
Jet Li da el salto al videojuego
Los juegos con muchas escenas de video fueron una plaga a principios del formato CD, esas conversiones horrorosas de máquinas como McDog McCree o Dragon’s Lair, limitaban bastante la jugabilidad. En PSX la cosa se calmó y llegaron a salir juegos plagados de escenas de video, pero que no afectaban a la jugabilidad (Policenauts, Metal Gear Solid y Final Fantasy VII son buenos ejemplos). No obstante, el abuso de escenas de video siempre va en detrimento de la jugabilidad, ya que éstas no son interactivas. Que Nintendo jamás haya abusado de éstas dice mucho de la compañía de Kyoto y sobre todo marca un camino a no rebasar por parte de los diseñadores.
The Bouncer fue el primer beat’em up en mezclar las escenas de video con el juego de lucha. ¿Qué pasó? Pues que éstas interrumpían bastante el sistema de acción y se hacían interminables a la hora de jugar. The Bouncer era de este cierto tipo de juegos que me suelen poner bastante de los nervios, por supuesto el juego que analizamos hoy aquí también puede pertenecer por derecho propio a éste. Cuestión de Honor es un juego desarrollado por SCEA, que reproduce fielmente la calidad (¿?) de las películas orientales de Jet Li. La estrella ha accedido a ceder su imagen y realizar ‘motion capture’ para dar mayor verosimilitud al juego. De hecho, se vende una edición especial del juego con un DVD que incluye un la película Hero. Claro que eso no convierte al juego en ninguna obra maestra, como veremos a continuación.
Cuestión de Honor es un beat’em up cinemático al estilo de Bouncer, y que tantas risas produjo a los usuarios de otras consolas en el génesis de PlayStation 2. Digamos que es un juego de "Yo contra el Barrio" unido mediante secuencias CG con el propio engine y que tiene, al igual que Shenmue, acciones automáticas de control. Esta automatización lleva al juego a una nula interactividad que le hace sufrir mucho, como veremos posteriormente.
Retroceso jugable de gran dimensión
Cuestión de Honor tiene muy poco de videojuego ya que no es especialmente interactivo, aparte de que tiene un mal control. Resulta lamentable que tanto The Bouncer como el Tortugas de Konami sean muchísimo más divertidos que el juego de SCEA. ¿Nadie testeó el juego? ¿Nadie se fijó en la monotonía absurda que provoca? ¿Nadie pensó que el modo Tekken Force de Tekken 4 es denotadamente superior? Parece que no, nadie se preocupó de darle un diseño coherente al juego y éste es sólo una sucesión de secuencias que hilan una historia bastante subnormal con pequeñas peleas uniéndola.
Grandioso apartado gráfico
Lo mejor del juego sin duda es el genial apartado gráfico que ofrece buenísimas texturas, muchísimos polígonos y unas animaciones geniales (aunque un poco bruscas, algo que influye en la jugabilidad). Los escenarios son pequeñitos y suelen tener el síndrome carretera, pero se muestran bastante bien modelados y realmente todos los elementos del juego están construidos admirablemente. Mencionar por último que el número de cuadros nunca baja de los 60, lo cual es todo un piropo para un juego que usa tanto el potencial del emotion engine.
Variedad sonora
Sony ha decidido no doblar Cuestión de Honor y mantiene las voces en inglés y cantonés. Este último se usa en las escenas de Hong Kong y sirve para darle un mayor toque de Serie B al juego. La banda sonora y el resto de FX cumplen holgadamente, siendo un trabajo mediano por parte de los músicos de Sony. No obstante, es una falta de tacto no doblar el juego al castellano, ya que éste ganaría carisma al tener las voces dobladas por actores profesionales (el doblador de Jet Li por ejemplo).