Análisis de Tom Clancy's HAWX (PC)
La versión para PC de este simulador de combate aéreo llega un poco más tarde que sus homólogos en las consolas de última generación. Muy esperado por un gran número de jugadores, el título no lo tendrá fácil delante de su competidor más directo en el caso de XBOX debido a la aparición de Ace Combat 6: Fires of Liberation.
Una de las bazas con las que cuenta Tom Clancy’s Hawx es la de de sus antecesores en el cargo. La popularidad de los anteriores juegos da al hermano pequeño un crédito especial entre los jugadores y especialmente entre los seguidores de la ya popular saga. Títulos como Rainbow Six Vegas o Ghost Recoon Warfighter avalan el trabajo de Ubisoft en este campo y en principio auguran buenas sensaciones para este título que deja el suelo para que el tirador en primera persona se eleve varios miles de pies con el fin de proporcionar largas horas de diversión a los mandos de los joysticks –en el caso de los más profesionales– o los teclados y mandos en el caso de las consolas y los neófitos en este tipo de contiendas bélicas.
La constante desaparición de este tipo de juegos en la escena bélica virtual supone un arma de doble filo para Ubisoft. En primer lugar, positiva, porque el mercado se reparte entre muy poca oferta y más demanda aunque con el peligro de fracasar estrepitosamente en caso de que el título no vaya más allá de estrellarse poco tiempo después de despegar.
Con Ace Combat 6 en el punto de mira, Ubisoft deberá lidiar con el que actualmente ostenta la corona en este tipo de juegos con una estética digna del mejor simulador y la ventaja de muchos años de trabajo en esta tipología de juegos. En principio Hawx está a la altura de las circunstancias y ofrece un cuidadísimo apartado gráfico alineado con los intríngulis políticos que ya caracterizan a los anteriores títulos de la saga.
Controlando al Capitán Crenshaw, antiguo soldado del ejército de los Estados Unidos, nos veremos inmersos en 19 misiones a lo largo y ancho de todo el orbe en las que tendremos que conseguir diferentes objetivos siempre con el permiso de nuestros rivales, que nos atacarán por todos los flancos posibles. El marco que ofrece Hawx es uno de los puntos fuertes del juego. Tanto el mapeado del territorio como la recreación de algunos puntos emblemáticos como el Pan de Azúcar brasileño o el Estrecho de Magallanes ofrecerán sensaciones increíbles al piloto en todos los momentos del vuelo.
Empezando a surcar los cielos
Como todo comienzo en estos lares, las sensaciones del pilotaje en los más novatos serán de total descontrol, la dinámica del juego obliga al piloto a dominar la inversión de los controles que pueden manejarse solo con el teclado o combinando teclado y ratón con el que los virajes serán aun más difíciles. En principio, una vez controlada la forma de guiar el avión, tendremos mucha parte ganada y nos podremos dedicar a despedazar a nuestros rivales indiscriminadamente.
Para tomar contacto con la aeronave se nos asignará una misión por las alturas de México donde tendremos que demostrar que realmente valemos para esto. El triunfo en esta misión será indispensable para que seamos contratados años más tarde por una agencia no gubernamental para trabajos de ataque aéreo en distintas misiones por todo el mundo. La pericia del jugador se verá recompensada con nuevos aviones y nuevas armas además de un rango más alto que dependerá de los enemigos derribados y las horas de vuelo que llevemos. La combinación de las diferentes armas y las maniobras realizadas también contará en este ranking, el cual nos acompañará al final de cada partida con una serie de estadísticas.
La acción del juego como tal empieza cuando entramos en Artemis donde Adrien De Winter nos ofrece trabajo después de haber salido del ejército, concretamente de la aviación militar. Nuestros logros han llegado a oídos de la organización que nos ha elegido como comandantes de un escuadrón en el que nos iniciaremos en la acción sin ningún tutorial. Oriente Medio y la defensa de un enclave petrolífero serán nuestro primer destino en el que tendremos que reventar todo aquello que se mueva. La defensa a ultranza de ésta nos permitirá pasar a la segunda parte donde aparte de apuntar a los tanques también deberemos lidiar con escuadrones de cazas y helicópteros que vendrán a nuestro encuentro aparte de poner en apuros las instalaciones que debamos defender.
La tipología de misiones es variada y nos veremos en distintas situaciones según la misión lo requiera: desde la defensa de un territorio o instalaciones concretas al bombardeo y destrucción de otro pasando por la escolta de un avión de la compañía que debe cruzar un área repleta de dispositivos antiaéreos. Las armas que nos permitirán avanzar en el juego son tan variadas como los aparatos y las iremos desbloqueando según suba nuestro grado de experiencia a los mandos de los diferentes aviones.
