Análisis de Call of Duty: Modern Warfare 2 (PS3, PC, Xbox 360)
Infinity Ward lo vuelve a conseguir. Modern Warfare 2 es uno de los juegos más importantes del año.
Ramón Varela ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
9.3
SONIDO
9.5
NOTA
9.7
DIVERSIÓN
10
JUGABILIDAD
10
Análisis de versiones PS3, PC y Xbox 360.
Veni, vidi, vici. Infinity Ward ha demostrado que la espera ha merecido la pena, dos años después de lanzar el que es considerado por muchos el mejor shooter de los últimos años, Modern Warfare. Las expectativas no eran para nada sencillas de cumplir; superar un juego tan intenso como Call of Duty 4 –un auténtico punto de inflexión en la saga- , y un juego online tan absorbente que ha ofrecido cientos de horas a jugadores de todo el mundo, son palabras mayores. Pero el estudio lo ha conseguido, no sin algún pequeño aspecto a mejorar, y Modern Warfare 2 no decepcionará a nadie.
En primer lugar, Modern Warfare 2 es acción y espectacularidad. No esperábamos menos, y aunque es discutible si la guionización del desarrollo es más o menos visible –que lo es, y no lo esconde en ningún momento-, no se puede negar que el resultado es más que efectivo. Esta clara inspiración cinematográfica que sentó como base el primer Modern Warfare ha sido seguida por muchos otros títulos, pero nadie mejor que Infinity Ward para superarse.
Tras un pequeño tutorial que nos refresca –o enseña por primera vez, si es el caso- los controles básicos y movimientos esenciales del juego, la acción parte a un territorio hostil como es Afganistán. Rutas en jeep, callejones repletos de milicianos, y muchas sorpresas que apenas son la punta del iceberg de una aventura que nos llevará a diversas localizaciones, entre las que caben destacar las montañas heladas en Kazakhstan, las peligrosas favelas de Río de Janeiro, Rusia o los atentados en territorio americano. Sin embargo, una de las misiones más sorprendentes –y polémicas- que no vamos a desvelar tiene lugar en un aeropuerto, protagonizada por Vladimir Makarov, el villano de esta entrega, que dará bastantes quebraderos de cabeza a Task Force 141 -el grupo que luchará contra estos terroristas globales- protagonizado por nuevos héroes y algunos viejos conocidos del primer Modern Warfare. Ciertamente, la historia se ajusta como un guante a lo que se espera de un juego de acción; no pasará a la historia como una de las grandes, pero sirve de disculpa para el marco de conflicto mundial que llegará hasta el mismísimo corazón de los Estados Unidos.
Modern Warfare 2 recoge lo mejor de la primera entrega y multiplica por diez la grandilocuencia de las situaciones. Esta guerra orquestada es por momentos un caos de acción, explosiones –casi todos los vehículos que arden acaban creando daño, que podemos usar en nuestro beneficio- y en numerosas ocasiones, repleta de civiles o rehenes a los que evitar disparar. La acción no cesa en prácticamente ningún momento, y decimos prácticamente porque hay algunas situaciones en las que nos interesará más el sigilo y las muertes silenciosas para no encender la alarma y ser objeto de balazos y mordiscos de perro. Pequeñas dosis de tensión que muchas veces son bien agradecidas entre tanto ruido.
Los objetivos en el modo campaña son claros en todo momento, como seguir a un superior, ir a un punto concreto para realizar una tarea determinada o salvar a un grupo de secuestrados, todo ello indicado por señalizaciones visuales que no interfieren en la partida. Esta linealidad está más o menos oculta bajo el bombardeo incesante de la guerra, objetos destructibles y bastantes lugares en los que parapetarse con los movimientos de cobertura –agacharse o tumbarse-. El avance pocas veces da opciones diferentes o caminos alternativos, aunque no por ello el escenario es "un pasillo" ni resta sensación de estar realmente en un mundo real. Una de las misiones más divertidas –aunque no la más espectacular- tiene lugar en una gran zona con varios restaurantes y hamburgueserías, en la que en una gran zona debemos ir y venir entre diferentes edificios según lo requiere la situación, mientras helicópteros, tanques y oleadas de terroristas destrozan el terreno hasta dejar lo que debió ser una bonita zona de descanso en una auténtica escombra. Esta misión resume por sí sola las virtudes que hacen de Modern Warfare 2 uno de los más grandes del género: acción, variedad de situaciones, espectacularidad y una ambientación soberbia. Tampoco hemos encontrado los famosos puntos de "enemigos infinitos", criticados en la primera entrega, lo que se traduce por una mayor satisfacción al eliminar terroristas –dejan de ser una molestia-. Sus posiciones de inicio tras una muerte pueden ser diferentes, y su inteligencia los hace buscar escondites desde los que atacar.
