Análisis de FIFA 11 (PS3, PC, PSP, NDS, PS2, Wii, iPhone, Xbox 360)

Tras el éxito de los dos últimos FIFA, que se han ganado el aplauso de los jugadores y han decantado casi totalmente las tablas de ventas a su favor, corría el riesgo, como siempre, de que EA Sports se hubiese dormido en los laureles. Nada más lejos de la realidad. FIFA 11 mejora lo visto en FIFA 10, refinando un poco más su ya excelente jugabilidad, mejorando los gráficos y las animaciones y, sobre todo, los modos de juego.

A nivel jugable, FIFA 11 no renueva ni revoluciona lo visto en los dos juegos anteriores, pero lo perfecciona al máximo. Ya se habían visto algunos de estos avances en el reciente juego de Mundial, una versión a medio camino entre dos FIFAs, y en FIFA 11 se ha seguido progresando, profundizando en algunos de los cambios del juego del Mundial. El sistema de pases ha cambiado, haciéndose más exigente y equilibrado, más imprecisos los pases rasos, exigiendo al jugador más medición y colocación, y más efectivos los centros, para así lograr un equilibrio mayor entre el juego aéreo y los centros desde la banda, y los pases en profundidad y desmarques de juegos anteriores.

Los llamados "pases ping-pong" de los que tantos jugadores se quejaron en anteriores ediciones se han suavizado. Los pases rasos ya no son tan precisos, la potencia que le demos al balón, es decir, la cantidad de tiempo que mantengamos pulsado el botón, tiene menos margen de error. Pulsándolo demasiado, o demasiado poco, el balón se quedará corto o largo más fácilmente, y la precisión del pase, que lo mandemos a donde queremos, será mucho menos automática de lo habitual. Dependerá de la sincronización al pulsar el botón, de la posición en la que se encuentre el jugador (no es lo mismo tener el balón bien controlado que hacerlo in extremis) y, también, de la habilidad de los jugadores. Todo lo anterior ya estaba en las entregas previas, pero en esta ocasión se le ha dado más importancia, o exigencia, mientras que las habilidades de los jugadores se han destacado mucho más.

Esta faceta del juego, la importancia de su sistema de habilidades, constituye una de sus principales novedades y probablemente la que EA más se ha encargado de promocionar, englobando una serie de mejoras y añadidos en el juego dentro del nombre "Personality Plus". Lo que significa esto, a grandes rasgos, es que además de que ahora los atributos de los jugadores importen más a la hora de tirar o pasar, cada jugador tiene una serie de habilidades especiales que pueden marcar la diferencia en ciertos momentos.



Como ya hemos comentado en nuestras últimas impresiones, éste es quizás el último préstamo que le quedaba por tomar a FIFA de la saga Pro, pues el sistema se parece mucho al clásico de estrellas del juego de Konami. Sin embargo, hay muchas más habilidades, y están divididas en "rasgos" y "especialidades". Los primeros tienen más que ver con el carácter del jugador y otras facetas ajenas al juego en sí, como la forma de moverse (CR7 tiene "clase"), o la posibilidad de lesionarse (Kaká es "de cristal"), mientras que las segundas se basan en situaciones de juego en la que nuestro jugador puede marcar la diferencia. Es decir, aparte de lo bien que tiremos y de la puntuación de precisión de tiro que tenga nuestro jugador, si tiene la especialidad de "goleador" será más probable que meta un gol en un mano a mano con el portero, o en un rechace in extremis.



Esto hace a FIFA 11 más juego y menos simulador, dando a los partidos un carácter más impredecible y haciendo que ciertos duelos muy igualados puedan decidirse por un pequeño detalle, por el hecho de que ese último jugador al que le llega el balón sea Villa y no otro. Pero es algo bueno, de hecho razonable, y los diseñadores de EA se han cuidado de que esto no sea exagerado, pase solo de vez en cuando y sea verosímil. Hace a FIFA "más juego", lo que era una asignatura relativamente pendiente. Este sistema Personality Plus también se aplica al comportamiento de los porteros, la colocación o anticipación de los defensas y, en definitiva, es un punto extra a tener en cuenta a la hora de jugar y formar a nuestro equipo.



Refinado el juego, falta poblarlo con opciones y modos, algo de lo que FIFA siempre ha ido sobrado, y en esta edición más. Al abrumador repertorio de equipos oficiales, tanto selecciones como de ligas, se une la opción de poder configurar tú mismo los atributos de los jugadores, pudiendo usar tu propio criterio, y no el de EA y su "Live Season", para hacer "tu" justicia. Cada año siempre hay decepciones cuando ves las valoraciones de ciertos jugadores, especialmente si no son de equipos famosos, y ahora podemos modificarlo nosotros mismos.

Pero sin duda, la mejora en modos de juego la acapara el modo Carrera, mejor organizado que nunca, que podremos jugar siendo jugador, manager o jugador-manager. EA ha unificado las modalidades de anteriores juegos en una sola, permitiendo varias opciones, y haciendo que el jugador que hayamos creado se convierta en nuestro "Virtual Pro", en un jugador que podremos usar para los partidos online 11 contra 11, y también en otros modos de juego, como el entrenamiento de los menús.

