Análisis de Gun (PS2)
El cine nos ha mostrado casi siempre, desde John Ford hasta Clint Eastwood, una vida dura y violenta, muy en consonancia con las amplias llanuras y las tierras desérticas del oeste norteamericano, un mundo estereotipado y lleno de clichés que también los creadores de la saga Tony Hawk recrean para los videojuegos en Gun, un juego lleno de acción y una ambientación con mucha personalidad que conforman un producto único.
Este juego nos coloca en un entorno de gran tamaño por el que nos podremos mover libremente (tanto a pie como sobre nuestra montura), mientras nos enfrentamos a un mundo cruel en el que la violencia es la moneda de cambio habitual. Controlaremos a Colton White, un joven pistolero que fue criado por Ned, un experto cazador. Pero Ned morirá asesinado y Colton apenas logrará sobrevivir tras un incidente relacionado con un artefacto que bastante gente está interesada en obtener a cualquier precio. Colton, siguiendo la voluntad de Ned, irá a Dodge City, iniciando así una aventura en la que la venganza será su principal motor.
Toda la historia va narrándose a través de elaboradas escenas en las que destaca sobre todo la interpretación de algunos actores (como Kris Kristofferson en el papel de Ned), y la muy cuidada puesta en escena de todo el despliegue gráfico y artístico en estas escenas, con planos espectaculares y movimientos realizados de manera muy realista gracias a la tecnología de captura de movimientos empleada. La aventura es bastante interesante, con giros en el guión, y un protagonista que va bordeando la línea entre la criminalidad y el justiciero, aliándose en ocasiones con compañeros poco recomendables. El principal defecto es que, pese a su buen guión e intensidad, la historia principal es bastante corta, así que no pasarán muchas horas hasta que nos dediquemos a todas las misiones secundarias disponibles en el juego que son muchas y están dotadas, en líneas generales, de una gran variedad.
Y es que toda la historia principal sucede con cierta celeridad, dando tirones en la narración en determinados momentos que nos hará pensar por qué no han decidido los programadores dedicar más tiempo a determinadas tramas incluyendo algunas misiones extra. De este modo, algunos personajes desaparecen del mapa casi con la misma celeridad con la que son presentados, perdiéndose un amplio abanico de secundarios potencialmente apasionantes, como es habitual en los Grand Theft Auto, juegos llenos de personajes secundarios estrambóticos que añaden una gran variedad con sus neuras al tono del juego. En este sentido, Gun es más lineal, pues no tiene el sentido del humor (negro) que se puede ver en la obra de Rockstar y la historia es directa, sin mucho campo para la digresión. Esto sería bueno si hubiesen encontrado la manera de exprimir algo más un guión que, insistimos, está resuelto brillantemente, pero que se desvela como algo escaso en su duración.
Las misiones principales del juego están llenas de acción y tienen un buen ritmo de desarrollo, con una progresión de la curva de dificultad bien llevada, con combates algo fáciles, salvo por la lucha final, una sangrienta resolución que da un pequeño e inesperado salto en el nivel de habilidad que exige al jugador, en todas sus facetas. Y es que si pretendemos pasarnos el juego disparando a todo lo que se mueva sin más nuestras posibilidades de ver los créditos finales serán mínimo, ya que el juego combina la acción pura y dura con la necesidad de que el jugador desarrolle una táctica y use no sólo el gatillo, sino también su cerebro para prever los movimientos de los enemigos y escapar de emboscadas o, por el contrario, prepararlas. Del mismo modo, habrá que escoger qué arma es la más adecuada a cada situación de entre todo el arsenal disponible, que incluye desde pequeñas armas de fuego hasta explosivos, incluyendo algunas rarezas cuyo uso es bastante creativo. Todas las armas recrean modelos reales de la época, con sus características principales, conservando, eso sí, el espíritu arcade del juego, ya que en ningún momento pretende realizar una simulación de estas armas de fuego de época.
Las aventuras secundarias son bastante entretenidas y variadas, yendo desde la acción pura y dura que inunda la amplísima mayoría del juego hasta un campeonato de póquer. Lo bueno de estas misiones secundarias es que aportan una variedad en su desarrollo que no se da en las principales, aunque también suelen ser sustancialmente cortas. Por su cantidad y brevedad, acaban resultando muy repetitivas, sobre todo cuando ejercemos, por ejemplo, de cazarrecompensas, ya que la estructura de estas misiones se repite hasta la extenuación: cabalga, alcanza, elimina. Bueno, si lo prefieres captúralo vivo, te darán un poco más de dinero.
Estas misiones, al fin y al cabo, tienen como objetivo principal mejorar las estadísticas de Colton, el protagonista, para que sea más fuerte, más rápido o apunte mejor. El rango de evolución, con todo, no es demasiado grande. La otra ventaja está en agenciarse objetos y armas para aumentar nuestro arsenal, además de ir juntando dinero para luego ir de compras a la armería más cercana.
En Gun habrá que hacer un uso intensivo de nuestras armas, y no tardaremos en ver que habrá que ir adaptándose a las circunstancias. Será habitual encontrarnos en desventaja numérica contra un buen puñado de enemigos, por lo que habrá que recurrir a armas rápidas, como las pistolas, aunque desde luego éstas no serán comparables en potencia y eficacia con las escopetas, que pueden hacer un gran daño, eliminar a varios enemigos si el disparo es certero y, sobre todo, apuntar en primera persona, lo que hace que aunque estemos lejos podamos realizar un tiro de gran precisión. Pero si esta precisión no es suficiente, podremos recurrir al últimamente tan socorrido "tiempo bala", de manera que se ralentizará toda la acción, pudiendo apuntar con precisión extrema a los malos de la película y con la ventaja de que, por alguna extraña razón, no habrá que recargar las armas mientras estemos en este modo... aprovechando, además, la munición ilimitada que se nos da durante este breve lapso de tiempo.
