Análisis de CT Special Forces: Fire For Effect (PS2, PC, Xbox)

Durante los últimos años el género de la acción ha ido diversificándose, al mismo tiempo que complicándose, en diferentes subgéneros. Ofreciendo más posibilidades pero también más retos a los jugones que los clásicos juegos de dispara y corre, diversas compañías han establecido sus referentes en cada uno de los subgéneros de la acción, ya sea en el del espionaje, o el de la acción táctica, entre muchos otros. Con todo esto se ha dotado de un inusitado realismo y variedad al género, pero también sin duda la simplicidad inicial de su planteamiento. Hip Games planea remediarlo ofreciéndonos este curiosísimos CT Special Forces: Fire for Effect.

Este juego, que extrañamente procede las consolas portátiles, es un título de acción a la vieja usanza que, aún siendo en tres dimensiones e introduciendo variedad de armamento, visiones de diferentes tipos e incluso sigilo, mantiene el toque arcade de las versiones consolas y una diversión y simplicidad en su desarrollo envidiable. Sí, podemos sorprender al enemigo por la espalda, cubrirnos tras una pared para disparar, lanzar granadas de varios tipos e incluso pilotar vehículos, pero todo es sorprendentemente fácil de hacer y los enemigos, que son numerosos, caen rápido.

El pretexto para tales carnicería con grandes explosiones –y unos efectos físicos de notable alto, todo sea dicho- es la recurrente pero no por ello menos de actualidad guerra contra el terrorismo. Como si de una versión realista de la reciente Team América se tratase, los Estados Unidos tienen un equipo de lucha contra el terrorismo dirigido por un experto general que tiene a su servicio un avanzadísimo ordenador con inteligencia artificial que prevé e interpreta amenazas terroristas. Este ordenador nos guiará por misiones que tendremos que cumplir con los dos mejores hombres hombres de la unidad: Raptor y Owl.

Muy apropiadamente, las misiones de Raptor son directas y de mucha acción, siendo sus principales armas una descomunal ametralladora y un lanzamisiles. Las de Owl (buho) son más orientadas al sigilo, contando con pistolas silenciadas, rifles de francotirador y las habilidades de camuflaje y visión mejorada del silencioso agente. Estas misiones se alternan a lo largo del juego, ofreciendo al jugador un buen equilibrio entre adrenalina y juego pausado, si bien ambos estilos mantienen la simplicidad "como de un Metal Slug moderno" que mencionamos al principio del artículo.

Aunque los estilos sean diferentes, las directrices básicas del juego las comparten. CT Special Forces Fire for Effect se controla como un juego de acción en primera persona, usando los dos sticks, pese a mantener en todo momento una perspectiva en tercera –aunque podemos cambiar a una vista en primera persona presionando el stick R-. Con el gatillo R o con el R1 disparamos, mientras que con el L o el L1 en el caso de PS2 podremos parapetarnos tras objetos. Ésta es sin duda una de las características más interesantes del juego, ya que nos permite cubrirnos en los intensos tiroteos en los que tomaremos parte. Al presionar el botón L, si estamos cerca de un objeto, pondremos la espalda contra él, pudiendo disparar hacia los lados tanto asomándonos como no –en este último caso limitado a algunas pocas armas y con una nula precisión. Lo interesante es que mientras nos cubrimos podremos apuntar, para luego sacar el cuerpo y disparar, protegiéndonos mejor de ese modo; incluso podremos cambiar a la vista en primera persona estando disparando asomados tras un parapeto, y hasta lanzar granadas.



La vida de nuestro personaje se contabiliza ligeramente diferente también dependiendo de si jugamos con Raptor o con Owl. Raptor posee un escudo energético, y luego su salud, que solo se verá mermada si se nos acaba la energía del escudo –que podremos recargar-. Owl, en cambio, utiliza la energía para su camuflaje óptico y para el uso de sus visiones especiales, y recibirá daños en su físico al primer disparo; sin embargo, las misiones de Owl tienen por norma general muchos menos enemigos.

Los niveles son lineales, con eventuales desvíos donde hay munición o una batería para recargar nuestra energía, y las situaciones con las que nos encontraremos se pueden resolver siempre de varias formas, sin tener que adecuarnos a alguna en concreto. Si estamos avanzando sigilosamente con Owl y nos descubren, no pasará nada especial por norma general, simplemente tendremos las cosas más difíciles; o bien podremos renunciar por completo a la aproximación sigilosa y acabar con ellos desde lejos con nuestro rifle de francotirador. En el caso de Raptor también podremos utilizar la aproximación pausada, aunque sin sigilo, consistente en parapetarnos continuamente y disparar a salvo, o bien avanzar "a lo Rambo" en el sentido más literal de la palabra, aprovechando además cualquier objeto explosivo –numerosos- para desencadenar una deflagración que acabe con los enemigos cercanos, o causarla nosotros mismos con granadas o el lanzacohetes. La premisa está clara: una gran sencillez, bastante variedad para afrontar cada situación, y poca o ninguna complicación para salir de un atolladero a base de tiros.

Eso no significa que pueda compararse con los grandes del género ni que esté exento de fallos, pero su sencillez a la hora de jugar, acompañada de la gran variedad que da el equipamiento, le dan cierto toque de frescura. Los niveles son muy desiguales en cuanto a calidad, habiendo algunos muy interesantes y otros ciertamente pobres, manteniendo todos ellos como elemento común una férrea linealidad. A nivel gráfico tampoco destaca y más bien hace un tanto el ridículo –especialmente en algunos niveles- en comparación con juegos como Mercenarios, Splinter Cell o Metal Gear.

La animación y el modelado de los personajes principales están bien, pero el de los enemigos es demasiado poco variado –y más teniendo en cuenta la cantidad de ellos que hay-. Por otra parte, los efectos especiales están bien, mostrando además un comportamiento muy interesante a nivel físico, y con buenas explosiones y humo. Donde el juego queda muy por debajo de la media es en los escenarios que, aunque bastante extensos, son terriblemente monótonos y en ocasiones muy sosos, incluso apagados. Los niveles de producción del juego son un tanto serie B, con unas secuencias cinemáticas generadas por el motor del juego pero muy pobres en comparación con otras del mismo estilo.

Sin embargo, que a nivel gráfico Hip Games no haya tirado la casa por la ventana contrasta con el buen doblaje al castellano con que cuenta el título, que tiene una buena cantidad de voces que escucharemos en la lengua de Cervantes. Los efectos de sonido son buenos, mientras que la música contribuye a ambientar bien la acción sin ningún tema memorable.

CT Special Forces: Fire for Effect es un juego muy curioso. Su mediocre apartado técnico no debería echar atrás a aquellos que estén buscando algo diferente a lo habitual, que el juego proporciona. Puede que a primera vista sea un juego de acción más como muchos otros, pero su simplicidad a la hora de jugar lo convierten en algo muy poco habitual en los tiempos que corren; si la versión portátil es un clon de Metal Slug, esta versión 3D mantiene ese toque de arcade "dispara y corre" y toma prestados, con ambiguo éxito, elementos de sigilo de juegos como Splinter Cell. Habría sido muy interesante que las misiones de Owl fueran estrictamente de sigilo, lo que habría cuajado en un juego muy variado y con dos estilos muy marcados, pero el equipo decidió marcas unos puntos en común. Quizás no sea una compra que recomendar encarecidamente, pero sí un alquiler muy interesante.