Análisis de Space Hack (PC)

En PC, los juegos de Rol siempre han estado relacionados con complejas interfaces y sistemas de juego endiablados. Los "padres" del género como Ultima nunca tuvieron un interfaz sencillo, y las batallas eran por turnos, siguiendo la tradición de los grandes manuales de Rol. Aunque se pueden citar algunos títulos que se aproximaban al juego de RPG de acción, no fue hasta la creación de Blizzard llamada Diablo cuando este género se consolidó. El carrusel de imitadores del demonio ha sido excesivo y a todas luces innecesario, puesto que la calidad de la mayoría de los juegos era irrisoria (quizás sólo revindicaríamos el genial Nox, que posiblemente sea más jugable que Diablo II).

Puesto que no se puede competir en los apartados de diseño de producción o videos con Blizzard, el género se ha quedado absolutamente para ellos solos salvo excepciones como Sacred. Lamentablemente, Diablo II fue bastante menos de lo que nos prometieron, y su escasez de posibilidades lo han dejado en bastante mal lugar al lado de los últimos RPG de Bioware como Knight of the Old Republic.

Cuando menos lo esperábamos, nos ha llegado este título que sigue fielmente todas las consignas de Blizzard, y que está realizado por los polacos de Rebelmind. Aunque la compañía cita en múltiples entrevistas que es un título innovador al ubicar el juego en un mundo futurista, la larga sombra del Cyberpunk de PC representado por los maravillosos (y olvidados) Fallout hace que esta afirmación sea un poco gratuita. Por lo tanto, tenemos un título realizado con muy pocos medios, y con un aspecto bastante profesional, algo que dice bastante del trabajo realizado por Rebelmind. Pero antes de entrar en prolegómenos respecto al juego, es conveniente ubicaros en el trasfondo narrativo de Space Hack.

El exceso de población en la Tierra ha obligado a los diversos gobiernos a realizar medidas quizás excesivas. Ya que no hay posibilidad de migración voluntaria, se ha erigido una ley de salida forzosa del planeta. La mayoría de presos peligrosos salen de la tierra en unas naves muy peculiares que guardan los reclusos en enormes biosferas. Éstas son pequeños planetas con distintas atmósferas, que sirven de cobijo a los rateros espaciales. Una vez depositadas en un planeta específico, servirán de base de operaciones antes de asentarse en éste. Maximus XV es una de estas naves de transporte, y es la que lleva a nuestro héroe: Un colérico oficial de la marina espacial.

Encerrado por insubordinación a un alto mando, está recluido en Maximus XV de por vida. O eso creía él, ya que la nave fue fagocitada por una nebulosa espacial, y las distintas biosferas atacadas por los más diversos monstruos. La mayoría de ellas ha sido destrozada por este ataque, pero la biosfera de nuestro héroe resiste todavía al invasor. Ha llegado la hora de demostrar de manera expeditiva a los alienígenas quién manda en Maximus XV, y sacar la nave de la negra nebulosa. Para ello contarás con los más firmes aliados, y desafiarás a las más poderosas alimañas. Todo ello en un mundo variado y con múltiples entornos.

Como es habitual en los juegos de rol de acción para PC, nuestro protagonista empieza en un "lugar central" donde se le asignan las distintas misiones. Esto confiere al juego un desarrollo no-lineal bastante variado, puesto que deja al jugador elegir la misión que más se adapte a sus gustos o experiencia con el personaje. Aún así, sufre un poco de la monotonía de Diablo II puesto que las misiones no son especialmente variadas. Esto lo resuelve de manera más o menos precisa con la posibilidad de modelar nuestro personaje a medida que vayamos avanzando en el juego. En el sitio central donde empezamos hay diversas tiendas de armaduras o armas, que nos servirán para armarnos hasta los dientes antes de salir fuera. Aparte de las tiendas, es conveniente escuchar los rumores de muchos de los convictos o superiores, ya que estos dan pistas sobre lo que se debe realizar en las misiones.

En la parte central nos asigna las misiones Patrick Van Horn, mientras que ocupándose del radar y el seguimiento tenemos a Ben Lova. Como tenderos en la ciudad central nos encontramos a Nicolas Nikopolakis, vendiendo las armas de contacto, y a Nico Nikopolakis, familia del anterior y que vende las armas de fuego. Por último mencionar a Axel Schwartzmort como "boticario" y nuestro compañero Roland Albazair que nos dará sabios consejos. Todos estos constituyen la compañía central, pero encontraréis muchos más personajes secundarios a lo largo del juego. Es una pena que no haya más desarrollo dialéctico, puesto que la mayoría de diálogos que tienen contigo no tienen posibilidad de respuesta.

