Análisis de Undertale (PC, Switch, PS4, PSVITA, Xbox Series X/S, Xbox One)
"Jugad a Undertale ya". Pocos juegos nos han llevado a comenzar su análisis con una frase tan directa y contundente como esta que acabáis de leer, pero nos ha sido imposible encontrar otra forma de abrir este artículo, ya que cualquier cosa que os digamos durante las próximas líneas difícilmente harán honor a la irrepetible experiencia que hemos vivido jugando a esta maravilla que nos ha vuelto a recordar el motivo por el que amamos tanto este hobby que todos compartimos.
En un año plagado de juegazos y superproducciones de primer nivel con presupuestos millonarios (sin duda, 2015 será difícil de olvidar), parece mentira que el juego que más ha conseguido conquistar y encandilar al humilde redactor que suscribe estas líneas haya sido un discreto proyecto financiado en Kickstarter con poco más de 50.000 dólares.
Y creednos, nosotros somos los primeros sorprendidos, pues no hay un título que haga más honor a ese dicho que dice que "no juzgues un libro por su portada (juego en este caso)". Probablemente la nota que le hemos dado y el entusiasmo que os estamos intentando transmitir con nuestras palabras os resulte incluso difícil de comprender al ver las imágenes que acompañan a este artículo, pero no os dejéis engañar, ya que lo que estáis viendo es una nueva obra maestra que ha llegado para quedarse grabada a fuego en nuestros recuerdos. Memorias de las que nunca nos querremos desprender.
Un cuento inolvidable para un juego irrepetible
Volveremos a repetirlo una vez más: dejad de leer este análisis, haceos con Undertale y comenzad a disfrutar como pocas veces lo habéis hecho con un videojuego. Si todavía seguís por aquí, sabed que estamos ante un juego prácticamente inclasificable que nos llevará a un mundo en el que antiguamente monstruos y humanos vivían en armonía, hasta que estalló una guerra entre ambas especies y la humanidad selló a estas criaturas en el subsuelo, privándoles de la luz del sol y de las estrellas.
Un día, un niño cae por el agujero de una montaña y acaba en el subsuelo, donde habitan los monstruos… y hasta aquí podemos contar. Cualquier cosa que os digamos más allá de eso podría considerarse un gigantesco spoiler y os arruinaría alguna de las mil y una sorpresas que el juego esconde, algo que no nos perdonaríamos. De hecho, estamos hablando de un título del que nos gustaría comentaros muchísimas cosas y situaciones que hemos vivido para que entendáis mejor qué es lo que lo hace tan especial, pero nos lo hemos prohibido para que seáis vosotros mismos quienes lo descubráis.
Eso sí, deciros que la historia, dentro de su aparente simpleza inicial, esconde multitud de matices, un gran mensaje y una narrativa exquisita que sabrá jugar con vosotros de muchísimas formas distintas, aprovechando para ello como pocos han hecho antes el lenguaje único del que hacen gala los videojuegos y sorprendiéndonos a cada paso que damos destrozando la cuarta pared de formas que ni nos imaginábamos que serían posibles.
Y todo ello aderezado por un reparto de personajes tremendamente carismático e inolvidable y un sentido del humor tan brillante y surrealista que nos hará reír a carcajadas gracias a las disparatas situaciones que viviremos y a la manera de enfocarlo todo. Eso sí, no os dejéis engañar, aunque el humor suele predominar, también hay espacio para momentos tremendamente épicos y dramáticos, por lo que no os extrañéis si pasáis de la felicidad más absoluta a una profunda tristeza en cuestión de segundos.
Además, no se trata de una narrativa lineal y fija, sino que nuestras propias acciones la irán modificando. Todo lo que hagamos tiene sus consecuencias, y no nos referimos a simplemente escoger entre una serie de opciones predefinidas que varíen de un modo u otro el final (a veces nos dan un par de respuestas para elegir, aunque esto suele ser lo menos importante), sino a cómo jugamos, a cómo afrontamos los combates, a cómo nuestra presencia afecta al mundo. Es difícil profundizar más en este tema sin caer en los temibles spoilers, pero tened claro que vuestras acciones tienen consecuencias y que seréis muy conscientes de ello cuando llegue el momento de afrontarlas.
Entrando en lo que es su jugabilidad, la descripción más aproximada que se nos ocurre sería la de una extraña e irresistible mezcla entre Earthbound (la fuente de inspiración más clara del juego), Shin Megami Tensei y los juegos de rol protagonizados por Mario. Es decir, nos encontramos con un juego de rol aparentemente clásico con combates aleatorios por turnos, aunque no tardaremos demasiado en darnos cuenta de que tiene bien poco de "clásico".