La central, aparte de suministrarnos las aeronaves también se encargará de recomendarnos cuál de estas es la más idónea para la misión que vamos a desarrollar. Los baremos en los que se mueve la elección del jugador son el balance entre aire-aire o tierra-aire, según si la misión tiene lugar en su mayor parte en el cielo o combina ataques a tanques y vehículos terrestres y cazas de forma combinada. En segundo lugar, tendremos la posibilidad de escoger siguiendo los parámetros de manejo, velocidad y maniobrabilidad, que nos darán una idea del comportamiento del avión. A su vez, podremos visualizar los diferentes aparatos en el hangar antes de despegar, lo que nos permitirá ver el buen trabajo gráfico realizado por la compañía apoyada por grandes grupos aéreos como Boeing o Dassault Aviation o Lockheed Martin entre muchos otros que han hecho posible la aparición de los míticos MIG-29 FULCRUM o los distintos modelos de Tomcat.
El apartado gráfico: algunas partes en entredicho
La felicidad de volar y cargarnos a nuestros enemigos fácilmente terminará justo cuando Artemis Global Security, nuestra empresa, y distintos gobiernos lleguen a un acuerdo para la defensa de su territorio nacional. Antes de empezar la misión, recibiremos un entrenamiento en el que aprenderemos una nueva técnica, que acostumbrados a la asistencia en vuelo de los primeros compases del juego, nos parecerá imposible.
Dicha modalidad, que recibe el nombre de "Deriva" nos llevará a una vista externa de la nave (no la trasera como en una partida normal) en la que nos será mucho más difícil esquivar los ataques de los rivales y todavía más acertar con la diferente gama de misiles a nuestra disposición. Pero como se suele decir, la práctica lo es todo y cuando lleguemos a dominar esta modalidad a la perfección encontraremos momentos en los que es mucho más sencillo volar sin el asistente. Al modo deriva le podremos añadir aun más dificultad con una práctica algo peligrosa a poca altitud pero con gran utilidad en cuanto al combate a gran altura se refiere. La "perdida" es una técnica donde el piloto debe frenar totalmente el avión hasta que la falta de velocidad nos haga caer en picado con el objetivo de dejar pasar a nuestro perseguidor para estocarlo por detrás con un par de misiles. Esta técnica bien aplicada es un seguro de vida para todo piloto, en cambio, si no logramos acelerar la aeronave a tiempo nuestro futuro está condenado al fracaso, la colisión con duro suelo será cosa de segundos y la vuelta al punto de control – en caso que hayamos llegado – inmediata.
En este punto tenemos que destacar algo que faltaría pulir en este juego, los gráficos en las colisiones y algunas recreaciones físicas. Englobando el problema en el apartado gráfico se podría decir que siguen el mismo camino que algunas recreaciones de paisajes. Con base en Geo Eye –un tipo de Google Maps en modo vista satélite–, Hawx configura sus escenarios a partir de dichos mapas con algunos edificios en volumen 3d. En este caso, la buena definición gráfica de las montañas, valles o el mar distan de la calidad gráfica que encontramos en algunas ciudades en lo que se convierte en el punto más flaco del juego. Pese a esto, lo que sorprende es que en ciudades como Rio de Janeiro se haya conseguido una buena calidad mientras que en México, por ejemplo, el juego pierda un poco el cuidado estético. En este caso, lo podemos ligar con las colisiones, que se convierten en una explosión sobre el pixelado suelo que podría estar un poco más cuidada tanto en el sonido como en la representación gráfica.
Pese a algunos defectos a pulir, Hawx cumple el objetivo que se había marcado el estudio. Consigue divertir y no se convierte en un juego repetitivo gracias al guión, cuidado hasta el último detalle. Otro de los éxitos del título son la multitud de aviones y armas reales que ha conseguido reunir fruto de la colaboración de muchas multinacionales del sector. La aparición de éstas en el juego será muy apreciada por los amantes de la aviación al igual que muchos apreciamos la aparición de marcas reales en aquellos títulos de los que somos particularmente fans. El realismo en todas las partes de un juego es un punto a favor de este que los jugadores siempre agradecen.
Punto y aparte se merece la calidad gráfica del juego. Pese a algunos errores que ya hemos destacado, la recreación de algunos lugares especialmente vistosos hace que el jugador goce del vuelo aun más. El mar del Caribe con su intenso azul y las islas frondosas contrastaran con las escarpadas montañas del centro de Asia, un juego de colores y gráficos que conseguirán que el jugador despegue de su teclado para meterse de lleno en la cabina del avión. Ahora, el destinatario final deberá elegir si fletar su avión y surcar los cielos de Tom Clancy’s Hawx en esta nueva aventura.