Análisis de TrackMania 2: Canyon (PC)
Los amantes de la conducción más arcade y alocada están de enhorabuena. La nueva entrega de TrackMania, TrackMania 2: Canyon, ya está en la calle y viene pisando fuerte, dispuesta a recordarnos el motivo de que esta saga siga gozando de un gran éxito tras ocho años desde que saliera el título original.
El afán de superación hecho videojuego
Para aquellos que no hayan probado todavía ningún título perteneciente a esta serie, decir que se trata de un juego de conducción puramente arcade, con circuitos imposibles, una fuerte presencia del contenido creado por los usuarios y donde el verdadero rival a batir no son el resto de jugadores, sino nosotros mismos. Es en esto último donde TrackMania se distingue del resto de juegos del género. La clave de su jugabilidad consiste en completar el recorrido de una pista en el menor tiempo posible, no en disputar carreras contra el resto de competidores.
Aquí veremos al resto de competidores, pero no podremos chocar ni colisionar con ellos. Serán como fantasmas, lo cual nos dará una idea de lo bien o mal que lo estamos haciendo. Todo esto se ve multiplicado exponencialmente en esta nueva entrega, gracias a las nuevas físicas de los vehículos y a un aumento de su componente social, que hará que lo intentemos una y otra vez para conseguir marcas imbatibles con las que humillar al resto.
Como hemos dicho, ahora el nuevo coche dispone de unas nuevas físicas a las que nos tendremos que acostumbrar si queremos tener algún tipo de posibilidades. Este proceso nos llevará entre una y dos horas de juego aproximadamente. En esta ocasión la clave consiste en el derrape, ya que los cuartos traseros tienden a perder agarre, algo que podremos usar en nuestro favor para hacer varios derrapes cortos seguidos para tomar las curvas y no perder velocidad en ningún momento velocidad, lo que nos permitirá arañar esas milésimas de segundo vitales para ponernos en cabeza.
Nos encontraremos con circuitos de todo tipo, con multitud de saltos, loopings, túneles, zonas sin asfaltar, etc. La gran mayoría se pueden completar tranquilamente en medio minuto, pero cada salto mal dado, cada curva tomada ligeramente más abierta de lo deseable o cualquier despiste que podamos tener, nos picará a reiniciar para empezar desde el principio, y cuando nos demos cuenta ya estaremos completamente enganchados reintentando una y otra vez el mismo circuito, aunque sólo sea para dar un salto lo más perfecto posible. A esto también ayuda un esquema de control tremendamente simple, que sólo nos requerirá de las flechas del teclado para jugar y dos botones para reiniciar carreras. A pesar de que sus controles son estupendos tanto con teclado como con un pad, la verdad es que esta última opción la hemos visto mucho más cómoda, fiable e intuitiva.
Respecto a los editores, uno de los pilares básicos sobre los que se sostiene el título, nos encontramos mejoras en todos los aspectos. En lo que toca al de circuitos, ahora tenemos dos versiones diferentes, uno básico y otro avanzado. Con el primero estaremos un tanto limitados en cuanto a opciones, pero nos servirá para ir creando pistas más que decentes y familiarizarnos con esta herramienta, mientras que el segundo pondrá a nuestro alcance todo tipo de posibilidades, con una estructura mucho más clara y ordenada que en anteriores entregas. Con esto se suman a la gigantesca lista de circuitos incluidos inicialmente por Nadeo todas las creaciones de los jugadores.
Podremos modificar casi cualquier cosa que se nos ocurra, desde cosas tan simple como la música o la hora, hasta otras más complejas como la elevación del terreno, pudiendo crear cráteres, cuestas o montañas, por lo que tendremos una gran libertad para crear circuitos de todo tipo. Por otra parte, también tenemos un completo editor con el que tunear y personalizar nuestro coche. En esencia todos son el mismo y tienen las mismas características, pero se agradece la opción de poder darle nuestro toque personal para distinguirlo del resto y hacerlo único. Por supuesto, también podremos grabar nuestras repeticiones y editar los vídeos a nuestro gusto.
