Análisis de Far Cry 3 (PS3, Xbox 360)

Lo que nació como una demostración técnica de los alemanes Crytek, se acabó convirtiendo en 2004 en un juegazo de acción que no solo era un espectáculo gráfico, sino que además mostraba cosas nunca vistas en el género, como una enorme isla para explorar y libertad absoluta para afrontar las escenas de acción. Ya sin Crytek al mando, Ubisoft dueña de la licencia decidió lanzar una continuación en 2008 creada por su estudio en Montreal, artífices de juegos tan importantes como la saga Prince of Persia y Assassin's Creed.

Far Cry 2 cambiaba radicalmente de ambientación dejando de lado la paradisiaca isla del primero para saltar al continente africano, un juego que fue bien recibido por la crítica, pero no tanto por los jugadores. Su problema no fue ni mucho menos el cambio de ambientación, sino más bien ciertos errores de diseño como caminatas y viajes innecesarios, reaparición de enemigos mal ajustada y un desarrollo en general un tanto monótono y repetitivo.

Antes de comenzar con Far Cry 3 necesitábamos hablaros de la segunda entrega de la saga, ya que dejó un mal recuerdo en muchos jugadores, que por su culpa, y de manera lógica, esperan con recelo esta tercera parte. Podéis estar tranquilos, Far Cry 3 arregla todos y cada uno de los defectos de la segunda parte, vuelve a la ambientación paradisiaca de la primera entrega, e incluye sus propias y muy interesantes novedades.

Ahora hay puntos de viaje rápido repartidos por todo el mundo de manera generosa, por lo que no hay necesidad de caminar o conducir vehículos para cubrir grandes distancias, aunque seguro os apetecerá hacerlo, ya que es un placer recorrer las islas de Far Cry 3, llenas de secretos y con unos paisajes de ensueño. Conquistando los puestos liberamos zonas enteras de enemigos, por lo que no habrá un enfrentamiento de más, y podremos tener amplias extensiones totalmente limpias de rivales. Y las misiones son mucho más variadas y amenas, tanto las secundarias como las principales, hasta tenemos fases aventureras, a lo Indiana Jones o propias de cualquier Uncharted.

Una campaña espectacular, variada y emocionante, con más de 20 horas de juego si queremos completarla del todo; un modo cooperativo para cuatro jugadores, con su propia historia y personajes; un completo multijugador competitivo, con personalidad y tantas posibilidades como los grandes del género, y hasta un editor de niveles, algo casi único en cualquier shooter de consola. Un producto como veis completísimo, lleno de contenidos, bien acabado, y que devuelve a la saga a la primera línea de fuego.

Vacaciones en el infierno

La historia nos cuenta como un grupo de pijos, con mucho dinero, pocas neuronas y ganas de pasarlo bien, se encuentran de vacaciones por algo parecido al Sudeste Asiático, aunque nunca se nos llega a concretar exactamente en qué lugar del mundo se encuentra Rook Islands, un conjunto de islas ficticias en aguas del Pacífico que visitaremos a lo largo del juego y que da pie a sus creadores a incluir todo tipo de influencias, desde asiáticas hasta americanas.

Por desgracia para Jason Brody , su novia, sus dos hermanos y varios amigos, van a parar a una exótica isla dominada por unos sanguinarios piratas, dedicados a todo tipo de delincuencia, desde la fabricación y tráfico de drogas hasta el comercio de personas. Nosotros encarnando a Jason conseguimos escapar de los piratas, aterrorizados y desbordados por las circunstancias, aunque por suerte hay unos nativos en la isla que se resisten a la invasión pirata, y que nos echarán una mano.

Desde este momento el objetivo será rescatar a nuestros amigos de manos de los piratas, y viviremos en primera persona la evolución y transformación de Jason, de un niño rico que nunca se ha tenido a enfrentar a problemas reales en la vida, a un auténtico Rambo, un hombre de acción que no duda un segundo en matar para alcanzar el objetivo que persigue. Una evolución irreal pero bastante bien construida, motivada en parte por el gran villano de la función, el publicitado Vaas, que aparece hasta en la portada del juego, y que nos recuerda y mucho a personajes tan carismáticos como el Joker, desquiciado e impredecible. Por desgracia su peso en el argumento no es tanto como parecía, y cuando aparece el juego sube enteros, y cuando estamos unas cuantas misiones sin saber de él le echamos de menos.

