Análisis de Sonic Gems Collection (PS2, GameCube)
Hace ya dos años, en abril de 2003, cuando disfrutamos de Sonic MegaCollection en GameCube, un título que incluyó –entre otros- los soberbios plataformas del puercoespín azul para Megadrive, desde el primer Sonic hasta Sonic & Knuckles, además de varios juegos protagonizados por el personaje, como los igualmente magníficos Dr. Robotnik’s Mean Bean Machine y Sonic Spinball, junto con algunos juegos secretos. Hace tan sólo ocho meses el juego se comercializó también para PlayStation 2 y Xbox, bajo el título Sonic MegaCollection Plus, que incluía más juegos extra, pero no presentaba la excelente conversión que sí tuvo la consola de Nintendo, incluyendo la opción de 60Hz.
Ahora llega a Europa este segundo recopilatorio de juegos clásicos de Sonic, en esta ocasión tan sólo para PlayStation 2 y GameCube, y lo primero que tenemos que dejar claro es que el juego carece de la opción de 60Hz en ambas versiones. Los seguidores acérrimos de Sonic deben saber también que la banda sonora de Sonic CD no es la original japonesa, sino la que en su momento se incluyó en las versiones occidentales. Aclarados estos puntos, que consideramos pueden ser de gran importancia para varios de nuestros lectores, veamos qué nos ofrece Sonic Gems Collection.
Está claro que una de las mayores ausencias del primer recopilatorio fue el ya mencionado Sonic CD. El vacío producido por su ausencia fue palpable entre los fans, pero lo cierto es que el conjunto de juegos reunidos en el disco era de una calidad indiscutible. Esa ausencia se subsana ahora, en una colección de juegos en las que el clásico del Mega CD (el accesorio que añadía un lector de CD-ROM a Megadrive, la consola de 16bits de Sega, y que es conocido como Sega CD fuera de Europa), brilla con luz propia. Cabe señalar que se comercializó también una versión para PC.
Este plataformas fue uno de los títulos más importantes para el dispositivo, no sólo por su espectacular presentación para la época, sino por su cuidado diseño de niveles y las novedades jugables que presentó. En el juego, Sonic se deshizo de Tails para ser el protagonista absoluto de la aventura, optando así por un estilo de juego más cercano al del primer juego del puercoespín, al que se añadió un factor de exploración bastante relevante, que lo alejó de la tónica de ir de izquierda a derecha a toda velocidad, aunque sin desprenderse de esa jugabilidad básica.
El título incorpora como principal novedad el uso de los viajes en el tiempo, tanto hacia el pasado como hacia el futuro, en las diferentes fases del juego, lo que la aporta un factor de ligero rompecabezas en algunos momentos muy interesante, ya que las acciones del pasado influirán en los períodos temporales posteriores, y eso es algo que influirá en algunos elementos del desarrollo del juego. Un factor nostálgico importante es la aparición del que es para muchos el mejor enemigo de Sonic, su oscura y robótica némesis, que quienes no conozcan deberán descubrir por sí mismos. Por suerte, y como no podía ser de otro modo, estamos ante una conversión perfecta del original, que incluye todos los elementos de ése, y que se deja jugar a la perfección tanto con el mando de GameCube como con el de PlayStation 2, aunque es quizás el que más se resiente por la no inclusión de la opción de jugarlo a la velocidad original, es decir, los 60Hz.
Sonic CD es el único juego de este personaje que dirigió Naoto Oshima, quien creó el diseño original del puercoespín. El popular Yuji Naka, director del Sonic Team, fue el encargado de realizar el primer juego de Sonic, y la principal consecuencia de que la dirección fuese responsabilidad de Oshima radica en que su jugabilidad, como hemos visto, es un tanto diferente a la prototípica de los otros juegos de Sonic en dos dimensiones. Se podría discutir largo y tendido sobre si éste o Sonic 3 (unido con Sonic & Knuckles) es la cima de los juegos bidimensionales de Sonic, pero en cualquier caso está claro que es un título excelente, tanto cuando salió como hoy en día. Además, hay que decir que éste es el único juego creado originalmente por el Sonic Team incluido en el recopilatorio, ya que poco o nada tuvieron que ver con el desarrollo de Sonic the Fighters, que corrió a cargo de AM2, para la placa arcade Model 2. Por su parte, Sonic R, el juego de carreras de Sega Saturn, es un título de los ingleses Traveller’s Tales que salió a la venta en 1997 (aunque la versión incluida en el recopilatorio está extraída de la versión para PC).
Sonic the Fighters es el segundo gran juego del recopilatorio, y hasta ahora nunca había sido convertido a consola. El juego fue concebido para la muy prolífica placa arcade Model 2 que tan buenos resultados dio a los estudios de Sega, sobre todo a AM2, quienes firman este título. Los creadores de Virtua Fighter, sin embargo, parece que no consiguieron un buen sistema de juego para la mascota de la compañía, ya que aunque hay claras reminiscencias de la segunda entrega de su clásico de lucha, estamos aquí ante un juego con graves carencias.
