiar entre personaje cuando estemos recorriendo Los Santos, hay misiones -en número creciente a medida que avanzamos- en los que participan dos o tres. Éstas son las mejores del juego, ya que tendremos que coordinar las habilidades de cada uno dentro de una gran escena. Mucha veces tendremos libertad para elegir qué personaje controlar, confiando en que los otros hagan bien su parte; otras, el juego nos obligará a ir cambiando de uno a otro para hacer los momentos clave personalmente. Con todo lo caótico que puede resultar a primer vista, al final es fácil de entender y de hacer.
Además de ser más divertidas y variadas que nunca, algo que parece un tópico pero que es cierto, las misiones tienen ahora una puntuación que hará que ganemos medalla de bronce, plata u oro, pudiendo volver a realizarlas cuando queramos para conseguir el porcentaje perfecto.
El mundo de Los Santos
Como ya se ha dicho en más ocasiones, el de GTA V es el mayor mundo abierto jamás creado para un juego de Rockstar, superior en tamaño a GTA San Andreas o Red Dead Redemption. El espacio de juego incluye la ciudad de Los Santos, sus alrededores y todo el condado de Blaine, al norte, representando el ficticio estado de San Andreas, al que muchos personajes se refieren a lo largo del juego. El parecido más claro, como es de esperar, es con GTA: San Andreas, ya que muchos de los elementos de este juego están presentes en GTA V, pero las tres ciudades quedan reducidas a una, Los Santos, quizás tan grande como aquellas sumadas.
Los Santos es una especie de recreación/homenaje de Los Ángeles, con cada una de sus partes emblemáticas como Hollywood o Venice Beach bien diferenciadas, y esta vez representadas a mayor escala que nunca. La ciudad es enorme, y cada una de sus zonas tiene su propia personalidad. Pero el resto del juego es también gigante, y de hecho en muchas misiones echaremos de menos que fuese un poco más pequeño, ya que las distancias a veces son de cuatro o cinco kilómetros -del juego-, lo que da lugar a trayectos de varios minutos, que por suerte se amenizan con todo tipo de conversaciones entre los personajes, generalmente contando algo más de la historia.
Si Los Santos es diversa y sus alrededores -incluyendo aeropuerto y puerto- dan para mucho, el condado de Blaine es el área rural del juego y también tiene de todo: áreas desérticas, un lago y la zona forestal del norte, con su base del ejército y culminada con el Monte Chilliad. En esta zona del norte, sede mundial de Trevor Phillips Industries, es donde tienen lugar la mayor parte de las misiones aéreas y se hace un curioso homenaje a la América profunda: endogamia, misiones de cazarrecompensas, catetos disparando a cosas con rifles de francotirador y una lucha por el control del tráfico de armas y drogas en la que Trevor tiene mucho que decir.
En este campo de juego se desarrollan las 69 misiones de la historia principal, pero también hay para mucho más. Aparte de las misiones de "extraños y locos" que comentábamos, y que nos harán recorrer todo el mapeado del juego con los tres personajes, hay multitud de eventos aleatorios que irán surgiendo (de repente roban un coche, lo recuperamos, y al cabo de dos días recibimos un email de agradecimiento) y un sinfín de actividades que realizar. Realmente en este sentido Rockstar ha tirado la casa por la ventana, ya que hay un 42 pasatiempos diferentes, y en cada uno de ellos se ha puesto un gran cuidado: desde ir al cine o montar en la noria, hasta minijuegos de deportes como golf, tenis, triatlón, dardos o bicicleta, pasando por actividades menos ortodoxas como yoga o ir a clubes de striptease, Los Santos está repleta de cosas que hacer. Y no solo las haremos por afán completista (todo influye en el porcentaje que llevemos del juego), sino que algunos minijuegos son realmente muy buenos. Sin ir más lejos, el de golf es una pequeña maravilla y muchos intentarán dominarlo y terminar todos los hoyos del juego bajo par.
Cambios en la conducción y en los tiroteos
GTA IV cambió casi por completo dos cosas vitales en GTA: la conducción y los tiroteos. La aventura de Liberty City trajo consigo la evolución de la conducción hacia el realismo, algo que no gustó a muchos jugadores, y GTA V recupera el espíritu arcade pero mantiene su excelente sistema de físicas, logrando un curioso híbrido: los coches son tan fáciles de conducir como en los GTA de PS2, pero se benefician del realismo del sistema de físicas, haciendo que en esta faceta se parezca sorprendentemente a Burnout o los Need for Speed de Criterion, aunque quizás el referente más claro -y menos conocido- sea la propia saga Midnight Club de Rockstar, de la que Franklin toma la habilidad especial de ralentizar el tiempo mientras conduce. Los coches van a toda velocidad, pero es fácil maniobrar con ellos para evitar colisiones o tomar curvas, y el freno de mano hace unos derrapes tremendos. Es un cambio que le sienta muy bien, un término medio perfecto, que los jugadores reconocerán al instante, en cuanto nos subimos al primer deportivo y hacemos diabluras por las autopistas de Los Santos.