La historia está bien, no es ninguna maravilla, pero sirve de excusa perfecta para que queramos acabar con los piratas y tengamos que entrenarnos para convertirnos en un implacable guerrero. Como pasa últimamente en muchos juegos, flaquea en su tramo final, por motivos que no os podemos contar, y nos deja un sabor agridulce, ya que se le podía haber sacado mejor provecho al contexto, con unos buenos personajes secundarios y esa evolución del protagonista que acaba transformando sus valores morales, una vía a la que tampoco se le termina sacando todo el jugo.

Pero lo importante, como siempre, son las posibilidades jugables, y Far Cry 3 va sobrado de ellas, acción en primera persona con mucha personalidad, prácticamente única en el género. Sin duda estamos ante un sandbox o juego de mundo abierto, tenemos desde el principio un precioso archipiélago para explorar a nuestro antojo, ya sea a pie, en coche, en una lancha o volando en un ala delta, sin ningún tiempo de carga. Antes siquiera de pegar el primer tiro, nos enseñan algunas nociones básicas muy importantes, como la importancia de las torres de radio.

Para que os hagáis una idea rápida, son algo muy similar a las atalayas de la saga Assassin's Creed, una torres que tenemos que escalar, al principio sin demasiados problemas, aunque más adelante se van complicado, como si se trataran de pequeñas secciones de plataformas. Una vez lleguemos a lo alta tenemos que activarlas, revelando el mapa de la zona, desbloqueando armas gratis en las tiendas y nuevas misiones. Los puestos también son muy importantes, campamentos enemigos que hay que conquistar para abrir nuevos puntos de viaje rápido, limpiar de enemigos los alrededores y que se pueda viajar con seguridad por la región, desbloquear nuevos encargos y conseguir suculentos puntos de experiencia.

Si conquistamos el puesto sin dar la alarma o incluso sin que nos detecten, nos darán muchos más puntos de experiencia, ya que una de las características más interesantes de Far Cry 3 es que podemos resolver casi todas las situaciones por la vía de la acción directa o el sigilo. Si sorprendemos a los enemigos por la espalda los podemos ejecutar, y teniendo cuidado de que sus compañeros no encuentren los cuerpos, podemos llegar a limpiar campamentos enteros sin que nos vean, muy divertido e interesante. Cuando un enemigo nos está viendo, un indicador visual aparece en la pantalla, nos indica la dirección desde la que nos está viendo, y cuánto queda para que nos descubran por completo. Una buena opción para que no nos vean es escondernos en la vegetación, ya que en las islas que visitamos hay mucha.

Entre nuestras armas para jugar con sigilo, tenemos la posibilidad de lanzar piedras para distraer a los enemigos, tirándolas hacia un sitio que esté cerca para que escuchen el ruido y vayan a comprobar qué pasa. Un truco demasiado útil y poco realista ya que casi todos los enemigos pican, pero que nos gusta bastante. Nuestra otra herramienta de sigilo es la cámara, con la que podemos marcar a los enemigos, centrando y acercando la imagen. Esta es muy útil y casi imprescindible antes de abordar un campamento, conviene situarse a las afueras desde una posición elevada y con paciencia ir marcando a los enemigos. Haciendo esto en todo momento los tendremos identificados y sabremos su posición, incluso detrás de los objetos.

En casi todos los juegos de acción que se habla de sigilo este se presenta como una opción, pero ya os advertimos que entrar en un puesto de Far Cry 3 a tiro limpio a veces es todo un suicidio, y es mucho más práctico abordar estos campamentos de manera sigilosa. Hay que tener cuidado también en desactivar las alarmas, ya que si no los enemigos pueden llamar a refuerzos que vendrán al poco tiempo a amargarnos la existencia. Al principio los enemigos son simples y a casi todos con unos pocos disparos los derrotamos, pero más adelante aparecen algunos blindados, con ametralladoras y lanzallamas, y hasta helicópteros, que nos pondrán las cosas muy difíciles.

