Análisis de Shadow Warrior (PC)

Puede que Duke Nukem 3D fuera la obra más importante y reconocida de 3D Realms, pero sería injusto olvidarnos de Shadow Warrior, un título donde el estudio lo dio todo, tanto a nivel técnico como jugable. Se trataba de un juego deudor de una época en la que la acción más desenfrenada, el gore y la socarronería se daban la mano para ofrecernos diversión pura y dura, sin más complicaciones que encontrar la salida y desmembrar a tantos enemigos como nos fuera posible.

Siguiendo la moda que hay últimamente de resucitar sagas clásicas para devolverlas a la actualidad con gráficos acordes a lo que se espera de un título de hoy en día, Flying Wild Hog y Devolver Digital han decidido recuperar el título de 3D Realms y crear un juego totalmente nuevo partiendo de sus bases, con un resultado más que digno y que sabrá satisfacer a cualquier amante de la acción más frenética y alocada.

Afilando la katana

La historia del juego es bastante simple. En ella nos presentan a Lo Wang, un sicario habituado a hacer todo tipo de trabajos al que le han enviado con dos millones de dólares a comprar una espada legendaria. Tal y como era de esperar, las cosas se torcerán rápidamente y nos veremos obligados a realizar todo tipo de escabechinas para salir con vida de un apocalipsis demoniaco que se ha desatado en la Tierra por culpa de dicha katana.

Para acompañarnos en la aventura y hacernos su desarrollo más entretenido, contaremos con Hoji, un demonio desterrado que se unirá a nosotros y que parece esconder muchos secretos. Nos ha sorprendido comprobar la cantidad de escenas de vídeo con las que cuenta el juego. Son breves y no cortan demasiado el ritmo, y aunque el guion no es nada del otro mundo, sabe hacerse lo suficientemente entretenido como para justificar nuestro avance y tenernos mínimamente interesados, que ya es mucho más de lo que puede decirse de otros títulos del género. Además, a esto ayudan mucho las constantes conversaciones entre Hoji y Wang, las cuales conseguirán sacarnos alguna que otra sonrisa con sus continuas pullas.

Pero cualquiera que se haga con Shadow Warrior no lo hará por su argumento ni por sus diálogos, sino por la acción tan salvaje que nos ofrece. En esencia nos encontramos ante un juego de acción en primera persona en el que tendremos que recorrer niveles lineales desde el punto A hasta el punto B mientras acabamos con todo lo que se nos ponga por delante, por lo que aquí no encontraréis grandes sorpresas.

Lo realmente interesante y diferenciador de la obra de Flying Wild Hog es su sistema de combate cuerpo a cuerpo con katanas, el cual nos ha parecido sencillamente genial y divertido como él solo. Con el botón izquierdo del ratón realizaremos ataque rápidos y flojos, mientras que con el derecho ejecutaremos golpes más fuertes y que pueden incluso cargarse. Además con las teclas de dirección podremos dirigir los tajos, para realizarlos de forma horizontal o vertical.

Pero la cosa no acaba aquí, ya que a medida que avancemos por la aventura podremos ir desbloqueando nuevas técnicas que por norma general se usan pulsando una dirección rápidamente dos veces y uno de los dos botones de ataque. Estas son variadas y nos ofrecen nuevas opciones de combate que nos sacarán más de un apuro si sabemos usarlas con cabeza. Al principio los combates nos parecerán muy caóticos y básicamente nos dedicaremos a dar tajos como locos mientras nos acercamos a los enemigos para trocearlos, aunque poco a poco iremos descubriendo que estos se hacen más duros, requiriéndonos ciertos patrones de ataque y el uso de técnicas concretas para salir con vida de los enfrentamientos.

