Análisis de Star Wars: Caballeros de la Antigua República 2 (PC, Xbox)

Cuando a finales de los años 70 se estrenó Star Wars, comenzaba también la historia del videojuego, y a lo largo de estas casi tres décadas han sido numerosísimos, y de multitud de géneros, los videojuegos basados en la trilogía, pronto doble, ideada por George Lucas, y en su creciente y prácticamente ilimitado universo de ciencia ficción derivado. No hay más que ver el reportaje que durante estos últimos meses se ha ido publicando por partes en Vandal Online, y que pronto estará terminado. Ese centenar de juegos ha sido de muy diversa calidad e índole, pero prácticamente ninguno ha trascendido a su condición de "juego de Star Wars" para llegar a lo más alto en su respectivo género. Con la excepción de Star Wars: Caballeros de la Antigua República, cuya secuela nos ocupa hoy.

Este juego de rol ideado por Bioware, compañía canadiense que se ha convertido en uno de los mejores estudios de desarrollo tanto por méritos como por ventas, nos ubicaba 3.000 años antes de la historia contada por las películas, en una República Galáctica floreciente pero no por ellos menos proclive a que cualquier chispa encendiese la mecha de un conflicto de gigantescas proporciones, como hemos podido comprobar en las películas. La historia del juego nos hacía retroceder a esas épocas, todavía no tan avanzadas a nivel tecnológico como en las películas, en una sociedad futurista y de ciencia ficción pero con una estructura social que recuerda a la del Renacimiento. Aparte de que la historia enganchaba desde el principio a cualquiera que hubiese visto más de una vez la primera trilogía, era un excelente juego de rol con gran libertad de acción y movimiento, la originalidad de orientarnos hacia un lado u otro de la fuerza y un sistema de combate que mezclaba la acción en tiempo real con los turnos de ataque, y del que otras compañías (como Square Enix, cuyo FFXII usará algo parecido) tomaron buena nota.

No hace falta decir que el juego fue un éxito considerable, y la secuela no tardó en anunciarse. Pero no ha sido Bioware la encargada de llevarla a cabo, sino un nuevo estudio, Obsidian Entertainment, fuertemente emparentado con Bioware, y a la que le han dado gran parte del trabajo hecho, léase motor del juego, etc... En tan solo un año el equipo de Obsidian ha logrado cuajar una secuela que, pese a no incluir ninguna novedad revolucionaria, sí mantiene el interés en una historia bien contada y las otras virtudes de su antecesor.

Subtitulada "Los Señores Sith", Caballeros 2 continúa la historia de su predecesor, ambientado cinco años después, y está protagonizado por un extraño personaje, un antiguo Jedi, que irá recuperando poco a poco la memoria –y los poderes Jedi- a medida que avanza la partida, mientras de paso va inclinándose hacia un lado u otro de "la fuerza". En esta ocasión las decisiones que tendremos que tomar que nos inclinan hacia un lado u otro del espectro ético son más numerosas, y hay mayor cantidad de ellas en los diálogos –algunas muy directas, otras más sutiles-. De igual modo, ahora nuestras decisiones también influyen en los restantes miembros de nuestro grupo de personajes. Durante la aventura recorremos, al igual que en la anterior entrega, varios planetas o satélites, donde nos encontraremos con diferentes situaciones de conflicto en las que podremos tomar partido.

Algunos escenarios son ya conocidos por todos, como Dantooine o Korriban, pero han sufrido cambios en estos últimos años. Otros son nuevos y nos dan un punto de vista más amplio del universo Star Wars y de la situación de la época. Del mismo modo, algunos de los personajes del juego serán viejos conocidos de la primera parte, mientras que la gran mayoría, los demás, son completamente nuevos. Además, en la historia hay multitud de referencias a los personajes del anterior juego, a las guerras Mandalorianas (a las que ya se referían en el título anterior) y a otros detalles del universo Star Wars que le dan a la ambientación una especial coherencia, especialmente para el que ha jugado al anterior Caballeros.

En la jugabilidad tampoco hay grandes cambios, salvo ligeras mejoras o pequeñas innovaciones. Seguimos teniendo la opción de visitar los mundos en el orden que prefiramos, tras una primera fase lineal (donde tendremos que volver a hacernos con el Halcón de Ébano, la nave de la primera parte), y en ellos habrá que seguir el clásico esquema de ir del punto A al punto B, con considerables escenas cinemáticas ene el trayecto. El número de personajes que llevaremos será también el mismo que en el juego anterior, tres. Los personajes son también prácticamente idénticos a los del anterior juego, cada uno con sus seis atributos de Dungeons & Dragons (Fuerza, Habilidad, Constitución, Inteligencia, Sabiduría, Carisma), sus puntuaciones en habilidades (tales como persuasión, informática, seguridad, etc...), sus dotes (ataque poderoso, dureza, etc...) y, en el caso de ser jedi, sus poderes.

