Análisis de Capitán América: Supersoldado (PS3, Wii, NDS, Nintendo 3DS, Xbox 360)

Marvel, la editorial de cómics más importante del mundo, está atravesando una pequeña segunda edad dorada. Aunque las ventas del formato grapa parecen haberse estancado, el interés por los superhéroes de gran parte del público gracias a las diferentes adaptaciones a la gran pantalla, está consiguiendo marcar la atención de nuevo en la mitología Marvel. La empresa de Marvel no es tarea fácil, ya que entre sus objetivos, tiene la misión de dar coherencia cinematográfica a un vasto universo, formado por personajes tan carismáticos como Iron Man, Thor, Hulk o el mismo Capitán América. Aunque franquicias como Spider-Man (hasta ahora en manos de Sam Raimi, cuyo testigo pasará pronto al director Mark Webb con la nueva adaptación del trepamuros, de la que la que pronto veremos el primer tráiler oficial) y X-Men (con diversas secuelas) han sustentados los muros de los personajes de cómic en el cine, el proyecto de trasladar la historia de las viñetas de Marvel a la pantalla, va mucho más allá.

Actualmente, nos encontramos en una etapa intermedia, donde proyectos como Thor, o la próxima Capitán América (cuyo estreno en nuestro país está previsto para el día 5 de agosto), son la gran antesala a una película más ambiciosa e imponente: Los Vengadores. La formación de superhéroes más importante de Marvel, contará con su propia cinta a mediados del año que viene.

Y aunque de momento es pronto para saberlo, si podríamos decir, casi sin temor a equivocarnos, que la adaptación al cine de Capitán América, es la pieza fundamental. El primer vengador conocido, el primer superhéroe icónico y de vital importancia en la historia, fue (al que apodaban cariñosamente sus compañeros héroes y soldados), el Capi. Hablar del Capitán América, no es tarea fácil.

Su concepto trasciende el cómic, y se funde con la historia y el trasfondo de una nación en tiempos de guerra. No obstante, estamos hablando de un símbolo de la cultura estadounidense, de una parte de la historia norteamericana de vital importancia durante la Segunda Guerra Mundial. Sus aventuras en las viñetas comenzaron en 1941 de la mano de Joe Simon y Jack Kirby. Ambos, con una intención claramente propagandística e idealista, crearon un símbolo claro en favor de la lucha contra el nazismo. Por aquella época, la mayoría de las historias del Capitán América se basaban en la pelea constante contra los alemanes y su poderío militar, demostrando ser un referente democrático del mundo libre y civilizado, convirtiéndose así, en el contrapunto perfecto a la tiranía nazi. De hecho, sin ir más lejos, en su primer número, Steve Rogers (el chico al que inyectaron el famoso sueldo supersoldado), ataviado como Capitán América, pateaba y destrozaba al mismo Adolf Hitler en la portada.

Más tarde, el Capitán América, comenzó a ser una herramienta política más, apareciendo en diversos momentos claves de la historia de la política exterior e interior de los Estados Unidos, mostrándose en situaciones tan peliagudas como la caza de brujas del senador McCarthy durante la Guerra Fría. Ante un personaje desdibujado y fuera de su tiempo, Stan Lee, ante el creciente número de escuadras y grupos de superhéroes, en 1964, decidió darle un nuevo empujón a la historia del Centinela de la Libertad. Stan Lee, conocido por crear y diseñar héroes de cómic realistas y tangibles, volvió a dar un punto de humanidad y sensibilidad al personaje, que ahora, tras haber estado en animación suspendida y congelado bajo el océano tras su fatídica vuelta de la Segunda Guerra Mundial, se reinsertaba en el mundo de la época, luchando contra las desigualdades sociales o la corrupción (formando también parte de Los Vengadores, dicho sea de paso).

La historia del Capitán América es tan larga y extensa, que ha llegado hasta nuestros días, dándonos titulares de prensa que recorrían el mundo (como su famosa muerte tras la Guerra Civil por el registro de superhéroes) o su posterior resurrección como símbolo imperecedero. Así pues, con un personaje de vital importancia para entender el universo del cómic, y con una adaptación cinematográfica a la vuelta de la esquina, SEGA y Next Level, nos ofrecen la conversión al mundo del videojuego del fantástico personaje de Marvel. La pregunta es, ¿estará a la altura? Coge tu escudo, soldado. ¡Nos vamos a la guerra!

Un mundo bajo el yugo del nazismo

Capitán América: Supersoldado, nos trasladará a la Segunda Guerra Mundial. Con un guión de Christos Cage (guionista de Marvel), el argumento, pese a seguir ciertas partes de la película (el argumento, si bien no adapta la película al completo, sí toma muchísimas referencias, teniendo ambas lugares comunes), nos ofrece una historia más acorde con lo visto en los cómics del personaje. En la historia del videojuego, Cráneo Rojo (Red Skull), capitaneará al ejército HYDRA (un ejército privado, entrenado y con soldados especiales alterados genéticamente) en busca de un secreto oculto bajo una misteriosa fortaleza afincada en lo alto de una inmensa montaña. Como Steve Rogers, el chico al que se le suministró el poderoso y revitalizador suero supersoldado, deberemos impedirlo, evitando que aquello que busque Cráneo Rojo, garantice la supremacía nazi en el mundo y de un vuelco hacia la victoria para el bando alemán.