Esta integración del "Virtual Pro" en el resto del juego es un gran acierto, porque hace que el modo Carrera se vuelva mucho más interesante, y se evita aquello de empezar, jugar un par de partidos porque te hace gracia ser evaluado y jugar con un solo jugador, y dejarlo para centrarte en los modos versus u online más clásicos. El sistema de evolución del jugador se ha integrado completamente en el juego, haciendo que mejore en tiempo real. Si jugando un partido metemos un gol impresionante, veremos como el jugador progresa instantáneamente, y el juego nos avisará como mostrándonos un logro. Mete un gol por la escuadra e, inmediatamente, el juego nos indicará que ha mejorado nuestra habilidad goleadora y la precisión de nuestros tiros.



Como todos los sistemas de logros, esto hace que el modo carrera se vuelva más adictivo que nunca, y además este sistema de evolución va abriendo posibilidades más superfluas, pero también divertidas, a nuestro jugador (por ejemplo, que lleve la camiseta por fuera). Este sistema de evolución está presente en todo momento que controlemos a nuestro jugador, tanto en el modo carrera como en los partidos online, e incluso en las pantallas de carga en las que nuestro jugador se enfrenta a un portero.



Hablando de los porteros, ésta es otra de las novedades del juego: ser el portero. Es algo nunca visto en un juego de fútbol al uso, y EA se las ha arreglado para que lo que a priori parece mucho más aburrido que ser un jugador de campo, sea algo divertido y hasta emocionante. Si el delantero falla no pasa nada, pero si el portero falla una vez, es gol. El sistema de juego es muy diferente al de las demás posiciones, y es importantísima la colocación, para lo cual tendremos ayuda. Las estiradas las controlamos con el stick derecho. Quizás no se convierta en la posición preferida de la gran mayoría, pero está muy bien y demuestra de algún modo el nivel de perfeccionismo de FIFA: aunque nadie quiera ser el portero, si alguien quiere serlo, lo puede ser.



A nivel gráfico el juego ha progresado especialmente en el modelado de los jugadores, una mejora que los encargados de la promoción del juego han incluido en el ya comentado "Personality Plus". Una de las asignaturas pendientes de anteriores FIFA, la diferenciación de los cuerpos, se ha aprobado con sobresaliente, haciendo que cada jugador se parezca en su físico mucho más a su homónimo real y, lo que es tan importante, tenga un repertorio de animaciones acorde. Aparte, han dedicado un esfuerzo extra en las grandes estrellas, en hacer que los jugadores más famosos se muevan de manera reconocible. Ver a grandes estrellas como Messi o Cristiano Ronaldo moverse parecido a como lo hacen en realidad le da un plus de calidad.

Por lo demás, el repertorio de animaciones y el sistema de física entre jugadores sigue siendo magnífico. Las animaciones han aumentado, aunque no drásticamente, pero sí se notan a la hora de reflejar la situación en la que un jugador tira o dispara, como acentuando la importancia de ellas a la hora de lograr tiros o pases de calidad. Las colisiones entre jugadores han cambiado y ahora son más realistas y fluidas. La única asignatura pendiente es el realismo de las caras, que ha progresado pero aún tiene cierto margen de mejora, y la física del balón, que todavía no es perfecta. Los estadios y las secuencias cinemáticas son excelentes.

El apartado sonoro reune de nuevo a Paco González y Manolo Lama pronosticando su rumoreado reencuentro en la COPE. La veterana pareja, presente en FIFA desde tiempos inmemorales, vuelve a recurrir a un extensísimo repertorio de comentarios para ambientar los partidos, comentando lo sucedido tras cada jugada con humor, y también detalles de los equipos y de los jugadores durante el partido, cuando no está pasando nada en concreto. Es de nuevo un trabajo magnífico, que se combina con la excepcional banda sonora a la que ya estamos acostumbrados y el apabullante repertorio de cánticos de las aficiones y sonidos del estadio. Un apartado perfecto, como casi todos los años, al que no se le puede reprochar nada, y que además ahora permite configuración, grabando tus propios cánticos o configurando canciones.



FIFA 11 no intenta reinventar la fórmula o renovarla, sino perfeccionarla. Las bases de FIFA en esta generación se esbozaron en 07 y 08, sorprendieron en 09 y se afianzaron el año pasado, por lo que esta versión no cambia radicalmente ningún sistema, sino que pule los pequeños defectos del año pasado, cambia algunas cosas que no convencieron y, sobre todo, da más importancia a los jugadores y a sus características, haciendo el juego más impredecible y, por lo tanto, más parecido al fútbol. Tras establecer unas bases de simulación excelentes, FIFA quería dar algo más de sorpresa y diversión, sin excederse, y lo ha conseguido. Aparte, las mejoras en los modos de juego garantizan que nunca nos cansaremos de jugar solos, no solo acompañados. El mejor juego de fútbol, un año más.