Análisis de Furia de Titanes (PS3, Xbox 360)
Con un par de meses de retraso respecto al estreno de la película, nos llega su esperada conversión a videojuego. Puesto que como ya avisábamos en nuestro primer avance, allá por Enero, el juego va a ser una réplica casi exacta de la película, veamos que nos ofrecen ambos.
La primera versión de Furia de Titanes data de 1981. En una época en la que las superproducciones no eran tan frecuentes como hoy en día, la película si bien no consiguió demasiado éxito, si se convirtió en una película de culto debido a sus entonces novedosos efectos especiales y su atrayente guión basado en la mitología griega más clásica.
Casi 30 años después, hemos recibido su espectacular adaptación a nuestros tiempos en una superproducción estilo Hollywood dirigida por
El francés Louis Leterrier (El increíble Hulk) y con actores tan conocidos como Sam Worthington (protagonista de Avatar), Liam Neeson o Ralph Fiennes, y que sin embargo, y como suele pasar con los remakes no ha conseguido grandes criticas.
Mal precedente para su videojuego, y más si tenemos en cuenta las pobrísimas adaptaciones que generalmente se hacen de película a consola. Démosle una oportunidad y sumerjámonos en el Olimpo griego.
En aquellos míticos mundos, titanes, dioses y hombres compartían tierra y cielo en una batalla de poder continua. Para conseguir derrotar a los titanes, los tres dioses, Zeus, Poseidón y Hades, crean una monstruosa criatura llamada Kraken que al final consigue su objetivo. La avaricia hace que en el reparto posterior, Hades que es el creador de la criatura es el más desfavorecido quedándose únicamente como dios del inframundo, y con la consiguiente nueva batalla en ciernes. Paralelamente los humanos cada día están más descontentos con sus dioses a quienes les acusan de protegerles antes las desgracias. En este caldo de cultivo, se crea un ejercito de hombres en la ciudad de Argos dedicado a destruir todos los símbolos divinos para demostrarles que pueden vivir sin ellos.
Perseo contra el dios del mal
En este confuso mundo donde los dioses contra los dioses, y los humanos contra los dioses, encarnamos a Perseo, un semidiós, hijo de humanos pero con poderes divinos, que sin embargo renuncia a su parte celestial para vivir y luchar con los hombres. Tras perder a su familia, destruida por Hades, comienza una peligrosa misión contra todos.
El argumento se empieza a complicar y aunque no quiero dar más pistas que os estropeen la película por si no la habéis visto, sí os adelanto que no estaremos mucho tiempo solos en la aventura, y que también habrá una bella princesa que salvar.
Pasamos entonces al juego en sí. La aventura esta dividida en misiones, más de 50, que nos irán proporcionarán distintos personajes. Más o menos el desarrollo siempre es igual. Perseo aparece en una localización, la aldea, el puerto, la montaña, de entre las 15 localizaciones distintas, encuentra algún personaje con el que hablar, nos cuenta la misión, y nos dirigimos a una zona bloqueada donde empiezan a salir diferentes monstruos. Unas veces tendremos que acabar con todos los que nos salgan, y otras tendremos que hacer algo para conseguir avanzar ya que los enemigos saldrán constantemente.
Las excusas para estas autenticas batallas campales serán de todo tipo, así como los tipos de bichos que encontraremos, desde simples esqueletos que encontraremos como acompañamiento en casi todas las batallas hasta increíbles monstruos de la mitología griega como el caballo volador Pegaso, perros bicéfalos, unicornios, escorpiones gigantes, hasta llegar al imponente Kraken.
¿Me dejas tu arma prestada?
Para derrotarlos contaremos con nuestra potente espada de herencia familiar y lo que es casi más importante, las armas secundarias, que son uno de los pocos ingredientes novedosos que va a aportar este juego al genero. Existen 12 tipos de equipamientos secundarios entre las que encontraremos armas de todo tipo, espadas, arcos o hachas, remedios medicinales, e incluso defensas y potenciadores de nuestra arma principal, y además cada una tiene una buena cantidad de mejoras disponibles. Solo existe un pequeño problema y es que esas armas son las que usan los enemigos, por lo que la única posibilidad de conseguirlas será robándoselas en mitad del combate. Para ello, tendremos que esperar a que estén casi derrotados para cuando se nos indique pulsar una combinación de teclas, siempre la misma, aunque a veces tendremos que repetirla más de una vez, para conseguir arrebatárselas.