Para darle algo más de chispa a las batallas también disfrutaremos de varios poderes que nos permitirán curarnos, aumentar nuestra fuerza, defensa, etcétera. Tampoco podemos olvidarnos de las armas de fuego y de nuestras herramientas ninja, como los shurikens, aunque su uso no resulta ni la mitad de satisfactorio que el de la katana, lo cual no quiere decir que no nos vayan a ser útiles (hay algunos enemigos voladores que piden a grito el uso de las uzis).

Por desgracia, todo el buen hacer de su sistema de combate con la katana (del cual sinceramente esperamos que tomen nota otros juegos de acción en primera persona con armas cuerpo a cuerpo) se ve un tanto ensombrecido por su diseño de niveles. No hay demasiada variedad de enemigos, y esto en un título basado en plantearnos combates contra múltiples hordas sin mucho más que hacer, es algo que se acaba traduciendo en una monotonía de la que le cuesta salir.

De vez en cuando nos encontraremos con secciones donde nos tocará explorar un poco en busca de llaves o sellos que romper. Además, también hay varias batallas contra gigantescos jefes finales (aunque no esperéis rutinas de ataque demasiado originales) que ayudan a animar un poco el desarrollo, pero la mayor parte del tiempo nos la pasaremos avanzando por el camino marcado intentando asegurarnos de no saltarnos ningún secreto (que por cierto, hay bastantes y muy bien escondidos) mientras nos van encerrando en diversas zonas que no se abrirán hasta que acabemos con todos los enemigos, al más puro estilo Painkiller.

En total tenemos una aventura de unas diez horas de duración, que si bien divierten bastante en su primera mitad, una vez nos estemos acercando al final será cuando empiece a pesarnos su falta de variedad y deseemos que se acabe ya. Destacar que su dificultad no es demasiado alta, por lo que si esperáis un reto a la altura del original, lo mejor será que miréis para otro lado o que juguéis directamente en el nivel de dificultad más alto, ya que en Normal es un paseo y en Difícil las muertes seguirán siendo algo raro.

Gráficamente se trata de un título bonito, que muestra unos escenarios relativamente amplios y con un diseño artístico que bebe claramente de cultura oriental. Destacar lo tremendamente sangriento que resulta, ya que los enemigos serán troceados prácticamente por el sitio por el que los cortéis, por lo que os podéis hacer una idea del festival de vísceras, sangre y miembros amputados en el que se convierte cada batalla. Eso sí, tiene varios defectos visuales, como cierto clipping en algunos elementos y algún que otro efecto gráfico que no termina de convencer del todo.

Aunque sin duda lo peor lo encontramos en su rendimiento y en las constantes cargas con las que cuenta la aventura. Cada dos por tres, dentro de un mismo mapa tendremos que esperar una carga de unos cinco segundos para ir de una sección a otra, algo que puede hacerse bastante molesto cuando nos toque dar vueltas y explorar, además del evidente corte de ritmo que suponen. Además, el juego no está del todo bien optimizado y pide mucho más equipo del que debería para poderlo hacer funcionar de forma fluida y sin bajones.

A nivel sonoro no hay demasiado que destacar, más allá de una banda sonora no demasiado inspirada y bastante repetitiva que pasa muy desapercibida, y un doblaje al inglés simplemente correcto (tranquilos, los textos y subtítulos están en castellano). Los efectos de sonido sí que están mejor conseguidos y suenan con bastante contundencia.

Conclusiones

Shadow Warrior es un juego con un sistema de combate cuerpo a cuerpo realmente divertido que nos tendrá muy entretenidos rebanando demonios a pares, pero que al mismo tiempo sufre de cierta repetitividad, de falta de variedad de situaciones, de un uso de las armas a distancia muy discreto y de unos cortes de ritmo que no le hacen demasiado bien. Sin embargo, eso no quita que consiga cumplir sin problemas su objetivo de divertir, ya que ofrece acción rápida, directa y sin complicaciones, lo que le convierte en una opción de compra muy interesante para cualquiera que solo quiera pasar un buen rato acabando con seres de la oscuridad como en los viejos tiempos.