Para empezar, Undertale nos da la posibilidad de pasarnos el juego sin matar a nadie, ya que su sistema de combate, además de las opciones habituales de atacar (con un minijuego de sincronización para aumentar el golpe, al más puro estilo Paper Mario) y utilizar objetos, se añade la de "Actuar". Esta desplegará un menú nuevo y totalmente diferente según el enemigo al que nos enfrentemos, dándonos multitud de opciones distintas para realizar, como hablar con ellos, flirtear, acariciarlos, realizar poses heroicas, flexionar músculos, contar chistes, y un largo etcétera.
Gracias a estas opciones las batallas se convierten en una especie de pequeños puzles en los que tenemos que intentar ganarnos la confianza y la amistad de nuestros rivales o de provocar que pierdan el interés por luchar para que nos permitan utilizar la opción de perdonarles la vida y terminar la batalla sin que nadie salga herido. Para ayudaros en esta tarea, tendréis que fijaros muy bien en las reacciones de los monstruos, explorar lo que ocurre con cada comando (que evidentemente consumen un turno que también podréis utilizar para atacar) y buscar las pistas necesarias.
Además, para hacerlo todo mucho más interesante, cuando llega el turno de ataque del enemigo nos permitirán controlar un pequeño corazón dentro del que hasta ese momento era el recuadro de texto. Nuestro objetivo será tan simple como conseguir que el corazón no sea alcanzado por los múltiples proyectiles, peligros y formas que aparecerán en él, como si se tratara de un matamarcianos. Si nos impactan sufriremos daño, por lo que siempre tendremos la posibilidad de evitar que nuestra vida baje, aunque ya os avisamos que hay decenas de ataques diferentes, a cada cual más original y sorprendente, con reglas que incluso van variando y que dependen de a quién nos enfrentemos.
Como podéis intuir, combatir en Undertale, además de resultar tremendamente original, es divertidísimo, supone un desafío constante y sabe cómo evitar cualquier rastro de monotonía durante toda la duración de la aventura gracias a la inclusión constante de nuevos tipos de enemigos o combinaciones de los anteriores (algo que muchas veces cambia por completo la forma de hacerles frente), unas descripciones geniales capaces de sorprendernos en todo momento y unos jefes finales perfectos (y numerosos) que son de lo mejor que hemos visto nunca en un videojuego.
Fuera de lo que son las batallas, el título tiene un desarrollo más o menos lineal donde viviremos situaciones de todo tipo, asistiremos a sorprendentes giros argumentales, resolveremos multitud de ingeniosos puzles, exploraremos un mundo repleto de secretos y detalles que nos animarán a investigar hasta el último rincón y, en definitiva, disfrutaremos de una gran aventura.
A nivel gráfico, nos encontramos con un juego de marcado carácter retro, con un sprite para el protagonista muy poco inspirado y que podríamos calificar hasta de "feo", y unos escenarios que por lo general son muy sencillos, aunque a veces nos sorprenden con unos fondos realmente bellos. Además, los diseños del resto de personajes son muy buenos y la recreación que se ha hecho de los enemigos durante los combates es sensacional, capaces de transmitir una expresividad y una personalidad arrolladora gracias a la multitud de caras que son capaces de poner y a lo exagerado de sus gestos.
Finalmente, alabar el trabajo que se ha realizado con el sonido, ofreciéndonos una fantástica banda sonora en MIDI que es toda una carta de amor a la época de los 8 bits, repleta de temas de enorme calidad y tan pegadizos que no podréis parar de tararearlos tras una sesión de juego. Además, es variadísima y cada jefe final tiene su propia canción, adaptándose como un guante a cada uno de ellos.
Los efectos también son muy buenos y entre ellos queremos destacar los ruidos que hacen los personajes al hablar (no hay doblaje), muy logrados y sorprendentemente acertados a la hora de transmitirnos el estado de ánimo con el que nos dicen las cosas. El único hándicap que muchos usuarios se encontrarán será el hecho de que el título no se haya traducido y nos haya llegado exclusivamente en inglés. Si bien no requiere de un nivel demasiado avanzado para entenderlo (más allá de algunos chistes y juegos de palabras), probablemente esto eche para atrás a más de uno y de dos, lo que es una auténtica pena, ya que nadie debería de quedarse sin probar este juegazo.
Conclusiones
Por si a alguien todavía le quedan dudas: Undertale es una obra maestra. Su extraña propuesta tan diferente como fuera de lo común, su peculiar apartado gráfico y su falta de traducción quizás no lo hagan un juego apto para todo el mundo, pero os podemos asegurar de que se trata de uno de los mejores títulos de este año. Uno que no tiene nada que envidiar al resto de pesos pesados del 2015 y que todo amante de esta pasión que nos une, los videojuegos, debería de probar al menos una vez en su vida.
Humor, épica, drama, diversión a raudales, una historia con muchísimo encanto y donde cada acción tiene su consecuencia, un sistema de combate fresco, único y original, una selección de personajes inolvidables, una gran narrativa y una sana intención por romper con todos los convencionalismos de la industria, son solo algunas de sus múltiples virtudes, por no mencionar otras muchas que podrían arruinaros algunas de sus sorpresas. Simplemente imprescindible.