Capitán América: Supersoldado, es un juego de acción y combate en tercera persona, donde las plataformas y saltos imposibles, así como los puzles, harán acto de aparición, consolidando una jugabilidad variada, aunque no pulida del todo. Next Level Games ha construido un desigual concepto jugable, que aunque de buenas ideas, no cumple lo que promete. Capitán América: Supersoldado, al basarse en las aventuras de un superhéroe con extremas e importantes cualidades físicas, obviamente, basará su leitmotiv jugable en los combates y desventuras cuerpo a cuerpo contra las tropas que iremos encontrando a lo largo del juego. Hasta aquí, todo bien. De hecho, es la parte que más destaca del videojuego, con unas espectaculares coreografías y animaciones, donde sentiremos realmente que encarnamos al superarma definitiva, y donde muy pocos enemigos, podrán hacernos frente. Las posibilidades del combate cara a cara, son muchísimas, teniendo como Capitán América, diversas opciones y movimientos con los que salir indemnes de las escaramuzas.

Nuestro superhéroe, podrá esquivar golpes con una agilidad felina, contraatacar desde casi cualquier punto, realizar saltos imposibles, devolver balas con el escudo (así como lanzarlo contra nuestros enemigos) o golpear con una fuerza brutal. Conforme vayamos eliminando soldados de HYDRA, el Capitán irá consiguiendo una serie de puntos especiales, que podrá usar en forma de movimientos "Supersoldado", unas maniobras de extrema fuerza y velocidad, que servirán y nos serán de utilidad en los momentos más difíciles y precisos. Además, nuestro héroe podrá ir mejorando sus movimientos y características, invirtiendo los puntos de mejora que vayamos consiguiendo. Realmente, son el mejor aspecto del título, haciéndonos disfrutar de una experiencia casi cinematográfica durante las coreografías de batalla.

Como buena aventura, en Capitán América: Supersoldado recorreremos diferentes partes del castillo de las fuerzas de HYDRA. Los escenarios, aunque variados, tendrán un aspecto similar, casi idéntico, teniendo una constante sensación de deja-vu cada vez que entremos en una estancia, casa o complejo militar. Casi todos los escenarios se parecen mucho entre sí, cosa que podría ser un problema, pero que, dado el carácter excesivamente lineal y sencillo del título, no nos romperá mucho la cabeza más allá del enfado que supone tener esa constante sensación de haber pasado antes. Al ser una aventura muy lineal, la libertad de exploración queda reducida hasta extremos paródicos, teniendo un margen de búsqueda de secretos muy limitado (y eso que hay decenas de objetos por buscar y coleccionar en el juego).

Básicamente, entraremos en una estancia, la limpiaremos de enemigos, visitaremos los dos o tres recovecos del escenario, inspeccionaremos los pocos muebles posibles, recogeremos los informes, cintas y objetos (que desbloquean extras en el juego), y seguiremos avanzando. Esto, en un juego de aventura que pretende tener variedad de situaciones, es un pecado mortal. Este gran fallo de diseño, podría haberse suplido con la aparición de momentos de plataformas puntuales o puzles y enemigos especiales, pero en ninguno de los casos, pese a la incorporación de estos elementos, se logra salvar el resultado.

Las plataformas incluidas en Capitán América: Supersoldado, son meros eventos de acción rápida. Es decir, movimientos automáticos de salto, donde nuestro personaje hará las acciones pertinentes y correctas, siempre y cuando pulsemos el botón correcto en el momento preciso. Si superamos dichas secciones en el menor tiempo posible, y con la mayor velocidad y coordinación, tendremos una pequeña recompensa en puntos para nuestro personaje. De no hacerlo, desgraciadamente para el reto, no pasará absolutamente nada, quedándose nuestro héroe en movimiento perpetuo, esperando a que pulsemos el botón correspondiente. Es una pena, pues la secciones de plataformas y saltos, de haberse diseñado de una forma mejor (con un estilo más parecido a Prince of Persia), el juego hubiera sido mucho más divertido, suponiendo un verdadero reto al jugador, obligándolo a coordinarse de la mejor forma posible para no caer al vacío. Entendemos que el componente de plataformas es un mero añadido a la aventura de este Capitán América: Supersoldado, pero teniendo en cuenta la poca variedad de situaciones en el videojuego, una mayor y mejor planificación en las secciones de salto y habilidad, hubieran sido determinantes para dar una mejor impresión general en el ya de por sí seco apartado jugable.

