Vuelta al origen
La política de SEGA de divisiones se trocó hace poco, volviendo todas sus subsidiarias a la compañía matriz. Una de las más exitosas en esta generación fue Amusement Vision, dirigida por Toshihiro Nagoshi y que ha desarrollado grandes juegos como F-Zero GX o Super Monkey Ball. Este último, partiendo de un concepto muy simple, ha sabido ganarse una legión de admiradores a lo largo de todos los países. El diseño retomaba lo visto en juegos como Marble Madness o Snake Rattle and Roll, llevándolo a las tres dimensiones y cambiando las impersonales bolas por monitos en una esfera mágica. Detrás de su aspecto visual simple, contaba con un buen motor físico que detectaba la inclinación de la pelota, ajustándose de manera perfecta al control.
Fue un rotundo éxito de ventas, y ha sido la franquicia estrella de Amusement a lo largo de esta generación. Después de varias versiones portátiles, al fin esta saga ha decidido salir de GameCube para ver una conversión a PlayStation 2 y Xbox. Ésta no es sólo el juego original, sino que también incorpora su secuela posterior. Así, los 114 niveles originales del juego se acompañan de 140 de la secuela, y 46 más especialmente para esta edición.
Todos estos niveles están ahora conectados por el modo "Challenge", que va eligiendo los niveles según la dificultad y que es exclusivo de esta versión. Aparte, está el modo historia del Monkey Ball 2 con algunas fases extra y los absolutamente geniales doce minijuegos para varios jugadores de las anteriores versiones.
Salva a la isla de los Monos
El Dr.Bad Boon ha decidido robar todos los plátanos de las islas donde viven los monos AiAi, MeeMee, Baby y GonGon. Ante esta tragedia de costes incalculables, nuestros héroes primates unirán sus fuerzas para enfrentarse al malvado plan y recuperar los plátanos. Éste es el modo historia, que se desarrolla en torno de una selección de niveles de distinta dificultad. A ello se añade el modo Challenge, antes mencionado, y que resulta un reto por las contadas oportunidades que da el juego para superarlo. Como siempre lo mejor del juego es el multijugador, que ofrece carreras, lucha, disparos, fútbol, béisbol, tenis, golf, bolos y billar a cuatro jugadores. Estos modos también pueden jugarse contra la maquina. La mayoría de estos minijuegos tienen una obstinada calidad, y algunos podrían llegar a venderse como juegos completos, pero también es cierto que hay un reducido número de juegos que no merecen estar en la misma categoría.
Simple y a la vez complejo
En un principio el desarrollo del juego puede parecer sumamente simple y a la vez decepcionar al jugador que busque gráficos de nueva generación. Es simplemente una apariencia, puesto que detrás del juego hay un buen control (mejor en XBOX que en PS2), una gran física y un magnífico diseño.
Cada uno de los más de 200 niveles no está diseñado de manera casual, y se ha pensado tanto el jugador como en el reto que se ofrece. Así, si hay demasiada inclinación siempre habrá un item o una forma de llegar a la meta. Esto demuestra la maestría de diseño del equipo, que de un juego que podría llegar a ser anecdótico en su desarrollo, ha pasado a una pequeña pieza maestra en cuanto a diseño de niveles. De hecho, importantes revistas le han dedicado páginas enteras por su perfección de diseño, que resulta un homenaje a la jugabilidad. Es prácticamente imposible no engancharse a unos niveles tan medidos, tan pensados, ofreciendo una adicción pocas veces vista en este género. Muchos otros juegos son mucho más complejos y no ofrecen ni por asomo la misma diversión, siendo más aparentes que verdaderos.
Apartado audiovisual
La conversión de GameCube a XBOX y PS2 se ha hecho de manera desigual, sufriendo un poco la última consola en elementos como las texturas o el número de fotogramas por segundo. Por lo demás, el original y su secuela tiene ya unos cuantos años de antigüedad y su origen en la placa arcade Naomi los hacen todavía más obsoletos (los monos están compuestos de escasos polígonos, y las fases no resultan ningún tipo de odisea visual). No obstante, es de agradecer la variedad de entornos en el juego que permiten no resultar especialmente pesado al superar determinados niveles. Dentro del apartado técnico, la principal tara de esta conversión son los continuos tiempos de carga entre pantallas. Acostumbrados a la inmediatez de la versión GameCube estos resultan muy molestos, y en PlayStation 2 llegan a ser de varios segundos.
En cuanto al sonido, el célebre doblaje de la entrega GameCube (¡Elige tu mono!) sigue presente alegrando la pantalla de título, y siendo acompañando por las fanfarrias típicas de la saga. Como anécdota tiene mejor música el primer Super Monkey Ball que el segundo.
Escasa innovación
Como formato compilación el juego resulta muy interesante, pero lamentablemente no deja de ser el juego que probamos hará tres años y medio. Esto lo hace un tanto insustancial y no ofrece el atractivo necesario para todos aquellos que tengan el original y hayan superado la mayoría de niveles. Con todo, al ser inédito para estas dos consolas gana algunos puntos, y como juego multijugador es una absoluta obra maestra. Quizás si tuviera modos multijugador a través de Internet podría haberse hecho imprescindible.
Conclusión
Super Monkey Ball Deluxe es una compilación definitiva de uno de los mejor juegos de SEGA para consolas de esta generación. Podría haber incluido más niveles, y quizás hubiera sido considerado por eso como un juego mejor, ya que aquellos que tengan el original esta compilación les resultara bastante irrelevante. Por lo demás, y sabiendo la carestía de este tipo de juegos en PS2 y Xbox, es un gran título para varios jugadores gracias a sus divertidísimos minijuegos. Esperamos que la secuela tenga todavía más opciones y que mantenga la curva de calidad de esta competente franquicia.