Análisis de El Señor de los Anillos: La Tercera Edad (PS2, Game Boy Advance, GameCube, Xbox)

El Señor de los Anillos, la gran novela épica de la modernidad, ha sido reverenciada en miles de ocasiones. Estas reverencias no se han compartido a la hora de hablar de los juegos basados en ésta: Defectuosas adaptaciones con el objeto de obtener todo el dinero posible. Aunque hay alguna joya escondida (especialmente la aventura conversacional The Hobbit, basada en la novela anterior), la mayoría han sido muy insulsos y no vamos a hacer el favor de recordarlos. Esta línea descendiente de calidad se rompió al obtener la licencia EA para desarrollar juegos basados en la adaptación cinematográfica del libro. Los "Yo contra el barrio" producidos por EA Games han sido juegos extremadamente divertidos, aunque bastante simples y un poco cortos. Sin duda han merecido el éxito de ventas, y sobre todo han dado una lección a Vivendi, que nos intentó colar juegos con la licencia de una calidad irrisoria. El último juego que habían pactado New Line Cinema y EA sacar en consola, es este "La Tercera Edad", RPG al estilo japonés ubicado en la Tierra Media.

Realizado por EA Los Ángeles, es un calco de la forma de Square Enix a la hora de realizar RPG. EA ha sido muy inteligente al comprender que el clásico RPG de PC al estilo Ultima o Baldur’s Gate es imposible de adaptar sin ratón, y ha pasado una licencia jugosa por el tamiz de los grandes del género en el país del sol naciente. Aunque hay algunos toques occidentales (los personajes cambian de aspecto a la hora de modificar la armadura), la mayoría de elementos como el combate por turnos, el lineal desarrollo o el sistema de experiencia, son totalmente orientales. Así, tenemos un juego que en su progreso no se diferencia en nada de los últimos juegos salidos en Japón, lo que lo hace bastante poco original. Pero la licencia de las películas lo hace sumamente jugoso no sólo para el fan, sino también para cualquier aficionado al género.

El título del juego proviene de una de las tres edades del mundo de Tolkien: Comienza con la batalla de los campos de Pelennor, donde Isildur secciona el dedo de la mano con el anillo único, para acabar con la destrucción de este anillo en el Monte del Destino. Ésta es la edad en la que se desarrolla el juego, el libro y las películas, con lo cual ese título era uno de los de más adecuados. A diferencia de lo que algunos creyeron en el inicio, el juego no está protagonizado por los personajes de la película, sino por otros creados por los desarrolladores. Estos, ya que sólo poseían la licencia de las películas, han tenido que ajustar la historia con los elementos de la trilogía de Peter Jackson, y usando muy pocas situaciones del libro (no, no está Tom Bombadil). Los personajes, eso sí, gracias a los diseños de Weta (que ha colaborado en el juego) son bastante carismáticos, aunque tienen sospechosos parecidos con los protagonistas de las tres películas.

La historia sigue al capitán de Gondor Berethor, enviado por el senescal de Gondor Denethor, en busca del desaparecido Boromir. Su periplo se inicia en la región de Eregión, en los bosques cercanos a Moria. Allí será atacado por unos Nazgul y sobrevivirá gracias a la intervención de la elfo Idrial. Así, su viaje será una especie de "vuelta" a los entornos ya visitados por la comunidad del anillo en su objetivo de acabar con Sauron. El juego tiene un componente argumental reducido, pero los personajes están magníficamente diseñados y caracterizados. Si bien se echa un elemento mayor de aventura, las batallas hacen al juego bastante divertido. Por cierto, en lugar de poner documentos trazando el trasfondo del videojuego, EA Games ha decidido introducir secuencias de video narradas maravillosamente por Ian McKellen (en la versión Española está doblado). Éstas nos permiten enterarnos de cosas no vistas incluso en las películas, aunque se usen secuencias de éstas, como el linaje de los Dunedain o la historia de los Enanos. Realmente es un añadido que aporta un toque histórico al juego muy interesante, ya que ubica al jugador en la Tercera Edad y en el mundo de la Tierra Media.

La Tercera Edad es en diseño de producción, personajes y escenarios, uno de los juegos más bonitos que hemos tenido la oportunidad de ver en las tres plataformas. Aunque dependiendo de la consola la nitidez de las texturas aumenta, las tres son a primera vista bastante parecidas por lo general. La clave, y el elemento esencial para elegir la versión, son la ralentizaciones que enturbian el apartado visual: La de PS2 va literalmente a trompicones, mientras que las otras dos son un poco más fluidas. Parece como si la carga gráfica, a todas luces excesiva, haya sido muy poco optimizada y a la vez se hayan forzado demasiado los límites técnicos. Y es que la Tercera Edad está muy lejos de los modelos con pocos polígonos de los anteriores "Yo contra el barrio", y muestra personajes y entornos bastante cercanos a la realidad. Las texturas son de gran calidad en todas las versiones, y es realmente espectacular entrar un bosque y comprobar el realismo de los suelos. Por último mencionar los espectaculares FX de las batallas por turnos, a la altura de cualquier superproducción japonesa. Un buen apartado tristemente lastrado por los problemas de fotogramas por segundo.

