Análisis de Maximo vs The Army of Zin (PS2)

Si un servidor tuviese que elegir personalmente en esta generación que va alcanzando ya la plena madurez, una única compañía, la desarrolladora que más ha brillado y más títulos notables ha sacado al mercado, seguramente escogería casi sin pensármelo a Capcom. Y es que la compañía nipona en esta era 128 bits nos ha deleitado ya a estas alturas con auténticas maravillas del videojuego como Devil May Cry (por el que ciertamente tengo auténtica devoción) o Viewtiful Joe, amén de sacar nuevos y variados juegos o sagas –el término de "franquicia" me sigue sonando a Telepizza-, aparte de los dos títulos anteriormente mencionados, como Onimusha, PN03, Chaos Legion, Power Stone, Auto Modellista, Glass Rose, Killer 7, Shadow of Rome (estos dos últimos aún en desarrollo) y por supuesto, Maximo. Obviamente no todos han corrido la misma suerte, ni todos han tenido un éxito apabullante, tanto de ventas como de crítica pero no por ello hay que dejar de elogiar y reconocerle a la mítica Capsule Computers su afán por sacar cosas nuevas e intentar innovar algo.

Pero aún hay otro detalle que personalmente valoro más y creo que tiene mayor mérito: el saber actualizar, re-adaptar y trasladar perfectamente toda la jugabilidad, mecánica y en definitiva la esencia más añeja y pura de los clásicos arcades 2D al frío y vectorial mundo de los polígonos y texture mapping. Juegos como DMC (que pese a sus pequeñas gotas de exploración y puzzles… la presencia de Final Boss y su estructura claramente por niveles no dejan lugar a dudas) y sobre todo Viewtiful Joe y Maximo no son en el fondo más que arcades de toda la vida adaptados a un universo 3D, con todo lo que ello implica.

Maximo vs Army of Zin o Maximo 2, es la secuela del sorprendente Maximo: Ghosts to Glory, sin duda uno los juegos más divertidos –y difíciles todo sea dicho- del catálogo PS2 que apareció a principios de 2002 en nuestro país. Básicamente y a grandes rasgos podríamos definir esta saga de Capcom Digital Studios (también conocida como Production Studio 8) como un gran homenaje a los clásicos y gloriosos Ghosts ’n’ Globins y Ghouls ’n’ Ghosts, fuente de la cual beben y se inspiran claramente, siendo incluso su protagonista Maximo con espada, armadura… y calzoncillo en ristre el alter ego poligonal del mítico Sir Arthur.

Maximo 2 retoma la historia justamente donde acabó el primer juego. Al comienzo asistimos a una espectacular secuencia (a más de uno le recordará bastante a cierto asedio visto en El Señor de los Anillos) que nos remonta a una batalla ocurrida hace mucho tiempo en donde un descomunal ejército de máquinas o autómatas llamado ejército Zin ataca una fortaleza protegida por Lord Mogan Hawkmoor y sus tropas. Cuando la victoria parecía del lado humano, las máquinas comienzan a revivir obligando al sacrificio de Lord Hawkmoor que consigue encerrarse en una especie de cámara subterránea junto a los maléficos robots quedando allí atrapados… ¿para la eternidad?...

Han pasado 500 años desde entonces y nuestro héroe Maximo sigue embarcado en la interminable búsqueda de su amada Sophia cuando se topa de pronto con un misterioso robot -que como suponéis es uno de los Zin- que intenta atacar a una chica. A partir de ahí, y con la ayuda de nuestro inseparable compañero Grim/La Muerte con el que seguimos haciendo "tratos", nos sumergiremos en una nueva aventura para derrotar este temible ejército de robots que está sembrando el terror y pánico por todas partes.

Hablando ya de la propia estructura del juego, resulta necesario destacar varios elementos y cambios en esta secuela. La primera diferencia palpable radica en el propio mapeado del juego. En Maximo se accedía a las distintas fases a través de enormes escenarios por los que había que vagar siendo cada fase una submundo dentro de esos intrincados decorados. Ahora el mapa es lineal y se nos mostrarán las fases en diminuto, al más puro estilo Ghosts ‘n’ Globins siguiendo un trazado preestablecido que aunque introduce más linealidad en la aventura, desde nuestro punto de vista facilita mucho las cosas y lo hace todo más sencillo. Así, iremos avanzando por toda una serie de escenarios acabando con todo "enemigo metálico" que se nos ponga por delante y saltando de plataforma en plataforma; es precisamente en este punto donde encontramos la segunda diferencia fundamental: el componente de plataformas tan característico del juego original, aún existiendo en determinados tramos de algunas fases, es mucho más reducido en Maximo 2. Dicho de otra manera, se ha querido potenciar los combates en detrimento del plataformeo puro y duro. En dichos combates dispondremos de toda una serie de combos (algunos ya conocidos para los que jugaron al primer Maximo) y muchos nuevos patrones de ataque con los que dar buena cuenta de los Zin. Cada enemigo almacena un alma humana y una vez derrotado, estas almas pasarán a buen recaudo en manos de Grim. Precisamente ahora también podremos jugar con nuestro esquelético e inmortal amigo (y su implacable guadaña) durante breves instantes de tiempo conforme vayamos recolectando almas que rellenarán una barra dispuesta a tal efecto.

