Análisis Through the Darkest of Times, la resistencia contra Hitler (PC, PS4, Xbox One, Switch)
"El 30 de enero de 1933 el presidente Paul von Hindenburg nombró a Adolf Hitler canciller de Alemania. Esa misma noche, tres amigos se reunieron en la parte de atrás de una taberna de Berlín y se comprometieron a resistir a lo que se avecinaba. En toda Alemania, gente de a pie, amigos y familias enteras se comprometieron de la misma forma: arriesgando sus vidas para ayudar a los demás y combatir este régimen inhumano. Esta es su historia".
Así comienza Through the Darkest of Times que trata, como bien dice su nombre, del periodo más oscuro de la humanidad –al menos de la era moderna-. Más de un jugador pondrá una mueca al saber que estamos ante "otro" juego de la Segunda Guerra Mundial, pero por suerte esta producción independiente de Paintbucket Games sabe jugar con sus limitaciones de presupuesto para alejarse del enésimo shooter en primera persona matando nazis; esto no es un Call of Duty, Battlefield o Wolfenstein. Y lo que nos ofrece es un juego mucho más maduro, inteligente y en cierta manera, actual.
Así empezó el Holocausto
Básicamente, Through the Darkest of Times es un juego de estrategia y gestión ambientado en la resistencia al movimiento nazi, en pleno ascenso de Hitler. Es muy refrescante porque la mayoría de juegos siempre nos ha mostrado la cara bélica del conflicto, los enfrentamientos entre Alemania y Francia, Gran Bretaña o Rusia, y en algunas excepciones, el punto de vista de la población civil –Valiants Hearts con la Primera Guerra Mundial- en pleno bombardeo. Lo que no suelen contarnos cuando estamos con el pad o el ratón es cómo se llegó a ese extremo, cómo millones de alemanes –y el resto del mundo- miró hacia otro lado hasta que fue demasiado tarde. El nazismo no fue algo que sucedió de la noche a la mañana, y por supuesto tuvo oposición.
Somos un miembro de este grupo de resistencia, inicialmente pequeño y con pocos recursos, dispuestos a sacrificar nuestra vida si hace falta para luchar contra el nuevo régimen, lanzar propaganda y conseguir aliados que se sumen a la causa. Lo mejor de todo: los acontecimientos conocidos se cruzan con nuestras aventuras, que sin duda están inspiradas en hechos reales. Participamos en eventos clave, asaltos, manifestaciones y revueltas a la vez que los titulares de la prensa nos presentan las últimas noticias sobre los movimientos de Hitler y el nazismo.
Inicialmente se nos darán dos opciones o dificultades: modo de resistencia y modo historia. El primero gustará a aquellos que prefieran centrarse en los aspectos de gestión y supervivencia, con la Gestapo en alerta máxima, miembros del grupo poco comprometidos y sin guardado de partida. El modo historia equilibra más la narrativa con el juego, hay constantes guardado en cada turno y llegaremos más lejos. Cualquiera de los dos es divertido, ni siquiera en el más fácil hablamos de una mera novela visual.
Through the Darkest of Times combina una parte de historia, donde se toman decisiones, con una parte más estratégica. Ambas están relacionadas, porque las acciones afectarán a la moral del grupo o a los miembros de la resistencia. ¿Qué tiene prioridad, ayudar a los perseguidos, destapar la verdad para convencer a la población o combatir el régimen con la fuerza? Si encuentras a tres miembros de la Sturmabteilung acosando a un judío en la calle ¿intervienes para proteger al hombre aún a riesgo de recibir una paliza que dañe al personaje o das la vuelta? El juego no va de convertirse en el héroe que derrotó a Hitler, sino en los pequeños gestos que puede hacer cada uno contra este movimiento. Y todo son situaciones creíbles, desde los vecinos que idolatran el régimen, amigos marginados por ser judíos al momento en el que la SA llama a nuestra puerta para detenernos por sospechar que somos un cerdo comunista.