Space Hack cuenta con un muy competente apartado técnico íntegramente realizado en tres dimensiones. Aunque el diseño de producción deja ver la escasez de medios de Rebelmind y no se puede comparar ni con los desaparecidos Westwood ni con Blizzard, es aceptable y te integra dentro del mundo Cyberpunk que han ideado. Los personajes están compuestos de un número de polígonos reducido, pero los escenarios lucen bastante teniendo complicadas estructuras arquitectónicas. En este sentido también hay que destacar las texturas, que aunque no usen efectos de resaltado demuestran un marcado sentido visual y ayudan a dar gran variedad a los entornos. El único fallo grave es la ausencia de zoom y la excesiva niebla en la mayoría de los entornos. Esto queda compensado por su genial optimización, que lleva a que cualquier ordenador competente pueda hacer funcionar el juego bajo mínimos requerimientos. Un buen apartado por parte de Rebelmind, y que demuestra un dominio del hardware de PC. El juego cuenta con una eficiente banda sonora ambiental, que cambia dependiendo de la fase en la que se encuentre el jugador. El problema es que ésta no es interactiva de ningún modo y a la hora de afrontar las batallas no tiene ningún cambio de ritmo. Esto ya estaba en juegos de hace aproximadamente 5 años, y es un poco triste que no esté en la actualidad ya que hace que el juego pierda bastante feeling. Pero la música, con este pequeño error, no es el verdadero garbanzo negro del apartado, el cual es sin duda los FX. El doblaje de Space Hack es simplemente amateur, y da la sensación que una única persona ha realizado las diversas voces de más de 10 personajes. En este sentido, uno se plantea bajar el volumen del sonido ante la sobreactuación de todas y cada una de las voces. El resto de FX no es mucho mejor, y resultan estridentes aparte de ser bastante escasos, ya que se echan de menos en el impacto de los láseres o armas de filo. Éste es sin duda el peor apartado del juego, ya que resulta absolutamente amateur, tanto por el doblaje, como por la realización sonora. Una absoluta decepción, en definitiva.

Space Hack resulta eficiente, pero a la vez rudimentario en el control ante la escasez de posibilidades. A pesar de algunas magias (llamadas en el juego dispositivos High-Tech) el juego se queda corto en sus posibilidades, y se reduce en demasía al número de veces que puedes hacer clic. Se habría agradecido un mayor número de acciones para el personaje como esquivar los golpes o atacar de distintas maneras. En Space Hack no es posible, y es definitiva limita un poco la jugabilidad. Para resultar justos, el control es muy eficiente y cada vez que hagas clic darás al enemigo en cuestión. También el movimiento del personaje es responsable, y a diferencia de otros juegos se mueve muy correctamente a lo largo de los distintos entornos.

El juego es especialmente variado, y a través del "lugar central" podemos teletransportarnos a las distintas biosferas donde cumplir nuestros objetivos. Así, Space Hack es bastante largo y ofrece una duración de juego nada desdeñable, algo que sin duda justifica su bajo precio. La pena es, como hemos dicho antes, que el reto sólo suponga aniquilar monstruos sin control, dando como resultando una gran monotonía al no tener sub-objetivos específicos (aunque hay algún puzzle con tarjetas realmente interesante). Todo esto hace al juego repetitivo, no tanto visualmente (que no lo es), sino jugablemente ya que aparte de la subida de experiencia del personaje, el jugador no tiene suficiente aliciente para continuar en la aventura. A todo esto se una la inexplicable ausencia de un modo multijugador, clave del éxito del padre de este género en PC, y que hace a Space Hack un tanto deficitario en jugabilidad una vez se acabe el modo principal.

Space Hack es un ameno título realizado con muy escaso presupuesto por Rebelmind, y un buen comienzo para la editora catalana 46 TSM Games. Sabiendo las limitaciones de Rebelmind, es un gran título, puesto que economizando algunos aspectos (el sonoro especialmente) han conseguido realizar un divertido juego de rol de acción. El problema es que en los tiempos que corren un esfuerzo de este estilo y con nula originalidad, no ofrece nada nuevo al aficionado al género. Si Rebelmind hubiera dado una mayor complejidad a las misiones y quizás un desarrollo más aventurero a los diálogos, habría conseguido un gran juego. En su estado actual Space Hack es un "bis" de toda la escuela generada por el éxito desmedido del primer Diablo. Por supuesto, a cualquiera que lo adquiera le dará buenas horas de diversión, ya que el juego dentro de sus limitadas posibilidades resulta muy atractivo.