Análisis de Flashback PSN (PS3, PC, Xbox 360)
Los remakes también están de moda en el mundo de los videojuegos, tras coger el testigo del cine en los últimos años. Sin ir más lejos este verano vamos a disfrutar de títulos como DuckTales Remastered, Castle of Illusion y este Flashback, clásicos de los 90 que vuelven adaptados a los tiempos que corren, con un apartado gráfico totalmente renovado e intentando recuperar su espíritu jugable y todo lo que los hizo grandes en su día. Si la semana pasada os contamos cuánto nos gustó DuckTales Remastered, ahora no podemos decir lo mismo de Flashback, que no cumple ni como remake ni destaca como juego de acción y plataformas en dos dimensiones.
Considerado el sucesor espiritual de otro mito de los videojuegos como Another World, en 1992 Delphine Software lanzó Flashback, un juego que llegó a multitud de plataformas como Amiga, PC, Mega Drive, Super Nintendo, NEC PC-9801, Mega-CD y otras muchas que han ido aumentado con el paso de los años. Una de esas aventuras que si disfrutaste en su día seguro que nunca has olvidado, capaz de marcar a una generación de jugadores, por motivos difíciles de explicar con palabras, un juego del que muchos oímos hablar por primera vez en aquella mítica portada de la revista Hobby Consolas.
Sus atractivas cinemáticas, su peculiar y minimalista narrativa, su lograda y absorbente ambientación, su desafiante desarrollo, un constante ensayo y error muy gratificante, con saltos milimétricos, sigilo y algunos toques de acción, el llamativo sistema de animaciones, y en definitiva una aventura que derrochaba carisma, y que tenía un "nosequé" y un "queseyó" que encandiló a muchos jugadores y les dejó un recuerdo imborrable.
Pero la nostalgia a veces nos juega malas pasadas, dulcificamos los recuerdos, los magnificamos, y basta recuperar una película, serie de televisión o videojuego que nos fascinó en nuestra infancia o adolescencia para darnos cuenta de que no todo era tan maravilloso como lo recordábamos, o que lo que funcionaba hace 20 años, ahora visto con otros ojos y cientos de juegos después, no nos parece tan bueno. Por ello realizar un remake de un clásico es algo peligroso, ya que el factor nostalgia es un arma de doble filo, por un lado atraes la atención del fan y el mitómano, pero por otro es espectacularmente fácil decepcionarle.
Los problemas de este nuevo Flashback son muchos, y posiblemente el menor de ellos sea la fidelidad o el respeto con el que se trata al clásico, del que se recupera en líneas generales la misma historia, el sistema de animaciones, el orden y la ambientación de los niveles y hasta ciertas situaciones. Han intentado modernizarlo dándole un lavado de cara gráfico, con escenarios totalmente poligonales, y jugable, con un control mucho más fluido y amable, pero en su intento de hacerlo más atractivo para el jugador contemporáneo, han cometido algunos pecados que molestarán a los fans del original. Como el hecho de haber incrementado muchísimo la dosis de acción en la fórmula, que las plataformas ahora pasen casi a un segundo plano, o que el protagonista se haya vuelto en todo un parlanchín, a veces sin demasiada gracia.
Conscientes de las exigencias del jugador hardcore, un tipo de público que saben se va a sentir atraído por la vuelta de Flashback, al empezar la partida, además de elegir entre tres niveles de dificultad, podemos modificar la interfaz de pantalla a nuestro antojo. Contar o no con ayuda de itinerario, minimapa, objetivos, iconos de trepado, mira automática, mostrar daños, etcétera. El purista seguro que desactiva todo esto para encontrarse con una experiencia lo más parecida posible al original, sin indicaciones en pantalla y tantas ayudas, pero ya le advertimos que no la va a encontrar. Por detalles como ser una aventura en la que te dan todo mascado y en líneas generales mucho más fácil, al menos en la primera mitad, ya que tiene una curva de dificultad bastante desajustada, y en el tramo final se vuelve injustamente complicado, por diversos errores de diseño, propios de un juego a medio cocer.
Tras una cinemática similar a la del Flashback original, como en aquel, la aventura arranca con Conrad B. Hart tirado en la jungla de Titan, el mítico escenario que muchos jugaron y vieron, pero que no tantos superaron. Aquí daremos nuestros primeros pasos, conseguiremos un pistola, el mítico holocubo donde veíamos un mensaje grabado destinado a nosotros mismos, y comprobaremos que el control es bastante correcto, ni mucho menos tan hostil como en el original. Ahora más fluido y reactivo ante nuestras órdenes, y permisivo con la distancia a la que podemos estar debajo de un saliente para agarrarnos, aunque muchos echarán de menos la inercia del personaje al correr, una de sus señas de identidad. Ya avanzada la aventura, en los momentos más exigentes de plataformas, que son pocos, descubriremos que no es tan precioso como parecía.
