Análisis Super Cane Magic ZERO, aventura y acción RPG cooperativo (PC, Switch, PS4)

Las aventuras RPG de corte dungeon crawling cada vez van ganando más fuerza, sobre todo dentro de la escena independiente. Son muchos los títulos pertenecientes a este género que están disponibles en los distintos formatos, siendo Super Cane Magic ZERO el más reciente en aparecer. Un título que está disponible para Switch, PS4 y PC.

A poco que os fijéis en las pantallas que acompañan a este análisis, seguramente vais a comprobar a qué tipo de juego pertenece esta obra de Evil Studio. O, por lo menos, es fácil tildar a esta producción como simpaticona y bastante curiosa en lo visual, dado que su estética en plan cartoon de esos "cutrillos" que de vez en cuando se dejan ver en series de dibujos animados llama poderosamente la atención. Pero de eso hablaremos más tarde, ya que lo primero es explicar la historia que está detrás del juego, una narrativa que resulta tan surrealista como alocada.

El mundo de WOTF está en peligro. ¿Y por qué? Pues porque un perro se ha tragado la varita mágica de un poderoso mago y está causando estragos. Para poner orden entramos nosotros, y lo hacemos de una manera bastante rimbombante dado que aparecemos justo en el epicentro de un cráter provocado por un meteorito. Y precisamente por eso nada más comenzar la aventura somos arrestados por el cuerpo de policía, y nuestra primera misión consiste en salir de dicho centro penitenciario, el cual actúa como un tutorial práctico. Como podéis ver, la historia es tan simple como original y bastante loca. Y, además, está aderezada por un sentido del humor muy particular… que puede gustar más o menos. Debemos confesar que a nosotros precisamente nos ha parecido bastante burdo en general (aunque tiene sus momentos), pero eso es una mera cuestión de gustos.

Lo que es indiscutible es que estamos ante una de esas producciones que tratan de desmarcarse a toda costa de lo mostrado en otros títulos de similares características. Y eso siempre tiene mucho mérito en un mercado que cada vez está más saturado de producciones cortadas por un patrón parecido.

Mucho mejor si jugamos en cooperativo

Lo primero que debemos hacer nada más empezar la aventura es escoger a nuestro protagonista entre cuatro posibles candidatos (cifra que va creciendo a medida que avanzamos y desbloqueamos a nuevos personajes). Tipo (panadero), Tipa (fontanera), Tiperto (mago) y Tipancia (influencer) son los nombres de los tipos que podemos controlar, todos ellos diferentes tanto en apariencia física como en características. Eso es, dado que en función de nuestra elección su habilidad especial varía y, también, sus estadísticas en campos como salud, ataque, etc. son distintas.

La fórmula de juego planteada en su modo historia es la habitual en este tipo de obras. Debemos recorrer un escenario de considerables proporciones de manera más o menos libre, abatiendo en tiempo real a todos los enemigos que salen a nuestro paso, jefes finales incluidos. El sistema de combate es muy simple, puede que incluso demasiado para nuestro gusto, dado que para dañar a los adversarios contamos con dos métodos básicos: lanzar objetos y atacar directamente (con un solo botón).

Para otorgar más gracia a este sistema, es cierto que es posible llegar a recoger y lanzar casi dos centenares de objetos únicos. Y como podéis imaginar, cada uno de ellos posee sus propias características puesto que no es lo mismo lanzar una bomba que una roca o un mero cubo de basura. Prácticamente todo lo que aparece en los escenarios, incluyendo los propios cofres de tesoros, son susceptibles de ser devorados por los protagonistas… una acción que tiene su aquél. Eso es, porque en función de las cualidades o particularidades del objeto en sí los personajes ganan salud, la pierden o son dotados de estados beneficiosos temporales.

La exploración de los fondos también nos permite ir ganando acceso a nuevas áreas y, también, a los ya citados cofres de botín que suelen encerrar piezas de equipo útiles con las que es posible ir equipando a los miembros del grupo. Armas (algunas de ellas muy simples), gorras y cascos o protectores son algunas de las que es posible ir coleccionando, modificándose así el aspecto de los protagonistas, que son bastante personalizables en este sentido. Y, como en todo RPG que se precie, a medida que avanzamos también es posible mejorar las aptitudes de los personajes en un árbol de habilidades sencillo pero bastante funcional.

Por todo esto estamos ante una aventura que no supone ningún avance jugable ni evolución de ningún tipo para el género en sí, ofreciendo mecánicas entretenidas pero que ya hemos disfrutado en multitud de títulos previos. Sin embargo sí que es necesario destacar la integración de un modo cooperativo local para cuatro jugadores simultáneos que viene a ser el modo de juego estrella de esta producción. De esta forma es posible jugar toda la campaña en compañía de nuestros amigos (solo de manera local, sin multijugador online) tratando de formar el equipo más equilibrado posible. Esta modalidad cooperativa se convierte en la mejor manera de disfrutar de esta producción, que gana bastantes enteros en comparación con la vertiente single player.

Además y para complementar a dicha vertiente cooperativa, el juego también integra otra modalidad competitiva para ese mismo número de participantes: el modo Arena. Una opción que tiene su gracia y que prolonga la ya de por sí considerable vida útil del juego, que en su vertiente principal se extiende durante un mínimo de unas 15 horas.

Este interesante planteamiento jugable ha sido bien secundado por una faceta gráfica muy llamativa. Puede gustar más o menos, pero es innegable que la estética que ostenta esta obra resulta bastante particular y colorida. Los personajes gozan de unas animaciones bastante graciosas, incluyendo las que son capaces de ejecutar algunos jefes finales, mientras que el aspecto de los escenarios es más que decente. Lo único criticable en este sentido es el rendimiento que presenta el título que, al menos en la versión para Switch que hemos probado, deja notar ciertas bajadas en la tasa de cuadros de animación. Nada grave, pero sí que resultan molestas en ocasiones.

Por el contrario, el apartado sonoro nos ha decepcionado mucho. ¿Y por qué? Pues porque si bien se ha optado por incluir una banda sonora en plan chiptune que se adapta bien a las particularidades de esta aventura, por desgracia varias de las melodías que se dejan escuchar a lo largo de la misma resultan tremendamente repetitivas y molestas, siendo recomendable bajar el nivel de dichas canciones en la pantalla de opciones correspondiente. Los efectos son más decentes, menos mal.

Aventuras muy locas y simpáticas

Un nuevo representante de los RPG de estilo dungeon crawler aterriza en Switch, PS4 y PC con una propuesta nada innovadora en su faceta jugable pero, en cualquier caso, entretenida y muy recomendable… al menos en su modo cooperativo. Eso es, porque si por algo destaca esta obra más allá de su curiosa estética visual es por ofrecer diversión a cuatro bandas fresca y duradera. No es el mejor exponente de su género, pero sí uno bastante notable.

Hemos realizado este análisis mediante un código de descarga enviado por Dead Good Media.