La selección de personajes está bien nutrida, aunque sin alardes, incluyendo a Sonic, Tails, Knuckles, Amy, Fang, Bean, Espio y Bark, con algunos más populares que otros, pero todos ellos reconocibles para los seguidores de Sonic. El juego, aunque tiene sus años, se ve bastante bien, gracias a la más que competente capacidad técnica de la placa arcade original, aunque nos recuerda lo rápido que han evolucionado los gráficos poligonales. Con todo, los modelados de personajes y escenarios están bien llevados, y aunque no puede negar su edad, el conjunto es bueno. Los problemas del juego empiezan en el momento en que jugamos... como título de lucha es muy limitado, con pocos movimientos (ocho técnicas, además de puñetazo, patada y barrera) para cada luchador, todos ellos con animaciones bruscas y no siempre bien enlazadas. Con todo, lo importante es que esas técnicas no hacen ninguna falta: cualquier jugador podrá pasarse el juego tan sólo dando puñetazos lo más rápido posible, con, quizá, alguna que otra excepción que le haga perder un round. El juego incluye algunas sorpresas, como el Hyper mode, que aumenta el rendimiento de nuestro luchador y nos ofrece movimientos secretos, pero la excesiva sencillez de su jugabilidad lo echa todo a perder, por no hablar de que el jugador cuenta como defensa con una barrera que habrá que destruir, aunque su integración en el sistema de juego (pese a lo original de la idea) es más que cuestionable.
Sonic R, el juego que completa el trío principal. Si ya hemos hablado de un plataformas y de un juego de lucha, sólo nos puede faltar uno de carreras. El estudio Traveller’s Tales realizó esta incursión de Sonic en los circuitos de Sega Saturn en 1997, aunque después se convertiría a PC. En este recopilatorio la versión incluida es la de PC, lo que permita que los gráficos sean algo más nítidos y algunas texturas luzcan mejor con respecto al original, por no hablar de la reducción en la brusquedad de la tasa de imágenes por segundo, aunque puede disgustar a los más puristas. El juego tiene como principal característica el que la mayoría de los personajes corren (a diferencia de Sonic Drift, el juego de karts de Sonic para Game Gear) en circuitos llenos de loopings y otros elementos característicos del diseño de niveles de los juegos de plataformas del puercoespín azul. Por supuesto, tendremos que ir recolectando los anillos que hay por el escenario, y demás ítems que nos proporcionen diversas ventajas, combinando la competición por cruzar el primero la meta con la búsqueda de objetos, como los Sonic Tokens o las recurrentes Chaos Emeralds, lo que implica dar vueltas por los escenarios buscando rutas alternativas. Sin embargo, el control es impreciso por completo, resulta corto, y no plantea bien al jugador ni la faceta de correr ni la de explorar.
Por contra, algunos juegos resultan tan divertidos como en su momento, aunque los que realmente valen la pena ya han sido incluidos como extra tanto en el primer recopilatorio para PS2 y Xbox, como en el remake de Sonic Adventure para GCN.
Sonic Spinball es la adaptación a Game Gear del juego homónimo de Megadrive, y, desde luego, el de la consola doméstica es mejor en todos y cada uno de sus aspectos, pero sobre todo en la jugabilidad, afectada por la pobre física del título; Sonic Drift 2 es un juego de carreras en karts que resulta insustancial, con un dibujado del horizonte tan próximo que apenas se ve una curva aunque la tengamos encima y un control que no responde casi nunca como debería. Algo mejores resultan los plataformas Sonic the Hedgehog 2 y Sonic the Hedgehog Triple Threat. Estos tres juegos son bastante tradicionales en su planteamiento, en la línea de los plataformas de la consola doméstica Megadrive, y el más favorecido es Triple Threat, que no en vano es el más tardío (1994). Estos dos juegos destacan sobre los otros por méritos propios. Eso sí, el juego de plataformas protagonizado por Tails, Tails Adventure, no deja de ser bastante mediocre. Quizás uno de los peores sea Tails Skypatrol, un juego en el que Tails va volando, tiene movimientos limitados, y debemos usar elementos del escenario para evitar las trampas que vayamos encontrando. No vale la pena ni probarlo, igual que no lo valía cuando salió a la venta (exclusivamente en Japón).
El conjunto se completado con dos juegos que deberán ser desbloqueados: Vectorman y Vectorman 2 (de 1995 y 1996) para Megadrive, dos juegos de Sega que desarrolló BlueSky Software que destacan por su jugabilidad, que se mantiene fresca todavía hoy en día, gracias a su trepidante acción y las sorprendentes luchas contra los enemigos finales, todo ello dotado de un estilo gráfico único y que todavía hoy puede sorprendernos. Lo cierto es que son grandes juegos que sólo desmerecen al tener en cuenta que la edición japonesa de Gems Collection presentaba los magníficos Streets of Rage, que, por alguna razón, no se han incluido ni en Europa ni en América.
Dada la gran diferencia entre los títulos seleccionados, hemos optado por no puntuar los diferentes apartados del juego, pero visto lo visto, estamos ante una recopilación que no está a la altura de lo esperado, y que vuelve a dejar en el tintero algunos juegos que merecerían estar entre los escogidos, como Knuckles Chaotix, para el accesorio de Megadrive llamado 32x. Vale la pena únicamente por la inclusión del archifamoso clásico de Mega CD, pero el resto de juegos son prescindibles, salvo para los más apasionados del puercoespín, o para quienes quieran tener un buen surtido de juegos algo menos conocidos del personaje. Además, la no inclusión de la opción de 60Hz, pesa en su contra, más aún en un título cuya principal baza es ofrecernos clásicos y que falla al no permitirnos disfrutar de ellos tal y como fueron concebidos originalmente.