La variedad de armas, más de cuarenta, es una constante en todo el juego, y así encontramos fusiles y pistolas, réplicas de las reales, por cada esquina del mapa. Sin embargo, los más llamativos son las armas tecnológicas de las que hacen gala los equipos especializados del ejército norteamericano, como es el arma Predator (lanzar un misil desde un satélite) o el puntero láser que guía al vehículo Striker para indicar objetivos a los que la torreta debe apuntar. Todas ellas tienen sus particularidades, tanto de cadencia como en precisión, y su comportamiento hace a casi todas indispensables en algún momento del juego. No olvidamos tampoco otras ayudas como la visión nocturna o térmica, útil al adentrarnos en una nube de gas que de otra forma nos dejaría prácticamente ciegos, o los escudos antidisturbios, cuya resistencia pondremos a prueba en cierto momento que, sin ellos, acabaríamos con más agujeros que un queso Gruyère.
La diversidad de localizaciones también va acompañada por una variedad, dentro de lo que cabe en un juego de acción de primera persona, de situaciones. La más llamativa sin duda es la huida en moto de nieve colina abajo en una frenética carrera en montaña helada, hielo y bosques, a la vez que disparamos de una manera rudimentaria con una mano. Es tan sólo uno de esos momentos del juego que deja sin respiración, al que seguirán disparos desde otro tipo de vehículos que no controlaremos, como helicópteros o coches armados con ametralladoras. Toda una lección de jugabilidad bien planificada al que únicamente achacamos un defecto, su duración.
Y es que, al igual que la primera parte, si decidimos adquirir Modern Warfare 2 únicamente por su modo campaña, estaremos ante una experiencia muy intensa durante las escasas horas de juego que nos ofrece, de cinco a ocho, dependiendo de nuestra habilidad en el género y la dificultad seleccionada. Ciertamente, costará despegarse del pad hasta los créditos finales, lo que hará que en un par de tardes el juego quede completado, al menos, en cuanto al referido modo para un jugador. Tan sólo la consecución de logros y trofeos, y volver a experimentar esta "película interactiva" en un nivel de dificultad mayor, nos hará rejugar a esta historia alguna vez más.
La inteligencia artificial ha sufrido una mejora que hace los comportamientos de los terroristas más impredecibles, agresivos y coordinados. A diferencia de otros juegos, en los que a corta distancia somos casi más letales que con un arma y llevamos siempre las de ganar, Infinity Ward ha sabido crear unos rivales que plantan cara en todo momento. A esto le han acompañado muchas mejoras en el motor gráfico, aunque ninguna revolucionaria. El modo campaña de Modern Warfare 2 se podría definir en cierta manera como una "expansión" del primero, que pule y saca más provecho al apartado técnico que hemos podido disfrutar tanto en el primer Modern Warfare como en World at War. El detalle ha crecido y hay menos texturas que "canten" –aunque no se han eliminado por completo-, y los efectos de partículas, humo y demás ahora son más intensos y casi llegan a tocar la pantalla, como ocurre con el efecto de la sangre, que salpica toda la imagen –aunque también va a complicar la visibilidad en exceso-.
Modern Warfare 2 quizás no sobresale técnicamente en ningún sentido, pero cuenta con esa gran baza que lo sitúa como uno de los juegos más visuales del género, los 60 cuadros de imágenes por segundo, bastante sólidos. Ello no impide encontrar, rara vez, algún momento en el que la estabilidad se comprometa, pero son escasos y no llegan a comprometer la jugabilidad; está libre de defectos importantes, y la sincronización vertical está asegurada. Por supuesto, dependiendo de la potencia del PC, el usuario de compatible disfrutará de algunas mejoras respecto a consola, como la definición. En definitiva, la palabra apabullante se queda corta ante el espectáculo del juego, que sabe explotar sus virtudes en cada paso que damos en la aventura.
El resultado gráfico además gana puntos gracias a la variedad de texturas y entornos de cada lugar de las misiones, jugando con el realismo de localizaciones reales y unos colores vivos. Hay abundantes objetos con los que interactuar, ya sean decorativos o destruibles, como muchos de los parapetos que encontramos, y que según el material, podrán ser atravesados con mayor o menor dificultad; una puerta de madera tras la que se esconde un enemigo deja de ser un obstáculo ante las armas más potentes del arsenal disponible.
El sonido, apabullante. Se podría empezar por la recreación de cada arma, o el acertado doblaje, variado, pero especialmente por la cantidad de diálogos que inundan cada partida. Muchos comentarios y gritos son puramente ambientales, pero la mayoría son frases que van desarrollando la acción sin detenerla en ningún momento –el número de secuencias cinemáticas es prácticamente nulo- y sirven como alerta ante ataques inminentes, granadas o posiciones enemigas. El sonido forma parte del juego tanto como los gráficos, y no sólo como un extra; expande la ambientación hasta límites insospechados. Y por supuesto, la banda sonora. Si en Modern Warfare colaboró Harry Gregson-Williams, Modern Warfare 2 da un paso más allá con la inclusión de su "maestro", Hans Zimmer, autor de algunas de las mejores bandas sonoras de películas de acción como la nueva saga de Batman, Piratas del Caribe, Black Hawk Derribado, Gladiator y un sinfín de grandes superproducciones. Su sello se nota en la acertada mezcla de música orquestal y electrónica, que eleva la tensión en todo momento.
