Análisis de Wailing Heights (PC)

Hablar del estudio Outsider Games es hablar de una empresa localizada en Cork (Irlanda), lo que les ha llevado a tener fuertes lazos con entidades británicas como la BBC o diversas universidades o grupos irlandeses. Su fundador es Stephen Downey, un conocido dibujante de cómics y artista en videojuegos, habiendo trabajado en obras tan famosas como Flash Gordon o Turok, o juegos como Need for Speed: The Run o la última entrega de las aventuras de Carmen Sandiego.

Stephen ha conseguido añadir a su equipo una buena lista de nombres atractivos, entre los que se encuentra Kevin Beimers, el culpable de que Hector: Badge of Carnage (y otros juegos no tan conocidos como Schrödinger's Cat and the Raiders of the Lost Quark) apareciese en su momento, y persona con múltiples capacidades para el desarrollo de juegos, especialmente en guión.

Con todos estos mimbres, y gracias al apoyo de alguna entidad irlandesa, Stephen se ha puesto manos a la obra para realizar una aventura gráfica que mezcla algunas de sus pasiones, como el cómic o la música, y lo cierto es que no va a dejar a nadie indiferente.

La historia de Wailing Heights nos pone en la piel (o más bien el alma) de Frances Finklestein, el alma mater del grupo musical más famoso de la historia: los Deadbeats. Un grupo de personas que recuerdan un poco a los Beattles, y un poco a Watchmen o el plantel de Wolf Among Us, y nos encontramos con que cada uno de los miembros ha ido desapareciendo poco a poco, hasta que le pasa lo mismo al bueno de Frances.

Pero a Frances no le acaba de pasar del todo. Ha acabado en el mundo de los muertos, pero está vivo. Una anomalía que le deja tiritando en la celda, y que le obliga a solucionar su problema para poder salir de allí.

Para conseguir superar este trago adquiere una habilidad muy útil que consigue gracias a un ser de dudosa fiabilidad: la capacidad de poseer a otros personajes que nos encontremos durante el juego. Para ello primero tiene que hacer uso de algo que llaman "la rueda de la posesión", para lo que necesita primero el nombre de la persona a poseer, algo que le guste mucho, y algo que odie con fuerza.

Ya os avisamos que esta habilidad no es infinita, y menos en un juego que es una aventura gráfica bastante al uso. Así, podremos poseer en total a menos de diez personajes, aunque realmente estaremos todo el juego usando a cuatro, más o menos, cada uno con una habilidad especial que da sentido a su uso.

No os queremos explicar demasiado la historia, pero sí al menos deciros qué habilidades necesarias van a estar a disposición del jugador en forma de un personaje: la invisibilidad, lo que nos permite acciones como enterarnos de cosas que no dirían si nos vieran; el olfato, lo que crea un hilo de luz que nos guía hasta lo que estamos buscando; volar, de manera que podemos llegar a espacios a los que no llegaríamos normalmente, y el lenguaje de una cierta especie de monstruos de ultra tumba, sin los cuales no podemos hacernos entender con buena parte de la población de Wailing Heights.

Esa ambientación especial es parte muy importante de la aventura, recordándonos en eso al juego de Telltale Games mencionado anteriormente, pero desde un punto de vista más cómico, ácido y crítico. Así, los vampiros son verdaderos gafapastas (aunque no tengan gafas) que se pasan el tiempo mirando el móvil y haciendo caso omiso a lo que tienen cerca, y los hombres lobo son veganos… con todo lo que ello conlleva. El guión es sin duda alguna uno de los puntos fuertes del juego, eso sí, totalmente en inglés, y con muchísima miga, así que no sólo es importante entender un poco el idioma, sino que es necesario tener cierto nivel. Esto alejará a jugadores que no dominen el idioma hasta que sus creadores se decidan a traducirlo a otras lenguas, lo que es una lástima.

Una aventura gráfica necesita tener buenos puzles, y en este caso sí que os podemos decir que como poco son muy lógicos, pero un tanto escasos y sepultados bajo toneladas de guión. Así, muchas veces gran parte de la problemática trata en usar correctamente las habilidades del cuerpo poseído, el cual cuando lo cambiemos lo dejaremos en el decorado para tener que volver a él si lo necesitamos en otra situación, y en muchas otras ocasiones lo que necesitamos es usar correctamente la rueda de posesión.

Hay algún ejemplo de uso de inventario o de conversaciones, pero en muchos casos son más para hacer avanzar la historia que para poner a prueba nuestra capacidad de lógica. Por cierto, el control se muestra de inicio muy centrado en el uso de un mando para poder ser manejado, pero indagando un poco en sus tripas en seguida encontraremos como manejarlo con teclado y ratón, algo más lógico dado el tipo de juego y la plataforma sobre la que se ejecuta.

En cuanto al sonido, que es un aspecto que parece ser realmente relevante en el juego, a la hora de la verdad se limita a ocupar su espacio en el apartado musical, a ser parte importante del guión, y a tener un pequeño lugar al final del juego, pero no es tan relevante como se ha vendido. Esto no es un problema, sencillamente, durante la promoción del juego se da a entender que tiene un peso mayor, y realmente nos encontramos con que no es así.

Lo que sí que tiene un peso enorme durante el juego es el aspecto gráfico, tanto que seguramente es el que marque que el jugador se sienta o no interesado por él. El motivo de ello es la utilización de un estilo muy peculiar, como si fuera cómic en dos dimensiones pero con desplazamiento y fondos en tres dimensiones, y queda un tanto curioso. Habrá quien considere que es un experimento propio de un juego de bajo presupuesto, y habrá quien alabe el buen gusto de sus autores al arriesgarse a hacer algo así. En cualquier caso, además del juego vienen incluídas un buen número de páginas de cómic de un estilo entre el europeo y el americano que funcionan perfectamente como historieta, y que sin duda alguna suben la nota de este apartado.

Algo parecido, pero a distancia, pasa en el aspecto sonoro. Por un lado tenemos una buena selección de temas para la banda sonora, pasando del rap al soul y tocando una multitud de estilos de camino, y por otro lado tenemos un doblaje (en inglés) que sus autores han calificado "de alta calidad", pero que es uno de los peores doblajes que hemos podido oír en los últimos tiempos, aunque haya detalles como el acento de algunos de los protagonistas. El problema es más de dirección o uso que de intérpretes, pero lo importante es que el resultado final no acaba de funcionar.

Conclusiones

En resumidas cuentas nos encontramos con un juego especial, diferente, que puede encantar al usuario gracias a su interesantísimo guión, personajes o aspecto gráfico, así como una banda sonora muy completa, pero que también puede hacerse difícil de entender dado el irregular uso del presupuesto o la carencia de una traducción de los textos a otros idiomas. Un juego muy interesante para un público bastante concreto.

El juego se ha podido analizar grácias al código que nos ha proporcionado Outsider Games.