En cuanto a modos de juegos, por un lado tenemos las pruebas para un jugador. Están ordenadas en diversas categorías según su dificultad y cada una tiene tres tiempos a batir: bronce, plata y oro. Al superarlos nos irán recompensando con las medallas correspondientes, con las cuales subiremos en los rankings y desbloquearemos nuevas pruebas. Este modo es perfecto para habituarnos al juego y nos consumirá una buena cantidad de horas, antes de que hayamos conseguido completarlo al 100%. Sin ir más lejos, para acceder a las pruebas de la última dificultad, deberemos haber conseguido el oro en todas las pruebas de las dificultades anteriores, todo un reto.
Pero donde TrackMania 2: Canyon brilla con luz propia y donde invertiremos casi todas las horas será en su modo multijugador online. A pesar de que en realidad luchamos contra el crono, el vernos inmersos en pruebas en tiempo real donde competimos directamente con las marcas de otros jugadores, eleva los niveles de diversión y adicción a cotas realmente altas. Generalmente tendremos unos cinco minutos (o lo que el creador del servidor haya decidido) para conseguir el mejor tiempo posible en un circuito. Dado el estilo de juego del título, podremos entrar y salirnos de una partida tranquilamente siempre que queramos, por lo que no tendremos que esperar grandes periodos de tiempo para encontrar partida y que terminen. Aquí prima la filosofía de la diversión directa, rápida y sin complicaciones.
Una vez completado el tiempo que se nos da, pasaremos rápidamente tras unos breves segundos al siguiente circuito, por lo que el ritmo nunca decae. También existen otras modalidades de juego, como Vueltas, Rondas, Equipos, Copa y Acrobacias, que modifican tanto la estructura de los circuitos como los objetivos, aunque no gozan del mismo nivel de popularidad y diversión que Contrarreloj, algo que veremos rápidamente al comprobar la lista de servidores disponibles. En una partida pueden llegar a participar hasta 200 jugadores a la vez, lo que aumenta en gran medida la rivalidad y el componente social, así como su diversión y espectacularidad. Además, si lo que queremos es jugar con nuestros amigos de forma local, tendremos la opción de competir a pantalla dividida hasta cuatro jugadores simultáneos.
Un apartado técnico sumamente mejorado
Junto a las físicas de los vehículos, este es el apartado en el que más ha evolucionado TrackMania con esta entrega. Sin llegar a ser el juego de carreras más impactante que hayamos visto, TrackMania 2: Canyon nos regala estampas sumamente bellas e impactantes, con unas texturas bien trabajadas, unos escenarios preciosos y unos modelados de los coches excelentes. Eso sí, la ambientación siempre será la de un gigantesco cañón desértico. Gráficamente, los efectos lumínicos son lo más conseguido, especialmente en los reflejos en los vehículos, realmente espectaculares y gratificantes de ver. Otra novedad es la representación física de los daños que sufra nuestro coche, que no es que sean especialmente complejos, pero es un detalle de agradecer y cumplen su función, aunque no tengan impactos en el rendimiento del mismo.
Por suerte, TrackMania 2: Canyon está estupendamente optimizado, por lo que con un PC modesto funcionará de maravilla y a toda velocidad. Aquí está otra de sus virtudes, la sensación de velocidad está muy conseguida, algo que notaremos sobre todo cuando pasemos por encima de una banda de turbo. Respecto a la conexión, el lag es casi inexistente, permitiendo partidas sin ningún tipo de problemas. Además, gracias a la red Maniaplanet que se ha incluido, el intercambio de datos, circuitos y vídeos ahora resulta mucho más cómodo y fluido, estando todo mejor organizado y estructurado.
En lo que toca al sonido, la banda sonora está en consonancia con el espíritu arcade del juego, con temas muy rápidos y con ritmo, aunque tampoco se trata de una banda sonora para recordar y que tenga temas que acabemos tarareando al terminar de jugar. Una lista puramente funcional y que cumple su función.
Conclusiones
Nos encontramos ante el TrackMania más completo, grande, divertido y ambicioso hecho hasta ahora. Potencia la fórmula que le ha valido su éxito en todos sus aspectos y vuelve a conseguir picarnos para conseguir los mejores tiempos y superarnos tanto a nosotros mismos como a nuestros rivales, y todo ello a un precio muy atractivo. Sin duda, TrackMania 2 es el candidato más serio a convertirse en el arcade de conducción del año, a menos que cierto fontanero de Nintendo diga lo contrario con la séptima entrega de su saga de karts.