Posteriormente podemos ir evolucionándolas y mejorándolas, bien en sus funciones de ataque, o bien disminuyendo la cantidad de energía necesaria para invocarlas, mediante unos objetos que nos regalarán al ir superando misiones. El nivel de personalización y variedad es tal que encontraremos mejoras que incluso dañan la salud del protagonista en pos de una fuerza de destrucción brutal. La energía que va a mover estas armas secundarias es ni más ni menos que el "alma" de los enemigos, por lo que también tendremos que robársela antes de eliminarlos. El funcionamiento es similar al robo, y deberemos de esperar a que estén bastante débiles para que aplicando RB conseguir absolverles lo poco que les quede de vida. En cualquier momento podemos ver como están de salud mediante un sistema de colores, y será vital observar como van cambiando hacia el azul para no precipitarnos, ya que si intentamos quitársela antes de tiempo, lo más probable es que nos hagan un fuerte contraataque cuando nosotros estamos en un estado muy vulnerable.
Podremos llevar hasta 4 armas secundarias rápidamente seleccionables con la cruceta de mando, que podremos y sobre todo deberemos ir cambiando en cualquier momento según los enemigos hasta encontrar la que realmente nos funcione en cada caso.
Nuestra arma principal tiene únicamente dos tipos de ataque, débil y fuerte que lógicamente es más lento, pero también puede ir siendo mejorada, en este caso, desbloqueando las combinaciones de teclas que nos posibilitarán hacer los habitúales combos de este tipo de juegos y que nos dará una buena cantidad de puntos según los movimientos consecutivos que lleguemos a realizar.
Y bueno eso es casi todo. Todas las misiones serán muy similares, buscar a alguien que tras un poco de dialogo nos indique una misión que siempre consistirá en derrotar a un montón de enemigos comunes, esperar a que salga uno distinto al que arrebatarle el arma secundaria o la mejora, y con esa nueva arma conseguir eliminar casi siempre a un enemigo final de la misión, sin haber casi nada de exploración, ni entornos abiertos, ni interacción con casi nada. La secuencia de las misiones sigue el hilo de la película pero también encontraremos pequeños anexos inéditos con sus respectivos nuevos monstruos. Aun así, enseguida el juego se vuelve bastante repetitivo y su argumento parece una sucesión de meras excusas para encadenar batallas.
Una vez superado una misión, podemos volver a repetirla en el modo "desafió" para mejorar nuestra puntuación o intentar conseguir nuevas armas u objetos que se nos hayan quedado atrás.
Mejor en compañía
Según avancemos en el argumento varios guerreros humanos se añadirán a nuestra causa y combatirán a nuestro lado manejados por la cpu. Lo más interesante es que en algunas batallas otro jugador podrá asumir su control simplemente con pulsar un botón del mando, de manera únicamente local, en la misma consola. El único inconveniente es que la pantalla no se divide y ambos jugadores luchan en la misma zona aunque la cámara solo persigue a Perseo, por lo que es complicado manejarse de esa forma, pero si es posible que el nuevo jugador configure sus propias armas secundarias lo cual será de gran ayuda. Nosotros seremos nuestro gran valedor de nuestro compañero y podremos curarlo con pócimas.
Una pena que esta opción se quede como un simple añadido, desperdiciando la posibilidad de haber creado un modo cooperativo tan demandado hoy en día.
Técnica en el Olimpo
En el ámbito técnico, Furia de Titanes es un juego simplemente correcto, sin destacar en ningún aspecto. Los personajes, bichos y escenarios dan la impresión de ya haberse visto muy parecidos en muchos otros juegos de este tipo. Las secuencias fuera de los combates son pobres con poco espacio y personajes estáticos que te repiten la misma frase una y otra vez. El escenario en si no se carga completo sino que al llegar a un punto se carga, rápidamente eso sí, un nuevo escenario. Los movimientos en general son algo simplones, y los efectos especiales no consiguen llamar la atención. Únicamente las secuencias resultantes de los combates o cuando les quitamos las armas a los enemigos destacan un poco más. Aun así hay que reconocer que el conjunto en si es bastante resulton para un juego de acción pura y dura.
Destaca el parecido facial que se ha conseguido con los actores de la película, aunque estos no hayan participado en el videojuego, ni con su imagen, ni con su voz original, y es que todo el juego esta en versión original con menús y subtítulos en castellano. Siendo una licencia de la película hubiera estado muy bien haber incluido algunas escenas de la misma. El aspecto sonoro pasa completamente desapercibido.
Otro factor negativo es la dificultad, que resulta bastante elevada y no puede ser configurada, así como el echo de que haya ni auto guardado ni existan chekpoints dentro de las misiones de batalla teniendo que repetirlas enteras en el caso de perecer, cosa bastante habitual hasta que consigamos dar con el arma adecuada.
Conclusión
Como suele pasar con las adaptaciones de películas a videojuegos, Furia de Titanes se queda como un juego simplemente normalito. Algo repetitivo y sin nada en lo que destacar sobre los muchos títulos de este tipo que están saliendo últimamente, sí posee ciertas novedades sobre todo en el tema del arsenal de armas secundarias y sus mejoras que únicamente llamarán la atención a los aficionados más adictos al genero.