Franquicia con solera
Quién iba a decir en su época que el diseñador de F-15 Strike Eagle – quizá el simulador más influyente de compatibles junto a Flight Simulator – podía hacer un juego de estrategia por turnos. Éste fue Railroad Tycoon, primer juego por turnos de Meier y que creó todo un pequeño fenómeno de los simuladores de promotor de los ferrocarriles. Emular a Cornelius Vanderbilt o - en nuestra versión patria - el Marqués de Salamanca era toda una experiencia, y el toque entre romántico y emprendedor de tejer vías a lo largo del mapa creaba altas cotas de adicción.
Las secuelas aumentaron la complejidad, abandonando el carácter juguetón y sencillo del original, y reduciendo bastante su mercado. Henos aquí, en pleno 2006 con la franquicia de vuelta a Sid Meier ¿Qué camino ha optado a la hora de llevar los trenes a la actualidad? La idea está clara desde el inicio: la simplicidad. Todo ello lleva a que Railroads! recupere el espíritu de los primeros juegos, ofreciendo posibilidades notables sin hacerlo difícil para los legos en la materia. Todo ello lleva a un cambio rotundo en la interfaz y en el desarrollo, como veremos ahora.
Capitalismo e inversión
Nada más empezar, podremos seleccionar un escenarios específicos en Europa (incluida España) y EEUU. La dificultad podrá ser graduada, pero el medio físico también influirá en el desarrollo de las vías. Así, un escenario como Francia, con grandes llanuras, será más sencillo que los Balcanes y viceversa. Este cambio físico no es baladí, ya que la construcción de grandes vías en países montañosos se dispara de precio.
Esto entronca con el muy divertido – y magníficamente implementado – sistema de acciones. Cada uno de los "emprendedores ferroviarios" tiene un número de acciones. En el caso de verse apurado de dinero, puede ponerlas en venta…con cuidado de que no sean compradas por otro. El ejemplo es que si un jugador obtiene todas las acciones de otro puede finalizar la partida de este último, iniciando un monopolio que lo hará un futurible vencedor. Este sistema está implementado de manera muy sencilla, y aunque algunos echarán de mejor una mayor profundidad, permite a cualquier profano hacer macroeconomía de manera sencilla.
Gastos y costes
El objeto de negocio en Railroads! es obtener beneficios del comercio interurbano entre la oferta, la demanda y los recursos. Una especie de capitalismo a pequeña escala, el cual exige cierta pericia a la hora de decidir lo recursos. Primero, lo más sencillo es atender la demanda de personas y correo entre una ciudad importante y otra más rural (Marsella – Tolouse, Madrid – Zaragoza, etc.). Este es un intercambio básico, que sirve para financiar sin apenas costes tus primeras acciones ferroviarias. La clave, el verdadero negocio del juego, es conectar los recursos con las fábricas, y luego éstas con algunas ciudades que demanden ciertos elementos. Las fábricas o graneros pueden estar en ciudades o villas, haciendo un poco más difícil la conexión.
Las fábricas, cuando tengamos dinero, podremos comprarlas a través de una subasta entre todos los empresarios ferroviarios. Si obtienes la fábrica tendrás una verdadera gallina de los huevos de oro, pero esto en partidas difíciles nos costará bastante ante las sustanciosas pujas de los enemigos. El método de la subasta sirve también para los inventos, que de vez en cuando saldrán en la esquina derecha de la pantalla y si ganamos la puja obtendremos su uso exclusivo por diez años. Baste decir que esto serán mejoras bastante jugosas, como una ampliación de la velocidad o el aumento de los trenes. De estos últimos hablaremos ahora.
Trenes y vías
Empezaremos con los trenes más rústicos que uno pueda imaginarse, y a cuyas velocidades obtendremos ingresos muy lentamente. Los nuevos vehículos se irán desbloqueando a medida que pase el tiempo, y deberemos ir renovando la flota de manera progresiva. De manera progresiva e inteligente, puesto que las líneas con ingresos suculentos deberán tener máquinas veloces que lleven a un flujo constante.
Para ello deberemos también hacer un sistema viario consistente, no especialmente lioso y que permita que todas las líneas puedan cruzarse sin dificultad. Este es quizá el único error del juego, y es que el sistema de vías – en principio fácil – mal desarrollado puede dar a confusión. Es realmente una pena que Firaxis no haya incorporado un sistema más desarrollado de vías, ya que su gestión es realmente infernal en partidas avanzadas.
Apartado audiovisual
Railroads! es visualmente Civilization IV con raíles. Es el mismo motor gráfico, los mismos efectos de sombreado y el mismo número de polígonos. Curiosamente, no parece estar optimizado mucho, y esta adaptación pide mucho más equipo del que se recomienda en los requisitos recomendados. Esto puede dar pie a situaciones curiosas, y es que muchos ordenadores actuales harán funcionar el juego de manera lenta. Quizás Firaxis debería haberse dado más tiempo en optimizar el juego. Este apartado visual viene con un diseño de producción juguetón, muy colorido y que aporta una viveza rara en este tipo de juegos.
El sonido cuenta con la calidad habitual de la compañía, dando prioridad a los efectos sonoros en el juego, aunque dotándolos de música ambiental en cada una de las ciudades. En las ciudades españolas suena Leyenda de Isaac Albéniz, mientras que en las inglesas la Marcha de los granaderos británicos hace su aparición, para acabar en las ciudades francesas con la Marsellesa o el célebre Frere Jacques. En EEUU la oferta musical se amplía, incluyendo clásicos del folk bastante trabajados. Todo ello acompañado por una especie de música sureña en los menús, muy consecuente con el espíritu de pioneros que impregna el juego.
Posibilidades accesibles, pero ¿Pocas?
Esa es la principal pregunta para los viejos jugadores de Railroad Tycoon. Lo cierto es que este Railroads! toma el concepto del juego sin incorporar opciones nuevas, lo que lo hace discutible para este tipo de aficionados. Muchos de ellos lo han considerado un juego inferior, aunque a decir verdad no han llegado a pensar en el genial trabajo de implementación que ha realizado Firaxis. Fuera de las vías – cuya facilidad es contraproducente como hemos dicho antes – cualquiera puede crear en apenas dos minutos varios trayectos entre los sitios más insospechados. Es esa facilidad la que hace Railroads! muy divertido, ya que carece de cualquier curva de dificultad a la hora de ponerse a jugar. De hecho, sería posible adaptarlo a consola con apenas tres cambios en la interfaz.
Conclusión
Aunque poco ambicioso, lo cierto es que es complicado resistirse a los atractivos de esta reinterpretación de Railroad Tycoon realizada por Firaxis. La interfaz está magníficamente implementada, los gráficos son atractivos y la música es de una gran calidad. Todo esto lo hace tener ese mágico toque de juegos que, aunque simples, engatusan al jugador y lo dejan enganchado unas cuantas horas a la pantalla de su monitor. Con un poco más de ambición y posibilidades, Railroads! podría haber marcado época. Desafortunadamente, su escasa optimización y lioso sistema de las vías lo restan algunos puntos. Pero ¿Y el placer de revivir la infancia en la que construíamos maquetas de trenes?.