Como hemos contado por la espalda y con una simple pulsación del stick derecho podemos ejecutar, una espectacular y sanguinaria animación con el cuchillo, incluso a 2 o 3 metros de distancia, pero esta acción, como tantas otras, la vamos mejorando mediante las habilidades. Tenemos 3 árboles: la garza –eliminaciones y movilidad a largo alcance-, el tiburón –control de daños, salud y eliminaciones poderosas-, y la araña –eliminaciones de sigilo y supervivencia-.

Tanto matando enemigos como resolviendo misiones o encontrando tesoros conseguimos puntos de experiencia, y cuando alcanzamos cierto número nos dan puntos de habilidad. Las habilidades son muy interesantes, ya que no son solo las típicas de ser más fuertes o rápidos, que las hay, sino que nos otorgan nuevos movimientos. Hacer ejecuciones desde arriba cayendo sobre los enemigos, muy espectaculares, ejecuciones desde abajo, incluso desde el agua, ejecuciones en cadena, o incluso después de eliminar poder esconder el cuerpo.

Según vamos adquiriendo las habilidades vamos dibujando un tatuaje en el brazo del protagonista, algo muy original, pero hay un problema, y es que es demasiado fácil conseguir puntos de habilidad, y las conseguiremos casi todas sin ningún problema. Cuando te das cuenta de esto, no te preocupa demasiado qué habilidad compras, ya que sabes que pronto podrás adquirir una nueva. En una partida de 15 horas es probable que ya tengas todas las habilidades adquiridas, algo que debería ser mucho más duro.

Cuando combatimos directamente, la acción es muy satisfactoria y espectacular, gracias al enorme arsenal y diversos tipos de explosivos, como granadas, cócteles molotov, minas o C4. Tenemos pistolas, subfusiles, escopetas, rifles de asalto, francotirador, ametralladoras ligeras, lanzacohetes, o armas especiales como pistola de bengalas, un arco con flechas o un lanzallamas. Las obtenemos ya sea activando las torres de radio, o pagando por ellas en las tiendas, y las podemos poner diversos accesorios como un cargador ampliado, mira de francotirador, mira óptica o réflex, silenciador, etcétera.

Un aspecto importante del combate es el de la salud, muy diferente al de la mayoría de los shooters actuales, ya que tenemos unas barras amarillas que si son mermadas parcialmente sí se regeneran, muy lentamente, pero cuando perdemos una de estas secciones enteras necesitamos curarnos, ya sea con medicina comprada o creada. O incluso sin ella, aunque es un proceso más lento y con el que te curas menos, aunque bastante espectacular, ya que ves cómo te sacas una bala del brazo o te lo colocas tras habértelo roto con una caída. También podemos usar chalecos antibalas, una buena barrera que reduce el daño sufrido.

La creación objetos es uno de los elementos de peso en el desarrollo de la aventura. Según avanzamos en la historia conseguimos nuevas recetas, que nos permiten crear jeringuillas, para curarnos u obtener ventajas temporales. Estas jeringuillas se crean mediante hierbas que recogemos por toda la isla, y las hay de efectos muy peculiares, como las que mejoran la precisión, reducen los daños al fuego o mejoran nuestra percepción.

Lo primero de lo que nos daremos cuenta al comenzar la aventura es que podemos llevar muy pocas armas, jeringuillas, dinero y munición, lo que es una molestia, ya que no paramos de encontrar tesoros y conseguir dinero y objetos en los cuerpos de los enemigos. Para paliar esto tenemos que crear equipo con más capacidad, mediante las pieles de los animales. Estos son otros de los protagonistas de Far Cry 3, y tendremos que cazarlos para obtener sus pieles, teniendo cuidado porque nos pueden atacar, aunque en otras ocasiones nos podrán incluso echar una mano.