Hasta aquí tendríamos un juego notable, pero no sobresaliente. La duración y quizás la falta del efecto sorpresa que causó el primer Modern Warfare convertirían a la secuela en una entrega intensa pero breve y, de alguna forma, previsible. Pero nada más lejos de la realidad, ya que el jugador de la saga sabe bien que al menos la mitad del interés de Call of Duty se centra en los modos online, algo que hizo de Call of Duty 4 un juego casi de culto entre la comunidad multijugador, siendo uno de los títulos más influyentes en el juego online de los últimos años. Y es por ello precisamente que Modern Warfare 2 suple en gran medida las carencias que la campaña pueda suscitar en los compradores, gracias a las dos opciones que encontramos, el modo de operaciones especiales y el multijugador.
Operaciones especiales da nombre al modo cooperativo de Modern Warfare 2, novedad en la saga que casi se ha convertido en un estándar entre los juegos de acción. En esta modalidad de aire arcade –diversión directa sin historia- están disponibles misiones para dos jugadores, tanto en red como en local –a pantalla partida- e incluso en solitario. No todas las misiones, más de una veintena, están jugables desde un primer momento, así que será necesario jugar a otras -y bien, para conseguir un número de estrellas determinado- hasta completar todas las operaciones. Tan adictivas o más que el propio modo campaña (e incluso completarlas todas nos llevará más tiempo), la secuela asegura así más horas de juego en los escenarios vistos en el modo solitario en compañía de amigos con igual variedad de situaciones, como asaltos, infiltraciones silenciosas o defensa, por poner unos ejemplos. No llega a ser lo mismo que un cooperativo en el modo principal, algo que situaría a esta entrega en la categoría de leyenda, pero es un primer paso que sin duda agradecemos.
Pero por supuesto, la estrella es el multijugador competitivo para 18 jugadores, también con juego local para cuatro a pantalla partida. Infinity Ward no ha dejado escapar la oportunidad de añadir algunos cambios a la base del que ha sido durante dos años uno de los juegos más jugados en red, entre ellas, un modo de tercera persona, que es en cierta manera una revolución en la forma de jugar. Aunque no funciona tan bien como en otros títulos pensados expresamente para esta cámara, y no está disponible siempre, no cabe duda que puede ser una opción más que agradecida por muchos jugadores, en especial aquellos que aún no se han adaptado a este tipo de juegos; se pierde algo de inmersión y precisión, pero se hace más fácil girar la cámara rápidamente en busca de enemigos.
El sistema de recompensas por bajas encadenadas, los Killstreaks, ahora van desde munición y armas hasta recibir ayuda de apoyo de los cazas UAV, misiles Predator, helicópteros varios e incluso, subirse a un avión y disparar. Por si fuera poco, 25 bajas permiten acceder a una bomba nuclear táctica que barre a todos los jugadores y da por concluida la partida. Las clases mantienen, eso si, las ventajas y sus evoluciones que Call of Duty 4 hizo algo casi obligatorio en cualquier título multijugador que se precie, los Perks. Valorar todas las novedades de esta entrega en los modos en red y su funcionamiento o balance será una cuestión de largo recorrido, pero las impresiones hasta el momento han sido muy positivas y seguramente sea una evolución del gusto de casi todos los jugadores. Equilibrado, absorbente y con una comunidad de usuarios asegurada durante meses e incluso años, Modern Warfare 2 no puede decepcionar.
Y por último, los 16 mapas del juego, que para no romper la tónica, son variados tanto en entorno como tamaño y posibilidades –si bien en general dan sensación de ser algo más grandes que en anteriores entregas-, más los que llegarán en próximos meses, aseguran un numero casi ilimitado de horas de diversión en este nuevo Modern Warfare, posiblemente, hasta la llegada de la próxima entrega de Infinity Ward. Localizaciones en desiertos, montañas nevadas, mapas urbanos y bosques dan cabida a los modos de juego, que van desde el todos contra todos hasta misiones de sabotaje, buscar y destruir, deathmatch por equipos, dominación –captura y defensa de posiciones-, tomar la bandera, demolición, y cuartel general. La configuración de las partidas es prácticamente total y deja modificar casi cualquier parámetro, por lo que no dudamos que Modern Warfare 2 volverá a repetir el éxito que la saga Call of Duty lleva cosechando desde hace años.
Conclusiones
Se esperaba que Call of Duty Modern Warfare 2 fuese uno de los grandes de este año, y así ha sido. Si bien Infinity Ward aún tiene margen de mejora para una futura entrega, como una campaña más amplia que por sí sola ya justifique la compra del juego, con un cooperativo integrado en todo el juego, no podemos dejar de rendirnos ante la evidencia de estar ante el juego online del año.
La corta duración para un jugador vuelve a ser la asignatura pendiente de la desarrolladora, pero el conjunto global aprueba con sobresaliente. En definitiva, un título imprescindible para cualquier usuario de PC, PlayStation 3 o Xbox 360.
Redactor
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