La variedad de vehículos del juego es también la mayor que ha tenido un juego de la saga, desde carritos de golf hasta camiones de basura, con varios modelos de deportivos y unas cuantas motos. También se ha incrementado la variedad de aviones y helicópteros aunque, curiosamente, esta parte del manejo del juego es la que se ha complicado. Pilotar aviones sigue siendo relativamente fácil, pero los helicópteros pueden darnos algún que otro disgusto. Han hecho que el viento afecte a la estabilidad, y que se note mucho la inercia. Es algo que notaremos nada más montarnos en uno de ellos, que ahora las cosas ya no son tan fáciles y que tendremos que pilotar helicópteros con más cuidado que nunca.
Los tiroteos, por su parte, habían evolucionado en GTA IV hacia un sistema de coberturas, algo que se mantiene en GTA V, pero con ciertos cambios. El juego sigue dependiendo mucho del autoapuntado, sin el cual es difícil sobrevivir ya que los enemigos disparan mucho y bien, pero el sistema de coberturas se ha hecho menos ortopédico y los escenarios ahora se destruyen en tiempo real. Sobre el papel cambian muchas cosas, pero el sistema de animaciones e impactos bebe de Max Payne y Red Dead Redemption, anteriores éxitos de Rockstar, y ahora se nota mayor diferencia entre las diferentes armas y sus configuraciones. Sigue siendo una parte con mucho margen de mejora, especialmente por lo difícil de distinguir que es la mirilla y por lo complicados que son los tiroteos desde vehículos -algo hecho quizás a propósito-. Ha progresado respecto a GTA IV pero, como en todos los anteriores, es la faceta más floja de la jugabilidad.
Las habilidades especiales intentan avivar estos momentos. Activadas pulsando los dos joystick al mismo tiempo, la de Franklin le confiere unos segundos de ralentización del tiempo mientras conduce, permitiendo tomar ese giro a toda velocidad o evitar una colisión en el último instante. Las de Michael y Trevor son para los tiroteos y la acción. El primero también ralentiza el tiempo, como el Dead Eye o el Tiempo Bala de Red Dead Redemption y Max Payne respectivamente. En el caso de Trevor, desencadena un "modo locura" en el que hace el doble de daño y recibe la mitad, tiñéndose la pantalla de un enloquecedor tono amarillento.
En lo jugable, GTA V ha progresado desde la cuarta parte, aunque los tiroteos siguen sin convencer del todo. La conducción, en cambio, es sensacional, y sobre todo los pequeños detalles de ésta, como poder descapotar los coches. En cuanto al combate con armas de fuego y cuerpo a cuerpo, se beneficia de un repertorio de animaciones mucho mayor y más realista. Sí hay un apartado que ha progresado, aunque pasa un tanto desapercibido, es el sigilo. Pulsando el joystick izquierdo entraremos en un modo sigiloso con el que podremos escabullirnos sin que nos vean y realizar muertes por la espalda. No se usa mucho, pero funciona muy bien. Por último, Franklin tiene un perro que podrá acompañarnos en ocasiones.
Ambición gráfica con un resultado sublime
A nivel técnico GTA V es probablemente el techo tanto de PS3 como de Xbox 360. Como ocurre con muchos otros títulos de estas consolas, sorprende poner un juego de hace años (mismamente GTA IV) y compararlo con lo que se ha logrado en esta quinta entrega. El escenario es inmenso, y la distancia de dibujado también, sin aparición brusca de objetos o fallos gráficos que delaten algún truco o arreglo hecho por Rockstar North. Todo se mueve con fluidez, y sorprende la gran sensación de velocidad que se logra al conducir, y también los relativamente cortos tiempos de carga cuando saltamos de un personaje a otro.
Otra faceta que sorprende, sobre todo viéndola rodeada de todo lo demás, es el nivel de detalle de los personajes y sus animaciones. Éstas están a un gran nivel, y recuerdan a las de Max Payne 3 aunque sin llegar a su perfeccionismo, pero sobre todo nos han gustado los rostros de los personajes, con un inmenso repertorio de animaciones realizadas a mano. Trevor es el más impactante, pero el que tiene las más variadas, sutiles y expresivas es Michael. El gran elenco de personajes secundarios también se beneficia de esta atención al detalle.