Hay osos, jabalís, búfalos, cocodrilos, tiburones, ciervos, dingos, tortugas, cabras, tigres, macacos, perros rabiosos, etcétera, y una gran mayoría de ellos son hostiles. Cazarlos en algunos casos supone un desafío, sobre todo en las misiones de caza, en las que nos ponen condicionantes, como usar un arco para acabar con un tigre, algo que no es fácil, o una escopeta para acabar con un par de osos. A veces vemos cómo los animales se atacan entre ellos, algo muy curioso, o agreden a alguna persona. En los campamentos enemigos a veces tienen animales enjaulados como tigres, y si rompemos la jaula y los liberamos, estos atacan a los enemigos, una gran ayuda, aunque hay que tener cuidado ya que también nos pueden agredir a nosotros. Un aspecto muy cuidado el de los animales, y que suma muchos enteros a la experiencia global.

Tenemos 38 misiones principales, las de la historia, que si vamos al grano se pueden terminar en unas 10 horas, pero claro, es difícil resistirse a todos los encantos que esconde Far Cry 3. 18 torres de radio para activar, 34 puestos enemigos, 120 reliquias de los Rakyat–algunas bastante escondidas dentro de templos-, 20 cartas de los perdidos de la Segunda Guerra Mundial, 20 tarjetas de memoria abandonas por traficantes de droga, y luego unos cuantos tipos de misiones secundarias.

Las de la senda del cazador consisten en cazar animales con un arma y munición concreta, lo que a veces puede ser muy complicado, como utilizar un arco con un animal muy rápido, o extravagante, como acabar con unos perros con un lanzallamas. También encontraremos a través de estas misiones animales legendarios, que nos darán pieles únicas, imprescindibles para fabricar ciertas mejoras. Se busca: muerto son unos encargos de asesinato con la peculiaridad de que tenemos que acabar con nuestra presa con un cuchillo, lo que dificulta mucho las cosas, ya que nuestro objetivo suele ser el líder de un grupo fuertemente protegido, y cuesta llegar hasta él por la espalda.

Las pruebas de los Rakyat son desafíos contrarreloj en los que hay que hacer el mayor número de puntos posibles masacrando enemigos, compitiendo además en marcadores en línea. Están los encargos de entrega, misiones en las que tenemos que recorrer un circuito antes de que se acabe el tiempo para entregar un suministro médico, y encargos de historia, clásicas misiones secundarias en las que ayudamos a alguno de los habitantes de las islas, y que son un poco flojas, casi siempre consisten en conseguir tres objetos y poco más.

Aquí no acaban las cosas que podemos hacer, ya que hay desafíos en los que apostamos dinero dependiendo de la dificultad. Una carrera contrarreloj en cualquier de los vehículos del juego –moto de agua, quad, coche, buggy, etcétera-, partidas de póker bastante entretenidas, un minijuego de lanzamiento de cuchillos con una diana, o desafíos para cada arma en los que tenemos que cazar aves. Multitud de misiones secundarias y muy diferentes entre sí, uno de esos juegos en los que te apetece conseguirlo todo, porque es ameno y no se hace pesado ni imposible en ningún momento.

El mundo de Far Cry 3 está vivo, es precioso, y apetece mucho explorarlo. Hay un ciclo de día y noche, a veces se pone a llover, y sobre todo es amable con el jugador, ya que aunque el mapeado es enorme, está repleto de puntos de viaje rápido. Nunca nos daremos una caminata o paseo más de lo necesario, dejando claro sus creadores que conocían los grandes defectos de Far Cry 2. Para que os hagáis una idea aproximada de la duración de la campaña, nos ha durado unas 14 horas con un progreso del 49%, así que completarlo al 100% se puede acercar a las 25 horas.

Hay misiones de infiltración, de acción más frenética y descontrolada, aventureras con saltos y exploración, y en general la campaña se hace muy entretenida y variada, independientemente de cuánto te quieras entretener con todos los retos secundarios. Nos hubiera gustado una historia más sorprendente o profunda, acorde al gran apartado jugable y visual, y unas misiones secundarias, argumentalmente, más elaboradas, pero en definitiva es sin duda uno de los mejores shooters para un jugador que hemos disfrutado en los últimos tiempos. Y si por esto fuera, todavía queda mucho más.

Cooperativo para cuatro, multijugador competitivo y editor de mapas

Far Cry 3 sin duda es un juego generoso en cuanto a contenidos, ya que a la extensa campaña para un jugador le tenemos que sumar los dos apartados multijugador además de un curioso y nada habitual editor de niveles. Primero hablaremos del modo cooperativo para cuatro jugadores, que nos cuenta una nueva historia con diferentes protagonistas, que transcurre 6 meses antes de la campaña para un jugador. Cuatro extraños que tras un incidente en un barco se alían para perseguir al hombre que los traicionó y recuperar el dinero que les robó.