En cuanto a los puzles, podríamos decir prácticamente lo mismo. Steve Rogers, como Capitán América, también posee unas cualidades mentales por encima de la media gracias al suero supersoldado. Resolver puzles, estrategias o situaciones peliagudas, son pan comido para el héroe dado el aumento de su masa cerebral. Pues bien, parece que los creadores se han tomado esto al pie de la letra, y los puzles ofrecidos en el juego, son literalmente, un pequeño insulto a la inteligencia. Fáciles, repetitivos, sencillos y poco inspirados, los rompecabezas se limitan a darnos un par de claves en las puertas, que deberemos unir con los joysticks analógicos por la parte en la que ambas series alfanuméricas son idénticas. Así una y otra vez. Una vez más, una oportunidad desperdiciada a la hora de ofrecer variedad en la aventura.

El aspecto del Capitán América: apartado técnico

Visualmente, Capitán América: Supersoldado, no es un mal juego. En absoluto. Puede que no esté al nivel de los videojuegos más importantes del momento, pero dada la naturaleza del proyecto y de la adaptación del mismo, la verdad es que no está nada mal. Los escenarios, pese a estar poco inspirados, son bastante grandes y están bien modelados, mostrando enormes edificios y construcciones dignas de ser admiradas. El castillo de HYDRA es un buen patio de recreo, y aunque la aventura no ofrezca demasiada chicha, la verdad es que el diseño general de la instalación y sus aledaños, es satisfactorio, vacíos y poco inspirados en su mayoría, pero en absoluto reprochables.

El acabado del título es muy correcto, con unas texturas y un motor de iluminación que cumple con lo prometido, añadiendo y perfilando conceptos, que ayudan mucho a la ambientación general del juego. Los personajes, destacando el excelente trabajo hecho con el Capi y su escudo, también gozan de un buen y lustroso aspecto, con variados diseños para los enemigos y e integrantes de HYDRA, así como para los jefes finales y criaturas mecánicas (que en momentos puntuales) nos asaltarán en la aventura. En general, nos encontramos un apartado gráfico bastante decente, mediocre en situaciones y momentos puntuales (hay bajadas de frames en las batallas con más movimiento en pantalla), pero que no lastra en absoluto la experiencia visual que debe tener un juego de la presente generación.

Además, cuenta con un modo 3D que funciona correctamente, tanto en PS3 como en Xbox 360, y que añade un plus extra a los usuarios que puedan gozar de semejantes equipos tridimensionales en sus casas.

Capitán América: Supersoldado cuenta con un decente doblaje al castellano, que aunque podría gozar de más calidad, cumple perfectamente con su cometido. La banda sonora, pese a no tener una presencia demasiado notoria (se necesitaría más contundencia de las piezas orquestales en situaciones como los enfrentamientos contra jefes finales o en las secuencias de vídeo), ayuda a ambientar en líneas generales, la gris aventura del título.

Conclusiones finales

Pese a contar con una duración más o menos aceptable a lo largo de sus 18 capítulos (de 6 a 8 horas), Capitán América no ofrece casi ningún incentivo destinado para volver al modo principal una vez hayamos completado la aventura. Pese a los extras (como trajes desbloqueables tan interesantes como el original y clásico o el de la versión Ultimate), Capitán América: Supersoldado solo ofrece un modo de retos muy simple, y una serie de películas y diarios (del Barón Zemo y de Armin Zola, ambos personajes que los aficionados a los cómics apreciarán) que poco tienen que hacer, pese a su excelso cuidado con el trasfondo del personaje, ante el poco cuidado modo principal o historia.

Capitán América: Supersoldado no es el Batman: Arkham Asylum que muchos esperaban. Ambos juegos, comparten un personaje de cómic de reputada fama e importancia, así como de un planteamiento de aventura muy similar, pero la diferencia de resultados, salta a la vista. Next Level y SEGA habían ideado y diseñado un concepto jugable muy atrayente y correcto para el héroe de las viñetas, pero el resultado a la hora de trasladarlo del papel a la pantalla, deja muchísimo que desear. Capitán América: Supersoldado es un juego muy mediocre, con fallos en el desarrollo de su modo principal que dejan mucho que desear, como la falta de retos y momentos de tensión en clave de puzles o plataformas.

Todo se reduce en avanzar hacia adelante, restringiéndose así, la exploración de los escenarios a niveles muy bajos, casi inexistentes. Una lástima, pues aunque el sistema de batalla y las animaciones son excelentes y muy conseguidas (de largo lo mejor del título), y los extras son interesantes (los fanáticos del personaje alucinarán con el trasfondo que tiene el videojuego a nivel de historia y guión), el juego en general destila un sentimiento a dejadez y falta de ganas, que lo convierten, tristemente, en una adaptación fallida. Un videojuego solo apto para los aficionados más incondicionales del Centinela de la Libertad y sus aventuras.