Análisis de Battle: Los Angeles PSN (PS3, PC, Xbox 360)
Jonathan Liebesman, autor de películas de terror como "Darkness Falls (En la Oscuridad)" o "La Matanza de Texas, El Origen" acaba de presentar en Estados Unidos su última película "Battle: Los Angeles". Se trata de un film bélico en el que un grupo de soldados americanos debe salvar la tierra de una amenaza extraterrestre. Este largometraje llega a España el 1 de abril bajo el título "Invasión a la Tierra", con la idea de disfrazar el más que evidente patriotismo "Made in USA" del largometraje, algo a lo que, lamentablemente, estamos más que acostumbrados con títulos como "Independence Day". de Roland Emmerich
Al mismo tiempo, también se ha lanzado el videojuego oficial de la película.
Un shooter en 1ª persona en formato descargable para Pc, Playstation 3 y Xbox 360, bastante facilón, más corto que un suspiro y escandalosamente lineal que, para ser francos, nos ha decepcionado enormemente.
Antes de ponernos en faena, el juego arranca con una serie de dibujos muy poco inspirados que se mueven entre el cómic y la animación. En ellos, una presentadora de televisión nos informa sobre unos extraños objetos con forma de meteoritos que están cayendo en diversas partes del mundo y reducen su velocidad al entrar en contacto con la atmósfera terrestre. A partir de ese momento, veremos cómo tiene lugar un ataque a gran escala por parte de unos extraños alienígenas y por enésima vez, un grupo de nutridos marines de los Estados Unidos deberá encargarse de salvar al mundo de la opresión extraterrestre.
Estos dibujos serán los que lleven el hilo conductor de la "historia" y servirán de introducción a cada una de las misiones del juego, resultando artificiales, encorsetados, ridículos y muy poco apropiados para fusionarse con la acción del propio juego.
Una vez iniciada la aventura, tendremos la impresión de encontrarnos ante un sólido FPS, con un nivel gráfico decente y cuya ambientación, salvando las distancias, nos recordará a las campañas de los más conocidos shooters bélicos de la actual generación. Sin embargo, unos minutos más tarde, nos daremos cuenta de que la experiencia jugable se basa casi exclusivamente en acabar con la vida de cientos de seres extraterrestres que se van repitiendo una y otra vez, hasta que accedemos a una nueva zona y vuelta a empezar.
El juego cuenta con algunos detalles técnicos destacables que lo dotan de cierta consistencia, como el uso de estructuras que se van destruyendo cuando son alcanzadas por las balas o algunas espectaculares secuencias escriptadas de explosiones a nuestro alrededor que tienen lugar cuando pasamos por ciertos lugares. Estos interesantes detalles se ven ensombrecidos por un desarrollo muy monótono que, básicamente, consiste en avanzar unos pasos hasta ponernos a cubierto y en acabar con todos los enemigos de la zona a tiro limpio. Esta rutina sólo variará en ciertas ocasiones en las que se nos encomiendan tareas de flanqueo, dar cobertura a un compañero o acabar con una nave espacial con un lanza-misiles.
Estupidez artificial
Por otra parte, la inteligencia artificial de nuestros enemigos es de lo más arcaica que hayamos visto en un juego de estas características, ya que los enemigos apenas se cubrirán de nuestros disparos y no dejarán de aparecer una y otra vez en los mismos sitios para que practiquemos el tiro al blanco con ellos. Además, podremos quedarnos horas y horas esperando a cubierto para recuperar nuestra salud, ya que apenas querrán avanzar su posición y en ningún momento tratarán de flanquearnos. En cuanto a las naves espaciales, éstas si que intentarán esquivar nuestros disparos y de hecho lo harán, pero estas maniobras de evasión quedarán en entredicho cuando veamos que cada vez que tienen que recargar munición se quedan completamente paradas y empiezan a cambiar de color, convirtiéndose en un blanco perfecto para nosotros. A todo esto, hemos de añadir que el impacto de nuestras balas no afectarán a nuestros compañeros y traspasarán sus cuerpos como si fuesen etéreos, eliminando el poco realismo que la batalla pudiera llegar a generar.
En cuanto al armamento, contamos tan sólo con tres tipos de armas, un fusil de asalto, un rifle de francotirador y un lanzamisiles que nos encontraremos en ciertas zonas del juego en los que haga necesaria su utilización. El funcionamiento de estas armas es bastante preciso y realista, y en lo que a munición se refiere, contamos con un buen número de cajas de aprovisionamiento repartidas por el juego, que nos llenarán la munición cada vez que recurramos a ellas y nos pondrán las cosas todavía más fáciles si cabe.
El diseño de los marines es más que correcto, pero los extraterrestres cuentan con unas texturas muy pobres y un diseño simplón en el que apenas se han calentado la cabeza, aunque claro, de esto último no tiene la culpa el juego, ya que lo único que éste hace es plasmar lo que aparece en la propia película. Por otro lado, la variedad de estos seres brilla por su ausencia, todos cuentan con el mismo diseño y únicamente observaremos algo de variedad cuando nos ataquen con sus "armas caminantes" o cuando tengamos que destruir alguna nave espacial.
Para ser honestos, hemos de señalar que los efectos de sonido cuentan con un buen trabajo. El sonido enlatado que producen los disparos en lugares cerrados o el generado por el fuego cruzado dan mayor naturalidad a la aventura y ayudan a que nos pongamos en situación. El juego ha llegado a España con el doblaje original en inglés y con subtítulos en castellano aunque rara vez os pararéis a leerlos, ya que los diálogos son tan simples que en ocasiones llegan a rozar el ridículo.
El título cuenta únicamente con un modo campaña para un jugador, que además es escandalosamente corto. Sin saltarnos las secuencias introductorias, hemos logrado finalizar la aventura en algo menos de dos horas en el nivel de dificultad más alto. A esto hemos de añadir que, con la excepción de algunas secuencias de vídeo y algún que otro extra desbloqueable, no hay nada más que invite a rejugar la aventura, encontrándonos ante uno de los títulos más cortos y fáciles de los últimos tiempos.