Son 6 capítulos que nos cuentan una breve historia, y antes de cada misión además del personaje, que no es otra cosa que una simple apariencia, elegimos la clase entre cuatro disponibles: saboteador, cazador, impaciente, artillero, con diferentes armas y habilidades. Aunque se trata de un modo cooperativo, y de hecho tenemos que revivir a nuestros compañeros cuando caen en combate, en cada misión hay algún momento para competir contra todo el equipo, con un marcador de muertes que reta a cada jugador a ser el que más puntos haga.

Además una característica única del multijugador, tanto en competitivo como en cooperativo, son los gritos de guerra, unas habilidades especiales que aumentan el rendimiento del equipo, mejorando la salud, la precisión de los disparos o la velocidad de todos los compañeros que estén situados cerca del jugador que ha realizado el correspondiente grito de guerra. Una característica importante del cooperativo y que queremos destacar, es que se puede jugar a pantalla partida, solo para dos jugadores, un detalle que seguro agradecerán muchos.

El multijugador competitivo cuenta con modos clásicos como dominación o lucha por equipos, pero además dos modos únicos, Tormenta de fuego y Transmisión, ambos por equipos, y que cuentan con personalidad propia. En Tormenta de fuego tenemos que prender fuego a dos posiciones del equipo enemigo, a la vez, lo que no es fácil. Una vez conseguido esto, hay que capturar una emisora de radio en el centro del mapa, donde se concentrarán todos los jugadores de la partida. En Transmisión hay que controlar varias emisoras de propaganda repartidas por el mapa, teniendo que correr cuando los enemigos las activan para intentar desactivarlas.

Se incluyen todas las características ya imprescindibles en el género como obtención de experiencia, subida de nivel, desbloqueo de armas y accesorios, y luego algunas características únicas, como un ataque aéreo que lanza barriles explosivos y prenden fuego el escenario, o el gas psíquico, una gas nervioso que desorienta a los enemigos y les impide distinguir entre aliados y rivales. Cuando acaba la partida tenemos la divertida decisión final, en la que el mejor jugador de equipo ganador debe decidir el destino del mejor jugador del equipo perdedor, eligiendo si salvarle o ejecutarle con todo tipo de humillaciones de por medio.

Por último tenemos un curioso editor de mapas, bastante complejo y complicado y más para tratarse de consolas, en el que podemos elegir la vegetación, carreteras, todo tipo de objetos, casas, y hasta la hora del día, las nubes e incluso añadir tormentas. Tenemos un límite de objetos y de memoria para añadir cosas, y aunque no es sencillo, sobre todo por usar un mando, tenemos curiosidad por ver qué son capaces de crear los futuros usuarios, que seguro nos sorprenden como siempre. Una característica que esperamos se animen a incluir futuros shooters, aunque quizás ciertas compañías nunca lo hagan, ya que se les acabaría el chollo de vender nuevos mapas mediante DLC.

Un bello paraíso

Durante los últimos meses hemos tenido diversos contactos con el juego moviéndose en PC y siempre os habíamos comentado lo bonito que se veía, y que dado su nivel de detalle y la escala del juego, dudábamos de cómo se vería en PlayStation 3 y Xbox 360. Lo hemos analizado en la consola de Microsoft, y tenemos que decir que nos ha sorprendido muy gratamente. En cuanto a nivel detalle, calidad de las texturas, distancia de dibujado, iluminación, y en definitiva, una fantástica ambientación, cumple y con nota.

Un enorme mundo formado por varias islas que podemos recorrer de punta a punta sin tiempos de carga, y lo que es sorprendente, sin apenas aparición repentina de elementos o popping, un defecto solo apreciable cuando volamos en ala delta y no demasiado molesto, en unos entornos llenos de detalles, con mucha vegetación. ¿Dónde esta el truco? Pues en la tasa de imágenes por segundo o framerate, un tanto baja, incluso diríamos por debajo de los 30 fps, aunque estable, y algún que otro problema con la sincronización vertical o tearing, curiosamente más marcado en las cinemáticas.