Éste es uno de los pocos juegos no sólo en contar con Dolby Sourround, sino también con la costosa certificación de THX. La calidad sonora os la podéis imaginar: Increíble. No hay ningún sonido de mala calidad, y todos se adecuan perfectamente a su labor en el juego. La banda sonora de Howard Shore resplandece con la música interactiva, y se han creado para la ocasión diversos temas ambientales. Realmente, y al igual que pasa con muchos juegos de LucasArts, no es un trabajo de creación, pero la adaptación es tan sutil e inteligente que parecerá que oyes los temas por primera vez. Para el doblaje se han contado con muchos actores de las películas, que dan al videojuego un toque cinematográfico habitual en las producciones de Electronic Arts España. Sin duda, y como suele ser habitual, es el mejor apartado del juego y aprovecha el hardware de las tres maquinas. La Tercera Edad es un juego que sigue a rajatabla los preceptos de los últimos Final Fantasy para PlayStation 2, lo cual en parte lo perjudica y por otra lo mejora. Los últimos Final Fantasy (menos el X-2) han pecado de una gran linealidad, ciñendo el juego a una ruta predefinida de bosques, entornos y demás. El juego de EA Games tiene este fallo, y no existe un mundo como podría entenderse tanto en los RPG japoneses u occidentales, sino que es la historia la que crea el mundo. Así, tienes una progresión lineal a lo largo de los parajes de la Tierra Media, donde normalmente tu única posibilidad es seguir para adelante. Tiene ciertos objetivos secundarios que dan experiencia, pero la "obligación" de seguir una ruta sigue totalmente en pie a pesar de este añadido. La mejora que hemos citado antes es un mayor componente cinematográfico y que hace el juego muy accesible para cualquier principiante. Aparte, hay muy pocos sitios donde existan "ciudades" para ubicar al jugador. Esto descoloca bastante, y más a todos aquellos que nos encanta el componente "aventurero" de los juegos de Rol (la clásica taberna donde obtener pistas).

Cada ruta tiene un componente de "encuentro aleatorio" mayor o menor. Estos se representan en una formula muy inteligente, y que permite no acabar hastiado de ellos: Mediante un medidor que va apareciendo a medida que te acercas al combate. El medidor tiene dos formas en el juego, una es el Ojo de Saurón (indica encuentro con enemigos del señor oscuro) y el Palantir de Orthanc (indica encuentros con enemigos bendecidos por la mano blanca). Sin duda un sistema genial, y que hace que el discurrir por los distintos entornos no sea una colección de batallas gratuitas. Al final de la mayoría de las rutas, estará el correspondiente jefe final con el cual nos batiremos para avanzar al siguiente nivel.

En el desarrollo por último debemos comentar la posibilidad de visitar fases anteriores (en el caso de que se nos haya pasado algún secreto) y la inclusión de un "Evil Mode". Este último está muy alejado de Caballeros de la Antigua República, y es simplemente un modo independiente en el cual una vez superada cierta sección del juego podemos volver a ella con sirvientes de Sauron o Saruman. Éstos no andan los parajes de la Tierra Media, sólo se enzarzan en varios combates contra los personajes protagonistas. Es un añadido curioso, pero un tanto inútil, ya que sólo podemos obtener nuevas armas para los personajes

Los combates son decididamente fáciles para el jugador fanático de este género, pero sin duda son accesibles para el resto. Si eres aficionado al RPG te será muy difícil morir en las batallas finales, y no necesitarás subir nivel para enfrentarte al Balrog o a los Nazgul (Un clásico en el RPG japonés: Recordemos la imposible batalla con Luca en Suikoden 2). Esto puede hacer al juego con menos "tirón" para cierto tipo de gente, pero sin duda hace que exista una curva de dificultad accesible y que cualquier persona con cierta vida social pueda progresar a lo largo del juego sin necesidad de ir a la clásica zona de combates. Las batallas enfrentan a tres enemigos, y cada personaje tiene varias habilidades que de manera general son: Un ataque normal, ataques específicos, ataque mágico (el que consume puntos de acción) y el socorrido menú item. Así, tiene un completo sistema de batalla que aparte y gracias a una especie de medidor en la parte derecha, nos permite realizar invocaciones. Éstas son absolutamente espectaculares y sin duda dan muestra del espectáculo visual del juego.

Los personajes pueden ser equipados con muchísimas armas que encontrarán a lo largo de su aventura. Todas ellas están bien realizadas y tienen un trabajo de documentación muy bueno, algo poco habitual en los juegos de Tolkien. Las armas, y esto es sorprendente, no se pueden comprar, respetando el espíritu de los libros, donde las menciones a tiendas se reducen única y exclusivamente a la Posada del Poney Pisador. Para obtenerlas deberás vencer a enemigos, abrir cofres y realizarlas mediante un sistema de creación bastante interesante. La pérdida por motivos obvios del sistema compra-venta, ha sido solucionada parcialmente con sistema de creación, algo que soluciona en parte el problema. A medida que los personajes vayan aumentando de nivel, podrás elegir que atributo subir (esto está más basado en Ultima que en Final Fantasy) e iras obteniendo automáticamente habilidades nuevas como ataques especiales o invocaciones. La subida de nivel es un tanto excesiva, lo que hace los combates más fáciles, pero no por ello arruina la jugabilidad en ningún momento.

La Tercera Edad es un competente juego de rol en el estilo japonés, que contrario a todos sus críticos más intransigentes ha alcanzado una gran calidad. Si bien es cierto que peca de lineal y no llega a crear un mundo como en los grandes del género (Final Fantasy VII o Caballeros de la Antigua República), también es justo decir que el carisma de los personajes y situaciones hacen que el juego resulte interesante. Es una pena que no tenga más posibilidades y un mayor desarrollo, pues algunos momentos del juego son geniales, y el sistema de batallas está realmente conseguido. Quizás la pena es que al fanático medio de este género la "intrusión" de una compañía occidental le parecerá un sacrilegio y no sabrá darle una oportunidad al que es uno de los mejores juegos de Electronics Arts para estas Navidades.