Análisis de Rule of Rose (PS2)

Al auge de los videojuegos ha condicionado irremediablemente la forma en que los gobiernos y los medios de comunicación los tratan. Desde hace y algunos años hemos venido viendo como cada pocos meses sale a la luz pública algún juego que hace que la prensa se rasgue las vestiduras y los gobiernos propongan leyes absurdas por su visión tan cínica de esta afición.

Rule of Rose es el último caso que hemos tenido el disgusto presenciar, llegando incluso a ser prohibida su comercialización en el Reino Unido y formando un agitado debate en la Comisión Europea. Sea como fuere, y antes de comenzar a analizar el juego, debemos recordar que estamos ante un juego recomendado (en esta ocasión más que nunca) para mayores de edad y con una mente madura debido al contenido tan trasgresor y poco habitual que hace acto de aparición en el título.

Esa es la época y lugar en la que se desarrolla esta terrorífica aventura. Tomaremos un rol de Jennifer, una joven que descubrimos en un viaje en autobús hacia un lugar inconcreto. Durante el viaje Jennifer conoce un misterioso niño que le entrega un libro llamado "The Little Princess" (la princesita). Nuestra protagonista se dispone a leerlo cuando se da cuenta de que está incompleto, así que pretende avisar al niño pero éste acababa de bajar del autobús.

Jennifer baja también, y el autobús arranca sin esperar por ella. Tras un pequeño camino llegamos a un orfanato en el que vemos a un grupo de niños golpeando una bolsa con algo en su interior. Éste será el punto de partida de la historia en la que Jennifer tratará de descubrir que hay detrás de todo eso, a qué se debe el comportamiento violento de los muchachos, y que tiene que ver todo esto con ella misma, lo cual la llevará a acabar en un dirigible, lugar en el que conoceremos ese "Club de los Aristócratas".

Con esta pequeña pero necesaria introducción al juego, ya podemos empezar a comentar las características del mismo. Rule of Rose es un survival horror, más cercano a Silent Hill que a Resident Evil debido a que opta por hacernos sentir oprimidos y crear tensión que con el ambiente en vez de buscar el susto fácil y el terror a base de sangre.

El juego cumple con las premisas básicas de todo juego de terror en la última década, que principalmente serían un sistema de control anticuado, combates esporádicos y una ambientación muy trabajada. El resto del combinado lo formarían los puntos específicos de guardado (en este caso unos caballeros cubo que harán a su vez de consejeros), y la búsqueda y uso de distintos objetos dispersos por el escenario que usaremos para distintos fines.

Como aportación diferencial, y siendo una clara herencia del Haunting Ground, Jennifer tendrá en gran parte de su aventura un compañero llamado Brown, un perro que conoce durante su particular travesía Podremos conseguir que Brown nos ayuda (es más, será uno de los elementos sobre el que gira la jugabilidad), dándole a oler distintos objetos de forma que él nos guiará hasta llevarnos a otros relacionados. Por poner un ejemplo, y para que quede claro, podemos darle a oler resto de un animal y él intentará buscarlo y llevarnos hasta él.

Rule of Rose presenta como puntos más favorables una historia realmente atractiva, que nos cautivará tras los primeros minutos y nos llevará, narrado de forma similar a un cuento, hasta un final que no podemos llegar a imaginar. La confusión, la soledad y la perplejidad serán sensaciones que nos llegarán muy a menudo. El otro apartado que deja un sabor muy bueno es la estupenda ambientación de la que hace gala el juego. Todo está cuidado hasta el más mínimo detalles, desde las ropas de los personajes hasta lo bizarro de algunas habitaciones que visitamos en el dirigible y en el orfanato desprenden una consistencia que da mucha credibilidad al contexto situacional.

Sin embargo también nos encontramos graves deficiencias en el apartado sobre el que gira todo, que es la jugabilidad. Respecto al movimiento de Jennifer no hay quejas importantes. Es un control anticuado, pero es el típico en el género y realmente en este caso funciona ya que nuestro personaje, pese a no poder correr, se mueve a una velocidad aceptable, gira con relativa facilidad y presenta unas animaciones fluidas.

En cambio tenemos tres puntos principales que hacen que la experiencia de juego sea radicalmente inferior a lo que podría haber sido. En primer lugar nos encontramos con la recogida de objetos, que se volverá una absoluta utopía en muchos momentos. El problema radica en que el área hábil para coger cada objeto es muy pequeña, y los movimientos de Jennifer no nos permiten hacer giros cerrados, así que nos veremos en muchas ocasiones girando alrededor de un objeto para ponernos en la posición que nos permite cogerlo.

Es más, y lo que podría ser peor, puede que veamos un objeto que pensamos que puede ser útil, pero que al ponernos a su lado e intentar cogerlo no veamos ninguna reacción (por estar un poco separados del lugar que el juego estima que es el bueno) y por ello no nos demos cuenta de que en realidad sí podemos obtenerlo. Otro de los puntos criticables sería el relativo a la monotonía del sistema de juego, que nos llevará de un lado a otro en busca de un objeto, para después conseguir otro y por el camino luchar contra algún enemigo. Es un esquema poco atractivo y cuyo único aliciente para seguir jugando es completar la fabulosa historia, porque realmente el juego no te incita a seguir.

Como último y seguramente más importante fallo está el sistema de luchas. Como ya dijimos los movimientos de Jennifer en cuanto a giros son bastante limitados, y debido a su extrema timidez nos veremos en situaciones donde acabaremos agobiados por la imposibilidad de abatir a los enemigos. Además, éstos serán de un tamaño pequeño y se moverán de forma relativamente rápida, lo cual es toda una incongruencia viendo el limitado control sobre el personaje, que además usará en principio armas del calibre de un cuchillo o un tenedor.

Técnicamente Rule of Rose se presenta a un nivel notable. Desde el vídeo de introducción, con una composición de imágenes y música sobresaliente, hasta el modelado de personajes y escenarios pasando por las numerosas y espectaculares cinemáticas presentes en el juego. Aún así no todo es color de rosa pues hay efectos de clipping (fallo consistente en atravesar por ejemplo con un brazo partes del escenario que deberían ser sólidas) presentes en el juego, por no hablar de la cuestionable conversión PAL del juego, la cual presenta unas importantes bandas negras y sin opción de 60 Hz.

El sonido ralla a un nivel muy alto, con unas melodías y temas vocales que ponen en tensión al jugador desde el primer momento y transmiten de forma plena el agobio y la desesperanza que el juego busca hacer llegar al jugador. Rule of Rose nos llega doblado en inglés, con unas interpretaciones bastante correctas, y subtitulado en castellano (entre otros idiomas), aunque con inexplicables fallos en su implementación pues en ocasiones aparecerán frases o términos en alemán sin venir a cuento.

Como conclusión final decir que Rule of Rose es un juego de contrastes, con apartados que lucen a un nivel espléndido (como el guión, la ambientación o el sonido), y otros que presentan carencias imperdonables a día de hoy (las mencionadas respecto a la jugabilidad). Un juego que danza entre lo grotesco y lo bello, lo macabro y lo triste. Una obra muy peculiar y adulta que merece al menos ser probada antes de su compra debido a sus características tan especiales.