Análisis de Stella Deus (PS2)

Poco a poco van llegando a nuestro mercado juegos de rol táctico, aportando una variedad al panorama que en generaciones anteriores no habíamos podido disfrutar. Así es como llega Stella Deus: The Gate of Eternity a Europa, dispuesto a engrosar el –todavía no demasiado grande- catálogo de juegos del género disponibles para el público, que encontrará en este videojuego una nueva apuesta con ciertas variaciones en su planteamiento jugable con respecto a títulos similares que bien pueden captar la atención de los interesados en disfrutar de nuevas aventuras de este tipo.

La tierra de Solum está siendo cubierta por un miasma que avanza con celeridad, cubriéndolo todo, y dejando muerte a su paso, pues no es sino la muerte misma del mundo. La religión que impera en Solum les dicta que es voluntad de su dios el asumir la destrucción inevitable de su mundo, con apatía y resignación, una doctrina que no sigue Dignus, un hombre decidido a conquistar todo el mundo pese a la destrucción que se cierte sobre ellos.

En esta situación, el joven Spero, acompañado de sus amigos, deberá afrontar la difícil situación de enfrentarse no sólo a su propio imperio, sino también contra el belicoso Dignus, mientras un grupo rebelde pretende destruir el miasma con las Puertas de la Eternidad. Esto, que parecería lógico, puede ser tan peligroso o más que sentarse a esperar la llegada del miasma, pues nadie sabe realmente cuál es el camino de la salvación.

En su concepción, a la hora de presentarse ante el jugador, Stella Deus es un juego bastante convencional dentro de las pautas marcadas por otros títulos del género, ofreciéndonos la clásica perspectiva isométrica de la acción, la rejilla sobre la que desplazamos a nuestros personajes, etc. Habrá que tener en cuenta, eso sí, los puntos de acción que tengamos disponibles en cada momento, pues sera éste el componente que decidirá en qué momento podemos realizar las acciones deseadas con nuestros personajes… acciones que, sean cuales sean, desde movernos hasta atacar con algunas de nuestras habilidades especiales o conjuros, consumirán siempre cierta cantidad de esos puntos, por lo que tendremos que vigilarlos constantemente, representando uno de los aspectos jugables más destacables dentro de la propuesta que hace este videojuego en el género.

Puede ser un poco confuso al principio, pues al coste en puntos mágicos que representa todo hechizo, o al simple hecho de gastar un ítem de nuestro inventario, debe sumarse siempre la cantidad de puntos de acción necesarios para realizar ese movimiento, y durante las primeras partidas no será extraño encontrarnos incapacitados para realizar acciones en momentos determinados. Pero según tengamos experiencia y entendamos bien las implicaciones de este sistema de juego, iremos viendo en qué situaciones nos convendrá ahorrar puntos, cuándo un movimiento puede ser más rentable que otro en cuanto al coste, etc. Es, sin duda alguna, un factor estratégico de gran relevancia durante todo el desarrollo de los combates, que son el centro (junto con una historia muy bien narrada, pero, eso sí, completamente en inglés) de Stella Deus. Es más, si planteamos una buena estrategia, seremos capaces no sólo de regular nuestro consumo de puntos de acción, sino forzar al enemigo a consumir los suyos, dotándonos, por tanto, de una posición ventajosa sobre él. Todo el sistema, por tanto, ofrece un amplio abanico de posibilidades al jugador, que sin duda alguna disfrutará con él una vez superados los minutos iniciales.