La otra novedad más reseñable de Maximo 2 reside en toda una serie de personajes secundarios como aldeanos, campesinos, mercaderes así como otros caballeros que nos encontraremos en apuros en nuestro deambular por las distintas fases al estar siendo atacados por los Zin y que podremos salvar (si así lo queremos obviamente y sobre todo si llegamos a tiempo, cosa que no siempre ocurrirá). Este acto tendrá su recompensa ya que muchos de ellos nos obsequiarán por nuestra heroica hazaña con monedas de oro y a veces, con jugosos ítems como armaduras, más vida o nuevas armas. No siempre habrá regalos, y no siempre serán gratis (sobre todo si salvamos a un comerciante). Los inefables cofres con ítems o "sorpresitas" siguen presentes en esta aventura; tanto los clásicos de madera como los metálicos que requerirán encontrar la llave correspondiente. Entre tanta lucha intensiva se han introducido pequeños y sencillos puzzle, la mayoría basados en el clásico reto de activar cierto número de interruptores dentro de un tiempo establecido para desbloquear el paso. Nada del otro mundo, pero que sin duda contribuyen a dar más variedad al juego.

Repiten en Maximo 2 muchos objetos y armas defensivas como ofensivas que ya vimos anteriormente y otras, obviamente nuevas. Además muchos elementos podrán ser mejorados: espadas, el poderoso martillo, escudos varios e incluso los ya clásicos calzoncillos tienen aquí una utilidad. Hay cuatro tipos de armas básicas, la espada normal, la espada de fuego, el martillo y el martillo de hielo. La diferencia fundamental entre espada y martillo radica en que la primera es más ágil y rápida de manejo pero el martillo posee una potencia de golpe claramente superior. Aparte de esto, cada una contará con habilidades y combos propios. De igual modo el escudo puede ser mejorado para darnos mayor protección o servir como ataque al ser lanzado (aunque su daño es tan ínfimo que realmente sólo nos valdrá para activar interruptores que están fuera de nuestro alcance). Como ya hemos comentado, hasta los calzoncillos nos servirán de ayuda; existen cinco tipos distintos para usar según los vayamos consiguiendo, desde los que reforzarán nuestra defensa hasta unos que nos avisarán si hay tesoros en los alrededores. Por último, la siempre imprescindible armadura nos seguirá protegiendo frente a las embestidas de los enemigos pudiendo llegar hasta la llamativa y brillante armadura dorada.

En un primer momento tendremos la impresión de que Maximo vs Army of Zin apenas presenta novedades en el apartado gráfico respecto a su predecesor. Si bien es cierto que la evolución gráfica ha sido escasa, sí que se ha pulido el motor gráfico original en muchos aspectos. Destacar sobre todo que ahora veremos muchísimos más elementos en pantalla (explosiones, ramaje mecido por el viento, hojas sueltas, piezas de los Zin desperdigadas, personajes secundarios deambulando…) que dan mucha vida a los escenarios, así como numerosos efectos de luces, transparencias y partículas manteniéndose todo a 60 fps constantes sin ralentización alguna excepto algún pequeño tirón ocasional cuando hay una acumulación brutal de enemigos, en especial, de enormes dimensiones que son destrozados esparciéndose toda sus piezas. Sigue habiendo muy pocos polígonos en pantalla (estructuras geométricas muy sencillas que a veces dan la impresión de estar delante de un juego de PSX) de igual modo que las texturas en esta secuela son muy simples y se sigue abusando del sombreado goraud en muchas partes. Por el contrario hay nuevas animaciones, todas ellas muy fluidas y variadas, llamando la atención el movimiento de los robots, Final Bosses como Cyclocks y algunas expresiones de Maximo. En definitiva, se ha optado por la fluidez –esencial en este tipo de juegos- frente a otros aspectos.