Pronto descubriremos que en este nuevo Flashback hay muchos más enemigos, y que la acción tiene un mayor peso en el desarrollo. Si antes verse las caras con un rival era un desafío, que nos hacía pensar si darle esquinazo, hacerle frente con la pistola o utilizar una trampa en su contra, ahora se ha convertido en una ensalada de tiros sin mucha sustancia, en la que bastará apretar el gatillo como un loco para acabar con casi todas las amenazas.
Junto a este incremento de la acción, se ha añadido un toque rolero, ya que según derrotamos enemigos y superamos objetivos obtenemos puntos de experiencia, que nos permiten subir de nivel, obteniendo tres puntos de habilidad que pueden ser usados en mejorar la puntería –aumenta la posibilidad de golpe crítico, reduce el consumo de la pistola y del disparo potente- tecnología –mejora el daño crítico, el disparo potente y las granadas- o resistencia –aumenta el máximo de salud y su regeneración-.
En los primeros niveles iremos de un lado para otro haciendo recados y matando a los enemigos que nos salen al paso, mientras avanzamos en una historia que no puede estar peor contada, en la que se agradecen bastantes toques de humor, unas veces más acertados que otros, que seguro a más de uno molestan. Además de disparar con nuestra pistola pronto conseguimos nuevos gadgets, como las imprescindibles gafas moleculares, que nos permiten ver los objetos destruibles y pistas especiales en los escenarios, el campo de fuerza, un escudo de energía que sirve para protegernos de los disparos, y ya muy avanzada en la aventura el teletransportador, que da pie a puzles bastante interesantes en el tramo final.
En nuestro camino nos encontraremos escondidos por los escenarios los ojos de Morfo, un coleccionable al que tenemos que disparar, y los terminales de Realidad Virtual. A través de estos entramos en una especie de minijuegos que ponen a prueba nuestras habilidades, teniendo que eliminar a un grupo de enemigos en determinado tiempo, o superar un circuito con sigilo. Algunas de estas pruebas son bastante complicadas, y siempre que las superamos recibimos unos suculentos puntos de experiencia extra. Un entretenimiento que no está mal y que alarga la vida de un juego demasiado corto.
Hay un nivel de conducción en el último tercio de la aventura que intenta aportar algo de variedad al desarrollo, y que como el resto del juego no está realizado con mucha brillantez, algún que otro jefe final, tampoco demasiado bueno, y un diseño de niveles en general ramplón, que no destacada en nada. Se puede completar en poco más de 2 horas, y pese a esto hay momentos un poco tediosos. En líneas generales es entretenido, ya que en su corta duración tampoco te da demasiado tiempo para aburrirte, pero en ningún momento encuentras un reto estimulante en las situaciones que plantea, ni diversión en su descafeinada acción, además de haber pocos momentos de plataformas, y estos no estar demasiado bien resueltos.
En resumen tenemos una aventura de acción y plataformas mediocre, se trate o no del remake de un clásico, lo que solo molestará a los fans del original que esperaran un título digno de llevar su nombre. Un buen detalle es que se ha incluido el Flashback de 1993, que servirá a los nuevos jugadores para comprobar cómo era el título original, y a los más veteranos para recordarlo. Jugamos a este en la pantalla de una recreativa, que ocupa muy poco espacio del total del televisor, y seguro que más de uno que llevara sin jugarlo desde aquellos años le sorprende cómo han envejecido sus controles y otros aspectos, por ejemplo a un coetáneo como Another World le ha sentado un poco mejor el paso del tiempo. En cualquier caso su encanto se mantiene prácticamente inalterable, y siempre se agradece que un remake incluya el clásico en el que se basa.
Volviendo al Flashback de 2013, ni gráfica ni artísticamente destaca en ningún aspecto, y sí que cuenta con algún que otro defecto, todo lo contrario que el original, que nos dejó con la boca abierta en su día. Se intentan recrear con mayor o menor acierto los escenarios del original, esta vez de forma tridimensional, pero el acabado es el de un producto de serie B, con un dudoso gusto artístico e incluso con algunos fallos técnicos, como graves ralentizaciones en momentos puntuales, o bugs de toda índole, que hacen que no sea una experiencia visualmente muy agradable. En el apartado sonoro tenemos una banda sonora funcional, que pasa desapercibida, y voces en castellano, que dejan un poquito que desear, a la altura del resto del producto.
A veces es mejor no mirar atrás
Tras el sabor amargo que nos dejó Amy el pasado año, el segundo trabajo de los franceses VectorCell, el estudio de Paul Cuisset, el diseñador del Flashback original, nos vuelve a dejar con parecido sabor de boca, aunque el pecado es mayor, al traer de vuelta el que para muchos es un mito viviente de los videojuegos. Intenta respetar la historia, los escenarios y hasta las animaciones del protagonista, pero le añade más acción, lo convierte en una experiencia más guiada y sencilla, y se acaba quedando en tierra de nadie, sin personalidad propia ni nada que le haga sobresalir dentro del género. No cumple como remake ni destaca como juego de acción y plataformas en 2D, con toneladas de propuestas mejores en las plataformas digitales de descarga.