Como no sólo de pólvora vive el protagonista, tendremos también un amplio repertorio de armas cuerpo a cuerpo, como cuchillos, armas muy prácticas y eficaces en las distancias más cortas. Con todo, pese a su eficacia, sigue siendo más rentable –como en todos los juegos del género- usar armas de fuego, aunque los combates cuerpo a cuerpo pueden resultar muy divertidos cuando no tenemos nada que perder.
Tanto con unas como con otras, el juego nos dará un pequeño festival de sangre y violencia, y es que Gun no tiene demasiados reparos a la hora de mostrar sus escenas más crudas, combinándolas con momentos que parecen extraídos directamente de diferentes películas del género, en una suerte de homenaje a las más clásicas películas del western. En este sentido, el contenido del juego es explícito por completo, tanto en su lenguaje (en inglés) como en el apartado visual, además de tener actos y comentarios racistas y misóginos que, con todo, no destacan en absoluto dada la ambientación histórica (aunque en ningún momento pretende ser mínimamente realista) del juego. Políticamente incorrecto, pero bastante verosímil en su concepción.
En cualquier caso, se trata de un juego destinado a público mayor de dieciséis años, pero igual que sucede con la saga GTA, no está de más recordarlo pues desde luego no parece que sea apropiado para niños, aunque esto es responsabilidad exclusivamente de quien le compre los juguetes a los pequeñajos de la casa. Al fin y al cabo, reventar cabezas esparciendo la sesera por la zona y echar sangre sin cortapisas es tónica habitual en el título, aunque tampoco nos confundamos: el juego aporta un factor hiperbólico destacable en consonancia con varios elementos del juego. Por ejemplo, podremos realizar acciones violentas, como rematar con un buen machete, si así lo queremos sin que haya ningún beneficio de ello. Es parte de la libertad que se da en este género de títulos al jugador.
Algunos de los momentos más divertidos del título vienen dados por los paseos a caballo que nos podemos dar para ir de un lugar a otro pero, sobre todo, por los tiroteos al galope. Y si lo preferimos, podemos ahorrar balas arrollando a nuestros enemigos mientras nuestra montura destroza sus huesos con sus herraduras. Disparar a caballo no representa ninguna dificultad añadida, y gracias al buen sistema de control implementado la tarea resulta fácil y divertida en todo momento. Estos animales, cada vez más de moda en los videojuegos, están bien animados (salvo en movimientos puntuales) y realizados en su diseño y concepción, pues si lo forzamos hasta la extenuación habrá que despedirse del caballo, así que habrá que dosificar sus fuerzas agotamos hasta la extenuación, por ejemplo, el animal puede morir, así que nos tocará no sólo usar sino también cuidar a nuestro caballo. De todos modos, si el animal en cuestión se nos despista o tenemos que abandonarlo, no pasará nada: podremos coger cualquier otro caballo en cualquier momento.
Otro punto interesante es que cuando no estamos inmersos en ninguna misión y nos movemos libremente, si decidimos meternos en un pueblo de los que hay en el videojuego para sembrar el pánico matando ciudadanos al azar, esto alterará un medidor que nos indica la tranquilidad del pueblo, que cuando llega al mínimo provoca que una pequeña turba quiera acabar con nosotros. Por supuesto, habrá que acabar con ellos, algo que normalmente es fácil, y una vez les hemos matado a todos, la situación volverá, sin más, a la dura rutina diaria. Es una alternativa curiosa al sistema de búsqueda policial de GTA, pero su aplicación es bastante irreal, poco convincente, y desde luego no supone en ningún momento una amenaza real que haga que nuestra partida peligre. Y en caso de que nos dejemos matar, volveremos a empezar sin ningún tipo de consecuencia.
Gun presenta varios niveles de dificultad, pero tan sólo el último puede representar cierta complicación, básicamente porque los disparos y golpes nos quitarán más vida. En modo normal el juego es, sin duda, demasiado fácil, pero desde el principio, al menos, podremos optar por el modo difícil, algo más apasionante, pues el primero es recomendable tan sólo para los más inexpertos. Además, a su baja dificultad, hay que añadir que cuenta con múltiples puntos de control que nos evitan tener que rejugar demasiado en caso de que nos maten.
Estamos ante un juego ambientado en el Lejano Oeste de las películas, con un regusto por la violencia innegable, que se presenta a través una buena historia que cumple con todo lo esperable en el género (tensión, traición, venganza, suspense...), aunque falla en algunos momentos de su desarrollo, y que resulta demasiado breve, salvándose tan sólo por las abundantes misiones secundarias, que sin ser destacables en su conjunto, sí presentan algunos elementos interesantes.
La presentación del juego, con su desarrollo a través de escenas cinemáticas, es de gran calidad, aunque los gráficos no destacan en lo técnico y pueden ser algo repetitivos y bruscos en algunas animaciones, pero tanto su jugabilidad como desarrollo no alcanzan las cotas de calidad que han marcado otros títulos similares, dando como resultado un título que, aunque bastante bueno, no consigue destacar más allá de la personalidad que le confiere su ambientación, sobre todo cuanto más avanzamos en el juego, ya que cuando empieza lo bueno, éste se acaba.