Es el precio que hay que pagar por poder disfrutar de una ambientación preciosa, con unos entornos llenos de detalles, y una iluminación a veces muy destacable, con rayos de luz filtrándose entres los árboles, con preciosos amaneceres o noches en las que la luna se refleja en el agua del mar de manera hipnótica. Habrá quienes hubieran preferido más fluidez y menos detalle, pero creemos que la tasa de imágenes no llega a afectar negativamente a la jugabilidad, y es admirable cómo han conseguido exprimir el hardware de una consola como Xbox 360, con 7 años a sus espaldas, y a la que creemos no se le pueda sacar mucho más partido.

Por otro lado, estos defectos quedan solucionados en la versión de PC, ya que es aquí donde el título explota todo su potencial. Lejos de tratarse de una versión descuidada y limitada por las consolas, Ubisoft Montreal se ha preocupado por aprovechar toda la potencia de los equipos de hoy en día, beneficiándose con las ventajas de DirectX 11 para ofrecernos todo un espectáculo gráfico, con mejores efectos de iluminación, unas texturas con mucha resolución (especialmente en los personajes), una vegetación más realista, sin tearing ni popping, y en general y como era de esperar, una calidad visual superior gracias a que nos permite jugar a 1080p de resolución nativa.

Por desgracia todo esto tiene un precio, ya que si queremos disfrutar del juego con todas sus opciones al máximo y con una tasa de imágenes por segundo fluida necesitaremos un PC realmente potente. En un i7 2700k, con 16 GB de RAM y una tarjeta gráfica NVIDIA 570 GTX, nuestros fps oscilaban entre los 20 y los 30, con alguna que otra caída puntual a los 10. Por suerte, el título incluye muchísimas opciones de configuración gráfica, de modo que podremos configurar muchos de sus parámetros para adaptar el juego a las necesidades de nuestro equipo. Nos bastó con bajar un poco la calidad de los efectos de oclusión ambiental y tocar algunas opciones más para que el título se siguiera viendo realmente bien y funcionando a una tasa estable de 50 fps. En términos generales nos ha dejado la impresión de que podría haberse optimizado algo más, pero no cabe duda de que se ha hecho un buen trabajo.

Tiene un correcto doblaje en castellano, que como en casi todas las producciones de Ubisoft cuenta con altibajos, con unos personajes mucho mejor que otros, y la banda sonora acompaña perfectamente a la acción, y aunque no se nos quedará en la memoria y de hecho pasa un poco desapercibida, trabajando en un segundo plano consigue meter el punto de tensión e intensidad que muchas escenas necesitan. El sonido ambiente en cambio sí es bastante destacable, la naturaleza suena muy bien, y de hecho tendremos que estar con los oídos atentos, por si escuchamos un animal que nos pueda atacar desde la maleza.

Far Cry vuelve por la puerta grande

Si la segunda entrega dejó un mal sabor de boca a muchos usuarios, con esta tercera parte la saga se resarce y ofrece un auténtico juegazo, en todos los sentidos. Primero con una campaña fantástica, divertida, variada, visualmente espectacular, y con muchas horas de juego por delante, sin necesidad de relleno. Se han solucionado todos los problemas de la segunda entrega a conciencia, y ahora la aventura es mucho más amable y amena, sin viajes o paseos innecesarios, ni molestas reapariciones de enemigos. Además incluye un entretenido modo cooperativo, un notable multijugador, y hasta un editor de mapas, por lo que nos encontramos con un producto muy completo, lleno de contenidos.

Acción frenética y salvaje, sigilo elaborado y muy interesante, paisajes de ensueño, una gran variedad de misiones, cantidad de animales con los que lidiar, un archipiélago lleno de secretos y tesoros, y en definitiva, uno de los mejores juegos de acción en primera persona en mundo abierto que se han hecho nunca. Es el último gran juego que llega este año, cerrando la temporada navideña, y ojalá no pase desapercibido y tenga el éxito que se merece, ya que Ubisoft Montreal ha hecho sin duda un gran trabajo y la saga tiene un futuro muy prometedor.