Análisis de Syndrome (PC)
La época de las vacas flacas ha quedado atrás para los juegos de terror. Ahora tenemos un montón de vacas; no necesariamente gordas, pero un montón de vacas. Crear un juego independiente de terror es relativamente fácil y barato, y muchos estudios se animan a probar suerte para intentar rellenar el vacío que las grandes producciones les dejan a los amantes de este género.
Como todo género, tiene subgéneros, y uno de ellos es el espacial, que nos pone en un ambiente hostil en algún tipo de entorno propio de la ciencia ficción, allá fuera de nuestra atmósfera. El último pilar es el del terror en primera persona, así que mezclar esos tres ingredientes y ya tenéis la fórmula de Syndrome, el nuevo juego de Camel 101.
He estado aquí antes…
Syndrome es un juego de terror y exploración ambientado en una nave espacial, en el que tendremos que intentar permanecer con vida mientras encontramos un camino para escapar. Syndrome es un juego donde la originalidad brilla por su ausencia, con influencias muy claras de Dead Space, Alien: Isolation y los juegos de Frictional Games que sentaron las bases del terror independiente en tercera persona, tales como SOMA o
Así, comenzaremos como un tripulante de lo que parece una nave espacial que, desorientado y sin memoria tras haber despertado de la criogenización, intenta averiguar dónde está y qué está pasando. Como os podéis imaginar, las cosas no pintan particularmente bien, pero establecemos comunicación con otro personaje que nos comienza a prestar ayuda.
Si hasta aquí la historia os parece un tanto estereotípica, que sepáis que hay un segundo personaje que contacta con nosotros para decirnos que no confiemos en el primero, generándonos las dudas de quién quiere el bien para nosotros. La historia es una mera excusa para llevarnos por la aventura, que también peca de previsible y un tanto repetitiva en su ejecución, aunque al menos nos mantiene siempre con incertidumbre.
En Syndrome, la misma fórmula se repite una y otra vez: llega a un sitio nuevo, intenta acceder a tal zona, falta tal objeto, ve a por él, vuelve y repite. Es una pena que el diseño de misiones sea (también) tan predecible, ya que a excepción de algunos momentos, su desarrollo apena nos causa alguna sorpresa. Aunque podríamos argumentar que todos los juegos hacen lo mismo, la gracia es saber disimularlo para que la experiencia sorprenda, eso aquí falla.
Sí que evita momentos de tedio con objetivos claros en todo momento y un utilísimo mapa. Siempre sabemos qué tenemos que hacer y hacia dónde ir, lo que no quiere decir que sepamos el camino. El mapa nos indica los túneles y pasadizos, aunque a veces para encontrar la ruta a seguir sólo tenemos que ir por la única vía posible.
Al menos lo nuevo de Camel 101 no ha cogido el camino fácil de evitar el combate, y nos da armas con las que defendernos. La ejecución de esto tampoco es la mejor, con batallas cuerpo a cuerpo un poco toscas donde nunca sabemos si vamos a impactar contra el rival, pero al menos nos da la opción de poder enfrentarnos a los enemigos. Por supuesto, lo más inteligente suele ser huir y escondernos, pero si la situación lo requiere podemos acabar con ellos.
A lo largo de las más de 10 horas que puede durar la aventura (en función de lo rápido que vayamos, lo que muramos, lo que nos entretengamos…) nos encontraremos con diferentes tipos de criaturas, cada una con una particularidad, que nos obligarán a actuar en consecuencia. Esto le da variedad al desarrollo, y nos da sensación de progreso.
Una buena ambientación
Syndrome tiene unos buenos referentes en lo que respecta a ambientación, y hace un buen trabajo a la hora de meternos en situación. La nave crea un entorno opresor, con buenos efectos de iluminación y muchas figuras humanoides que saben ponernos nerviosos. El diseño del mapa está bien planteado, ya que nos obliga a encontrar siempre una ruta paralela, y con ello, nuevos peligros por el camino. Incluso tiene guardado manual, algo muy clásico en el género.
Los monstruos no nos han convencido tanto. Sí, la primera vez que los ves imponen, pero luego te das cuenta de que no son demasiado peligrosos, y te dan más miedo por el susto que por ser un enemigo. Sobra decir que no es un juego de acción ni mucho menos, y que cuando veamos a varios monstruos o a alguno fuerte más nos vale echar a correr y buscar un lugar seguro.
Técnicamente, Syndrome es un juego correcto, que destaca más en la oscuridad que en la luz. Los claroscuros, la luces parpadeando y las siluetas tenues nos dejan momentos muy resultones, aunque en el momento que vemos el juego en detalle se aprecian las limitaciones de su (cabe esperar) humilde presupuesto. Algo parecido pasa con las voces, únicamente en inglés pero con subtítulos en castellano, que cumplen a la hora de darle vida a los personajes, pero sin destacar.
El síndrome del terror
Syndrome es un juego de terror correcto. No hace nada demasiado bien, pero tampoco hace nada demasiado mal. Consigue crear un ambiente muy acertado, que nos mantiene en tensión y con momentos interesantes, pero no es capaz de destacar o de ofrecer algo nuevo, y en un género tan explotado últimamente como es el terror, es importante tener algo que te distancie de tus decenas de competidores.
Su mayor problema, probablemente, son sus referencias (Dead Space, Alien: Isolation, SOMA), que son tan claras y su ejecución tan teórica que a poco que hayas jugado a algún juego de terror de este corte en los últimos años, Syndrome te va a parecer de lo más previsible. Si esto para ti no es un problema, se merece una oportunidad, pero en cualquier caos, es uno de esos casos en los que el alumno se queda lejos de superar al maestro.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Plan of Attack