Pero quizás lo que mas llama la atención es que, aún manteniendo ese estilo "cartoon" y el inevitable sello del gran Susumu Matsushita (autor de los diseños del juego), el giro hacia el "metal" y "maquinaria" que ha dado la saga. Se ha pasado de un mundo aparentemente medieval-fantástico poblado de esqueletos, zombis, brujería y castillos a otro típico de muchos animes, donde confluyen algunos de esos elementos con robots, maquinaria pesada y fortalezas acorazadas. Pasaremos de misteriosas grutas profundas que esconden brillantes gemas o unas desérticas ruinas antiguas a una fortaleza Zin repleta de tuberías, engranajes, vigas de acero, extrañas máquinas y cañones. Particularmente a mi me gusta este cambio aunque es obvio que se aleja del planteamiento mas puro de "Espada y Brujería" visto en la primera entrega así como en los originales Makaimura/Daimakaiura (títulos originales de Ghouls y Goblins respectivamente). Por cierto, se ha incluido la opción 60 Hz en la versión Pal. Ojalá sigan esta buena racha todas las compañías… a excepción de una especializada en RPG’s que nos sigue trayendo juegos en "cinemascope" y ni se molesta en incluir overscan.

La música de Maximo 2 sigue a cargo de Tomy Tallarico y básicamente repite la misma tónica que su predecesor. Melodías muy arcadianas, unas épicas otras algo más tétricas o inquietantes que nos recordarán a los viejos clásicos de 16 bits. Algún tema sobresale un poco sobre el resto (el de las ruinas antiguas en particular me gusta bastante) pero en líneas generales acompañan sin más cumpliendo su cometido. Los FX rayan a muy buen nivel: explosiones varias, el chirriar metálico de los Zin, el tintineo de los distintos ítems, el chapoteo del agua o el mismo cruce de espadas así como el resto de sonidos ambientales de cada fase o escenario están perfectamente representados y no hay ninguna pega en este sentido. Respecto a las voces, esta vez se han dejado en inglés y no ha habido doblaje al español como en el primer juego. Una lástima. Y es que estamos sin duda el aspecto más sobresaliente de todo el juego. Maximo 2 cuenta con un control del personaje sencillamente soberbio. De esos en donde la simbiosis con tu control-pad resulta a todas luces perfecta; mejor incluso que en el anterior título. Este gran control tiene su gran baza en un manejo muy sencillo del personaje en todos los aspectos. Para empezar los saltos de Maximo son ahora mucho más exactos y fáciles incluyendo el poder quedarse agarrado al borde de las plataformas (es un movimiento automático) con el arma si nos quedamos cortos en el salto. Los combos también resultan verdaderamente sencillos de ejecutar y las fases son más cortas e intensas que en el original. Todo esto unido a la posibilidad de grabar en cualquier momento de la partida, las nuevas habilidades de nuestro héroe y el poder recibir frecuentes recompensas en forma de armaduras, energía o vidas extra de los personajes secundarios hacen el juego mucho más accesible y fácil -demasiado tal vez-. Las 21 fases de las que consta el juego con algún que otro Final Boss (que tampoco nos pondrán en demasiados apuros exceptuando quizás el enfrentamiento final) hacen posible acabar el juego en unas 8-10 horas. Otra cosa es completar el 100% de todas las fases, incluyendo todos los cofres ocultos, todas las llaves que nos abran los cofres metálicos, demás ítems y el salvar a todos los personajes secundarios siendo en este sentido, Maximo 2 altamente rejugable. La cámara en tercera persona también han mejorado algo en esta secuela y ciertamente en muy pocas ocasiones resultará molesta o adoptará un ángulo poco apropiado para la acción, además de que manualmente podremos rotarla a nuestro antojo con el stick derecho. Con Maximo vs Army of Zin se pone claramente de manifiesto que los juegos medianamente difíciles hoy en día son abiertamente rechazados por una gran ¿mayoría? del público. Y volvemos a un interesante debate ya planteado últimamente –Contra de PS2 es otro claro ejemplo- de si nos estamos acostumbrando a juegos demasiado sencillos y facilones, a juegos "fast-food" de usar y tirar. Maximo: Ghosts to Glory fue tachado en su día de título excesivamente difícil para los tiempos que corren. Este hecho sin duda hizo replantear a sus programadores el rumbo de esta secuela que nos ocupa, lo cual se ha traducido en un juego bastante asequible para todo el mundo pero ha repercutido de forma mortal en su duración. Si pasarse el primer Maximo era todo un reto (ojo, tampoco era imposible ni mucho menos) que requería tardes y tardes enteras de habilidad y paciencia como en los viejos tiempos, Maximo 2 es casi un paseo y sólo las últimas fases repletas de enemigos Zin por todos lados nos harán emplearnos más a fondo. Ello no quita para que en el fondo estemos ante un buen juego, un gran arcade de los que ya no abundan y digna secuela que nos hará pasar varias horas muy divertidas pegados a nuestra PS2. Eso sí invertir los más de 60 euros en su compra es para pensárselo muy detenidamente (que para eso está el alquiler). Y es que tiempos pasados siempre fueron mejores… y sobre todo más difíciles.