Aparte de estos dos hitos, la enormidad del mundo y la caracterización, GTA V está plagado de pequeños detalles que nos dejarán boquiabiertos: la iluminación, el destello del sol, la increíble simulación del agua, destacando el oleaje del mar, el sudor o las manchas de sangre que quedan en la ropa de los personajes o la destrucción del escenario en tiempo real. Si se compara con los referentes gráficos de Xbox 360 y PS3, puedes decir que no tiene tan buena iluminación como éste, o tan buenos efectos como aquel. Pero en conjunto, sumando todo lo que mueve el juego a nivel visual, estamos ante el mejor apartado gráfico de la generación.
El doblaje, la asignatura pendiente
El apartado sonoro de GTA V es tan brillante como siempre. La banda sonora es muy extensa, con todo tipo de temas, desde grandes clásicos del pop hasta canciones actuales, abarcando todo tipo de estilos. Sin embargo, la novedad está en la banda sonora orquestal, primera que tiene la saga, que le sienta muy bien. El repertorio de sonidos es tan variado como siempre, y llegamos a la cuestión peliaguda del doblaje: Es fantástico, pero está en inglés, como siempre. Por supuesto, hay subtítulos, pero a veces para leerlos tendremos que desviar la vista demasiado y esto es una lástima.
Toda la saga Assassin’s Creed ha llegado doblada al castellano, al igual que lo hará Watch Dogs, y hace dos años Skyrim demostró que, si se quiere, se puede doblar un juego por gigantesco que sea. Es cierto que sería muy difícil adaptar al castellano un juego con tanta diversidad de acentos (¿cómo adaptas el rollo niggah de Franklin o el acento paleto de Trevor y compañía?), pero muchas películas lo han logrado y han sido igualmente disfrutadas. Aunque la escala del juego y la esencia que quieren representar lo justifican en parte, es algo que sigue faltando.
Los personajes y la parodia
Pero más allá de las divertidísimas misiones, las horas de juego y el sublime apartado gráfico, lo que te captura de GTA V es su mundo y su historia, sus protagonistas, los secundarios y la parodia. Dentro de sus diversas historias, GTA siempre ha intentado parodiar y homenajear al mismo tiempo. Vice City y San Andreas lo hicieron con dos décadas, y la cuarta parte con el mundo de 2007-2008. Este GTA V, tras años de ausencia, se pone al día repartiendo un poco de caña, y hay para todos. Desde Facebook (Lifeinvader) a Twitter (Bleeter) y el auge de las redes sociales (incluyendo un ataque masivo a Mark Zuckerberg), hasta la política del gobierno norteamericano, los contratistas militares, los foros de Internet, el auge de los juegos de tiros y zombis e incluso diríamos que al analista financiero Michael Pachter.
Este carácter paródico se combina con los protagonistas: Michael, una especie de personaje de Pulp Fiction retirado y convertido en lo que nunca quiso ser; Franklin, pandillero que no sabe muy bien lo que quiere y se convierte en su padawan; y Trevor, que es algo así como todo el trolleo de Twitter condensado en un clon ultraviolento y muy guarro de Luis Tosar. Michael y Franklin tienen sus propias vidas y preocupaciones, y muchas veces -especialmente en el caso del primero- se mezclarán con el juego. Trevor, en cambio, es el contrapunto genuinamente GTA, el personaje que se lía a tiros con todo el mundo hasta que lo matan y reaparece en el hospital más cercano. Cada uno tendrá su preferido y posiblemente estará entre Michael y Trevor.
La forma de narrar la historia, el rico mundo que nos rodea, donde siempre suceden cosas, y la capacidad que tiene de enganchar al jugador lo convierten en el mejor y más completo juego de mundo abierto nunca hecho, logrando subir el listón del género que esta saga creó.
Pocas cosas más que hay que decir de GTA V, un título que promete poner en serios apuros la vida social de muchos hasta bien entrado octubre, si tenemos en cuenta que además el 1 del mismo mes se lanza como descarga gratuita GTA Online. El mundo de Los Santos está lleno de actividades, pero quizás quepa algo más y Rockstar nos sorprenda con contenido descargable para no decir adiós del todo a este divertido trío de protagonistas. Por lo demás, GTA V no es perfecto, le falta el doblaje al castellano y los tiroteos son mejorables, pero es el mejor GTA que se ha hecho. Y por cierto, tiene tantas cosas polémicas y es tan bestia que será todo un reto que no provoque alarmismo.