Mientras que las tres primeras características permanecen intactas, en los poderes jedi hay bastantes novedades, como no podía ser de otra manera. El más destacado de todos ellos es el que te permite ver enemigos ocultos, e incluso detectar su inclinación en la fuerza. Dentro de los poderes jedi también se ha incluido una segunda evolución de clase que tiene lugar tras unas pocas horas de juego. Tendremos que elegir una vez más si nuestro jedi se especializa en el combate, en los poderes de la fuerza o en una mezcla entre ambas vertientes. Esto le da al juego una mayor riqueza y nos permite configurar a nuestro personaje tal y como queramos. Como en la anterior entrega, los poderes de la fuerza estarán divididos en neutros, luminosos y oscuros, y dependiendo de nuestra alineación nos costará más o menos usar los poderes de la luz o del reverso tenebroso. Esto hace que, si nos empeñamos en ser malvado y nos especializamos en el estilo de combate agresivo, o si por el contrario somos buenos y nos especializamos en la defensa, nuestro personaje resulte más efectivo que las medias tintas.

En el combate tampoco existen una gran cantidad de cambios salvo por la posibilidad de usar dos kits de armas y cambiarlos a la pulsación de un botón. Sigue mezclando la acción en tiempo real (movimiento e introducción de comandos) con los turnos (el ritmo al que nuestro personaje realiza acciones), todo ello regido por las normas de Dungeons & Dragons y determinado por invisibles tiradas de dados de las que solo se nos muestra el resultado. Como en el juego anterior, no solo estaremos limitados a un tipo de ataque. Aparte del ataque básico podremos usar ataques bien conocidos por los fans del juego como el ataque poderoso o la ráfaga, items como detonadores térmicos o sónicos, equipamiento como eventuales escudos de energía y, en el caso de un jedi, poderes de la fuerza. En el combate podremos pausar la acción en todo momento y cambiar de personanjes para ordenarles un tipo de arma o de comportamiento, haciendo al combate uno de los aspectos más divertidos del juego por la posibilidad de mover a nuestros personajes, ocultarlos tras parapetos e incluso huir de la acción.

Entonces, ¿es Caballeros 2 una copia de la primera parte salvo por la nueva historia? En cierto modo sí, pues las líneas principales trazadas por el primer juego se siguen a rajatabla, pero existen novedades que sin ser revolucionarias sí añaden algo más de profundidad al juego. Aparte de los nuevos poderes y las clases de jedi, ya mencionadas, existen mayores posibilidades de creación, destrucción y modificación de items en los bancos de trabajo. También el hecho de ser de un lado u otro de la fuerza influye más en el juego, contando con opciones de diálogo diferentes según nuestra inclinación, en una mayor cantidad que en el otro juego. También tendremos mayor capacidad de influencia en los miembros de nuestro grupo, pudiéndolos inclinar hacia nuestro lado de la fuerza, chocar con ellos por nuestros diferentes puntos de vista sobre la vida y el bien y el mal, o persuadirlos para que nos den información útil.

Pero sin duda el mayor cambio en el juego, sutil pero muy interesante desde un punto de vista de equilibrio de personajes y de narración en la historia, es el hecho de que en numerosas ocasiones la acción se trasladará de nuestro personaje principal a un miembro o miembros del grupo que correrán una aventura en paralelo a la nuestra. Esto hace que la narración de la historia sea más trepidante y cinematográfica, produciéndose escenas en las que un grupo de personajes se comunica con el otro, y además nos obliga a no poder prescindir de ningún personaje a la hora de jugar pues corremos el riesgo de que cuando le toque correr una aventura solitario se encuentre tremendamente descompensado frente al nivel de los enemigos a los que se tendrá que enfrentar.

A nivel jugable Caballeros 2 sigue en el sobresaliente, pero en el apartado gráfico conserva los fallos del anterior e incluso los acentúa, como es el caso de las ralentizaciones. Mientras que detalles como los efectos de los sables laser son francamente impresionantes, los escenarios tienen un aspecto desfasado en comparación con los últimos juegos de la consola Xbox, y algunos personajes secundarios carecen del detalle que hoy en día se le exige a la consola de Microsoft. También hay otro punto considerablemente molesto y es la tardanza de los tiempos de carga, también heredada del predecesor pero acentuada en esta ocasión, ya que muchas veces tendremos que recorrer varias veces el mismo camino y eso multiplica los tiempos de carga.

El sonido sigue la tendencia del anterior juego, con una banda sonora clásica de Star Wars con sus temas de orquesta, los clásicos FX eternamente reciclados y un doblaje al inglés muy bueno... pero, obviamente, en inglés. El doblaje es de proporciones gigantescas, con muchísimos personajes y frases, y quizás por esa razón LucasArts no se ha aventurado a traducirlo al castellano como hace con otros juegos. Es una lástima, porque sería genial para el jugador español. Eso sí, está completamente traducido y subtitulado al castellano, aunque en la versión que nos ha enviado LucasArts (versión final pero no de venta al público) había algunos fallos curiosos en el uso del género, e incluso en alguna ocasión vimos alguna palabra en italiano "colada" en medio de una frase.

Star Wars: Caballeros de la Antigua República 2: Los Señores Sith es, pese a no innovar prácticamente nada, un magnífico juego de rol. Los que disfrutaron con la primera parte no deberían dudarlo a la hora de hacerse con esta segunda entrega. Mantiene los fallos del predecesor pero conserva sus virtudes y tiene una historia tan interesante y adictiva como la de la primera parte. En el caso de los que no jugaron al primer Kotor, esta segunda parte es tan recomendable como el original, y no es necesario haber jugado al primero –aunque los guiños a éste son numerosos- para pasar cuarenta horas de diversión en el universo Star Wars. Un gran juego, aunque nos gustaría ver grandes innovaciones para la tercera parte.