Estrategia ligera
La parte puramente jugable peca de simpleza en sus mecánicas, pero la importancia de este aspecto dependerá mucho de cada jugador. A nosotros en este caso no nos ha parecido un fallo excesivamente grave, pues en ningún momento aspira a destacar en este apartado, sino ser un acompañamiento a la narrativa y el mensaje general. El objetivo en este caso es liderar un grupo de varios personajes principales para que resuelvan una serie de misiones dentro de unos turnos limitados, encargos que pueden consistir en hablar con los obreros para sumar simpatizantes, protestar en el Tiergarten, contactar con un sacerdote crítico con el régimen, recoger donaciones que aumenten nuestros ahorros, filtrar las barbaridades nazis a la prensa, refugiar judíos…
Muchas de estas historias son básicamente las mismas, pero también pueden verse interrumpidas por la aparición de la policía, lo que abre más posibilidades: huir del lugar y perder las recompensas, esconderse para obtener parte del premio o enfrentarse. Dependiendo de la situación, quizás las fuerzas policiales no actúen y resolvamos el incidente cómodamente.
La gestión –más que la estrategia- viene por enviar uno o más personajes a la misión; cada ciudadano dispone de unos valores determinados en empatía, discreción, poder de propaganda, cultura o fuerza, que los hace más adecuados para un tipo de misión u otra. Según colocas estas unidades en la misión, se nos indicará con barras la preparación –las posibilidades de éxito- y el peligro al que nos enfrentamos. Para bajar el valor del peligro también podemos acompañarnos de objetos con un inventario en el que acumulamos diversos ítems, desde la cantidad de marcos que hemos recaudado gracias a los simpatizantes como botiquines de medicina o una bicicleta.
Más curioso todavía es que cada persona dispone de unos rasgos concretos de trabajo, religión o ideas políticas, que también influyen y mucho a la hora de resolver con éxito las misiones. En tu grupo vas a necesitar un amplio espectro de perfiles, desde una recaudadora socialdemócrata a la maestra católica conservadora, el profesor liberal moderado, un funcionario comunista pacifista, un dependiente cristiano liberal, al juez anarquista… Si se trata de hablar con una comunidad religiosa cristiana, obviamente al asignar un personaje anarquista o comunista a la misión dará un peor resultado.
En definitiva, en Through the Darkest of Times debemos mantener alta la moral del grupo con nuestras acciones, conseguir apoyos para recaudar más fondos y evitar situaciones peligrosas que acaban con uno de los personajes muerto o encarcelado. A los jugones del género les parecerá demasiado sencillo, limitado y lineal, incluso en el modo resistencia, y tampoco hay tantas variables como para complicarse la vida. De hecho, tus acciones tampoco van a cambiar drásticamente el rumbo ni reescribirán la historia, pero al final todo consiste en seguir nuestras convicciones y ayudar a tanta gente como sea posible.
Achtung!
Todo el juego se desarrolla mediante menús claros, la vista del mapa y pequeñas ilustraciones que recrean las escenas de la historia. La paleta se inclina por tonos sepia y rojo –salvo para elementos importantes de la interfaz-, que resulta muy apropiado para el ambiente histórico que busca recrear. Los retratos de personajes son sencillos, un poco estilo cómic; en nuestra opinión, dado que se inclina por una historia creíble, quizás habría sido más apropiado utilizar fotografías históricas y actores, o ilustraciones más realistas, pero poco más se puede pedir a una producción de este tipo. Igualmente, en el sonido tenemos voces en inglés y alemán -con textos en español-, música de la época y sonidos ambientales.
Conclusiones
Through the Darkest of Times es a ratos una lección de historia –pese a que es ficción, sin duda hubo resistencia de este tipo en la Alemania de la época- que hará reflexionar a más de un jugador, sobre todo por los paralelismos que se pueden ver entre la década de los 30 y ciertos movimientos políticos actuales. Un país puede entrar en guerra con el resto del mundo y realizar las mayores atrocidades con el clima adecuado, anestesiando a la sociedad y con líderes carismáticos. Esto es algo que no conviene olvidar: juegos como este que muestran el periodo gris, la lenta degradación de todos los valores, son necesarios.
Ahora, como juego de gestión, sabe a poco. Es adecuado para novatos, aficionados que prefieran disfrutar de la historia y las cuestiones morales que plantea, que para quienes busquen desafiar su estrategia. Quizás con una vuelta de tuerca a su jugabilidad podría convertirse en una joya indie, pero queda un poco lejos de ese propósito.
Hemos realizado este análisis con un código que nos ha proporcionado Paintbucket Games.