Por desgracia, el resto de elementos del juego no son tan relevantes ni novedosos, por lo que fuera de ese aspecto, la experiencia de juego no difiere en gran medida de otros juegos ya comercializados. Esto sería un problema más grave si hubiese una amplia oferta en el mercado, pero lo cierto es que se relativiza considerablemente cuando nos detenemos a observar el hecho de que, en realidad, lo más probable es que los apasionados por estos juegos lleven ya bastante tiempo esperando que les llegase otro desde que salió el último en Europa. Aún así, hay que tener en cuenta que los aspectos a tener en cuenta entre las habilidades de los personajes que controlaremos son bastante profundos, pues no sólo evolucionarán mejorando sus estadísticas, sino que podrán aprender nuevos movimientos de ataque, mejoras pasivas (mayor protección para ciertos ataques, aumentar el porcentaje de acierto, etc.), y algo que llamará la atención: los efectos de zona.

Los efectos de zona nos permitirán influir de algún modo sobre los enemigos o aliados contiguos a nuestra posición según el efecto de dicha acción, ya que las habrá tanto destinadas a mejorar nuestra defensa o recuperar salud, como las agresivas para los enemigos, como puede ser, por ejemplo, envenenarlos. Su uso no es complejo, y resultan, por lo tanto, bastante accesibles al jugador, que podrá hacer uso de estas técnicas de manera eficiente, siempre y cuando conozca a sus personajes y domine el terreno en el que se esté moviendo. Hay, además, una gran variedad de estos efectos, en función de la clase de personaje (que podremos modificar y potenciar con objetos especiales).

El sistema de clases no es tan profundo como en otros exponentes del género, pero cumple sobradamente con su función, dejando espacio al jugador para que pueda configurar sus personajes según sus gustos o necesidades, teniendo siempre en cuenta que debe crear un grupo heterogéneo que se compenetre bien en el combate, supliendo unos las debilidades de los otros. Si en algún momento tenemos problemas, eso sí, no nos quedará más remedio que buscar enemigos para subir de nivel las características de nuestros personajes, algo para lo que el juego no nos presentará ningún tipo de trabas, pues habrá suficientes enemigos a los que enfrentarnos como para que eso no represente ningún tipo de problemas.

Stella Deus nos ofrece un buen surtido de misiones secundarias a las que accederemos a través la llamada guild area (la zona del gremio), a la que entramos desde el menú. Además, será así como pasaremos a la tienda. Lo más interesante de este aspecto del juego reside en la posibilidad de fusionar objetos, pudiendo crear otros nuevos que no obtendríamos de otras maneras.

Estamos ante un juego muy sencillo en su planteamiento técnico, tanto a nivel gráfico como en la música, aunque cuenta con unos diseños de personajes realizados con gran maestría gracias a una muy acertada dirección artística. El juego se ve salpicado aquí y allá con efectos de luz y otros recursos estéticos que buscan dotarlo de cierta espectacularidad, pero la verdad es que los programadores han optado por no arriesgar mucho en ese sentido. Es un juego bonito, con escenas animadas bien realizadas, aunque no consigue destacar entre los otros juegos que han tomado una ruta similar en su planteamiento gráfico. Algo similar sucede con el audio, que si bien cuenta con buenas melodías, ninguna es memorable, y los efectos de sonido resultan un tanto genéricos y repetitivos. Con todo, lo peor en este sentido es el doblaje, únicamente en inglés, que nos ofrece voces mal dirigidas, planas, y sosas. El apartado técnico y estético del juego, por tanto, sin ser malos, no presentan nada reseñable ni digno de destacar, lo que, unido a los pequeños fallos y carencias que se van acumulando, nos dejan con un resultado que cumple, sin alardes.

Estamos ante un juego que presenta algunas novedades en el campo jugable, algo que los aficionados agradecerán, pero lo cierto es que lo que ofrece no es tanto como se podría esperar. Es, en realidad, un juego muy convencional con las reglas del género al que pertenece, con toques de originalidad que no pretendían hacer que reinventase el concepto de los juegos de rol tácticos, sino ofrecer su propia personalidad al jugador para diferenciarse de los otros títulos que hay en el mercado. Stella Deus es un buen juego, sin duda alguna, pero se desvela falto de las virtudes que lograrían que se desmarcase de los demás, convirtiéndose en uno de los grandes.